"Manantial de Pasiones."
Introducción.
Draco se ha casado por interés con alguien que odia. Un plan malévolo destrozará el corazón de su esposa, o tal vez él sea el que termine como nunca imaginó: enamorado de verdad Ella lo ama intensamente desconociendo que es parte de un innoble juego. En medio del amor, la venganza, la pasión y el odio, se desarrolla esta historia.
Los personajes no me pertenecen sino a J.K.Rowling.
Hermione Granger era una mujer con carácter firme y decidido. Había quedado huérfana desde muy pequeña y tuvo que aprender a arreglárselas sola para manejar la Hacienda y la cuantiosa fortuna que sus padres le dejaran. Por esta razón, no había tenido tiempo para el amor y no es que fuera fea, no; pero vamos, que siempre lucía enfundada en vaqueros y sin gota de maquillaje y si le agregamos que no permitía que los peones se le subieran a las barbas ni abusaran de ella por su condición femenina, esto no ayudaba a que lo conociera; no había ninguno que quisiera arriesgarse a domar a "La Potranca", como la apodaban. Tenía un hermoso caballo llamado "Dragón" el cual era su compañero y confidente. Con eso de que las cosas se parecen a su dueño, el animal era fiero y solamente su ama, podía montarlo.
La mina aledaña era próspera y rica, la más productiva de toda la región. Pero en el fondo de su ser, más que poder y dinero, deseaba conocer al hombre que debía ser su compañero para toda la vida y padre de sus hijos.
Aún recordaba el momento en que siendo una niña, un rubio platinado le había dicho:
-Pobre del que se case contigo Granger. Siempre leyendo libros y con ese temperamento.
Ella le respondió con un puñetazo. ¿Qué habrá sido de él?
Extrañaba a sus amigos; Harry era productor de cine y Ronald, siguiendo la idea de los gemelos, era un empresario exitoso, ganas tenían de verse, tiempo era lo que no tenían. Sus pensamientos fueron interrumpidos por el correr del agua de la cascada sobre su piel, tan pura y cristalina como su virgen corazón. Pero eso no duraría mucho tiempo.
Ajeno a todo esto se encontraba Draco Malfoy, un citadino con alma de bohemio y fama de playboy ganada a pulso. Mujeres tenía de sobra en medio de su vida de francachela, siempre en la página de sociales y en las revistas de mayor circulación del país. Había sin embargo, una mujer que le interesaba un poco más que las otras: Pansy Parkinson: una bella morena de atributos físicos insuperables, refinada, y conocida en los más altos círculos. Era la ideal para el momento en que se cansara de gozar de los placeres de la vida y decidiera casarse. Jamás lo haría con una mujer indigna de él y de su alcurnia, primero muerto. Su esposa tenía que ser una princesa, tal como su madre.
Uno de tantos días, en que fue a cobrar su cheque, su asesor financiero, le comentaba que su situación económica era deplorable, debía hacer algo y pronto.
-¡Maldita sea! ¿Y ahora que haré? No sé trabajar, no sé hacer nada. Pansy me va a matar cuando lo sepa.
-Tanto como eso no querido- dijo la chica, que lo había oído todo. Pero comprenderás que una boda entre nosotros, no es una opción.
-¿Vas a dejarme? Tú no puedes, ¡Yo te amo! Dime que ya no sientes arder tu piel cuando me acerco.
Ella no respondió. Le gustaba ese hombre. Demasiado. Pero también le gustaba el tren de vida que Draco no podría ofrecerle, así que ideó un plan.
-¿Qué pensarías de un matrimonio por conveniencia?
-¿Y me lo pides tú? ¿No se supone que me quieres?
-Lo hago. Te casas con la primera tonta que encontremos, le quitas todo y te divorcias luego. Hazlo por mí por nuestro amor, mi dragoncito.
Se acercó a él y ambos fueron uno, una vez más como siempre.
-¿Quién es ella?
Continuará.
