Otra historia que se me ocurrió :3 espero que les guste, si quieren que agregue algún detalle, solo avísenme. ¡Espero sus comentarios! :3
Capítulo 1 – Primer día
La presentación de Akari no fue precisamente la mejor cuando por fin entró a la Preparatoria Nanamori. Lo único que le consolaba era que no se comparaba al desastre de la secundaria, incluso aunque ya podía ver los ojos vacíos de Chinatsu, Himawari y Sakurako clavados en ella. ¿Su presencia? Una invisibilidad tan inmutable como siempre. Al menos podía decir que le gustaba el uniforme de la preparatoria, pues además de que había dejado que su cabello creciera un poco; el chaleco, la corbata y la blusa le hacían ver más madura.
Estaba emocionada por haber entrado a la preparatoria con dieciséis años, pues ella era una chica algo hiperactiva, le gustaba aprender cosas nuevas y...
Kyouko y Yui corrían por el pasillo a tal velocidad que parecían poseídas por el propio demonio. La noche anterior, la primera se había quedado en el departamento de la segunda y a duras penas había conseguido despertar pues se habían quedado a dibujar hasta tarde. Los horizontes de la rubia se habían ampliado de repente, ya no solo se dedicaba a dibujar doujins de Mirakurun, sino que también preparaba sus propios trabajos originales para enviarlos a una famosa revista de manga: la Namori Hime.
Últimamente, Yui había comenzado a cansarse de ayudarle y con razón: ya eran cuatro noches seguidas en que se quedaba despierta pintando, repasando con tinta líneas hechas con lápiz y borrando mientras Kyouko dibujaba sin parar. El humor de Yui había decaído drásticamente y todo porque a su mejor amiga se le ocurrió decirle a la editora de la revista que era "tan talentosa y capaz" que podría terminar un volumen completo en un mes.
Yui sabía que ni siquiera con la ayuda de Akari, Chinatsu, Ayano y Chitose; todas amaneciéndose al mismo tiempo, podrían con aquella cantidad de trabajo. Incluso Kyouko comenzaba a sentir su pasión… como una obligación. Una vez más, ¿a quién en su sano juicio se le ocurría semejante cosa?
—Mooo Yui-nyaan — bostezó Kyouko mientras entraban a su clase, tenía los ojos cual rayas —. ¿Cómo fue que terminé atrapada en esto?
—Tú te lo buscaste — le dijo Yui mientras se sentaba en la ventana —. Ni siquiera los profesionales terminan volúmenes enteros en un mes, se toman su tiempo.
—Kyaa, Yui-nyaan~ — no había poder humano que consolase a la rubia.
—No fuimos a recoger a Akari de su casa, tampoco fuimos a la ceremonia de apertura — resopló Yui.
—¿Crees que se haya confundido de nuevo y se haya puesto el uniforme de secundaria? — se burló Kyouko, despertando por un momento.
—Eso te pasó a ti — regañó.
Aunque hizo esfuerzos sobrehumanos por mantenerse despierta, Yui no aguantó el peso de sus párpados que le ardían cada vez más; simplemente se entregó a los brazos de morfeo después de una hora en que trató de ignorar su llamado sin éxito. No supo cuántas horas habían pasado en ese incómodo sueño en que veía a los personajes del manga de Kyouko como héroes de videojuegos.
Ahí estaba Naomi, formando la caravana para viajar a la desértica ciudad de Lut Gholein y seguir los pasos de Diablo. Le recibió Jehryn, el alcalde que ocultaba un oscuro secreto en su palacio.
—Funami-san...
Mirakurun aparecía de la nada con una espada de oro, interfiriendo con la destrucción del jefe en las cloacas nivel tres...
—¡Funami—san!
—¿Eh? — Yui levantó la vista y se encontró con el rostro preocupado de Ayano Sugiura quien estaba de pie a un lado de ella.
—E-etto — la susodicha pareció ponerse en blanco de un momento a otro —. Ya es hora de almuerzo — miró hacia un lado, al asiento de Kyouko —. La profesora llamó a Toshinou Kyouko a su oficina.
—Umm, ¿para qué será? — dudó Yui, tratando de recobrar el sentido.
