NOTA IMPORTANTE: Este relato se situa cuando Saya y Hagi están "desaparecidos" tras el suceso del barco donde Riku muere.
Este es un relato que me inspiró una escena de "My girl and I", una pelicula koreana basada en el j-drama "Sekachu". si habeís visto alguno de los dos cuando leaís el relato entero vereís porque escena lo digo xDD. Pero no será igual, solo un leve homenaje. 333
Quiero dedicar este relato a toda esa gente que me hizo llegar a tener 130 y pico reviews en "Luna de Sangre", me alegró tanto ver que gustaban mis ff´s de Blood+ que me animé a seguir con el fandom. A todos vosotros os dedico este relato y os dedicaré todos los demás . Se lo dedico especialmente a la gente que me agregó al msn para felicitarme o////////////o ... no podía creermelo.
noci al ordenador
òó estoy inspirada!!!! ... escribe a toda prisa ... 10 min después ... UU me atasqué ... patea el ordenador
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PROLOGO
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Si quieres pensar que la inmortalidad es una bendición que aceptarías sin dudar... piensatelo bien. Quizás pienses que sería maravilloso vivir para siempre, conocer como será el futuro y la gente que lo habite. Todo eso resulta atractivo cuando piensas en ello como un sueño irrealizable, pero cuando vives así, sabiendo que tu muerte quizás nunca llegue el tiempo es un enemigo cruel. Los segundos se vuelven horas, las horas días y los días eones que nunca terminan.
Para siempre...
¿Sólo a mí me dan miedo esas palabras? Cada vez que la oígo siento un temor extraño recorriendo mi cuerpo desde dentro hacia fuera. Porque esas dos palabras significan más de lo que parece. Yo viviré durante toda la eternidad, o al menos durante muchos siglos, pero la gente sólo ve esto, el lado bueno. Sin embargo, hay otro lado que nadie quiere mirar y es que sólo tú eres inmortal. Toda la gente que conoces, todo el mundo que te creas, todo el calor que sientes un día desaparece y debes comenzar desde cero. Aunque ese punto de partida nunca es del todo un inicio pues a tus espaldas llevas todos los recuerdos y el dolor asociados a la perdida.
Y sintiendome tal y como me siento, el hecho de que de pronto pueda morir se me presenta como un regalo que acepto con dudas. Es apetecible, dulce y tentador, pero un lado de mi piensa en Hagi. Él lleva esta maldición por mi culpa, dejarle sólo es un acto cruel que me cuesta permitirme, pero si pudiera descansar... si por fin terminara todo esto...
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Había una luna tan resplandeciente que apenas eran necesarias las farolas de aquella calle solitaria. Era una tipica noche de caza de christophera, al menos era común desde que pasara lo del barco. A duras penas pudimos escapar y fue más que nada gracias a Hagi. Durante los primeros días estuve encerrada en mi misma, atormentada por la muerte de mi hermano y en ese proceso perdí algo de mi humanidad. Yo lo notaba, Hagi lo notaba, era evidente. Dejé de sonreir, me convertí en un cuerpo alimentado por la sed de venganza y convertí cada día en una caza interminable.
Así llegué al momento en el que estoy ahora, rodeada por 4 chiropteros deseosos de matarme y sin Hagi en mi campo de visión. Siento la falta de sangre, es como un ardor que recorre mis venas y enciende mis ojos sedientos. Deseo beber... necesito beber, pero no quiero. Por eso, ahora estoy acorralada y expuesta a un peligro que no sé si puedo controlar. Quiero moverme, pelear y ganar, pero apenas puedo sostenerme en pie. Si tan sólo no fueran tantos...
Por mi mente pasan mil ideas diferentes, desde estrategias para salir de esta, hasta recuerdos dolorosos que me incitan a rendirme. Sus ojos brillan con más fiereza cuando ven mi cuerpo sosteniendose a duras penas y veo como sus músculos se tensan bajo la piel indicando sus ansias por atacarme. Entonces lo decido, es todo o nada, no tiene sentido lamentarse, lucharé con todas mis fuerzas por pocas que estas sean y será lo que tenga que ser. Mi sangre hierve de nuevo en mi cuerpo y puedo notar como mis ojos adquieren un tono aún más rojo. Podría jurar que eso le anima aún más. Quieren una presa fácil, pero que a la vez le de un poco de lucha, cuando la comida se resiste, comerla luego sabe mejor.
