Hoy pensé en este fic y no pude evitar hacerlo y subirlo cuanto antes. Aquí veremos a Bulma diferente, ella no vive en Capsule Corp., es más, no existe. Antes que nada debo decir una cosa ante la edad de ella, solo puse que había empezado el curso. No sé a que edad se empieza en otros países así que vosotros sabréis. Eve, tiene un año más que ella y Vegeta dos. Dicho esto... ¡Disfruten!
Personajes de Akira Toriyama.
Capitulo 1. El extraño muchacho.
Empezaba a despertarme después de todo lo que me había sucedido. Las fuertes luces blancas de aquella habitación molestaban a mis ojos. Me incorporé un poco en la cama y miré a mi alrededor. Mis padres estaban tumbados en el sofá... hacía mucho que no les veía así. Intenté levantarme para ir al baño y lavarme la cara, pero estaba cansada y casi no podía moverme. Estaba empezando a marearme el olor de aquel hospital, ya llevaba dos días ingresada, no podía soportarlo ni un minuto más.
-Señorita Briefs-miré a la puerta para ver al médico que estuvo muy pendiente de mi, era el Dr. Herbert-tengo buenas noticias para ti.-
-Dígamelas, por favor-pedí nerviosa por si era lo que yo más deseaba oír.
-Dentro de una hora te darán el alta-contestó sonriendo y yo le devolví la sonrisa-pero ahora que veo que tus padres están dormidos... me gustaría hablar contigo.-
-No lo volveré a hacer... créame-agaché la cabeza decepcionada.
-Quisiera estar completamente seguro-el Dr. Herbert me dio una tarjeta y yo la acepté-es una gran profesional, verás como te sentirás mejor.-
-¿Quiere que asista al psicólogo?-pregunté mirándole a los ojos.
-Bulma...-él sonrió y acarició mi rostro-aún eres joven y tienes vida por delante. No te arruines por tonterías.-
Se retiró y yo me quedé mirando la tarjeta. Venía el nombre de una mujer, Lena Bell. Ese nombre yo ya lo conocía de sobra, arrugué la tarjeta y la tiré debajo de la cama.
-La directora ahora también es psicóloga-gruñí y al final sacando fuerzas me levanté.
Mi ropa estaba en un armario, me puse unos pantalones largos vaqueros y una camisa de mangas largas para tapar marcas de mis brazos, me calcé con las converse y me recogí el pelo. A la media hora mis padres se levantaron y ni siquiera se miraron, solo se acercaron a mi con esas miradas de pena que aún no habían decidido cambiar por una algo más cómoda para mí.
-Hija mía-se acercó mi madre y acarició mi rostro-¿cómo estás?-
-Bien-forcé una falsa sonrisa-el dr. Herbert me ha dicho que dentro de poco me dan el alta.-
-Me alegra saberlo-sonrió mi padre y yo cambié de rumbo la mirada.
-Estuve dos días entre cuatro paredes-dije molesta y luego intenté calmarme-mañana volveré al instituto.-
-¿Estás segura?-preguntó mi madre.
Antes de poder contestarla llamaron a la puerta. Quien tocó, abrió y se adentró en la habitación. Era el dr. Herbert que volvió con aquella sonrisa y algunos papeles.
-Bulma-se acercó y dio los papeles a mis padres-ya veo que estás lista para salir.-
-Tengo muchas ganas de irme-contesté sin mirarle.
-Entonces adelante-me dijo y luego vi como estrechaba la mano con mi padre-ya se pueden ir.-
Fui la primera en abandonar la habitación de aquel hospital. Aquel olor ya se estaba pegando en mi piel y si seguía respirando un poco más me moriría. Solo pensar que había estado encerrada durante dos largos y condenados días me hacía perder la poca paciencia que tenía.
Al salir del hospital monté en el coche de mi padre. Mi madre se sentó atrás conmigo. ¿Por qué? Estaban divorciados, no se soportaban. Yo vivo con mi madre en una pequeña casa de la Ciudad del Oeste. Mi padre se mudó a vivir a la del Norte y pocas veces le veo. No tengo hermanos, ni primos. Ni siquiera conocí a mis abuelos, mi vida solo fueron ellos y se separaron cuando yo tenía siete años. Ahora mismo acabo de empezar a ir al instituto y digamos que no me fue muy bien.
