Todos aman a Light

Parte I

Ya habían pasados dos horas desde que la clase había comenzado y el reloj postrado en la pared marcaba que faltaban dos horas más para darle fin, y como siempre, Light Yagami era el único que había podido dominar los casos que el profesor utilizaba para ponerlos a prueba, no por nada era el mejor de la clase, y no por nada era el mejor estudiante de aquella facultad de criminalística.

-Bien, ya que han podido resolver los tres casos anteriores iremos con un cuarto un poco mas difícil esta vez, ya veo que se le ha hecho demasiado fácil hasta ahora, señor Yagami… -Light no sonrió a pesar de que en el fondo mas preciado de su ser le encantó el alago, es mas, se sintió poderoso, se sintió en la cima, simplemente se sintió el mejor. No, no se sintió, era el mejor. Pero debía mantener la compostura, no debía delatar ante los demás su enorme ego, eso podría traer problemas: él sabía perfectamente que su vanidad era grande, que va: inmensa, pero debía comportarse como todo un caballero, jamás hablar de más, jamás brindar opiniones inapropiadas y por sobre todo: jamás demostrar a los demás su arrogancia ya que es un sentimiento bastante chocante para las personas y no suele ser bien vista una persona egocéntrica, más valía quedarse serio y no decir una palabra a menos que fuera sumamente necesario, eso siempre había funcionado-. Bien, el caso número cuatro –decía el profesor mientras parado sobre una plataforma en aquel salón universitario escribía con tiza sobre el pizarrón verde agua-. La policía de Shibam recibe una llamada un día miércoles 18 de julio a las 10:15 p.m. de una mujer avisando que se incendia la casa de su vecino, compuesta por un padre, una madre y dos hijos: una niña y un niño, los dos gemelos de once años. La policía llega al lugar junto con los bomberos voluntarios que acaban por detener el incendio, la casa estaba prácticamente en ruinas luego que el fuego pase por ella, y no se logró encontrar ninguna evidencia en los cuerpos ya que fueron calcinados por el incendio quedando solo los huesos como carbón. La vecina que había llamado no compartía la línea telefónica de la familia recién fallecida y todos los cables que conectaban la televisión, el internet y el teléfono habían sido degradados por el incendio por lo que la policía no pudo realizar el rastreo de llamadas que pudieran dar pistas del horror que presenciaban. Bien, eso es todo ¿por dónde empezamos, queridos alumnos?

El profesor, regordete y sonriente miraba al alumnado del lugar, los cuales tenían cara de espanto, nada de pistas, nada de nada. El caso era complicado.

-Les comunico que no dejarán el lugar hasta que alguien se atreva a arrojar una teoría, de lo contrario nos quedaremos aquí hasta que sea la hora –sonreía el calvo profesor que debido a su gordura debió necesariamente sentarse detrás de su escritorio, sus débiles rodillas comenzaban a flaquearle y ya podía sentir el peso de la edad sobre sus hombros, Light lo dedujo con suspicacia.

-Entonces… ¿los cables del teléfono están seguros de que están completamente destruidos como para no poder rastrear la llamada?

Todo el alumnado comenzó a reír pero de manera vergonzosa, la pregunta tenía una obvia respuesta reiterativa.

-Si, alumna –dijo el hombre detrás del escritorio-. Completamente destruidos.

Todo el aula se convirtió en un halo de silencio, ni una mosca dejaba su chirriante vuelo al descubierto, era de esos incómodos y vergonzosos momentos en que no sabes que hacer y de los nervios pretendes salir corriendo por la puerta, porque Light sabía que él debía responder, porque Light sabía que el regordete profesor lo miraba por el rabillo de sus ojos, detrás de sus lentes. Y sabía que ese silencio mortal continuaría a no ser que él mismo lo rompiera, siempre debía ser él… aunque no tuviera idea de la respuesta, no podía soportar el silencio de ultratumba que se había formado en aquel espacio, estaba asfixiándolo. Abrió la boca.

-Primero deberíamos comenzar por hacer una lista de los posibles beneficiados con dicho suceso. ¿Hay datos de seguros de vida que podrían haber tenido los padres de la familia?

