En restitución
Autora: Smithback
Beta: Smithback
Lector de prueba: Smithback
Correcciones y edición final: Smithback
Errores y omisiones: Smithback
1.- neblina
(-Del Sun nation, enero 5...-
Sara Poniatowska asegura que su hijo se sentía diferente. Al sur de Irlanda nos encontramos con un caso que parece del siglo pasado, pero la señora Poniatowska asegura que su hijo es un 'changelin'. Término que se refiere a un cambiado. Un niño originalmente de un hada o un ser mágico cambiado por un bebé, generalmente antes de ser bautizado.
"Su piel era más suave, su llanto más tierno... les juro que este niño no es mi hijo." Estas son algunas de las palabras de la señora Poniatowska, en las que afirma, que su hijo, el pequeño Oscar no solo se veía sino que se siente diferente.
En este periódico logramos enviar a un corresponsal que examinó al niño sin lograr encontrar ninguna diferencia física con un niño humano normal, con la quizá insignificante excepción de...)
(-Del 'Frente a la noticia', Mayo 7...-
En 1944 Eva, nombre ficticio elegido para seguir su anonimato, afirma haber tenido su primer encuentro con un hada. "EN aquel tiempo yo no sabía lo que eran, me parecían solo unas personas diferentes y lindas... fue hasta que regresé a casa y le conté a mis papás lo que había visto cuando comencé a entender que quizá no era tan común lo que había vivido..."
Cuando Eva tenía apenas 5 años, se alejó de una comida familiar en el parque de Conejos, Chile. "Comenzó a llover, aunque no mucho pero yo me traté de refugiar y el único lugar que vi disponible era un tronco hueco... a esa edad no piensas en animales, insectos o serpientes, yo solo quería no mojarme." Eva recuerda con alegría y nitidez ese día.
"No llevaba mucho ahí dentro, un par de minutos quizá, cuando la vi, o al menos creo que era una 'ella', era una mujercita, pequeña, quizá del tamaño de mi palma, estaba debajo de unas hojas en un árbol justo en frente de mi escondite... vi a mi tronco y pensé que quizá ella se podría resguardar mejor de la lluvia en mi tronco que en sus hojas... me hice a un lado en ese pequeño espacio y con un ademán la invité a mi tronco."
Ni Eva ni éste reportero pueden evitar dejar una ligera carcajada ante la inocencia de la infancia. Quizá yo hubiera hecho lo mismo en el lugar de Eva, o quizá me hubiera sentido demasiado dueño de mi tronco como para compartirlo.
Eva continúa narrando los siguientes encuentros en los años que siguieron.-)
1.- Neblina
No podían haber avanzado más de diez metros en el frío bosque después de su última aparición, cuando ambos se detuvieron en alerta, buscando entre los árboles lo que rompió el usual susurro del bosque. No compartieron miradas, no se dieron ninguna indicación; solo se pusieron de espaldas el uno al otro, varitas en alto, sus cuerpos tirantes para la acción, fuese cual fuese, huir o pelear.
Podían ser mortifagos, carroñeros o solo el viento. No podían ser poco precavidos en situaciones tan precarias. Cualquier error les costaría la vida y la guerra.
Después de casi un minuto de silencio lo volvieron a escuchar. Era un gemido, parecido al de un cachorro, pero sin duda no animal, éste tenía un sabor demasiado melódico.
Harry señaló con la varita. Cubriendo sus espaldas, avanzaron dirigiéndose aquel inusual sonido entre los árboles. Tratando de no mostrar titubeos, siguieron. Podía ser simplemente un animal herido o una trampa de algún mortífago. Tenían la posibilidad de simplemente retirarse, aparecerse en un lejano y más seguro sitio, pero ambos tenían corazones nobles; si era algo o alguien herido ninguno podía desatender lo que sus espíritus les demandasen.
Él estaba por dar un paso más, cuando ella lo detuvo y señaló a un lado; no muy lejos, a un metro o dos, una pequeña rareza se deslumbraba en la base de un árbol, una sombría luz con tintes moráceos.
Ninguno comprendió que hacía una luz tan extraña en ese lugar. Varias ideas inconcretas desfilaron en sus mentes. Fue Harry, sin duda el más valiente, o demente, el primero que se acercó mientras ella, unos pasos detrás guardaba sus espaldas.
Hermione observó cómo su compañero se agachaba; sin perder de vista la escena, advirtió no sin algo de consternación como la luz iluminaba una parte del rostro de su amigo, dejando que las sombras a su alrededor se hicieran más presentes, como si se asomaran detrás de su amigo, también intentando con curiosidad ver lo que había ahí.