Mis padres o en este caso mi madre ha tenido problemas con mi nueva vida. Yo antes era un chica educada y respetaba a los demás, empezando por ella. Desde que conocí a Eve Winters todo fue un cambio en mí. Ella es una adolescente que va a un curso mayor que yo y no puedo negar que era guapa, por eso era popular. Tenía una larga melena castaña y los ojos verdes claro, su piel era blanca y eso les llamaba más la atención a los chicos. Siempre vestía con camisas que dejaban ver su obligo y con él aquél pendiente azul que se hizo. A ella le encantaba provocar y más que eso adoraba lo ilegal.
Al final llegamos a nuestra casa, yo fui la primera en salir. Me fui corriendo para entrar a mi habitación y encerrarme pero no tenía llaves. Mi madre se acercó y abrió la puerta, entré y no pude evitar ver que en el umbral mis padres se quedaron hablando. Seguro que mi madre iba a reprochar a mi padre no haber estado desde el minuto uno en el que me hospitalizaron. Intenté ignorarlo y fui a mi cuarto. Cerré la puerta y me tumbé en la cama. Me quité la goma del pelo dejándolo caer por mis hombros, miré por todos lados, había muchas cosas que me recordaban a Eve.
Flash Back.
Entré en la tienda de ropa a la que había quedado con Eve. Estuve buscándola pero no la encontré. Me quedé mirando algunos vestidos y conjuntos. Había cosas preciosas pero muy caras para mí. Me dirigí a ver una falda negra que me gustó, iba a mirar el precio pero todo se me volvió negro.
-¿Quién soy?-preguntó una voz femenina detrás de mí.
-Eve-sonreí y ella apartó las manos que tapaban mis ojos-tardaste en venir.-
-¿Me puedes perdonar?-preguntaba mirándome como para que tuviera compasión de ella-estaba con James.-
-Está bien-sonreí mirando a Eve.
-Bonita falda-me la quitó de las manos y la miró de arriba abajo-te quedará genial.-
-No puedo comprarla, Eve-suspiré sacando mi monedero-mi madre hizo recortes en mi paga mensual.-
-Entonces yo te la regalo-me guiñó un ojo, luego miró alrededor de la tienda mientras abría su bolso y corriendo metió la falda.
-Eve-ella me miró sonriendo y yo bajé el tono de voz-¿estás robando la falda?-
-Claro que no-respondió en el mismo tono-solo se cayó accidentalmente en mi bolso.-
-Pero...-señalé y ella me interrumpió.
-¡Vamos a tomar algo!-me agarró de la mano y me sacó de la tienda.
Salimos de la tienda con facilidad, porque no tenía alarmas. En la calle andábamos mirando escaparates, de repente choqué con una mujer que iba hablando por teléfono y en la mano llevaba un montón de cosas que se la cayeron al suelo.
-Se le ha caído la cartera-me dijo Eve en el oído dándome a entender que la robase.
Me agaché para ayudar a la mujer a recoger las cosas que se cayeron, me di cuenta que no estaba atenta ni a mi ni a las cosas, si no al teléfono. La di en la mano todo y ella me dio las gracias. Me di la vuelta y miré a Eve que parecía cabreada.
-No le has quitado la cartera-se molestó ella mientras intentaba calmarse.
-Será mejor salir corriendo, Eve-ella me miró con una ceja levantada y la mostré la cartera-creo que no tardará mucho en darse cuenta.-
-Eres genial, Bulma-me sonrió y las dos salimos corriendo.
Cuando estábamos apartadas de las abarrotadas calles saqué la cartera de la mujer y la abrí. Aquella señora tenía muchas tarjetas al igual que billetes. Mi amiga y yo sonreímos y nos fuimos a seguir viendo tiendas por otra parte por si casualmente seguía aquella mujer por donde antes, que era lo más lógico.
Fin Flash Back.
Tocaron la puerta de mi habitación y yo no dije nada. Mi madre abrió y entró, se quedó mirándome pero yo intentaba evitar cruzarme con su mirada. No tenía ganas de hablar con nadie, ni siquiera de comer o de moverme de la cama.
-Bulma-me llamó con un tono serio-me gustaría que fueras al salón.-
-¿Para qué?-pregunté aun sin mirarla.
