Regresión
Por: Drama y Romance
Capitulo: 1
XX
Caia la tarde en konoha y Sakura corría hacia el campo de entrenamiento donde sabía que estaba Sasuke terminando su entrenamiento. Había comprado unos ungüentos para obsequiárselos para motivarlo en su entrenamiento y se moría de ganas de ver su expresión cuando se los diera en sus manos.
Quería verlo hacer aunque fuera una sonrisa. Había intentado otras veces trayéndole el almuerzo pero nunca funciono, él se quedaba con la misma expresión apática mientras sostenía la caja de madera y la podía en el suelo donde todas las mañanas la encontraba intacta.
Se ponía triste pero no perdía su optimismo.
Se internó en el bosque y camino hasta llegar al punto donde estaban los tres troncos clavados en el suelo cubierto de hierba. Podía escuchar el sonido del metal clavarse en la madera de los árboles y oler el humo.
Estaba de espaldas a ella pero inmediatamente se dio cuenta de su presencia. Se giró a mirarla y exhalo sin cambiar su mueca de fastidio.
—Sakura.
—Hola Sasuke-kun, yo...veo que acabaste tu entrenamiento—dijo sonriéndole.
—No realmente, ¿qué quieres?
Sin mostrarse afectada por su tono frio ella saco los frascos con el ungüento.
—Son para ti.
Sasuke exhalo y negó. No entendía por qué siempre ella lo interrumpía con sus tonterías, porque no podía dejarlo solo con sus asuntos.
—No los necesito—señalo sin recibirlos regresando a su lugar anterior junto a la madera quemada que estaba en el suelo.
—Pero...Sasuke-kun...
Bien era sabido que Sasuke Uchiha no era un hombre paciente y menos cuando interferían en sus valiosas horas de entrenamiento. Él gruño y volvió a mirar a su compañera.
— ¿Por qué pierdes el tiempo haciendo esto ah?, ¿no tienes que entrenar tú también?, ¿o es que gozas siendo una carga para Naruto y para mi Sakura?
Las palabras del moreno eran duras y dolorosas para la chica de cabello rosa. Antes ese pensamiento la molestaba, quiso desmentirlas, pero con la honestidad mordaz de Sasuke llego a la conclusión de que en verdad era una carga para ellos; Naruto no lo decía porque era más considerado que el Uchiha, pero también lo había pensado.
—Eres débil Sakura, mejor ve y apártate para que no interfieras también en nuestro camino. Nosotros si queremos ser ninjas.
Dejándola sola con su pensar y sin molestarse en lo duro que había sido con ella Sasuke se fue. Sakura se llevó el brazo a la cara limpiándose las lágrimas y apretando los labios salió corriendo.
—Porque, porque Sasuke...
Corrió y corrió sin parar sin mirar donde pisaba o sin darse cuenta que estaba corriendo hacia un hoyo oculto entre los matorrales. Su pie resbalo y tropezó directamente en el fondo de ese hueco. Cayo sobre una cama poco suave de pasto mirando hacia el cielo lleno de estrellas y con los ojos aun húmedos se quejó por su estupidez sintiéndose adolorida.
Una estela brillante surco el cielo hasta perderse entre las copas de los altos árboles. No supo que era, pero la llamaba.
Hipnotizada se incorporó de un salto y corrió entre los arbustos arañándose los brazos y piernas hasta que llego a las afueras del bosque donde en un profundo cráter encontró un objeto amorfo brillante.
Era una estrella pudo deducir por sus picos y su resplandeciente forma.
—Una estrella fugaz—dijo una voz.
— ¡Quien eres! —grito sacando un Kunai y tomando posición de batalla. —Donde estas.
La voz se burló y dijo:
—Aquí niña, soy la estrella.
Sorprendida se llevó una mano al brazo y se pellizco pensando que se trataba de un sueño, pero cuando se encontró en el mismo sitio pensó que talvez si se había golpeado fuerte la cabeza en su caída.
—Q-Que...no...Es posible...es...
—Un sueño—termino la voz. —Lo lamento niña, pero no lo es. Soy una estrella fugaz, supongo habrás escuchado las historias.
Sakura nego sin saber a dónde mirar.
—Una estrella fugaz es como cualquier otra estrella, solo que es una más vieja que al cumplir su tiempo en el cielo cae a la tierra. —explicaba aquella voz cansada en un suspiro. —Mira, tal vez tampoco lo sepas pero al ser la primera en verme caer tienes derecho a un deseo.
Sakura sacudió la cabeza. Aun no entendía como es que podía hablar si era una estrella.
