Holaaa criatura que entras a leer el fic c: (Te he dicho hola, así que espero que en tu casa hayas respondido con otro hola ¬¬)

Disclaimer: Estos personajes no soy mios, son sacados de la serie Kuroko no basket C_:

Aquí te traigo una historia con la que quiero que tu corazoncillo se enamore un poco mas de esta pareja tan dulce de la serie :D (Si, yaoi OwO)

No te digo de que va porque solo leyendo los capitulos que iré subiendo lo descubrirás :D


POV -Takao

"Creo seriamente que los resfriados son algo así como un castigo por disfrutar en exceso. Y ya si el refriado no es solo de mocos y tos, sino que también tienes fiebre es que resulta que ya pasaste la línea permitida para divertirte. ESTO ES ASÍ."

No mucha gente lo sabe, pero mis padres están divorciados. Cada dos fines de semana me voy con mi padre que vive en Kanagawa con su novia, mientras, el resto del tiempo vivo con mi madre y mi hermana pequeña en Tokio.

Ayer mi padre y yo nos fuimos a cenar fuera de casa debido a que se va todo el fin de semana y me deja la casa para mi, pero el clima veraniego de Japón siempre te sorprende con lluvias espontaneas. Como mi padre está casi mas desquiciado que yo acabamos corriendo bajo la lluvia en búsqueda de un taxi.

Yo decidí que era el momento de caerme en un charco en plena carrera.

Llegamos a casa, si, pero yo todo empapado. Tanto me mojé que el frío me caló los huesos. Y ahora aquí me tienes, con una fiebre que se puede soportar, tos, abrigado hasta la nariz, esperando a Shin-chan.

La semana pasada lo invité a pasar el fin de semana, y obviamente no iba a cancelar nuestros planes por un refriado de poca monta. Sorbo por la nariz intentando que algo de oxigeno llegue a mis pulmones. Joder, cuánto tarda en llegar el maldito tren.

Decido asomarme, acercándome hasta la línea que indica que no debes cruzar hasta que el tren se detenga. Nada, silencio absoluto. Bueno, absoluto, me refiero a que no se oye ruido de tren, porque está claro que en la estación de tren hay ruido.

Una voz femenina informa de la llegada del tren procedente de Tokio. Conozco bastante bien ese tren, porque es el mismo que yo utilizo cuando vuelvo desde casa de mi padre hasta la casa de mi madre. Hace varias paradas, desde el exterior de la ciudad hacia el interior de la misma. No es directo pero es más económico.

Empiezo a pensar en donde llevar a Shin-chan. Menos mal que no estamos en casa, porque si no tendría que llevar ese carro tirado por una bicicleta. Lo admito, he conseguido una resistencia increíble, pero joder, después de clase lo que menos apetece es tirar de ese trasto.

De repente comienzo a ver puntitos blancos. Pestañeo varias veces, pero cuanto más lo hago más me mareo. Cierro los ojos, intentando que se me pase. Entonces oigo a una señora gritar. ¿Le están robando? Intento mirar hacia el lugar donde proviene el grito, pero apenas veo nada. Comienzo a escuchar mas gritos, pero yo estoy mas preocupado en que solo veo una luz fluorescente mientras me tiembla el cuerpo.

Espera, ¿Me tiembla el cuerpo? Muevo la mano y, ¿Cuándo me he tumbado el suelo? Un suelo bastante incomodo por cierto, porque tiene muchos bultos. Entonces el temblor va desapareciendo pero un sonido agudo y molesto surge de la nada. Es como el sonido de cuando frenas en seco un coche, ese chirrido, pero diferente.

Cierro los ojos, porque me agobia tenerlos abiertos y no distinguir nada. Busco un apoyo para levantarme, estirando mi mano derecha. Toco una superficie metálica que surge vertical a mi lado. Imposible, yo no estaba cerca de ninguna pared.

Una voz familiar me llama. Noto esa voz histérica, y es raro, porque nunca antes había escuchado tal histeria provenir de él.

Me zarandea, pero no puedo quejarme porque no me salen las palabras. La persona que me zarandea repite mi nombre una y otra vez. Se acerca a mis labios, supongo que para comprobar si respiro, porque seguro que desde fuera parezco un zombie. Se separa de mis labios y me abraza con fuerza.

Que abrazo mas cálido… Huele a sopa de judías, así que seguro que es Shin-chan…

POV –Midorima

Creo que debo dejar de mirar la hora. Me molesta mucho no llegar puntual al lugar acordado, y sé que Takao disfruta cuando no soy puntual, y eso no puedo consentirlo.

