Esta es la historia de un hombre, solo un hombre, que ni siquiera

poseia un nombre. Este hombre habitaba un mundo de ciegos, donde nadie veia su

realidad (les parece familiar esto verdad), veian solo lo que ellos deseaban

ver y nada más. Solo el podia ver la realidad pero poseiad una peculiaridad, el

veia si, pero en colores no... todo lo veian en tonos distintos de blanco y

negro, hasta ahi llegaUn dia... Gris igual que todos, se encontro con un pobre hombre

tirado en la calle, gritando sus delirios: "No hay mayor riqueza que la

mia, asi que entiendo tú envidia! seguro que tu vida darias por poseer lo que

yo tengo! una hermosa casa, una adorable familia y dinero, mucho dinero, lo que

hace al mundo girar!" esto lo repetia una y otra vez a quien en su camino

se encontrara... Este pobre tonto que de su riqueza alardeaba, cuenta no se

habia dado... de que solo se habia quedado, este "Sin nombre", con tristeza

lo observaba y muy detenidamente lo estudiaba, con pena y sigilo a su lado

pasaba y poco a poco de este loco se alejaba, si... "loco" ya que por

su codicia, cegado, loco y pobre... quedo.

Otro día... No tan común, "Sin nombre" se levanta, se

moja el rostro, se mira al espejo y con una mirada calculadora estudia su

rostro, siempre con la misma exprecion tieza y sin vida, de fria mirada y

aspirando siempre el mismo ahire hinospito y vacio. Nuevamente, va a caminar

por la calle, la encuentra extrañamente vacia, como que se sentia un aire de

suspenso, no presto mucha atencion a esto y siguio con su camino, siempre al

pasar por la plaza del barrio, se encontraba con una mujer desdichada y

agresiva. Siempre que alguien se le acercaba esta lo reprendia y a gritos le

decia: "Ey tú, si tú, como te atreves a mirarme, pero tú mirarme a mi? la

mujer más bella del mundo, la joya más codiciada, deseada por todos, y que todo

harian por conmigo estar, asi que tú ni te me atrevas a voltear".

Esta mujer, un dia en verdad fue la más bella mujer que pudo

haber existido, pero la mala vida, y las malas compañias al fondo del abismo la

habian llevado, antes uno siempre la veia con las mejores galas vestidas y

ahora solo se la ve con una bolsa por sombrero y trapos sucios que no logran

ocultar las huellas que el tiempo le ha dejado en su persona, en realidad

apenas si le llegaba a tapar lo que ojos sencibles no deberian (y no querian)

observar... Pero lo raro era que siempre esta mujer estaba en el mismo lugar,

en una de las aceras cerca del viejo burdel, y cuando el sin nombre por alli

paso, con ella no se topo y eso le extraño, pero igual su camino siguio,

pensando en estupideces por las calles recorrio y fue que en una esquina, muy

dejada y sucia, a una pareja diviso, era esa loca presumida y el loco sobrador,

charlando se encontraban los dos, hasta parecia que él la acortejaba, esto al

sin nombre mucha gracia causo y dijo al viento "Siempre hay uno roto para

una mal cosida" y con este pensamiento ilarante su camino continuo, cuando

derepente, algo ocurrio, comenzo a pensar en aquella singular imagen, ella una

pobre indigente y el otro igual, ambos con grandes pesares, pero, la verlos

juntos, proyectaban una escena de paz, de armonia, esto lo intrigo y se dijo:

"Si estan sufriendo los dos, cual es la razon de su dicha, por que al

estar juntos, o el estar con otro desdichado igual o peor la carga se aliviana,

o que chiste tiene estar con alguien que este peor que tu, si en nada ayudar o

como es la cuestion? no lo entiendo, y no lo entendere, ya que siempre seremos

solos tú y yo soledad" luego de esto pensar esa pequeña mueca que nunca

habia hecho despues de muy largo tiempo, de nuevo desaparecio y en su lugar se

coloco su seño de dolor y tristeza sin par...

Llego a su hogar, se aseo, se acosto y justo antes de dormir, de

nuevo recordo esa peculiar pareja, fue solo un segundo y luego se entrego a los

brazos de Morfeo.

