"Bien hecho Burke, buen trabajo. Márchese a casa con su mujer, después de los días investigando este caso se merece los dos días libres." Dijo el jefe satisfecho por el trabajo que había llevado a cabo el equipo.
Peter salió por fin de la oficina, había sido unos días muy largos para todos, un caso que habían estado investigando durante casi dos semanas. Estaba agotado, pero al final habían conseguido atrapar al falsificador de cuadros.
Era muy bueno, casi demasiado, Neal lo había dicho desde el principio y durante un momento Peter había llegado a pensar que no lo conseguirían, pero como ya solía ser normal en su equipo, Caffrey había acertado al poner la trampa y organizarlo todo. A veces se preguntaba cuantos casos lograría haber resuelto sin ya ayuda de Neal.
"Venga te invito a tomar algo por el trabajo bien hecho, te lo mereces." Peter se dio la vuelta. Allí estaba Neal sonriéndole, mientras esperaba la respuesta a su ofrecimiento. "Venga Peter, hemos trabajado mucho, es hora de relajarse."
"Gracias por la invitación Neal, pero no puedo, Elizabeth me espera en casa, casi no nos hemos visto estos días."
"Bueno como quieras, pero han abierto un nuevo local que tiene muy buena pinta no muy lejos de aquí." Peter negó con la cabeza y Neal se encogió de hombros. "Como quieras, pero deberías divertirme más a menudo."
Los dos amigos se separaron, Peter se fue a casa, ya tenía ganas de estar con su mujer, a la que echaba de menos; seguro que Elizabeth le había preparado una cena especial y no veía el momento para estar con ella. Por su parte Neal también se marchó a casa, pues no era lo mismo estar en un bar en solitario, sin un amigo con el que hablar y reírse.
Además el caso le había agotado más que ningún otro caso de los que había solucionado con Peter. No sabía porque, pero tenía sueño, estaba cansado, tanto física como emocionalmente y sólo pensaba en meterse de una vez por todas a la cama y dormir durante horas.
Estaba sudando al llegar casa y ni siquiera hacía calor, mucho menos cuando estaba terminando el mes de octubre; tal vez estuviera enfermo y se tratara de fiebre. Hacía mucho tiempo que no se había puesto enfermo y esperaba no hacerlo ahora. No soportaba la sensación de vulnerabilidad que le provocaba el tener que quedarse en la cama y sobretodo odiaba tener que depender de alguien para que cuidara de él.
Neal era un hombre independiente, como pocos y la sola idea de tener que a alguien en su casa porque no se pudiera levantar de la cama, era algo en lo que prefería ni pensar.
Sin embargo en cuanto abrió la puerta de apartamento fue hasta la cama y se dejó caer sobre ella con un fuerte gemido de dolor, que no sabía de donde provenía exactamente; no se molestó en quitarse la ropa y ponerse más cómodo, pues sus fuerzas estaban desapareciendo rápidamente de su cuerpo, como si se tratara de unas pilas que estuvieran a punto de terminarse; además por un día no le importaba que le arrugara el traje, pues no se sentía con fuerzas para quitárselo.
Sintió ganas de vomitar y un momento más tarde la cabeza comenzó a arderle, además de creer que estaba a punto de estallarle. Si cerraba los ojos, sentía que caía por un enorme acantilado, hasta terminar en un volcán a punto de explotar. Se quedó sentado en la cama, respirando con cierta dificultad, mientras se preguntaba que le estaba ocurriendo.
- o -
Después de cenar en casa, Peter y Elizabeth se acomodaron en el sofá, hacía tantos días que no estaban juntos, que casi se habían olvidado lo mucho que les gustaba estar así, en completo silencio, simplemente abrazados, como en los primeros días después de casarse,
"Neal os está siendo de gran ayuda. Habéis solucionado con rapidez muchos casos desde que está en el equipo."
"Si." Suspiró Peter, al mismo tiempo que besaba la frente de su mujer. "Neal es un gran chico, creo que tiene un gran futuro con nosotros." A veces le costaba aceptarlo, pero apreciaba todo lo que Neal estaba haciendo por el equipo.
"¿Por qué no le dices un día de estos que venga a cenar?"
"Supongo, no sería una mala idea."