Harry hizo un pequeño sonido de asombro, ausente de miedo o disgusto, por lo que Hermione se acercó y agachó, menos incierta que antes.
Ahí, entre la nieve, en la base de un árbol medio enterrado en el frío, estaba una pequeña hada. Unos diez centímetros de vacilante luz. El pequeño ser parecía temerosa de los dos humanos frente a ella. Por un momento su luz se intensificó como si tratara de asustarlos, pero de inmediato opacó, como si hubiese gastado toda su energía en ese intento.
Sin saber qué hacer, Harry volvió la mirada a su amiga quien preocupada, no quitaba la mirada del hada.
Probablemente sintiendo la inquisitiva mirada de su amigo, respondió Hermione sin quitar la vista al ser frente a ella. "Es un hada de la primavera…"
Harry pensó que eso era obvio y que quizá su amiga estaba tan perdida como él, hadas era un tema básico de 'Criaturas mágicas'.
"creo que está perdida." Continuó ella. "Pero no sé cómo podríamos ayudarle… son seres orgullosos y no sabríamos a dónde llevarla… o como…"
Harry seguía sin saber de qué hablaba Hermione.
Ella lo miró y explicó con algo de diversión ante el obvio detalle que su amigo había omitido. "Es invierno, Harry."
Harry abrió grandes los ojos y regresó la mirada al hada que les devolvía una desafiante pero frágil mirada.
Un hada de la primavera no podría sobrevivir mucho tiempo en invierno, menos en uno tan crudo como el presente.
Mientras Hermione repasaba todo lo que sabía sobre las hadas, Harry contemplaba al pequeño ser; una fémina de finos rasgos, pero feroz mirada que Harry trató de calmar con una sonrisa; un cabello corto y tremendamente obscuro rodeaban el pálido rostro. La ropa parecía como si fuese hecha de pétalos violáceos de alguna fresca flor, unas alas semitransparentes como de mariposa adornaban la etérea imagen.
Finalmente Hermione se dirigió a la criatura, "¿Necesitas algo? ¿Quieres que rompamos algún hechizo?" Ahora Hermione parecía insegura para dar voz a la siguiente pregunta. "¿Te gustaría que algún hombre llevase tu… estirpe?"
"¡Hermione!" Harry no podía creer que su amiga hubiese hecho una pregunta así.
Hermione no quitó la vista al hada, quien negó a todas las preguntas.
Hermione asintió a la criatura. "¿hay algo en lo que podamos ayudarte?"
Tanto Harry como Hermione miraron el dubitativo rostro del hada, para luego simplemente ver como negaba una vez más.
Ambos se sintieron inseguros. La criatura parecía demasiado frágil, sin duda sus oídos no los habían engañado antes, el sonido que el hada había hecho en un principio parecía de dolor o ayuda; pero también sabían que las hadas eran criaturas orgullosas que podían desencadenar poderosas maldiciones si eran presionadas.
Los amigos permanecieron inamovibles, con la mirada fija en la pequeña, sintiendo el tímido calor que irradiaba; como si esperasen a que ella solo con ver sus patéticas miradas les dijese lo que necesitaba… la situación era cómica y paradójica, ellos eran los que suplicaban a la orgullosa necesitada.
Ambos notaban el frío calarles hasta los huesos a través de sus abrigos de invierno. Pero ninguno se movía… pasaron varios minutos... fue Hermione la primera que después de un largo suspiro rompió el frío silencio. "Bien, si es así…"
Harry la miró alarmado. No pensaría realmente ella en dejar a tan desvalida criatura ahí sola.
Hermione se aclaró la garganta. "por casualidad acamparemos por aquí cerca, esperamos no molestarte… si necesitas algo... solo dinos…" hizo una larga pausa, meditando su siguiente acción. Buscó en su infinito bolso, metiendo todo el brazo. Harry no entendía que buscaba, pero había comprendido perfectamente su comentario de acampar cerca… no era un buen lugar para hacerlo, el lugar era demasiado estrecho para poner su tienda, la tierra estaba demasiado cubierta de nieve… pero estarían cerca del hada…"
Hermione sacó algo pequeño de la bolsa, lo miraba dubitativa. Curioso, Harry miró lo que era y comprendió. Eran sus últimos terrones de azúcar.
Ambos compartieron una mirada y sonrieron en entendimiento.
Harry tomó los terrones y se dirigió al hada. "Tenemos mucha azúcar y sabes… no es muy buena para nuestra salud… ¿podemos dejártelos? ¿Verdad?" Harry los colocó muy cerca del hada y sin esperar respuesta o negación, se levantó a la par que Hermione y sin volver la vista, avanzaron unos pocos metros y comenzaron a poner su tienda de campaña.