—No te creo, no es posible que algo así exista en el mundo. La magia es solo una mentira.
Aquella entidad noto que ella estaba triste y se encendió su curiosidad.
— ¿Por qué lloras? —cuestiono viendo las gotas caer hasta el suelo.
—No es nada.
—No parece nada, es por lo que paso con ese joven—continuo hablando haciendo que la chica se sorprendiera.
—Sabes, hay personas por ahí que pasan por cosas peores.
Sakura frunció los labios. Que podía ser peor que ser un estorbo para alguien que tanto quieres, que te vean como basura.
— ¿Si?, bien desearía ver alguno.
Hubo un sonido de cristal agrietarse y una luz cegadora la envolvió completamente hasta que le fue imposible mantener los ojos abierto.
—Bien que así sea.
XX
Más tarde escucho el sonido de aves y sintió el sol en la cara. Se levantó y abriendo los ojos se dio cuenta que estaba donde había caído.
—Que sueño tan raro—dijo llevándose una mano a la cabeza para masajear su nuca.
—Oye no tienes por qué ir tan rápido.
Viendo hacia arriba vio la silueta de un chico. El protector que tenía atado en la frente era inconfundible.
— ¿Un ninja de la arena?, ¿qué hace aquí?
Manteniéndose oculta continuo escuchando.
—Rápido, hay que regresar antes de que nos alcancen esos anbu—dijo otro chico cuya silueta aun no podía distinguir.
—Pero Sasori, estoy cansado.
El ninja llamado Sasori suspiro.
—Si nos alcanzan tendremos que pelear Komushi, será más difícil en esta situación. Le prometí a mi abuela que solo espiaríamos.
—Tsk, desde cuando escuchas a la abuela Chiyo.
Komushi se dejó caer en el suelo.
—Además les costara trabajo encontrar nuestro rastro—dijo suspirando.
—Eres un idiota.
Sakura se asustó cuando vio que de verdad estaban descansando aquí. Ella entendía que aunque fueran ninjas de bajo nivel estaría en problemas, no tenía armas consigo y aún era mala con las otras técnicas que le serian útiles.
—Estoy muerta.
Al recargarse un pedazo de tierra cayó.
— ¿Que fue eso? —pregunto Komushi.
—Shsss, cierra la boca.
Sasori saco un kunai y le señalo a su compañero que hiciera lo mismo.
— ¿Qué hago? —pensó ella retrocediendo lo más que pudo para no ser descubierta.
— ¿Quién eres?, ¡muéstrate!
Tragando grueso se levantó y camino hacia la luz.
—Es...es una chica.
Komushi parpadeo y Sasori se mantuvo aun con la guardia arriba. La miro fijamente buscando la banda de la hoja pero no encontró alguna por ninguna parte.
—Parece perdida —le dijo el moreno castaño.
— ¿Quién eres?
—Eh...Sa-Sakura Haruno.
— ¿Eres de la hoja?
Sakura apretó los puños.
—Eh...bueno...
Komushi interrumpió a su amigo que lo miro con curiosidad.
—Es obvio que no es de la hoja, mira ni siquiera tiene una banda—le comento señalándole a la pelirosa.
—Pero puede ser una aldeana.
Sakura se quedó mirando al chico pelirrojo que no debía ser más que unos años mayor que ella. Él levanto una ceja preguntándose porque estaba mirándolo y hasta se giró hacia otra parte para disimular su incomodidad.
— ¿Y? , no es una ninja Sasori. No nos hará daño.
Komushi le sonrió y ella no pudo evitar compararlo con Naruto. Solo él podía hacer algo tan imprudente como confiar en alguien que encontró en el bosque.
—Tsk.
Recargándose en su pie derecho se quejó cuando su tobillo comenzó a doler como el infierno.
—Está herida—informo el castaño bajando a ver a la chica que le dio una mirada de curiosidad. Se suponía que era un ninja y ella era una desconocida.
—Eres un imbécil Komushi, bien pudo haberte matado ya.
Sakura fulmino a Sasori. Ella no era de ese tipo de ninjas que atacaban sin ser atacada primero por el enemigo.
—Se rompió el tobillo—le dijo a su amigo que se encogió de hombros indicándole que lo tenía sin cuidado esa información.
—No seas así Sasori, no podemos dejarla así aquí y con esos anbu cerca. Sabes que matan a cualquier fuereño sin una banda que pruebe su pertenencia a su aldea.
Sakura se inmuto por lo que dijo Komushi. Como que mataban a quienes atrapaban espiando y sin una banda.
