Hola zopencos, bien dejen que los ponga al tanto del la situación y pongan atención no lo diré dos veces, y no me hagan repetir nada si no quieren conocer a la vieja Betsy .
Un año a pasado desde que se fue el cabezón.
Al principio se comunicaba con nosotros a través de cartas, pero luego de a poco dejo de hacerlo sin que ninguno supiéramos "Porque dejo de hacerlo", ni siquiera Gerald que era su mejor amigo sabia, Puf bien echo cabeza de cepillo nunca puedes hacer nada bien.
Así que de a poco todo fue cambiando, la pandilla se fue dividiendo, todos habíamos crecido y cambiado, en especial yo.
Pero para que me molesto en explicarles zopencos, pero si quieren saber que paso y no tienen nada más interesante que hacer con sus vidas, bien ahí les va.
Corazón de León
Capítulo 1: "El comienzo de una nueva etapa".
Una hermosa rubia de 15 años iba abriendo sus hermosos zafiros, dando así el comienzo de su nueva vida, de una nueva etapa que estaba por comenzar.
-Hermanita bebé ya es hora, levántate el desayuno esta servido- le gritaba su hermana del otro de la puerta.
La joven se estiro y perezosamente se levantó a tomar una ducha.
Se colocó el hermoso conjunto que le había escogido que consistía, en un pantalón rosa pastel, con una camisa blanca, un suéter verde como el que él sabía usar, y unas zapatillas blancas.
Bajo emocionada las escaleras, encontrándose con todo el clan Pataki reunidos esperandola para desayunar.
La residencia de los Pataki ya no era como antes, la familia era más unida y por lo general se la veía salir de paseo todos juntos los fines se semana, Olga había conocido a un buen chico con un gran corazón Tomás Watson con el cual se había comprometido hace dos meses, ella y Helga ahora se llevaban mejor que nunca, si bien a su hermana menor aún le costaba aceptar sus muestras de afecto ya no le molestaba como antes, es más ahora se podía hasta decir que las disfrutaba, con el tiempo Olga se había convertido no sólo en una hermana mayor de verdad si no también en una gran amiga con la que podía contar siempre.
Bob y Miriam veían crecer con dicha a sus dos pequeñas, cada día aún más atentos a ellas de que jamás les faltara su amor y su cariño. Bob se había vuelto todo un padre de familia echo y derecho, plenamente dedicado a ella y en especial a su hija menor con la que sabía ir a ver las luchas o a partidos de béisbol, disfrutaba mucho esas pequeñas escapadas de ambos.
Helga estaba agradecida de tener a esta gran familia, que si bien no era perfecta se querían unos a otros en su rara forma.
Agradeció el desayuno, su padre le dio un par de dólares por sí se le antojaba algo de la cafetería o algún dulce de alguna máquina, su hermana le entrego su almuerzo un gran sándwich de pastrami como a ella le gustaba, y su madre le acomodaba su fiel moño rosa que ahora lo llevaba atado en una media cola, dejando así lucir su hermosa y larga cabellera rubia que caía en largas ondas hasta su cintura.
Salio de su casa y aspiro el delicioso aire, dibujo una enorme sonrisa y se encaminó hasta la parada del autobús en donde la esperaban sus dos mejores amigas.
-Hola Hel- saludaron al unísono una pequeña preciosa pelinegra con rasgos orientales y una pelirroja alta muy felizmente, a lo cual se miraron y no pudieron evitar dejar salir una risita por lo bajo.
-Hola Phoebs, Hola Lila- sonrió y de igual manera rio por la coincidencia escalofriante de sus amigas.
-Que emoción chicas, nuestro primer día en la preparatoria de Hillwood- dijo Lila dando pequeños saltos de felicidad.
-Tranquila Lila, yo solo espero que nos toque algunas clases juntas- suspiro la rubia.
-Yo igual, pero si no es así nos veremos en el almuerzo Helga- dijo acomodándose las gafas la pequeña oriental.
Las tres jóvenes subieron al autobús, todos los chicos como era de esperarse siempre se quedaban viendo a las tres chicas, en especial a Helga, quien después de haber pasado por las manos de Rhonda se había convertido en una de las jóvenes más hermosas y en un gran partido, pues a medida de que el tiempo pasaba la chica se iba desarrollando.
Pero era más que imposible poder obtener una cita con ella.
Si bien Helga G. Pataki ya no era conocida como "El terror Pataki" aún muchos la respetaban por temor a conocer a la vieja Betsy y los cinco vengadores, luego de que Arnold se había ido ella cambio, era mucho más amable, alegre, y rara vez amenazaba a alguien.
Las tres chicas se sentaron, Phoebe con lila y Helga sola semi acostada en el asiento hablando con sus amigas, ya que ellas se subían en la última parada podía sentarse como quisiera, o eso pensó ella, el autobús dio una última parada para recoger a un nuevo alumno.