Elizabeth se incorporó. "Vamos, llámale, si te ha invitado a tomar una cerveza, seguro que le encantará pasarse por aquí, además hace mucho que no le veo y siempre tiene cosas interesantes que contarme."
"Si, sobretodo sobre mi." Dijo Peter con una media sonrisa, pues no sabía como lo conseguían pero siempre terminaban hablando y riendo sobre él. Peter estaba seguro que era el tema favorito, tanto de Elizabeth como de Caffrey. "Bueno, imagino que ver a Neal fuera de los caso no estaría del todo mal."
Elizabeth besó a su marido en los labios y sonriendo le dio el móvil. Como siempre había conseguido lo que ella quería. Peter marcó con rapidez el teléfono de su amigo, al fin y al cabo conocía su número de memoria. Escuchó el tono del teléfono, una, dos y tres veces, pero nadie contestó al otro lado.
"Que raro, Neal no contesta y siempre está disponible a cualquier llamada. Tal vez esté con Moz. Espera, le llamaré."
Peter no sabía porque estaba preocupado, pero de alguna forma sentía que tenía que encontrar a Neal, su instinto de federal le decía que algo no iba bien con su amigo, de alguna manera Caffrey le necesitaba en ese preciso momento. Elizabeth lo vio levantarse del sofá y lo siguió con la mirada hasta la cocina.
Moz contestó rápidamente al teléfono.
"Eh, Moz, dime que Neal está contigo."
"Peter, que sorpresa. No lo siento, Neal no está conmigo, ¿por, se trata de algún caso nuevo?"
"No es sólo…" No era "sólo" había algo más, no podía decir lo que era, pero algo no le gustaba. "¿Por qué no te reúnes conmigo en casa de Neal?"
"¿Va todo bien? No me digas que Neal se ha vuelto a meter en problemas, porque él no fue el que robó el coche esta última vez para detener a vuestro hombre." Moz guardó silencio un momento. "Supongo que no debería haber dicho eso último. ¿Neal está en problemas?"
"No, bueno en realidad no lo se. Hay algo no me gusta, Neal no me contesta al teléfono." Los dos se mantuvieron en silencio por un momento, pues ambos sabían que eso no era propio de Caffrey. "Nos vemos en casa de Neal." Afirmó Peter.
Un minuto más tarde se había despedido de Elizabeth y salía por la puerta de casa con las llaves del coche en la mano, pensando que podía haberle ocurrido a su amigo para que no estuviera disponible. Condujo con rapidez por la ciudad, a aquellas horas de la noche, apenas había tráfico y casi no paró hasta llegar hasta casa de June y Neal.
La dueña de la casa no estaba, pero siempre dejaba un par de llaves de emergencia bien escondidas, cuya existencia tan sólo era conocida por Peter y Neal. Sentado en la puerta le estaba esperando Moz, visiblemente preocupado, tanto como él, pues también había llamado a Neal y había conseguido el mismo resultado que Peter. Desde luego aquello no era nada normal.
Se saludaron escuetamente y entraron en la casa. Peter llamó a la puerta del apartamento, pero tal y como ya había imaginado Neal no contestó. Ya se había molestado en comprobar que estaba en casa, aunque aquello no fuera completamente legal; pero tenía la excusa de estar inquieto por la seguridad personal de su amigo.
"Entremos."
"A Neal no le hace gracia que entremos sin llamar."
"Acabamos de llamar y Neal no nos ha escuchado. Además dime que no estás preocupado por él. Le ha ocurrido algo, de eso estoy seguro, no es propio de Neal no contestar."
En otras circunstancias, le habría hecho gracia a Peter darse cuenta lo bien que conocía a aquellas alturas a Neal Caffrey, el hombre misterioso que le había costado atrapar tres años, ahora parecía un libro abierto para él. Tal vez no hubiera resueltos todos los casos en los que había estado implicado, pero estaba casi seguro de poder decir cuando estaba metido en problemas su amigo; pues en eso Caffrey era todo un experto.
"Neal, si estás en casa, Moz y yo vamos a entrar, si estás con una chica, no queremos ver nada incómodo." Igual que antes, no hubo respuesta. Definitivamente aquello le daba muy mala espina al federal.