Al dia siguiente, al despertar, algo intenso se apodero de su

ser, se sintio, raro, triste, más de lo normal. Se cambio, el rostro se lavo y

devuelta a la calle el se dirigio, pasando por el viejo autocinema, recorriendo

el dejado parque, y las casas con la hierba tan alta, que casi hasta el tejado

de estas llegaba, decidio dar una vuelta por el antiguo museo, que era tan

viejo que hasta podria ser parte de su exibicion, ahi de nuevo se topo, con

aquella pareja de locos, riendo y burlandose de las antiguedades, luego

comenzaron a abrazarse y demas, el loco que no queria presenciar tal acto de

cursileria, casi volando paso y a paso rapido de ese lugar se alejo, siguio

recorriendo el lugar, hasta que en el bosque se adentro, uno que se encontraba

en los confines del pueblo, cada vez se fue adentrando más y más...

De pronto, vio a lo lejos una pequeña cabaña, rustica y algo

dejada, contaba con una pequeña huerta en su patio trasero, y unas cuantas

rosas alrededor, se acerco con sigilo para ver quien era el propietario de ese

singular hogar.

Miro por una de las ventanas, y vio a una joven que se encontraba

en el interior aseando, era una joven esbelta, de mirada tierna y triste a la

vez, con una larga y ondulada cabellera negra, que casi cubria por completo su

palido y angelical rostro, el sin nombre quedo sin palabras, sin aliento, nunca

en su vida habia visto algo tan bello, en realidad nunca habia visto algo

siquiera lindo en su vidal, pero aseguraba que ni aunque hubiera visto a un

angel, su belleza no se compararia con a de esta joven, de pronto sintio un

fuerte ardor dentro de si, se sento al pie de la ventana y comenzo a decir para

si: "Que diablos estoy sintiendo, que rayos me esta pasando, sera que me

voy a morir, o una horrible criatura saldra de mi?, no lo entiendo nunca habia

sentido algo asi jamas en mi vida", en el interior de la cabaña esta joven

creyo haber oido un ruido, temerosamente se acerco a la ventana y vio a un

extraño sentado al pie de su ventana, le llamo la atencion, pero decidio

alejarse y no hacerle mucho caso, el sin nombre se compuso un poco y a toda

prisa se dirigio a su casa, se recosto y dormido quedo, luego de que se

desperto medito y se pregunto, fue un sueño o en realidad paso? y si fue asi

quien era esa joven que tanta impresion me causo, de nuevo debo verla, se aseo,

se cambio d ropa, y se dirigio de nuevo a aquella escondida cabaña.

Se recosto por la ventana y observo a la joven, de repene ella

voltea y ve al extraño del otro dia observandola desde su ventana, ella con

temor le da un gesto por saludo, el le contesta, ella va hacia la puerta y lo

invita a entrar, este acepta y toma asiento, luego de un largo silencio

incomodo el comienza a hablar: Hola. hola. solo eso se dijieron, y no recuerdo

como pero siguieron conversando un largo rato, luego el se despidio y prometio

volver al dia siguiente ella le contesto con una sonrisa y el con una especie

de mueca, llego a su casa se aseo y con un poco de alivio se durmio.

Esa mañana, se levanto bien temprano y fue como disparado a la

cabaña, llego alli, la saludo y rapidamente a conversar se pusieron, asi

estuvieron durante horas, y antes de que sea hora de que el se marchara, ella

le pregunto: Y tu nombre cual es?. con timidez contesto, nombre no poseo yo.

Como que no lo posees?, todos poseemos uno. Pues casi todos, yo no lo tuve, no

lo tengo y no creo que lo tenga. Yo puedo cambiar eso, si tu lo deseas. Como?.

Un nombre te dare, si en desacuerdo no estas?. No hay desaprobacion. Viento,

que tal te parece. Me gusta pero... puedo preguntar por que?. Es que para mi

tienen semejanza, ambos son sigilosos, timidos, el viento no se muestra, no es

que no se pueda ver, y tu eres igual, solo que te presentaste ante mi, y fue

como un soplo de viento que a calmarme viniste. Ahora pregunto yo, tu nombre

cual es?. El mio es Penumbra, no te gusta. No me gusta, me encanta!, en ese

momento sin pensarlo dos veces el la beso, y luego de eso por primera pero no

por ultima vez pudo ver los colores de en verdad y se percato de los hermosos

ojos verdes que Penumbra poseia, el se mudo con ella, y juntos permanecieron,

el veia todo, lo negro, lo blanco, lo azul, lo verde, pero ademas de ver los

colores empezaba a darse cuenta de que en la vida en si, no todo es blanbo y

negro.

Por eso siempre, sin importar la hora, en la penumbra de la noche

siempre habra un suave y tierno soplo de viento...