El profesor sacó un pañuelo de su bolsillo, con él lustró los lentes que ya estaban empañados debido al insoportable calor del verano que junto con el ajustado traje que le era obligatorio utilizar como figura docente y de nada ayudaba, todo lo contrario, lo hacían sudar de sobremanera.

-Bien pensado joven Yagami –el hombre tomó un papel que se dispuso a leer, como si tuviera la respuesta a esa pregunta ya escrita y hubo estado esperando a que alguien se dignara a hacerla-. La policía investigó dicho suceso y descubrió que no tenían ninguna pertenencia de valor que a alguien pudiera interesarle como ser algún seguro de vida, tampoco tenían seguro que cubriera el automóvil que había sido quemado junto a la casa mientras estaba en la cochera.

Light bajó la vista hacia los papeles que mantenía sobre la mesa que tenía en frente, concentrándose en el caso y en lo que el profesor acababa de decir, lo único que obviamente suponía era que podría haber motivos por lo cual hacerle daño a la familia. Tal vez alguna discusión con alguien en el pasado, algún vecino, algún compañero de trabajo de los padres, algún amigo, algún familiar, algo que levantara sospechas.

-¿Eran personas de buen hacer? Me refiero a que si eran buenos vecinos, buenos compañeros, buenos… –preguntó Light con algo de timidez, aunque era el único que parecía colaborar con el caso dispuesto por el profesor, la pregunta le había dado bastante vergüenza, como si saliera a luz la denotación de lo perdido que se encontraba, inmediatamente sus mejillas se volvieron de un color sonrosado. El profesor sonrió, y volvió a colocar la sonrisa cariñosa en su rostro, bajó la vista hacia los papeles sobre su escritorio.

-Los vecinos fueron interrogados por la policía, también los familiares lejanos y los mas cercanos de la familia y todos aseguraban que eran personas de buen actuar.

Light volvió a quedarse en blanco. Nada, nada. Comenzaba a exasperarse, esto estaba costándole mucho mas de lo que hubiera imaginado y ahora sentía presión sobre sus hombros ante un caso, lo cual no había ocurrido antes debido a la simpleza con la cual los resolvía. Pero aquí nada, ninguna pista.

Piensa Light, piensa se repitió varias veces sin obtener resultados que pudieran guiarlo a alguna idea articulada y coherente. Si, allí comenzaba a hacer bastante calor y sentía como la ropa que había escogido esa mañana cada vez se hacía más chica, ajustando su cuerpo de sobremanera. El profesor continuaba mirándolo, el profesor continuaba esperando.

-¿Nadie dirá nada? ¿Ninguna idea? ¿Nada de nada? –comenzó a reír el hombre regordete con algo de inocencia, para nada era una sonrisa ladeada o con dejo de rencor más bien parecía un hombre intentando empujar a "pensar" a sus hijos de una manera cariñosa.

-¿Ambos tenían trabajo? –volvió a cuestionar Light, cada vez se convencía mas y mas de que sus preguntas estaban siendo poco fructíferas y a ningún lado le llevaban ya que el profesor había sido claro, ¡no hay pistas visibles!

-La mujer era ama de casa y el hombre trabajaba en oficina a lo cual todos los compañeros del trabajo dijeron a la policía tener excelentes condiciones de trabajo junto a aquel hombre y ser buenos compañeros.

Mierda, cada vez estaba más perdido. No sabía por dónde comenzar el caso y ya se le estaban acabando las ideas.

-¿Se encontraron pistas de que pudo haber sido una explosión, tal vez una cañería de gas rota, algo? –se atrevió a preguntar, pero esta vez con la voz mas baja, como si no quisiera dar a entender a sus compañeros de aula que Light Yagami estaba mas perdido que cubito de hielo en el desierto del Sahara.

-Nada, señor Yagami, ningún artefacto que comprobara que la escena se tratase de un homicidio, un suicidio o un simple accidente.

Nada, absolutamente nada. Mierda, estaba completamente en pañales. Aquí no había pistas, era un caso en el que debía utilizarse solo la pura lógica.