—Creo que requiere de su talento para el dibujo — Ayano se notaba melancólica mirando a algún punto en el horizonte, pero luego volteó hacia Yui y rió de forma dulce —. Es raro que duermas en la escuela, Funami-san. Incluso yo lo sé — puso una mano en la mejilla e hizo un adorable ademán con la otra —. No te contagies de la irresponsabilidad de Toshinou Kyouko, no te atolondres, Londres.
—¡Pjooo! — Yui ocultó su rostro entre sus brazos para poder disimular la carcajada que estaba a punto de soltar, ¿por qué a Ayano siempre se le ocurría hacer ese tipo de bromas cuando hablaba con ella?
—Funami-san, ¿estás bien? — oyó a la preocupada vicepresidenta, (algunas cosas nunca cambiarían).
—E-Estoy bien — con la voz algo quebrada y las facciones tensas, Yui trató de disimular y levantó la mirada —. No pasa nada, manada…
Ayano se dio la vuelta abruptamente. Demonios, ¿le había hecho sentir mal? Ella y sus torpezas.
—A-Ayano… — le llamó, pero dos personas en la puerta le distrajeron.
—¡Yui-senpaaaai!
—¡Chinatsu-chan! ¡Akari-chan! — A Yui se le dibujó una sonrisa alegre pero tranquila mientras se levantaba y con su típica expresión algo avergonzada, recibía el abrazo emocionado de Chinatsu.
—¡Kyaa! ¡Yui-senpai volvemos a estar juntas en la misma escuela! — la chica ojos verdes frotaba su mejilla al hombro de senpai.
—Yui-chan, este año mi presentación fue normal — le comentó Akari, orgullosa mientras levantaba el puño —. Lograré recuperar mi presencia en el instituto, ¡estoy decidida!
—Wow, Akari-chan, nunca te había visto así.
—Yui-senpai estoy tan feliz de estar a tu lado de nuevo, ¿tú no estás feliz? — Chinatsu ignoró a su amiga pelirroja.
Entre charla y charla, Yui tenía la mejilla apoyada en una mano que descansaba en el mesón de su asiento. Dos o tres veces, se encontró a sí misma mirando algo detrás de sus amigas de primer año; con tal fijeza que rivalizaba la mirada de Mari-chan.
—Yui-senpai, te noto distraída — observó Chinatsu, a continuación frunció el ceño y se dio la vuelta para ver qué o quién distraía a su senpai —. Ah — volteó, horrorizada —. Yui-senpai, ¡¿estás viendo a Sugiura-senpai?!
—Eh, ¡no lo grites! — se exaltó Yui —. No se trata de eso — se calmó al instante y solo sonrió —. Es que debo preguntarle cuándo debemos entregar el primer formulario de este año... — vio a otro lado con sus clásicos ojos vacíos y la sonrisa culpable.
—¿Ya tienen de esos? — Preguntó Akari, impresionada y a la vez preocupada —. Wow, la preparatoria sí que es dura.
Yui aun recordaba cómo el año anterior, Ayano se había unido al Consejo de Estudiantes como siempre; sin embargo, lo especial radicaba en que aun a pesar de las constantes amenazas que le lanzaba al Club de Entretenimiento en la época de secundaria, les ayudó a establecerse como un club fijo pues en preparatoria no sería tan sencillo conseguir una sala vacía. Los cinco miembros necesarios para la fundación de ese tipo de organización, fueron amablemente cubiertos por Chitose, Rise-senpai y la misma Ayano; aunque ellas no asistieran como miembros frecuentes, sus nombres figuraban en la lista de fundación y le daban legitimidad a tal grupo, al menos hasta que Akari y Chinatsu se unieran a ellas una vez más.
Lo único malo de todo aquello, aunque no tan complicado, era que a cambio de usar la abandonada sala del club de té de Preparatoria; tendrían que hacer alguna actividad en el festival cultural. El año pasado habían limpiado el teatro después de la función aunque eso no había convencido del todo a su tutora, por lo que se veían obligadas a cambiar de estrategia; pero sería más sencillo con Akari y Chinatsu de vuelta en su grupo.