-Hemos evitado el tema para no hacer un escándalo en el hospital... solo te pido que hablemos tranquilamente-me pidió antes de marcharse.
Miré la puerta cerrada, suspiré y me levanté de la cama. Me dirigí hasta el salón y vi a mi madre sentada en el amplio sofá, yo decidí apoyarme en la pared. No podía evitar mirar a mi alrededor y mi madre lo notó enseguida.
-Tu padre se ha marchado-me enfurecí al saberlo-tenía mucho trabajo.-
-Siempre tiene mucho trabajo-me enfadé pensando que ni siquiera se despidió de mí.
-Bulma... ¿por qué lo hiciste?-miré a mi madre, las lágrimas hacían caminos desde sus ojos hasta el final de su rostro-¿he hecho algo mal?-
-Mamá, por favor-intenté que entendiera que no quería seguir con aquella conversación.
-¡Maldita sea, Bulma!-gritó ella levantándose del sofá-¡ya no tengo más paciencia! ¿Qué hice para que te volvieras así?-
-¡Cállate!-la grité enfurecida mientras apretaba mis manos.
-¿Acaso querías matarme a mí también?-preguntó aún con lágrimas-¿qué hubiera pasado si no te hubiese encontrado a tiempo?-
-¡QUE AHORA ESTARÍA MUERTA!-la grité y ella lloró más-¡tenías que haberme dejado tirada en el suelo!-
-¿Y ver a mi hija morirse?-mi madre cayó al sofá mientras seguía llorando-¡yo no merezco esto, Bulma!-
No pude evitar llorar también. Las palabras de mi madre dolían de verdad, dolían muchísimo. Realmente aún me sigo preguntando como hubiera sido mi vida sin Eve, seguro que no estaría así. Cuando ella me faltaba yo estaba mal... estaba muerta. Me sentía oprimida y frustrada. Ella era mi salida para ser respetada en el instituto pero yo no respetaba a nadie, ni siquiera a mi propia madre.
Después de varios meses, de haberme sentido traicionada por Eve abrí mis ojos. Las cosas se complicaron y ella empezó a hacerme la vida imposible. Empezaba a correr rumores de que yo era una chica fácil, que me iba al asiento trasero del coche con el primero que me encontraba. Escribía en las redes sociales de mí, diciendo cosas que jamás fueron verdad. Entonces me hice más popular que ella, pero sin ser respetada. La gente me miraba de arriba abajo, las chicas me llamaban zorra y los chicos me daban dinero por tan solo quitarme el top.
Harta de las críticas, con una vida falsa que se inventaba la gente y sin recordar como era sonreír con facilidad caí en una depresión. Estaba todo el día atenta a la pantalla del ordenador para ver cual sería la próxima pieza que movería Eve y que comentarios harían después los demás. A veces cambiaba por el móvil, pues me mandaban mensajes, unos me insultaban y otros me hacían ofertas. Al final todo se mezcló y yo no lo pude soportar, me encerré en el baño y elegí los medicamentos que encontré para tomármelos. Algunas pastillas las mezclé con otras más fuertes. Lo único que puedo recordar de aquel día fue que impacté contra el suelo y oía a mi madre llamarme con desesperación. Me salvé por un lavado de estómago y ahora no sé si realmente quiero volver al instituto... pero no puedo dar el placer a los demás, ni puedo, ni quiero.
Después de una larga noche me levanté cansada, me fui a duchar y salí cuanto antes. Me sequé el pelo y me lo dejé suelto. Me fui al armario y me puse unos pantalones blancos con unas botas negras y una camisa de mangas largas de color oscuro. Intentaba ocultar marcas que tenía en los brazos, por culpa de Eve hacía cosas de las que me arrepiento con locura. Me fui a desayunar, en la mesa estaba mi madre tomándose un café, tenía ojeras y yo intentaba evitar mirarla a la cara.
Me tomé mi tazón de cereales con leche y luego agarré la mochila. Salí de casa y no me despedí de mi madre. Iba andando por la calle y empecé a recordar todo lo que viví con Eve.
Flash Back.
Iba caminando hacia mi casa cuando escuché a varias personas gritando y una de ellas mi nombre. Delante de mi paró un descapotable negro, en él iban Eve, un chico que le gustaba llamado James y conduciendo se encontraba Yamcha con el que ya había pasado un rato.