-¿Habían ocurrido casos similares a otras familias por aquella zona o sus alrededores? –tal vez, pensó Light, se tratara de un asesino serial, de serlo deberían haber mas casos similares al dicho.

-No –respondió rotundamente el hombre-. El único caso similar fue el de un hombre asesinado hacía doce años atrás pero había sido a través de un asalto y el culpable ya estaba tras las rejas. Era un pueblo muy calmo.

-¿Hay alguna manera de saber que hizo la familia ese mismo día? –preguntó ya casi escondiéndose en su silla para no ser observado.

-Bien, señor Yagami, una vecina atestiguó haber observado que la familia había salido de la casa, toda reunida y bien vestida, dejando el lugar bien cerrado bajo llave. La vecina le preguntó antes de que partieran en el coche, a donde iban, solo por curiosidad ya que eran buenos vecinos, y la madre de la familia le contestó que al su marido trabajar en una oficina el horario de entrada eran las 8 a.m y el de salida las 4 p.m. Por lo tanto tenían la noche libre e irían al restaurante y luego al cine, eran exactamente las 6 p.m cuando la vecina recibió esa noticia luego de ver a la familia marcharse, no en el coche ya que las calles en Shibam son algo estrechas y por ende la familia estaba acostumbrada a caminar, el automóvil mas bien era un lujo innecesario para ellos. La misma vecina comentó a la policía haber visto como la familia regresaba a las nueve y media de la noche y habían apagado todas las luces de la casa seguramente para descansar. Luego de eso nadie vio nada mas que el incendio y ya siendo demasiado tarde como para rescatar a la familia o siquiera alguna pista. Eso es todo.

-Pudo haber sido un individuo de la propia familia, tal vez tramó el incendio para matar a los otros tres y luego suicidarse él, ¿alguno de la familia presentaba síntomas de estar deprimido o con anteriores ataques de ansiedad o siquiera haber tenido intentos de suicidarse antes? –esta vez no había hablado Light, había sido su compañero de banco, su "casi" amigo, Mikami, que no era el más brillante de todos en la clase pero que a medias se podía decir que hacia sus mejores esfuerzos. Light supuso cual sería la respuesta del profesor: errada, porque si algún integrante de la familia hubiera tenido intentos de suicidarse o hubiera tenido actitudes que denotaran delirio mental hacia ciertas tendencias, los familiares cercanos de los fallecidos se lo hubieran reportado a la policía cuando los llamaron a atestiguar y es mas que seguro que un hermano, un abuelo o un padre sabría de antemano si su hijo o hija, hermano/a, sobrino/a, nieto/a, estaban pasando un mal momento en familia o por un ataque de depresión (los lazos familiares jamás se pierden, incluso cuando uno se casa y se muda con su nueva familia), por lo tanto la teoría de aquel moreno fue desechada instantáneamente por Light.

-No alumno, los integrantes de la familia eran personas tranquilas, bien vistos por todos, no había maltrato del hombre hacia su mujer ni hijos, era una familia formada con amor y llevada de buena manera. Todos los familiares habían atestiguado a la policía que eran una familia verdaderamente feliz.

Carajo, ya comenzaba a desesperarse de veras. Nada, naditas. ¡Algo debía haber! ¡Algo que…!

El profesor esperaba, él también comenzaba a impacientarse al ver que nadie reaccionaba de la manera en la que él esperaba.

-Las pistas son importantes alumnos míos, pero cuando escasean el mejor remedio es utilizar la lógica –calló durante unos segundos-. ¿Enserio nadie va a decirme nada, nadie tiene una teoría?

Silencio absoluto.

Hasta que…

Escuchó una voz que provenía del fondo de la inmensa aula, algo inaudible al principio ya que el eco resonaba en sus oídos pero a medida que alzaba el tono pudo distinguir bien claro las palabras de aquella voz calma, grave y algo ronca, pero sonaba joven.

