Kokoro no Death
Capítulo 1: La muerte de Lavi.
"No puede ser…" fue lo que pensó cuando vio aquella mancha de sangre y el As de espada en el suelo.
Timpampy reprodujo el video de lo sucedido, los ojos de ambos chicos se sobresaltaron de la impresión al ver como aquel Noah atravesaba el corazón de su amigo. Sin que se diera cuenta alguien, el pelirrojo tomó la carta y la alzó.
Ambos destrozados emprendieron camino hacia otra dirección, la esmeralda mirada se hallaba opaca, sin vida.
-Lavi…-susurró el viejo bookman mientras le miraba serio.- Comenzaremos con nuevos registros.
¿Qué? ¿Acaso había escuchado bien? Tan pronto y… ya comenzaría con un nuevo registro…
-¿Eso significa que partiremos de la Orden?-cuestionó sin mirarle.
-Así es…-asintió mientras se colocaba a un lado del pelirrojo observándole por el rabillo.
-Pero…
-Sé lo que piensas, aunque emprenderemos un nuevo camino, aún seguirás siendo un exorcista, de lo contrario puede que suceda lo mismo que pasó hace poco.-dijo el hombre de ojeras marcadas muy serio, si bien, no lo hacía tanto por obtener nuevos registros; sino que estaba empezando a ver cómo cada vez su nieto comenzaba a dudar más el ser un bookman.
-Veo…-suspiró-… así que seremos algo así como el General Cross.
-Tú lo has dicho.-enfatizó- Ayudaremos a la Orden por fuera. Aún así estaremos cerca por si llegaran a necesitar ayuda.
-Viejo…-murmuró tomando toda la atención del hombre-… ¿podría despedirme de Lenalee, al menos?
-Entiendo, pero que sea rápido.
El joven exorcista caminó hacia la dirección donde se encontraban sus amigos y se posó frente a la chica; soltó un suspiro y la nombró. El rostro completamente ido de la muchacha le observó con lágrimas aún en los ojos.
-¿Lavi…?-murmuró extrañada.
-Lenalee, Kro-chan, tengo algo que decirles…-su único ojo visible se mostraba frío, serio-… lamentablemente me quedaré aquí en China.
-¿Cómo?-soltó un susurro contrarrestando con el viento.
-Lo siento, el panda me ha dado una nueva misión.-manifestó en tono de resignación, y no era del todo mentira, comenzó a sentir un nudo en el estómago y su corazón comenzó a doler.
-Pero, ¿por qué?-preguntó el hombre de apariencia vampírica.
-Después de todo soy un bookman.-fue lo único que atinó a decir para después dar media vuelta y marcharse- Adiós.
-Lavi… ¿tú también me odias, cierto?-musitó la china.
-No te odio Lenalee, después de todo no pudimos hacer nada para evitarlo, aunque quisiéramos… tú no tuviste la culpa.-y sin más se marchó.
"Yo también quisiera creer eso…" pensó sin mirar atrás. Aunque había dicho eso, en el fondo él sentía que parte de la culpa de la muerte de Allen pertenecía a Lenalee. Dios, si no lo hubiera dejado solo no hubiera sucedido algo como eso.
Llevó una mano al corazón, aún dolía y es que su 49 "yo" sería eliminado, ya no habría más Lavi. A partir de ese día llevaría otro nombre y tomaría un nuevo registro. Cortaría todos los lazos que le unían con aquellas personas.
"Adiós, Allen, Lenalee, Kro-chan… Adiós a todos"
Entraron bookman y él a un hotel, el chico se tumbó en la cama mirando aquel cielo de la recámara; a pesar de todo no se le hizo tan difícil como lo había pensado. Tal vez la muerte de Allen fue lo que facilitó todo. Allen…
-Allen-susurró.
Una lágrima dejo escapar de su ojo, aún recordaba cuando lo conoció, aquella desesperación que reflejaba su rostro al tener su ojo izquierdo dañado. Aquellas sonrisas que contagiaban felicidad, cuando había dicho su nombre número 49, y la primera vez que sus labios tuvieron contacto con los suyos.
Inconscientemente delineó sus labios con los dedos, mientras cerraba los ojos intentando recordar los de aquella persona que había amado.
"-¡Ah!-gemía mientras movían las caderas al mismo compás, el albino se aferraba al torso del menor.- ¡L-Lavi!
La banda que traía cayó de su cabeza al cuello, el joven hizo los rojos cabellos hacia atrás para verle mejor.
-Te amo, Lavi-susurró a su oído con las mejillas sonrosadas.
-Y yo a ti, Allen-sonrió para después robarle un beso.
-Te amo… ah, me v-vengo Lavi.-sintió una contracción y un bochorno aún mayor, posó sus brazos alrededor del cuello apiñonado.- C-Córrete dentro…
Y abrazados llegaron al clímax. No podía creer lo que había hecho, él, un bookman, se había enamorado de una persona y peor aún, de aquel exorcista llamado El Destructor del Tiempo. Pero ya no había vuelta atrás.
-Lavi…
-¿Si?
-Lavi…
-Dime, Allen.
-¡Lavi! ¡Lavi! ¡Lavi~!"
-¡LAVI! ¡Pedazo de idiota!
Se encontraba el hombre de la tercera edad zarandeando al adolescente frenéticamente mientras que le daba una que otra bofetada, el menor comenzó a abrir los ojos pesadamente.
-¿Qué sucede, abuelo?-preguntó mientras se restregaba los ojos y soltaba un bostezo.
-¡Báñate pervertido!-le aventó una toalla en la cara para después cruzarse de brazos indignado.
-¿Eh?-le miró confundido.
"Qué raro, siento húmedo"
"¿Me habré hecho del baño?" Se preguntó para después bajar la vista hasta sus pantalones apareciendo un intenso carmesí en su rostro, no podía creer lo que estaba viendo, el sueño realmente le había excitado.
-Pervertido-enfatizó volteándose para dirigirse hacia la puerta- Por cierto, -detuvo el paso- a partir de ahora tu nombre es Adler.
-¿Adler?-chilló no muy convencido- De perdido me hubieras dado uno mejor.
-Tsk.
Y se marchó sin más.
El agua caía sobre el rojo cabello, éste no mostraba signo del parche que siempre solía usar, alzó la vista dejando notar un ojo de tono dorado, para ser más precisos el derecho.
Una lágrima cayó de su rostro mientras apretaba los puños.
-Hoy ha muerto Lavi.
