Nadie puede comprender lo que él siente. Nadie. Todos intentan ocultar las miradas de recriminación, todos se repiten que en realidad nadie lo notó, pero aunque sea indirectamente, todos le culpan a él. Y él también se culpa; ellos tienen razón. Después de todo es la mujer que él ama.

Siente una opresión constante en el pecho. Duele. Duele tanto que no recuerda cómo se vive sin esa angustia. Cualquier momento alegre parece borroso dentro de esa pesadilla.

Se despierta y parece que todo irá bien, pero al bajar se encuentra con Walter y sabe que no es así porque este le mira reconfortándole. Y le prepara abundantes desayunos. Le consuela a su manera.

Sin embargo, antes de salir de casa, debe poner su mejor cara y olvidarse de la pena que le embarga porque no tiene derecho a sentirla.

¿Tristeza? No. El sólo tiene derecho a sentir rabia. A él no le han hecho nada. Él es quien ha hecho daño. Ha traicionado a Olivia. Él ha causado dolor.

Pero también lo siente. Tanto que le cuesta respirar cuando ella huye de su mirada.

Se encuentra vacío.

Pero se sobrepone. Por fuera. Intenta parecer fuerte y, aunque le cuesta, lo consigue. Al menos hasta que vuelven a quedar solos y entonces él sólo piensa en abrazarla. Pero se queda en eso; pensamientos.

Le gustaría poder explicarse pero entonces tendría que comenzar a contar toda su vida y cómo esa sensación de abandono que por largo tiempo le acompañó había desaparecido con esta nueva familia que conformó con Walter y Olivia. Y cómo pasó sus días imaginando amanecer junto a ella. Y cómo ese mismo deseo le encegueció cuando tuvo oportunidad. Y cómo ahora parece entender todo y se siente estúpido.

Decide callar.

Olivia merece su espacio y él se lo va a dar. Por ahora. Porque sabe que en algún momento tantas explicaciones se acumularán en su boca que tendrán que salir.

Y hablarán.

Y Peter sueña que ella le perdonará.

Lo necesita. Sólo si algún día ella llega a perdonarle, él podrá comenzar a perdonarse también.

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A Lizzie, que me ha inspirado vía twitter. Y es que yo a Peter no le culpo.