-Usted acaba de decir que la familia había ido al restaurante y luego al cine por lo que es imposible que haya sido un accidente ya que de serlo debería estar en el foco del problema el elemento "horno, hornallas, cocina" pero al haber cenado unas horas antes la familia ya había saciado su apetito y lo más probable es que al llegar a casa se dispusieran a dormir, no creo que se cocinaran nada para entonces o que hayan olvidado algo en el fuego –el profesor mientras tanto sonreía de manera petulante, la voz sonaba gruesa y en su tono se notaba seguridad, Light quiso observar al hombre detrás de esa voz pero estaba demasiado lejos ya que él estaba sentado en la primera fila de pupitres y para colmo, un par de chicas riéndose y cuchicheándose cosas al oído no le permitía divisar su rostro-. Además, teniendo en cuenta que usted ha dicho que el hecho transcurrió en Shibam, lugar que siempre es cálido en cualquier época del año, entonces tampoco entraría en el foco el tema "calefacción". De haber sido accidente por explosión causada por avería en la cañería de gas, entonces el encender fuego hubiera sido elemento del incendio pero ellos hubieran notado el olor a gas al volver a la casa. Por tal considero que la teoría del accidente no es la correcta. De igual modo todos los familiares había atestiguado a la policía que eran una familia feliz por lo tanto el suicidio tal vez esté en un porcentaje moderado pero por el momento no me deja sospechas de que se trate de un suicidio, por lo tanto también creo que esa posibilidad debe ser descartada, al menos por el momento. Claro está que lo mas probable es que se trate de un homicidio.

El profesor rechoncho sonreía, mirando con ojos anheladores al muchacho del fondo, mientras Light intentaba de sobremanera poder divisar su rostro.

-¿Y entonces, como continuaríamos? –preguntó el hombre calvo, apoyando su espalda sobre el pizarrón olvidándose de que acaba de escribir con tiza y que podría mancharse el traje negro que usaba para entonces.

-Lo primero –continuó aquella voz ronca pero calma-. Sería que la policía preguntase a los bomberos que apagaron el incendio, ¿que parte de la casa estaba mas calcinada por el fuego?, de esa manera podríamos determinar en qué sector de la casa comenzó el incendio y por ende… que tan cercano a la familia podría llegar a ser el homicida, siempre teniendo presente las probabilidades de suicidio, claro está.

El profesor tomó la hoja que estaba sobre su escritorio y sonriendo leyó algo que estaba escrito, como si lo que acababa de escuchar por parte de aquel joven era precisamente lo que quería oír.

-La policía descubre que la parte de la casa mayormente calcinada y prácticamente hecha polvo debido al incendio era la habitación de la madre y el padre.

Se escuchó un silencio. Pero aquel hombre volvió a hablar.

-Entonces cabe la posibilidad que de haber sido un homicidio y a la vez suicidio de uno de los integrantes de la familia, se haya tratado del padre o la madre. Pero no puedo descartar la posibilidad de que se trate de un homicidio de alguien ajeno al vínculo familiar. De ser la segunda opción… El hecho de que un incendio ocurriese en una habitación es poco probable, lo mas común es que ocurra en la cocina -se había quedado en silencio, como si estuviera meditando o recalculando los hechos, Light no podía verlo pero podía presentirlo ya que a él le había sucedido varias veces, pero no quería pensar, se rehusó a hacerlo, quería que por única vez en su vida alguien mas que no fuera él llegara al fin del misterio, por lo tanto se abstuvo de razonar las palabras de aquel hombre para poder seguirle el rastro y por el contrario se decidió a simplemente escuchar lo que tuviera que decir-. ¿Usted dijo que era miércoles 18 de julio, verdad? –el profesor asistió y no podía quitar de su rostro su sonrisa enternecedora, Light continuaba atento ¿que estaría pensando aquel hombre? Continuaba sin poder verlo-. Eso significa que no cae ningún feriado en Shibam para esa fecha, por lo que era un dia completamente común a los demás, completamente laboral, además usted menciono que el hombre había tomado la noche libre con su familia ya que el horario de su trabajo acababa a las 4 p.m. lo cual significa que de existir un asesino fuera del vinculo familiar necesariamente tenía que estar en ese mismo pueblo donde habitaba la familia.

