Hace 1 mes y medio que estoy viviendo con Amy en el apartamento de Penny. Acepté a vivir con ella como parte de un experimento, pero sabía que tarde o temprano este momento tenía que pasar.

Estábamos en muy buen punto de nuestra relación y el matrimonio de mi compañero de piso con Penny solo aceleraba el proceso de nuestra mudanza.

Decidimos un territorio neutral, el apartamento Penny. Me parecía muy buena idea, iba a ser nuevo para ambos y era mejor empezar en un lugar donde ninguno tuviera manías o algo por el estilo.

Las obras del apartamento de Amy habían acabado y significaba el fin de la convivencia, pero ¿Por qué terminar algo que nos gustaba? Me gustaba volver de trabajar con Amy, comer juntos, hablar de su trabajo, del mío, ver con ella Star Trek o alguna de sus películas francesas que tanto le gustan… y que decir de la noche…

La primera noche fue diferente. Creo que estábamos nerviosos. No sabía cómo colocarme en cama, no sabía ni a que distancia debería ponerme de ella.

Ahora las cosas son distintas. Las noches me gustan. Se a que distancia ponerme de Amy y como colocarme. La mayoría de las noches nuestros cuerpos están pegados. Ella siempre se gira y yo la abrazo por la espalda. Me encanta esta posición. El pelo sedoso de Amy huele a fresco y puedo notar todo su cuerpo contra el mío. Sé que a ella también le gusta porque siempre que lo hago intenta pegar su cuerpo lo máximo posible y agarra mi mano. Otras noches ella se acurruca en mi pecho y me abraza, en esta postura suele pasar una pierna por encima de mi cintura y me pega a ella. Y lo disfruto mucho.

Me encanta tenerla en mis brazos, pero no puedo negar que alguna noche ha sido ella quien me ha abrazado por la espalda, dándome una seguridad y una tranquilidad para dormir que nadie me ha dado nunca. Alguna vez también he sido yo quien se ha acurrucado en su pecho, mientras me rodeaba con sus brazos. Y Dios… que cómodo es su pecho!

Pero a parte de ese contacto físico hemos iniciado otro. Nos dabamos besos de buenas noches, de buenos días, al ir a trabajar, al volver… Algunos eran un simple besito, otros un poquito más largos… Pero nunca como ahora.

Desde hace dos semanas cuando iniciamos un beso estamos varios minutos besándonos. El otro día nos íbamos para trabajar y al darnos el beso de despedida no nos hemos podido separar hasta pasados 10 minutos. Menos mal que siempre voy con tiempo al trabajo. Los besos cada vez son más adictivos, no puedo ni quiero separarme de Amy cuando la beso. Cada vez que la veo quiero besarla.

Los besos buenas noches se han convertido en un auténtico show. Antes nos dábamos un piquito o nos besábamos un poquito más antes de abrazarnos para dormir. Ahora no. Ahora cuando me besa no puedo parar. La tumbo en cama y me pongo encima de ella para poder sentirla más. Adoro sentir su lengua contra la mía, me encanta los sonidos que hace cuando muevo un poco mis caderas para rozarla. Y cuando me abraza con sus piernas me vuelve loco, la siento más.

Tenemos un pacto de no tener relaciones sexuales hasta asegurarnos de estar listos. Nunca habíamos dormido con nadie y parecía un buen trato, pero ahora no se si quiero seguir manteniéndolo.

Si las noches me aceleran el pulso las mañanas son peores.

Cuando dormía solo algunas veces tenía un problemilla ahí abajo. Aunque estaba en contra de todo acto sexual, soy hombre, y soy humano. No quería, pero mi amiguito de ahí abajo se levantaba para incomodarme por las mañanas.

Ahora con Amy es mucho peor. Me pasa todos los días, y más desde que empezamos a besarnos de esta manera.

Cuando me despierto siempre la estoy abrazando inconscientemente, siempre la arrimo a mi. Y su trasero (no soy cristiano, pero que Dios bendiga su trasero!) siempre, siempre, siempre está pegado a mi amiguito. Normalmente me muevo para apartarme de Amy un poco y disimular mi estado, pero siempre la despierto en mi intento y se pega más moviendo su trasero contra mi miembro, poniéndomelo todavía más duro.

Siempre que hace esto inconscientemente yo también me muevo, no sé si es instinto animal o que pero cuando me roza así no soy capaz de pensar con claridad. Mi mente queda en blanco y solo soy capaz de concentrarme en sus movimientos.

Con estos movimientos su camisón queda levantado hasta su abdomen muchas veces, dejándola solo en unas braguitas que disimuladamente alcancé a ver debajo de las sabanas. Siempre para de moverse cuando mi miembro está a punto de explotar dentro de mi pantalón, como si supiera el momento exacto. Se da la vuelta y me besa, e inmediatamente yo sin pensarlo dos veces me pongo encima sin dejar de besarla. La aprisiono con mi cuerpo. No paro de besarla, de introducir mi lengua en su boca. Mis manos siempre van directas a sus pechos. Me encanta tocárselos hasta que noto sus pezones por debajo de su pijama. En ese momento solo pienso en arrancarle la ropa y devorarlos con mi boca.

Sus suspiros me vuelven loco. Cuando estamos en esa situación su respiración siempre se agita, hasta que sube la temperatura de la habitación considerablemente y empieza a soltar algún que otro suave gemido que despierta mi deseo. Hace 2 semanas que quiero transformar ese suave gemido en un gemido de placer brutal.

Amy fue enamorándome muy poco a poco, cuando quise darme cuenta estaba hasta las trancas por ella. Me enamoro por su cerebro. Ninguna persona ha sido capaz de dejarme sin habla en mi campo de estudio, ni de rebatirme, ni de corregirme incluso. La mente de Amy es increíble. Nunca se lo he dicho a nadie, pero creo que Amy puede tener un coeficiente intelectual más alto que el mío. No creo que lo diga en alto alguna vez, pero creo que es posible que sea más inteligente que yo. Incluso más inteligente de lo que ella piensa que es.

Y ahora la tengo entre mis brazos cada mañana y cada noche. La puedo tener debajo de mi cuerpo gimiendo mientras nos besamos y rozamos nuestros cuerpos. Dios…Como me encantaría dejar en blanco unos segundos su cerebro con un orgasmo mientras grita mi nombre!

Solo lo hemos hecho una vez, el día de su cumpleaños. Y ahora cuando nos besamos solo pienso en cómo me agarraba con sus piernas ese día, en como sus manos agarraban mi trasero para que fuera más profundo, en sus ojos verdes, en sus pechos contra mi pecho, en su cara de placer llegando al orgasmo…

No puedo controlarme, cuando estoy en el trabajo pienso en ella todo el tiempo. Y no en como la amo, que la amo con locura, si no en que quiero que esté en mi despacho para poder cerrar la puerta con el pestillo y hacerlo allí mismo.

Creo que me empieza a dar igual todo lo que pasa a mi alrededor. Creo que tengo que decirle a Amy que nuestro pacto de "no sexo" no puede seguir así. Estoy preparado, quiero hacerlo.

Tengo que buscar un buen momento para comentárselo. Ya he metido la pata suficientemente cuando le dije hace unas semanas que quería tener un hijo con ella. Sé que ahí estuve mal, ninguno de los dos está preparado todavía para dar ese paso. Pero desde luego que intentaré como sea cancelar nuestro pacto de "no sexo".