— ¿Que dices?, donde escucharon eso.
Sasori se burló de ella.
—Eres acaso idiota, estamos en guerra niña—explicó mordaz mirando hacia los árboles.
—Guerra...
Sakura nego.
— ¿Y el tratado?, se supone que...
— ¿Tratado?, vaya que si eres hilarante.
Cuando volteo a ver a Komushi él le sonrió como disculpa por el comportamiento de su amigo.
—Están cerca hay que irnos ya —informo a su compañero que de repente se ayudó de su brazo para levantarla.
—Tranquila, la abuela Chiyo te puede ayudar.
Sakura le sonrió. Era igual a Naruto, optimista y bobo a la vez.
XX
A unos metros de donde estaban ellos un grupo de anbu se detuvo para ver las huellas dejadas en la tierra.
—Son tres—dijo uno de ellos con la máscara de ave.
—Tal vez sea su sensei que se reunió con ellos en este punto. Hay que ir con cuidado.
Se esfumaron con rapidez.
XX
Sakura se sentó en el suelo cada vez más escaso de hierba y se llevó la mano al tobillo quejándose lo más en silencio que pudo.
—Oye, ¿eres Sakura verdad?
—Sí.
Komushi sonrió.
—Soy Komushi y él es Sasori mi compañero, somos ninjas de Sunagakure.
Sasori se sintió tentado en golpear su frente con su mano cuando vio la desfachatez de su amigo. Pero solo se quedó analizando el lugar donde sabia se detendrían los anbu.
—Mucho gusto—le dijo Sakura copiando su mueca amigable.
— ¿Y eres de por aquí?
—Bueno...es que yo...
De repente Sasori les ordeno que se callaran y se ocultaran. Los anbu se detuvieron a ver las huellas.
—Es como si estuviéramos yendo en círculos, esos niños están tratando de confundirnos.
Sasori chasqueo la lengua y metió su mano en su bolsillo buscando el pergamino donde guardaba su marioneta. Estaba ya muy gastada por la pelea y sus armas sin filo, pero no tenía otra opción.
Un ave en el cielo provoco que Sakura mirara hacia él.
—Es la señal—susurro bajo atrayendo la mirada de ambos chicos.
—Hay que retirarnos.
Los anbu desaparecieron en una nube de humo. Sakura exhalo y Komushi comenzó a reír mientras Sasori solo se dedicó a observar a la chica.
—Como sabias que se irían.
Sakura se giró a verlo.
—No lo sé, supongo que fue suerte—contesto sin mirarlo a los ojos.
Sasori frunció el ceño.
—Como sea hay que irnos.
Komushi asintio y ayudo a Sakura a levantarse una vez más. Mientras viajaba hacia Suna Sakura decidió que lo más correcto para ella en este momento era mantener en secreto su origen y su identidad.
—Mira Sakura, esa es Suna.
Sakura miro hacia el frente, las grandes murallas de piedra y los ninjas que vigilaban desde lo alto. Internamente trago grueso y rezo porque nada le sucediera.
—Sasori, Komushi—llamo una mujer mayor sacudiendo su mano. Ella la miro con curiosidad y envió cuestionamientos a ambos chicos.
—Es Sakura, una chica que encontramos a las afueras de konoha.
Chiyo también la reviso detenidamente.
—Tiene el tobillo roto, le dije que podías ayudarla.
Chiyo pasó una mano por el cabello de su ayudante y sonrió antes de ir a ver el tobillo de la joven.
—Vieja, no creo que esos idiotas la dejen pasar.
Sasori miro hacia los guardias que igualmente los observaban agudamente.
—Tendré que inventarme un buen pretexto Sasori—le dijo a su nieto con una sonrisa. —Vamos.
Fueron hacia la entrada donde un ninja se quedó mirando a la chica de cabello peculiar.
— ¿Quién es? —pregunto a la mujer de cabello morado.
—Es mi...mi sobrina. Ella fue confiada a mí por unos días, sus padres fueron emboscados hace unos días.
El ninja asintio comprensivo.
—Está bien, solo porque se trata de usted Chiyo-sama.
Silbo a los otros dos arriba que ayudaron a levantar la pesada puerta. Al entrar Sakura observo la aldea mientras escuchaba a Komushi contarle con emoción a la anciana sobre cada detalle de su misión con Sasori.
El pelirrojo por su lado solo caminaba sin decir nada.
Cuando llegaron a donde supuso vivían Sakura fue dejada en un sofá mientras Chiyo preparaba una mezcla de hiervas para su tobillo con la ayuda de Komushi.
