Seguramente todo el mundo piensa que Quinn Fabray tiene su armario repleto de ropa. Vestidos, faldas, camisas, chalecos, zapatos, zapatos y más zapatos. Pero no es así. Su armario es un desastre. Tiene muchos zapatos, pero todos son para gimnasia, y la prenda que ha tenido siempre importancia en aquel lugar es su uniforme de cheerio.
Porque desde que fue nombrada miembro del equipo, aquel traje blanco y rojo siempre ha sido su preferido. Lo ocupa todo el tiempo en la escuela, e incluso después. Es una marca, un símbolo. Hace que los demás no se olviden de quién es. Hace que ella no se olvide de quién es.
Y ahora le echa una mirada a su armario, y ya no recuerda dónde quedaron todas sus prendas favoritas.
Las saca una por una, y las va apilando a un lado. Encuentra un vestido realmente bonito. Recuerda haberlo comprado porque la hacía ver atractiva.
Decidió ponérselo.
Y no pudo evitar llorar.
Porque aquel vestido ya no le quedaba. No podía lograr que entrara en su cuerpo con aquella gran protuberancia en su abdomen.
Ella no era mala. No era una perra. No se acostaba con cualquiera que se cruzara en su camino.
Simplemente había cometido un error.
Primera vez que escribo algo que no tiene ninguna relación con Puck/Kurt, pero sentí la necesidad de hacerlo. Espero que les haya gustado igualmente (:
Dejen sus reviews! :D