Podría parecer para cualquier persona, que estaban haciendo lo mismo que otras veces, levantando la tienda, levantando hechizos y guardas… pero sus mentes no podía estar más allá de unos metros detrás de ellos.
Harry tratada de no volver la vista al hada... saber si estaba bien, si había recibido con gusto los terrones de azúcar… lo cual le hacía pensar en lo hambriento que estaba… Harry sacudió la cabeza. Tenía que pensar en otra cosa.
"deberíamos quedarnos aquí… y envejecer…" Hermione definitivamente lo sacó de su ensoñación.
Tan inadmisible como fuese, no pudo evitar meditar la idea. Quedarse ahí… refugiarse en un buen lugar... dejar que los demás se las arreglaran como pudiesen… tenían magia, tenían vida y decisión… ellos podían arreglárselas, no tenía por qué un chico de diecisiete años tener que arreglarlo todo, el mundo ya estaba grandecito como para cuidarse solo…
Saboreó la idea por más tiempo del que debiese.
"si… pero tenemos que seguir."
Hermione asintió con vehemencia. "Claro."
Al menos habían logrado diluir los pensamientos del hada en su breve pero anormal charla.
Una vez dentro de su 'hogar', Harry comenzó a preparar algo de té, sin azúcar… ambos lo bebieron con divertidas miradas de conspiración. Probablemente no engañaron al hada, él no había sido muy convincente con sus palabras, pero no les importaba mucho. Se había sentido bien hacer un detalle tan pequeño en un mundo tan obscuro.
Hermione se preparaba para hacer la guardia en la noche, pero Harry la detuvo. "Deberíamos descansar los dos… hace frío y…" -y no quería pasar la noche solo-.
No era la primera vez que habían pasado tiempo juntos, solo abrazados y tibios en la cama. Cada uno en sus pensamientos, pero seguros en su parco mundo de tranquilidad.
Se sentían tan cansados… física y mentalmente, no se dijera anímicamente. Sin saber a dónde ir, qué hacer y si podrían hacerlo. Fue casi mágico lo bien que durmieron.
Harry se dio cuenta de que estaba despierto, pero la calidez del momento lo convenció de quedarse en la cama junto a Hermione. Suspiró profundo una vez, sin siquiera dejarse molestar por los pensamientos de todas las ocupaciones por hacer y se hundió una vez más en ese profundo y dulce sueño. Más adelante hablaría con Hermione y sabría que ella tuvo ese pequeño momento de decisión del mismo modo, donde zanjó también tomar ese tiempo y prolongarlo un poco más.
Lo que le pareció unos momentos más tarde, él se despertó. Jamás se había sentido tan descansado y fresco. Se tomó un par de segundos para saborear el momento, se estiró lo mejor que pudo sin molestar a su amiga quien pronto también se despertaba; ambos compartieron una mirada. Al parecer ambos habían descansado magníficamente y lo sentían; pareciera que podían comerse al mundo.
Después de devorar un par de galletas y un té, apenas sabor izado, ambos acordaron que ese no era el mejor lugar para acampar, así que después de comprobar si el hada seguía ahí, cambiarían de lugar. Luego… tendrían que conseguir comida…
Hermione frunció el ceño. Prácticamente no había nieve, y eso era decir mucho. Todo parecía verde, pero seco… El hada no estaba, pero algo en su lugar, algo había raro en el ambiente, se sentía diferente al día anterior. Y aunque Harry también lo había notado, no había dicho ninguna palabra.
(*)
Devorado en vida. Así se concebía a si mismo Ron Weasley que se dio cuenta de lo que había hecho, había abandonado a sus amigos; abandonados en el frío, sin alimentos, sin pistas o lugar donde refugiarse… estos pensamientos lo engullían desde hacía nueve años. Nueve años desde que los vio por última vez, desde que el mundo se dio cuenta de que su niño que vivió, no sería el niño que los salvó. Nueve años desde que nadie, ni los mortífagos, ni la orden o los mugles habían escuchado de Harry Potter ni Hermione Granger.
No mucho después de que se diese cuenta de lo que había hecho, trató de regresar, los buscó, pero no los encontró. Aún ahora si tenía la oportunidad, tan escasas como las tenía, iba al punto donde los dejó, esperando que quizá saliesen de detrás de un árbol y le gritasen, le insultasen o atacasen… no le importaría con tal ve verlos una vez más.
La orden no lo decía, pero todos lo pensaban. Habían muerto; aunque no tenían idea de el cómo, pues los mortífagos estaban tanto o más confundidos que ellos. No tenían ni idea de que pudo haber pasado con su enemigo número uno.