Al regresar la bombardearon con todo tipo de preguntas que intento responderle lo más convincente que pudo. Pero hubo alguien que todo el tiempo estuvo observándola tratando de hacerla tropezar con sus mentiras.
—Yo no vivo en ningún sitio en concreto en este momento. No quiero causarles molestias si me ayudan.
—Tranquila, se tragaron el cuento.
Mientras ponía un poco de mezcla verde lodosa en su tobillo Chiyo le sonrió para tranquilizarla. Todo lo que le conto le llego al corazón, no encontraba ninguna razón para echarla.
—Además que clase de mujer seria si te echo con un tobillo roto.
Sakura movio un poco su pierna.
—No está rota, quizá fue un desgarro. Me caí desde alto y supongo que debí golpearme.
Chiyo asintio.
—Sí, ¿pero cómo lo notaste? —pregunto con curiosidad.
—Bueno...
— ¿Suerte otra vez?
Ambas mujeres se giraron hacia el pelirrojo.
—No, lo supuse cuando dejo de doler un poco —corrigió sintiéndose molesta con Sasori por seguir tratándola como una espía o algo parecido.
—Oh, es eso, bueno es una buena intuición la tuya Sakura-chan.
Sakura se le quedo mirando. Era una buena persona, podía verlo a simple vista y eso la hizo sentir cómoda. Le sonrió y dejo que la ayudara bajo la atenta mirada de su nieto.
XX
Cayo la noche una vez más, Sakura estaba en este momento en una habitación que acondicionaron para ella. Mientras miraba el cielo sobre la ciudad se encontró confundida todavía.
— ¿Que está pasando? , es como si fuera otro tiempo.
Sakura suspiro. Que se supone que haría, como regresaría a su casa, con su familia, con sus amigos.
—Tal vez es un sueño—volvió a murmurar preparando los dedos para pellizcarse una vez más pero la voz de ese hombre la detuvo.
Miro hacia todos lados de la pequeña habitación.
— Ya te dije que no es un sueño, esto es el pasado...quizá unos años antes de que tú nacieras ¿recuerdas?, fue lo que pediste y como estrella que soy tenía que cumplir.
Sakura nego. Esto era un sueño, esa cosa que le hablaba era parte de su loca imaginación, las estrellas no hablaban, no bajaban del cielo.
— Yo no pedí esto—dijo para después ampliar los ojos. ¿Y si esto era una especie de jutsu ilusorio?
—Si lo hiciste.
Sakura exhalo fastidiada con este tipo e hizo la seña de manos para dispersar el sueño pero no pasó nada de nuevo.
—Bien—lanzo sus manos al aire y grito. —Que se supone que debo hacer para volver a mi tiempo.
Todo se quedó en silencio por un rato.
—No tengo idea—contesto la voz.
— ¡Que!, ¡como que no sabes!
La chica comenzo a preocuparse pero la estrella le pidió calma con un suspiro de cansancio.
—Mira, la gente usualmente pide cosas como buena suerte no volver atrás en el tiempo. Esto es nuevo para mi niña.
— Pero eres una estrella, usa tu magia o lo que sea que me hiciste.
—Soy un espíritu no un mago.
—Estoy perdida—murmuro pesimista gimiendo un par de veces.
— ¿Sakura, estas despierta?
En la puerta estaba la señora Chiyo con una lámpara de aceite en las manos.
—Señora Chiyo, perdón ¿la desperté? —pregunto avergonzada por haber olvidado que estaba en una casa que no era la suya y gritado tan fuerte.
—No, vi que la luz estaba encendida y pensé que quizá no podías dormir, ¿el tobillo aun te molesta? —pregunto con preocupación.
—No...Supongo que estoy acostumbrada a estar alerta.
Chiyo asintio. Eran tiempos difíciles y crueles, muchas aldeas eran saqueadas por ninjas en busca de provisiones para sobrevivir al conflicto.
—Tranquila aquí estas segura, sunagakure es una villa bien custodiaba.
—Sí, eso ya lo note.
La anciana rio.
—Ya es media noche, lo mejor será que duermas ya. Tranquila no pasara nada.
Sakura cojeo hacia la cama y se metió en ella para después apagar su lámpara e intentar dormir. Pero en lo único que podía pensar era en su casa y sus compañeros.
XX
Komushi se removió inquieto en su saco de dormir cuando escucho el ruido que hacia su amigo en su rutia diaria de despertase antes de que siquiera terminara de salir el sol. Él a veces se quedaba en su casa cuando llegaban de una misión o cuando terminaba agotado después de ayudar a la señora Chiyo.