Un chico alto, pelinegro, tez blanca pálida, ojos azules y con gafas cuadradas se subió, a simple vista se podía ver que era un chico al cual apreciaba la soledad.
-Disculpa, ¿Puedo sentarme?- le dijo el pelinegro al llegar a aquel asiento en donde se encontraba la rubia desparramada.
Ella bufó por lo bajo y se acomodó, dejando permitir sentarse al chico, lo cual sorprendió a varios incluso a sus amigas porque no le dijo nada solo lo vio.
-Gracias- le agradeció el chico.
-Si, como sea, era el ultimo-.
Ella lo veía por el rabillo del ojo, algo en ese chico le causaba una rara sensación, su piel era tan blanca como la nieve y estaba leyendo algo que no pudo llegar a visualizar que era porque el la miro y se giró rápidamente hacia la ventana.
Llegaron a la preparatoria y luego del discurso de bienvenida a los alumnos del primer año y los buenos deseos para los del último, las tres jóvenes se reunieron para ver si compartían alguna clase.
La única clase que compartían las tres juntas eran gimnasia y biología, Helga compartía matemáticas con Phoebe y Historia con Lila, para su suerte la primera clase del día era biología así que no necesitaban separarse por el momento.
Pero al ingresar al salón se encontraron con aquel chico pelinegro en el único lugar libre y para la mala suerte de la rubia había perdido contra Lila para que Phoebe fuera su compañera en esta clase -Maldita Lila- susurro por lo bajo al ver la sonrisa divertida que tenía la pelirroja.
-Disculpa, ¿Puedo sentarme?-.
-Como sea, es el ultimo que queda- la imito el recordando la escena del autobús.
La rubia se sentó resignada al lado del chico que le sonrió frívolamente.
-Eres extraño, pero que quede algo claro, tu no me agradas y yo a ti tampoco, así que hagamos esto lo más simple posible-.
-No me conoces, y yo a ti tampoco asi que te recomiendo que no juzgues un libro por su portada, pero en algo concuerdo contigo hagamoslo simple-.
-Vaya chico listo, tienes razón no te conozco pero tampoco estoy interesada en hacer amigos-.
-Nadie dijo que quería ser tu amigo-.
-Bien- concluyó la rubia enojada y presto atención a la clase que había comenzado.
La clase paso aburrida, unos que otros intercambios de miradas disimuladas entre ambos jóvenes de vez en cuando, el timbre sonó y todos se levantaban dispuestos a retirarse.
-Bien alumnos, antes de que se retiren quiero decirles algo, mañana los quiero sentado de la misma forma porque así trabajaremos hasta fin de año, así que espero que se lleven bien entre ustedes ya pueden irse- les anuncio el profesor.
Lo cual no hizo nada feliz a cierta chica que ahora en mas tendría que soportar al chico misterioso.
-Creo que por el bien de ambos nos vamos a tener que llevar bien- la miro -Mi nombre es Ethan Smith- le estiro la mano.
-Helga G. Pataki- dijo tomando su mano, se estremeció al hacerlo y no entendió por que pero el se separó de inmediato al ver la reacción de ella, tomo sus cosas y se fue.
Lila y Phoebe se acercaban a Helga quien aún miraba su mano.
-Ese chico es raro- susurro.
-Vamos chicas, tengo hambre- dijo Lila.
En la cafetería todo era normal, lo típico, cada grupo con su mesa, pero era un lindo día así que decidieron ir a las mesas de afuera y de nuevo estaba el ahí sentado en la sombra de un árbol alejados de todos mientras leía su libro y comía una manzana.
La joven rubia se lo quedó mirando, el sintió la penetrante mirada de aquella chica y levantó la vista, le sonrió pero ella solo frunció el ceño y desvío la vista.
Mientras sus amigas hablaban animadamente, ella solo comía su sándwich mientras se preguntaba "Que era lo que encontraba tan raro en ese chico", sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre, así que las tres amigas se despidieron hasta la salida por hoy ya no compartían ninguna clase, pero al parecer con aquel chico pelinegro compartía todas, pues en cada una se lo encontraba.
Helga iba caminando distraída por los pasillos, cuando tropezó con un chico rubio que le sonreía.
Hola Chicos.
Bueno, acá me tienen de nuevo para molestarlos con mis escritos.
Corazón de León es la continuación de Es difícil decir Adiós.
Espero que les guste, más adelante les explicaré el nombre del fic jeje.
Mil gracias a todas las hermosas personas que me acompañaron en mi primer fic en serio me hicieron muy feliz y espero que en este también me acompañen.
Saludos y que tengan un hermoso Fin de semana.
Maca *-*/