Tensó mi cuerpo, aprieto las manos alrededor de la empuñadura de la espada y me coloco en posición de combate. Haré todo lo que pueda, pero no me dejaré vencer así como así, la rendición sin lucha no es una opción. Aflojo una mano de la empuñadura y con el filo de la hoja corto la piel de la palma bañando así la espada con mi sangre. Así en pocos segundos, casi tan rápido que ni pude verlo, ellos me atacaron y comenzó una lucha a muerte donde sólo podían quedar ellos o yo... alguien moriría.
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2 semanas después...
Hagi estaba sentado en un viejo banco de madera de una pequeña calle cualquiera. Se notaba en su rostro la pena y el abandono que sentía, pues a pesar de que siempre parecía que carecía de sentimientos o que al menos no sabía expresarlos, su interior era un torrente de emociones que siempre se desvordaba cuando era por su dama. Por eso, si la tristeza era un sentimiento horrible, para él si esa tristeza era por algo relacionado con Saya se convertía en un dolor tan instenso que podría volverle loco.
Con la mirada perdida en algún punto lejano de sus pensamientos, dudaba en que podría hacer ahora. No sabía que hacer, esto era algo que nunca se había esperado, después de todo su dama era supuestamente inmortal y no podía ser herida de gravedad ni asesinada salvo por la sangre de Diva o sus caballeros. Esos chiropteros que le atacaron desde luego no tenían esa sangre, pues él mismo fue herido y tuvo contacto con esa sangre y no le pasó nada. Entonces, ¿por qué a ella si? ¿por qué estaba en ese estado?.
Se levantó cansado de dudar, no quería estar mucho tiempo lejos de ella, así que se fue rápidamente hacia el almacén donde estaban escondidos desde aquella pelea. Al llegar allí pudo oír un grito de dolor de Saya. Así llevaba varios días, no soportaba verla sufrir, pero tampoco podía hacer nada. Sentado junto a ella la veía sudorosa por la fiebre, retorciendose por el dolor y gritando a pleno pulmón por el mismo motivo. Estaba incosciente, pero a veces cuando estaba más calmada, entre sueños y delirios hablaba cosas más o menos coherentes.
"Matame... por favor..." sollozaba "... por favor"
Había estado un par de veces cerca de hacerlo, incluso cogió la katana de Saya y se la puso en el cuello, pero cuando veía la imagen de sus propias manos siendo la causa de la muerte de su dama, simplemente no podía soportarlo. Por más que le debiera obedencia, por más que ella sufriera y le suplicara que terminara con ese dolor... la amaba demasiado para dejarla ir. Quizás era un amor egoísta, después de todo prefiería tenerla a su lado con sufrimiento que liberarla del dolor y no tenerla nunca más.
- Saya... lo siento.- susurró besandola suavemente en los labios. - No puedo hacerlo... no puedo matarte.- Al oír su voz Saya pareció calmarse un poco. Su cuerpo hasta ahora tenso se dejó caer suavemente sobre la cama y su respiración se normalizó.-
- Hagi... Hagi...- le llamaba con un tono tan bajo y ronco que casi podía jurarse que le dolía hasta hablar. - Hagi ... Hagi... - continuaba llamandole mientras una lágrima resbalaba por su rostro lentamente.- ... perdoname... no te... vayas ... Hagi ...-
Al caballero se la partió el corazón al verla tan débil. Nunca recordaba haberla visto así, nunca tan frágil. Incluso en los peores momentos, en los más horribles acontecimientos y en las mayores tristezas, ella siempre conservaba un poco de esa reina chiroptera altiva que le miraba con ojos fríos la primera vez que la conoció. Esa fortaleza inquebrantable era una de las mejores caracteristicas de Saya, incluso en su débilidad sacaba una fuerza que le hacía bella y resplandeciente.