Abrió un ojo y vio la forma de Sasori ir de un lado a otro.
—No puedo creerlo—dijo con fastidio. —Es una anciana irresponsable.
Komushi rio y se levantó.
—Si aprendieras a cocinar no estarías siempre de mal humor cada que la abuela Chiyo sale a reunirse con el Kazekage—se burló sacando su banda para anudársela en la frente.
—Bueno entonces supongo que tú tienes una idea.
Komushi tampoco era un buen cocinero.
—Lo vez, eres un idiota—enfatizo Sasori cruzándose de brazos.
XX
Sakura arriba escucho el sonido de vida abajo en la sala y se levantó sintiendo su tobillo ya recuperado. Con curiosidad se acercó a las escaleras escuchando a los chicos discutir sobre cómo se prepara un desayuno.
Supuso que como todos los hombres no tenían idea de cómo cocinar.
—Eh, es Sakura, hola.
Con un comentario mordaz contra su amigo Sasori se giró hacia donde estaba la chica de cabello rosa.
—Eh...buenos días...
Sonriendo con nerviosismo al castaño se dio cuenta del desastre en la cocina.
—Somos un desastre cuando la señora Chiyo no está— explico con vergüenza.
— ¿Salió?
Komushi asintio.
—Ella se reunió con el Kazekage como todos los días, siempre regresa al medio día.
El estómago del chico se quejó y ella le sonrió.
— Bueno, si no es problema yo puedo ayudarlos—imitando la costumbre de Hinata jugueteo con sus dedos nerviosa con como la miraban.
— ¿Sabes cocinar Sakura?
—Bueno...
—Claro que lo sabe, es mujer—contesto mordazmente Sasori.
—Sasori no tienes por qué ser grosero.
Komushi le dio un gesto de disculpa. Sakura nego, él era en cierta forma como Sasuke solo que más verbal.
—Tranquilo, yo tengo un amigo como él—le comentó recordando el mal rato que le hizo pasar Sasuke se entristeció un poco. Komushi pensó que había echo esa mueca por lo que dijo Sasori así que golpeo con su codo a su amigo pelirrojo que igualmente la miraba.
—Y un bocón ruidoso. Pero tranquilo los ayudare aun así.
Después de un rato con el desayuno preparado los llamo a la mesa. Komushi comió normalmente y Sasori con cautela olfateaba cada bocado.
—No puedo creer que piensas que los envenenaría.
—Lo siento, pero no confió en ti niña.
—Tengo nombre sabes.
Komushi silenciosamente veía el intercambio mientras comía.
—Como sé que ese de verdad es tu nombre—susurro Sasori metiéndose un poco de arroz en la boca.
—Lo es.
Ella se cruzó de brazos.
—Si claro—añadió él y siguió comiendo.
—Idiota—mascullo entre dientes Sakura tratando de ignorarlo.
XX
Más tarde Sakura estaba sentada en el suelo viendo la ronda de entrenamiento de los dos chicos de la arena. Sasori había dicho que debía mantenerla vigilada y la trajo con ellos al campo de entrenamiento. Estaba aburrida mirando a Komushi intentar acertar sus kunai en un tronco.
—Es tan difícil—se quejó gimiendo cuando su arma paso de largo hasta el suelo. —Sasori ayúdame.
Sasori en el suelo con su marioneta en el regazo nego.
—Oh, vamos.
—No Komushi.
Sakura nego y se levantó acercándose al chico castaño.
—Yo puedo ayudarte—le dio cuando levanto la cara para verla con curiosidad.
—Enserio.
—Oh, esto será divertido—susurro el pelirrojo divertido.
Mirándolo con reproche Sakura le pidió prestado uno de sus kunai al moreno. En sus lecciones con Tsunade ella le enseño como acertar en el blanco de una manera sencilla que hasta Naruto pudo entender cuando se la explico.
—La clave está en mantener la postura firme y la vista fija en el blanco.
La lanzo acertando en el blanco sorprendiéndolos con su suerte.
—Toma inténtalo.
Komushi asintio se preparó y manteniendo los ojos en el tronco con el círculo rojo lanzo el arma metálica.
—Sí, ¡lo logre! gracias Sakura-chan.
Sakura le devolvió la sonrisa. Definitivamente este chico era igual a Naruto. Sasori la miro fijamente; para ser una aldeana tenía varios conocimientos interesantes que solo un ninja en entrenamiento tendría.
Tenía mantenerse vigilante a partir de ahora.
XX
