Capítulo I:'' Decepción''
Era un día como cualquiera, todos estaban sentados disfrutando de un merecido descanso, estaban en un hermoso prado que tenía una maravillosa vista a un lago, se sentía una cálida brisa, ambiente preciso como para pensar en todo lo sucedido.
-Estaba... extraño...- pensaba Kagome recostada bajo la sombra de un árbol- pero si ya ha estado así desde hace un mes...-seguía en sus pensamientos ella.
-Acaso algo lo incomodaba... ¿por qué había cambiado de actitud tan repentinamente?- se preguntaba ella así misma, mirando discretamente a cierto hanyoi.
Estaba sumergida en sus pensamientos, cuando un fuerte sonido la devolvió a la realidad - ¿qué está pasand... - no pudo ni siquiera terminar de hablar al ver como un demonio estaba atacando a sus amigos.
-Tengo que ayudarlos - fue lo primero que pensó la joven al ver dicha escena.
Dicho demonio tenía un asqueroso cuerpo, con tentáculos en vez de pies y lo peor de todo tenía un campo de protección que lo protegía de cualquier ataque, incluso los ataques que le propinaba el semi-demonio no le causaban ni un daño alguno por lo que lo enfurecía mucho. Ella tomó su arco y sus flechas y rápidamente se dirigió a ayudarlos.
- Inuyasha estaba desesperado, cada ataque que le lanzaba rebotaba por el escudo - pensaba la joven miko al ver su rostro lleno de desesperación, ideando una estrategia para ayudarlos. Hasta que...
-¡ Será tu fin ! - dijo la miko mientras se disponía a disparar , esperando usar todo su poder como para derrotarlo; estaba tan concentrada que todo lo veía pasar lento.
La flecha fue lanzada y claramente sintió como todas sus fuerzas se iban con la flecha que había lanzado. Apenas podía mantenerse parada lo suficiente como para lograr a ver como el demonio era purificado con su poder.
Ella se sentía feliz, estaba viendo como había derrotado a un demonio solo con su poder, cuando un grito desgarrador la saco de sus pensamientos...
-¡ Kagome... cuidado...!- escuchó claramente, la voz le era familiar- ella simplemente volteó a ver de donde provenía, cuando vio el rostro despavorido de su amiga Sango.
-Pero... q... - no pudo terminar de hablar, porque había sido golpeada fuertemente por uno de los tentáculos de dicho demonio.
Sintió como todo a su alrededor se desvanecía y como un liquido rojo se desprendía de su cuerpo terminando inconsciente.
Escuchaba una voz con tono molesto, pero no podía distinguir de donde provenía ni lo que decía, trató de sentarse pero no podía moverse, al parecer había usado toda su fuerza en el ataque, por lo que aun no se recuperaba.
Pero estaba muy interesada en el tema de conversación, que decidió concentrarse mucho como para poder entender lo que decían...
-¡ Eres un idiota... por qué no la salvaste?¡ - decía Sango al ver que el hanyoi ni siquiera se inmutaba, al ver así a su amiga.
-¡Fehhh...! - decia Inuyasha muy molesto por los reclamos de la exterminadora.
-¡Cómo puedes ser así ...de ... insensible con ella?! - preguntaba la exterminadora tratando de encontrar algun motivo por su falta de consideración.
_¡Eso no te incumbe...además...- se calló por un momento pensando en lo que casi decia.
-¡qué... confiesa?! - dijo Sango muy seria, exigiendo claramente una respuesta.
-¡Ella es un estorbo... es una inútil!- dijo el hanyoi sin tener algun remordimiento.
El cuarto se quedó en un silencio absoluto, Sango no podía hacer nada al saber sus razones, y sin más se retiró. Inuyasha, sin embargo, se quedó un rato meditando lo que había dicho, pero a quien le iba mentir si eso era lo que sentía ahora, ya no había marcha atrás, pero agradeció que la joven miko no se hubiera despertado durante aquella discusión, e igual que la exterminadora solo salió de aquel lugar para dejar a la joven descansar.
-¡Ella es un estorbo... es una inútil! - retumbaba en la cabeza de la joven miko, no podía creer haber escuchado aquellas palabras tan duras salir de la boca de su amado Inuyasha, pero tenía que aceptar la realidad y afrontar cualquier situación que viniera.
La noche estaba oscura, el ambiente se sentía tenso, aun así la joven miko despertó con sus energías ya repuestas, pero pudo divisar una silueta que estaba con la mirada fija en la ventana de aquel lugar, era Inuyasha, se armó de valor para preguntarle el por qué había dicho eso, pero cuando ya lo iba a encarar vio como este salió rápidamente al ver una serpiente caza-almas.
-¿Acaso va a encontrarse con...Kikyo?- pensó un poco decepcionada la joven pero estaba dispuesta a seguirlo, dispuesta a quitarse esa venda de los ojos que la habían mantenido ciega, ciega de un amor no correspondido, amor que ella misma permitía que la lastimara.