Pero las protagonistas de aquél episodio en que tuvieron que limpiar el teatro, no fueron solo Yui y Kyouko; sino también Ayano, Chitose y Rise entre las sombras. Mientras en el segundo piso de utilería detrás del escenario, Yui y Ayano descolgaban la escenografía; la primera se había dado cuenta que mientras la segunda se mantuviera cumpliendo con alguna de sus obligaciones o simplemente "ocupada", las conversaciones no iban tan mal, de hecho eran muy agradables.
Era imposible no darse cuenta de que la muchacha de pelo violáceo era muy dulce, amable, graciosa y sobretodo responsable cuando de cumplir sus obligaciones se trataba; un tipo de persona al que Yui no estaba acostumbrada pero que de hecho siempre había admirado. No lo había notado tanto sino hasta ese primer año de preparatoria en que, sin el escándalo que normalmente hacían Chinatsu, Sakurako y Himawari; su atención no se desvió de la ahora vicepresidenta del Consejo de Estudiantes.
En varias ocasiones antes de vacaciones, se quedaba con la mirada fija en Ayano Sugiura, veía que ella no solía llevar el chaleco color crema de la preparatoria, solo la corbata y la blusa; bajo la falda, sus clásicas medias hasta la mitad del muslo. Nunca había visto a nadie de esa forma y continuaba así en segundo año… lo supo con solo encontrarse con su lindo rostro cuando le despertó de su incómodo sueño.
Con la mano derecha, se dio palmaditas en la mejilla y negó con la cabeza.
—¿Verdad, Yui-chan? — la voz de Akari le sorprendió distraída. No había oído nada de la conversación.
—S-Sí… por supuesto — fingió.
—¿Ore? Yui-chan, moo, ¿por qué no me escuchas? — la pelirroja puso esa graciosa expresión de enojo de siempre.
—Lo siento, Akari-chan, no he dormido bien — otra mentira y sus ojos vacíos volvían a mirar a otro lado y mostraba su sonrisilla culpable —. He estado ayudando a Kyouko con su manga original.
—Kyouko-senpai debería dejar de obligarte a hacer esas cosas — Chinatsu se cruzó de brazos y frunció el ceño, algo molesta.
—Me gusta ayudarle — rió Yui —. Pero estamos atrasadas — volteó a Akari —. ¿Qué decías, Akari-chan?
—Que a partir del año pasado el Club de Entretenimiento hace actividades oficiales…
—Oh, sí, verás, Chinatsu-chan…
—¡CHI-NAT-SU – CHAN! — la alegre voz de Kyouko se oyó en todo el salón y a continuación ésta se lanzó sobre la chica de coletas, abrazándole por la espalda —. ¡Te extrañé tanto! ¡Vamos a hacer cosplay de Mirakurun para celebrar! ¡Te ves tan linda así! — hizo ademanes y sonidos como si fuera a besarle.
Yui se levantó de un salto y golpeó a Kyouko, más por costumbre que por otra razón, aprovechó de descargar su estrés. Sin embargo, mientras tomaba a la rubia por el cuello, su vista volteó hacia Ayano, quien tenía esa expresión de decepción en el rostro. Su Toshinou Kyouko de nuevo corría detrás de Chinatsu-chan solo por el parecido físico a un personaje de manga.
Por un momento, Yui sintió irresistibles ganas de volver a golpear a Kyouko, ¿cómo se atrevía a hacer sentir mal a la tierna y amable Ayano?
Tal vez hablaría con ella al respecto, aunque aún no se le ocurría una excusa que no sonara extraña. Reflexionó en silencio en todo el día y sin poner real atención en nada. Ya terminando el día escolar, vio a Ayano abandonar el salón; seguramente se dirigía a la sala del Centro de Estudiantes. Se vio a sí misma sonriendo y levantando una mano para despedirse de la vicepresidenta cuando ésta volteó y su mirada se posó en Kyouko quien aun dormitaba; cuando vio los amables gestos de Yui, le respondió de la misma manera.
Su coleta color violeta se perdió detrás de la pared del salón y Yui suspiró, notando que sus mejillas se habían calentado un poco. Frunció el ceño, sin entender lo que estaba ocurriéndole.