Ya que no era un experto ladrón que podía abrir cualquier puerta sin tener que forzarla apenas, como habría hecho Neal de estar en su situación; a Peter no le quedó más remedio que darle una patada para conseguir abrirla.
El apartamento estaba completamente a oscuras y ningún ruido les dio indicación alguna de que Neal estuviera allí. Peter sacó su arma, tal vez alguno de los viejos amigos o tal vez, enemigos de Caffrey estuviera allí. Pero de nuevo su instinto le decía, cada vez con más fuerza, que allí no había nadie más además de Neal y que este le necesitaba; casi se trataba de un grito proveniente de su inconsciente, pero estaba seguro, su amigo necesitaba su ayuda.
Moz caminó tras él, no le gustaban las sorpresas y menos cuando un amigo estaba en problemas. Miró a Peter, todavía no lo conocía muy bien, por lo que no se había dado cuenta hasta ese momento lo mucho que Peter se preocupaba por Neal, como si de un hermano pequeño para él se tratara. No dijo nada, no preguntó ni comentó nada, tan sólo caminó detrás del federal.
"¡Neal! ¿Estás en casa?" Dijo Peter, totalmente seguro de que si había alguien en el apartamento, no era más que Neal. "Mierda Neal, ¿Qué es lo que pasa contigo?"
El salón estaba completamente vacío, de la misma forma que no encontraron a Neal en el dormitorio, pues la cama estaba casi sin deshacer, a excepción de unas pequeñas arrugas que demostraban que alguien había estado allí sentado y de la chaqueta que había quedado arrugada sobre la ella. No era nada propio de Neal dejar la ropa y menos una chaqueta que le gustaba tanto, de aquella forma tan desastrosa.
"¡Peter, lo he encontrado!"
Peter se dio la vuelta y vio a Moz en el cuarto de baño, arrodillado en el suelo, delante de otro cuerpo que el federal no podía ver. No le había gustado nada el tono de Moz, atemorizado, asustado incluso; pero sobretodo no quería pensar lo que ya sabía que era cierto, ese no podía ser Neal.
"¡Neal!" Su amigo se arrodilló junto a Moz y comprobó el pulso de Neal. Parecía un muñeco roto, sin cuerda, que alguien había dejado ahí tirado a su suerte."Todavía respirar, pero el pulso es muy débil. Moz, llama a una ambulancia. Vamos Neal, no me hagas esto."
Peter se movió inconscientemente cuando tomó el cuerpo de Neal y apoyó su cabeza sobre sus piernas; de la misma forma que sacó un pañuelo y comenzó a quitar las gotas de sudor que corrían por el rostro de Neal. Su frente estaba muy caliente, tenía fiebre, muy alta, demasiado como para preocuparse y su respiración era muy irregular; entrecortada y pesada y el resto de su cuerpo estaba frío, mientras comenzaba temblar inconscientemente. Peter miró a su alrededor y en seguida vio los restos de vómito en el suelo. No tuvo que pensar mucho para hacerse una idea de lo que había ocurrido.
Neal gimió al notar el calor del cuerpo de su amigo pegado a él.
"Eso es, vamos Neal, abre los ojos y dime que estás bien." Peter prefería mentirse que decir en voz alta lo asustado que estaba por el estado de su mejor amigo.
Neal tosió con fuerza y todo su cuerpo se estremeció con fuerza, como si estuviera teniendo un ataque. Peter lo sostuvo entres sus brazos.
"Peter." No fue más que un pequeño susurro, pero lo suficiente para que el federal supiera que su amigo estaba minimamente consciente en ese momento.
Por primera vez desde que se conocía, mientras le quitaba con un pañuelo el sudor que se iba pegando a su frente, Peter se dio cuenta que era la primera vez que veía a su amigo en ese estado debilidad. Siempre seguro de si mismo, capaz de cualquier cosa, ahora le necesitaba a él, aunque no fuera más que para reconfortarlo y mantenerlo consciente, dentro de lo poco que era capaz.
"La ambulancia llegará aquí en pocos minutos." Dijo Moz apareciendo justo detrás de Peter.
"Espero que no sea demasiado tarde." Dijo para si mismo Peter. "Neal, tienes que aguantar; no se lo que te ha ocurrido o si alguien te ha hecho esto, pero no voy a dejar que te mueras, ¿me oyes? No te vas a morir."