-¿Te vienes, Bulma?-me preguntó Eve y yo miré a todos que me pedían que subiera.
-Tengo mucho que estudiar, Eve-dije algo molesta-no puedo ir.-
-No seas aburrida-se quejó ella-te copias de alguien y ya está.-
-Eve de verdad...-
-Por favor-me interrumpió mientras me rogaba con la mirada y luego tornó una sonrisa pícara-además... ya le he dicho a Yamcha que te hiciste un pendiente en la lengua.-
-Me encantaría probarlo-sonrió él y le devolví la sonrisa.
-Está bien-di un salto y me subí al asiento del copiloto.
Yamcha se acercó a mí, yo veía sus intenciones pero sabía que si me apartaba podría molestarle a Eve. Él me besó y yo correspondí su beso. Era algo bruto y parecía desesperado, yo me aparté corriendo y él pareció un poco molesto.
-Muévete, Yamcha-le pidió James.
-No me mandes, idiota-Yamcha arrancó el coche y nos fuimos a la casa de él, pues no había nadie.
Fin Flash Back.
Recordaba molesta aquella situación. Ese día lo que pasó allí fue algo que apenas logró recordar. La última imagen que me viene a la cabeza fueron aquellas pastillas que según Eve me harían sentir bien y que todos nos divertiríamos. Apenas sé como llegué luego a casa. Las escenas que solo recuerdo pasan por mi cabeza con lentitud y me revuelve el estómago.
De repente choqué contra alguien y caí al suelo. Iba tan despistada que no miraba por donde iba. Miré con quien tropecé y me sorprendí. Tirado en el suelo estaba aquel chico de fría y oscura mirada, con el pelo azabache en forma de llama. Era atractivo al igual que solitario. Se llamaba Vegeta y le conocía de vista y bueno... Eve hablaba mucho de él. Estaba loca por sus huesos y él la ignoraba como si fuera una más.
-¡Estúpida!-dijo él mientras ordenaba los papeles que se le cayeron-¡haber si miras por donde vas!-
-¡Eh!-me quejé al ver como se atrevió a insultarme-¡tu tampoco mirabas bien sino me hubieses evitado!-
-Idiota-me miró con el ceño fruncido-no sé que hago dirigiendo mi palabra a una niñata como tú.-
-¡No soy ninguna niñata!-le planté cara y me levanté del suelo al igual que él.
-¿Enserio?-sonrió de una manera burlona-tú eres la tonta que le limpia el camino con la lengua a esa zorra de Eve.-
-No-negué con la cabeza-eso se terminó...-
-No serías persona si se te ocurriera volver con ella después de todo lo que va diciendo de ti-me quedé mirándole, hasta él que se retiraba de todo el mundo se había enterado de los rumores de Eve.
-Fui una idiota-apreté los puños con fuerza y agaché la mirada.
-Reconociste lo que te llamé-Vegeta siguió su camino y yo me quedé mirándole.
No sé porque, pero empecé a seguirlo y me puse a caminar a su lado. Él me miró pero no dijo nada, yo sonreí y miré al frente.
-Si quieres hablar con alguien-le miré sorprendida, pensaba que se estaba ofreciendo a escucharme, pero lo que dijo luego me dio a entender de que me equivoqué-la directora Bell se encarga de ayudar a los alumnos.-
-Entiendo-asentí y seguí mirándole me paré y él me miró parándose. Sonreí y estiré mi mano-encantada, soy Bulma Briefs.-
-Hmp-miró mi mano y luego me sentí cautivada cuando posó la mirada en mis ojos-no tengo el gusto.-
Sonreí y seguí a Vegeta mientras lo miraba. No le hubiera aceptado si me hubiera dado la mano o me hubiera dicho su nombre. Eve lo quería por como era físicamente, yo me intereso por él por lo que es. Sabía que aquel chico podía ser mi solución para olvidar lo que me ha sucedido y volver a ser lo que era, una persona, pero ante todo... una mujer. Después de todo ya no tenía con quien estar.
Espero que os haya gustado este capítulo. He escrito en primera persona, pero si queréis y si os gusta más puedo hacerlo en tercera, solo me lo decís :)
Gracias por leer y dejen review!