Poco después, surgieron algunas personas tratando de hacerse con el 'triunfo' de haber matado al niño que 'no' vivió. Pero la exuberancia y el raudal de dichas afirmaciones hacía poner en tela de juicio todas y cada una de las declaraciones.
Con el tiempo solo se convirtió en un cuento más, Harry Potter se convirtió en la leyenda que siempre fue. Los mortífagos y Voldemort tomaron ventaja de la desmoralización de la población y atacaron mágica y mediáticamente. En un par de años tenían prácticamente hundido bajo su dominio a todo el mundo mágico de Reino Unido.
Primero, siete años después de que Harry desapareciera, Ron confesó… no que los había abandonado, eso se quedaría entre Harry, Hermione, Bill y él… confesó lo que estaban tratando de hacer, terminar con las piezas del alma de Voldemort.
La orden, sin duda, se estremeció y enfocó todos sus esfuerzos en terminar con ellos.
Y lo lograron… la diadema, la copa, la serpiente…
Pero sus esfuerzos no pasaron desapercibidos para el señor tenebroso.
Tan solo trece años después de que Ron Weasley abandonase a sus amigos, el chico pelirrojo pudo descansar, no sin antes sufrir como jamás imaginó.
Lord Voldemort capturó y torturó a uno de sus más fervientes enemigos. En los periódicos de ese día se publicó la gran victoria del gran mago Voldemort. Había finalmente terminado con una de las más grandes amenazas a la paz pública, Ron Weasley era ejecutado con parte de su familia.
Para gran parte del público fue un día obscuro sin nada que festejar, pero poco podían expresar y menos tenían que festejar. Hacía tiempo su esperanza de Harry Potter se había desvanecido; ahora, su última resistencia había ardido en llamas.
(*)
Sus horocruxces destruidos… al igual que sus enemigos… el profetizado desaparecido… al igual que su posibilidad inmortalidad…
Lord voldemort estaba contrariado y eso no le agradaba. Por un lado el niño profetizado a matarlo había desaparecido… sin embargo, con la ausencia de sus horocruxces su inmortalidad estaba en riesgo. La ausencia de la certeza de lo que sucedió con Potter lo intrigaba y amenazaba su tranquilidad.
Una enorme parte de la resistencia había sido desarticulada y ahora también desmoralizada; con el tiempo la totalidad de la población mágica se sometería. Sus horocurces… rescindidos; la amenaza de morir persistía más fuerte que nunca.
Estos pensamientos zanjaron el futuro de la magia. Tan solo once años después del término de la resistencia, Lord Voldemort renació… y la magia comenzó a morir.
La nueva forma de existir y perdurar de Lord Voldemort, de hacer honor a su nombre y forjar su destino con su nombre fue absorber la magia existente… sin embargo no era una cuestión que se pudiese concebir en un solo momento. Lord Voldemort diseñó la manera de vivir de la magia. Cual sanguijuela, la absorbía lenta y lánguidamente.
Al cabo de cincuenta años, gran parte de los seres mágicos se habían extinto, los retratos y artefactos mágicos raramente se activaban, los squibs eran mayoría, magos y brujas eran cada vez más débiles; solo la añoranza y Voldemort constaban con poderío.
Al seguir el transcurso de los años, los magos se adiestraron a vivir así. Las siguientes generaciones sabían que así se vivía e ignoraban otras posibilidades de vida. Aveces rápidos murmullos atravesaban las miradas de la comunidad, insurrección, revueltas eran rápidamente acalladas.
Ciento cuatro años después de la desaparición del niño que vivió, aún vivían algunos magos que supieron en vida de él.
Severus Snape era uno de ellos.
"I do not think I could ever write or paint any more. I prepare myself for acycle of other activities in some other life. I will make rigid my roots and branches. It is not now my turn to burst into leaves and flowers."The Celtic Twilight, by W. B. Yeats
(*)
Notas de la autora, editora y errada:
Holap, bueno.
1.-No es una historia larga, ocho mil y tantas palabras, más los añadidos...y con todo me llevó como 5 meses... bueno, son tres capítulos.
2.-¿por qué no hay fandom de Duckman? esa serie me gustaba mucho
3.- espero que disfruten el fic, cualquier comentario, queja o chiste, a reviews.
4.- si, durmieron durante 104 años
5.- al inicio son como si fuesen recortes de periódicos del mundo mugle… solo para saber que va de aquel mundo.
6.- Subo esto hoy septiembre 19, en conmemoración de 1985 y 2017. Aquí en México hubo terremotos ese día esos años. A todos los que perdieron algo o alguien. La vida sigue; sigamos siendo fuertes.
En restitución
Un sueño reparador que se extendió demasiado tiempo. "deberíamos quedarnos aquí… y envejecer…" Las consecuencias de esa posibilidad