He tenido que entrar en otro vagón porque el infantil de Kise ha aparecido de repente. No es que no le soporte en su totalidad, es que es demasiado ruidoso, llamativo, activo e infantil para mi gusto.

Me recuesto en el asiento del tren, mirando hacia el frente. La verdad es que Kise me recuerda un poco a Takao… Bueno, Takao al menos sabe cuándo debe estar serio. Incluso podría decir que Takao es bastante más responsable. Si que está desquiciado y hace muchas locuras, pero sus locuras parecen tener cierto límite, o eso quiero creer.

Sin darme cuenta el resto del trayecto lo paso pensando en Takao. No de una forma extraña, sino como un amigo, un buen amigo. En realidad nunca he tenido alguien como el cerca. La palabra "amistad" me era desconocida hasta que llegó Takao, entrando en mi vida como si se tratase de un elefante en una cacharrería.

Un suspiro se me escapa dibujando una sonrisa discreta. "Creo que estoy contento de que Takao sea mi amigo, aunque no se lo puedo decir… No habría quien le soportase…"

Un golpe seco del tren me saca de todos mis pensamientos. El tren ya está dentro de la estación, pero se ha detenido a mitad. La voz del conductor informa que alguien ha caído a las vías del tren, que por unos centímetros ese alguien va a poder contarlo. Pide que los pasajeros bajen con cuidado por los vagones que dan a una zona con suelo.

Bajo y lo primero que veo es la cabellera rubia de Kise corriendo escaleras arriba. Seguro que ha quedado con una chica y llega tarde(*). Lo segundo que veo es el barullo de gente frente al tren. La curiosidad me supera, aunque normalmente no es así. Me acerco y veo a un par de policías bajando hacia las vías. Luego veo el cuerpo del chico que ha caído. Si que se ha salvado por un pelo, porque con su propia mano puede tocar el tren desde abajo.

Los policías le quitan la bufanda. Entonces noto que el corazón me da un vuelco.

Aparto a la gente y salto a las vías del tren. Uno de los policías me dice que es peligroso estar ahí, entonces yo le replico:-¡Le conozco! ¡Se llama Takao Kazunari!

Prácticamente aparto al policía de un empujón y me acerco a Takao. Lo muevo con cuidado, ya que parece que se ha hecho una brecha en la cabeza. Repito su nombre una y otra vez. Al principio a gritos, luego mas bajo. Acerco mi mejilla a sus labios para ver si respira. Noto que tiene fiebre, y que su respiración es entrecortada. Seguro que está resfriado… ¿Porqué demonios no ha cancelado lo de este fin de semana? ¿No se ha dado cuenta de lo que podría haber pasado?

La policía me informa que han llamado a una ambulancia. Yo simplemente abrazo a Takao, tal vez por miedo, tal vez por desesperación.

Tras un traslado largo hasta el hospital de la ciudad llamo a la casa de su madre. No contestan la teléfono. Marco el número de su hermana pequeña. Cuando ella me dijo que me daba su número para emergencias nunca pensé que sería para esto. Simplemente pensé que era una Mini-Takao que también le divertía ponerme nervioso.

Un pitido, dos pitidos, tres pitidos. Nada, tampoco contesta.

El médico sale del cuarto donde está Takao: -Tu eres el chico que le acompaña, ¿No? –Asiento con la cabeza- Verás, no tiene ninguna herida grave, seguramente se mareó por la fiebre. Vamos a dejar que esté en reposo hasta mañana. Hasta que despierte no podremos saber si el golpe ha sido mas serio de lo que podemos creer.

Con un gesto me indica que puedo pasar al dormitorio. Me despido todo lo formalmente que mis nervios me lo permiten y entro como una bala. Le veo ahí, tumbado y calmado. Es extraño, pero parece alguien diferente en ese estado. Me siento a su lado en una silla que se encuentra junto a su cama. Su mano izquierda sale por debajo de la sabana, pidiendo algo de calidez.

Estiro mi brazo y aprieto su mano. Como si eso hubiese sido un desfibrilador Takao corresponde al apretón, abriendo sus ojos despacio.

-¿Shin… chan?


(*) Esta historia viene de otro de mis fanfics Tal vez no fui muy claro, en el momento que Kise llega tarde al lugar de encuentro con Kasamatsu.

Y por eso cuando estamos malitos no podemos salir a la calle :C

Esta historia sigue, y espero que para largo. Coméntame que te ha parecido, y, como digo siempre... VOLVERÉ