—Yui-nyan~ — canturreó Kyouko, sacando a su mejor amiga de su ensueño —. ¿En qué piensas? ¡Qué rara has estado hoy! ¡Anda, vamos al club! — sonrió victoriosa dándole palmadas a su mochila del instituto —. Traje algunas páginas de mi manga original para que Akari y Chinatsu-chan nos ayuden — levantó el pulgar.
—¿Eh? ¿Chinatsu-chan? — se asustó Yui.
—Tengo una idea que nos hará sacar el lado más hermoso de Chinatsu-chan — la rubia puso ambas manos en sus mejillas, sonrojándose ante el solo pensamiento del clon de Mirakurun.
Mientras salían, continuaban con su conversación.
—No creo que esté bien hacer que te ayuden con tu manga en su primer día de instituto, podríamos darles una mejor bienvenida — de forma inconsciente, se dio la vuelta y revisó el pasillo con la vista. No, Ayano ya no estaba.
—Moo, Yui-nyan~ — se quejó Kyouko, pero al notar a su amiga tan ausente, se inclinó cerca de ella —. Yuii — le llamó, algo desesperada. Recibió un ligero golpe como respuesta.
—Cálmate.
—Bueno, ¿bienvenida dices? — la rubia regresó a su postura de siempre —. ¿Qué podemos hacer? ¡Ya sé! ¡Una prueba de valor!
—¿En pleno día?
—¡Una competencia de comer!
—¿De dónde sacarás la comida?
—¡Una carrera alrededor del instituto!
—Se perderían…
—¡Qué buenas respuestas, Yui! ¡Nunca me decepcionas! — Kyouko levantó un pulgar con orgullo.
—¿Debo tomarlo como un cumplido?
—Mooo — se quejó —. ¿Entonces qué hacemos?
—Pues… — una idea iluminó el cerebro de Yui —. Ya sé, ¿qué tal si invitamos a la sala del club a las chicas del centro de estudiantes?
—Mmm — Kyouko le vio con fijeza —. Tienes razón, Sakku-chan y Oppai-chan también acaban de entrar a instituto y no fuimos a saludarles.
—Eso pasó porque nos quedamos dormidas a causa de tu manga.
—¡Oh, ya sé! — ella pareció ignorar el comentario —. ¡Vayamos por Akari y Chinatsu-chan y les damos una sorpresa en su misma sala!
Al cabo de varios minutos, arrebatos de Kyouko y preguntas de sus amigas de primer año; la rubia abría la puerta de la sala del Centro de Estudiantes de un tirón y lanzando un grito al aire.
—¡Sugiura Ayano!
—¡To-Toshinou Kyouko! ¿Qué haces aquí?
Yui entró al lado de Kyouko mostrando su mejor sonrisa, sin perder la compostura, por supuesto. Estaba feliz de que hubiera podido ver a la vicepresidenta una vez más ese día.
—Bueno, bueno — explicó Kyouko, despreocupada —. Yui tuvo la idea de que viniéramos a visitarles — puso una cara de graciosa complicidad burlesca al tiempo que se tapaba la boca con una mano —. Quería verte una vez más — le imitó con las manos en sus mejillas —. "Vamos a ver a Ayano-chan al centro, muero por ver su bonita cara".
Yui se sonrojó al instante y una expresión de horror inundó su rostro.
—¡Cállate! — le dejó un chichón en la cabeza a la rubia —. ¡Eso nunca pasó!
—Ejejeje, pero qué sorpresa — rió Chitose con una mano en la mejilla y su suave voz.
—¡Kyaa, Yui-senpai, no me digas que…!
—Chinatsu-chan, no le… — inevitablemente vio a Ayano, quien parecía sorprendida… y algo sonrojada… Yui recuperó la compostura y habló con tranquilidad —. En realidad quisimos hacer una reunión de bienvenida para las chicas que acaban de entrar a preparatoria.
—¡Ohhh! ¡Bienvenida! ¡Vamos a jugar! — Sakurako no había cambiado en nada, seguía igual de enérgica que siempre.
—Trata de comportarte — le regañó Himawari, quien tenía el cabello algo más largo y era al menos siete evidentes centímetros más alta que su rival.