Ahora, verla así, le hacía sentir un calor nuevo en el corazón, el sentido de caballero protector que siempre estuvo dentro de él se volvió de pronto más fuerte y casi enfermizo. Haría lo que fuera por salvarla, y si no podía salvarla, al menos algo para que no sufriera de esta manera tan espeluznante. Entonces lo pensó, quizás era el momento de volver con la gente que Saya consideraba familia. Tal vez ellos pudieran hacer algo... tenían que hacerlo.
Con este pensamiento como única esperanza la cogió en brazos y la tapó un poco. Iba a ser un viaje largo, estaban muy lejos de donde se encontraban Kai y los miembros de Red Shield. Solo esperaba que Saya pudiera aguantar, tenía que hacerlo. Lo importante era ella, lo más importante para él. Por eso pensaba romper una promesa que había hecho, aunque ella se enfadara con él en un futuro no le importaba si estaba bien de nuevo.
Salió del almacén con la muchacha en brazos y desplegó sus alas. Hacía mucho tiempo que no liberaba su forma chiroptera, desde aquella primera y última vez en el zoologico. Aún podía recordar la cara de terror con la que ella le miraba, con esa culpa y horror mezclada en el brillo triste de sus ojos. Incluso tras la matanza de Diva y el fuego que les rodeaba, notaba como lo peor para ella era verle así. Era como demostrarle la parte monstruosa de si misma que siempre quiso ocultar, una imagen que le atormentaba al saberse responsable de esa transformación. Todavía podía ver sus labios temblar susurrando un "lo siento" que se repitió innumerables veces.
" Espero que algún día me perdones por convertirte en lo mismo que soy yo... de veras espero que puedas perdonarme. "
Esa frase nunca se borraría de su mente, por más que el tiempo pasara y todo se volviera un recuerdo borroso; esas palabras ,dichas entre lágrimas contenidas y culpa interminable, le partieron el corazón. Él era feliz por poder estar toda la eternidad junto a ella, por poder proteger a la única persona que le enseñó lo que era la calidez y el afecto. Desde muy pequeño fue tratado como un trasto inutil que molestaba, más tarde ni siquiera como eso, sino como una mercancía que fue vendida sin más y a pesar de que la primera vez que la vio Saya era una preciosa jovencita que te helaba la sangre con la fiereza de sus ojos, más tarde comprendió que al igual que él ella solo se protegía del dolor que otros le causaban. Tratada como un bicho raro al que los sirvientes temían, la muchacha aprendió a ser fría con los demás, pero algo ocurre cuando dos seres heridos y desconocedores del amor son unidos por el destino. De alguna manera misteriosa convierten su dolor en un amor profundo que nadie más puede compartir.
Saya le trató en principio como una madre, dandole cariño y enseñandole muchas cosas. Entre ellas a tocar el chelo. Todavia le producía una agradable sensación recordar como ella le sentaba en una silla, le ponía el chelo entre las piernas y se colocaba detrás de él para enseñarle como debía sostenerlo. Con el tiempo él creció, y la relación entre ambos cambió. Ya no más relación madre-hijo, a partir de ese momento descubrieron una nueva sensación, un nuevo sentimiento...
CONTINUARÁ ...
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Hasta aquí el prologo... para que vayais conociendo la historia...
Espero que aunque sea poco os parezca interesante... será como siempre un relato Saya x Hagi. El relato se centrará en esa "enfermedad" de Saya y las consecuencias que traerá, pero no os contaré más... tendreís que leerlo. XDD ... objetivo para publicar el próximo capitulo : 10 reviews!!! (se siente, ya me habeís acostumbrado mal xD).
PROXIMO CAPITULO: Si tus ojos se apagaran no podría vivir sin su luz... por favor, no te mueras. Por favor, no me abandones. La sangre que un dio fue poderosa, ahora se vuelve contra la reina. Dolor, sufrimiento y una nueva esperanza.