—Oh, pero debemos limpiar esto — comentó Chitose señalando los escritorios que estaban llenos de solicitudes de clubes y demás papeleo de inicios de año en que más trabajo tendrían.
—Yo iré por algunas golosinas al club, olvidamos sacarlas — sonrió Yui.
—¡Yo voy contigooo! — levantó la mano Kyouko.
—¡Ayuda a ordenar!
—Moo, no quieroo…
—Yo iré contigo, Yui-chan — se ofreció Akari.
—Ni hablar, Akaza-san, ustedes son las de la bienvenida — de pronto, Ayano intervino —. Yo acompañaré a Funami-san.
—Gracias, Ayano.
—¡Oye! — reclamó Kyouko de forma graciosa —. ¿Por qué a ella no se lo niegas?
—Porque tú solo quieres librarte de la responsabilidad de ayudar aquí.
—Eres cruel, Yui-nyan.
Yui y Ayano iniciaron el camino a la sala del club de té que se encontraba en el clásico lugar oculto entre árboles y hierba. El camino transcurrió algo silencioso, Yui no tenía claro qué decir, pero a diferencia de las ocasiones anteriores en que se encontró sola con Ayano; no se sentía incómoda, más bien algo eufórica, tal vez nerviosa. Emociones que siempre supo ocultar muy bien y que en ese mismo momento no entendía del todo.
—Funami-san — le llamó Ayano mientras bajaban las gradas a paso normal.
—¿Sí? — respondió de forma amable.
—P-pues — titubeó mientras observándole de reojo, Yui se daba cuenta de que ella bajaba la vista —. ¿C-crees que T-Toshinou Kyouko s-siga e-e-e…
—Tranquila, puedes preguntarme lo que sea — sonrió ella y pensó en cualquier cosa que pudiera calmar su nerviosismo, entonces recordó lo que la misma Ayano le había dicho en la mañana —. No te atolondres, Londres.
—¡Pwaaa! — Ayano se tapó la boca y ocultó el rostro. "Demonios, ¡creo que lo hice peor!", fue inevitable para Yui pensar eso; pero la vicepresidenta le mostró una sonrisa dulce —. Eres muy graciosa, Funami-san.
—¿Eh? ¿No hice que te sintieras mal?
—No, no, no — ella parecía algo nerviosa —. No tengas cuidado, venado.
—¡Pjooo! — Yui desvió la mirada y se tapó el rostro con un brazo.
—L-lo siento…
—No… no es eso, también eres divertida, ejeje…
—Oh…
Se miraron durante dos segundos y ambas, al mismo tiempo, desviaron la mirada mientras por fin entraban a la sala del club de té. Era más amplia que la anterior y de alguna manera habían logrado pintar nuevas tazas con sus nombres que en vez de una decoración celeste, tenían dibujos de color amarillo. Era agradable estar allí, pues el estilo japonés le recordaba a su antiguo refugio secreto.
En la caja de las golosinas, se encontraba la nueva vajilla para el té y Ayano, extrañada, cogió una de las tazas y la miró con cariño, Yui le sonrió, pues esa decía el nombre de la vicepresidenta; debajo estaban las de Chitose y Rise.
—¿Aun las conservan? — preguntó Ayano, algo nostálgica.
—Por supuesto, ustedes son miembros oficiales, nos ayudaron a fundar el club el año pasado — explicó Yui con tranquilidad —. Creí que sería buena idea escribir sus nombres en ellas para cuando vinieran.
—Espera, Funami-san, tú… ¿tú lo escribiste?
—Sí — desvió la mirada y alzó las golosinas.
—Siempre creí que Toshinou Kyouko…
—Ejeje… — se detuvo frente a ella —. Volvamos al Centro de Estudiantes, luego me ocuparé de eso, con tanto trabajo con el manga de Kyouko, aun no escribí los nombres de Akari y Chinatsu-chan.
Antes de salir, pudo notar cómo Ayano continuaba mirando su propio nombre en aquella taza, su rostro se veía extraño, ¿acaso sus mejillas estaban sonrojadas? El notar esto, solo hizo que el corazón de Yui se acelerara…
Pero aun no entendía bien, eso que sentía.
Continuará...