Todos estaban completamente callados, mirando hacia donde provenía la voz, las muchachas habían dejado de cuchichearse poniendo atención a la clase y finalmente Light pudo notar el rostro del hombre, joven, bastante joven a pesar de su pesada voz. El cabello revuelto cual si recién hubiera despegado la cabeza de la almohada, era negro con tanto brillo que destellaba a pesar de no dar apariencia de aseado. Su piel era demasiado blanquecina y creyó que era el hombre con los ojos mas grandes que Light hubiera visto jamás, ¡eran enormes, casi ocupaban tres cuartos de su rostro! Y negros, profundos. ¡Y ojeroso! Terriblemente ojeroso, lo cual daba aun mas énfasis a sus gigantescos ojos que ya de por sí resaltaban casi como linternas sobre su tez pálida. Lihgt estaba en duda de si debía considerarlo feo o atractivo, no le parecía que aquel hombre encajara con ninguno de los dos extremos y a la vez encajaba perfectamente con ambos. Su aspecto confundía al castaño.

-¿Y por qué cree eso, alumno? –preguntó el profesor, descolocando a Light de sus cabales y obligándolo a volver a prestar atención al caso.

-Lo he pensado porque el incendio se centra en el pueblo de Shibam. Ese lugar es solitario y se encuentra en medio del desierto, por lo tanto no hay nada a kilómetros a la redonda, eso implica que al ser un dia laboral el horario de trabajo en cualquier empresa o sitio donde una persona esté en blanco y efectivo, debe terminar como mínimo a la una de la tarde tomando que tal vez la persona trabaje cuatro horas y no seis u ocho, de todas maneras, si el asesino o asesinos vivieran en un lugar lejos del pueblo en cuestión, entonces debieron dejar de trabajar como mínimo a las 3 de la madrugada del dia miércoles como para llegar a aquel pueblo a tiempo para provocar el incendio a las 10 p.m. y teniendo en cuenta que el/los asesinos se trasladaban en automóvil y no en un autobús, que para ese horario no están funcionando en aquellas desiertas rutas, de todas las maneras imaginables es imposible que alguien con un trabajo fijo hubiera salido del trabajo el día miércoles para dirigirse hacia la ciudad ya que el tiempo juega en su contra y no hubiera llegado para las diez de la noch haber provocado el incendio, los kilómetros desde los alrededores del lugar hasta aquella ciudad toman por lo menos casi un dia en ser recorridos en automóvil, pero eso es solo una teoría si se tratara de una persona que tiene un trabajo fijo que debe cumplir horario al ser un día laborable, pero de ser una persona que trabaja realizando actividades de vez en cuando como un albañil, también podría tratarse de un pintor, estaríamos tratando con una persona que no contaría con el dinero suficiente como para pagar tanta cantidad de gasolina para realizar el recorrido hasta esa ciudad y luego para volverse, teniendo en cuenta que tal vez dicha persona/as siquiera cuenten con automóvil…

-¿Y si se tratara de un menor de edad que no trabaja y que vive en las afueras de la zona pero que tomó el automóvil de sus padres adinerados para poder dirigirse a la ciudad? ¿Allì no contemplaríamos el problema de los horarios, verdad? –Light se había comprometido en no pensar pero no había podido resistir la tentación ante los interminables razonamientos lógicos del moreno que estaban haciendo "click" en el cerebro del castaño y ahora casi podía oler hacia donde se encaminaba aquel hombre de ojos tan inmensos.

-A eso iba… –Light no supo descifrar si aquella frase del moreno iba con una especie de dejo de enfado, ya que la cara de aquel hombre no denotaba expresión de nada, pero lo miraba y muy fijo, casi clavándole las pupilas en las suyas. El castaño creyó que haberlo interrumpido en medio de su hipótesis pudo haber enfadado al pelinegro, y mucho, la frase había sido hablada con un arrastre tenso en las palabras. Si, el de los ojos gigantes se había enfadado, o al menos eso pudo percibir por el tono de voz que utilizó aquel. Pues a Light le valía madres, el aire era gratis y también existía el derecho a la libre opinión y critica, él podría preguntar lo que quisiera cuando quisiera y ni aquel hombre ni nadie se lo impedirían-… Como decía –en ese instante Light percibió que su pregunta había sido realmente estúpida, de haberla razonado con mas paciencia siquiera la hubiera dicho en voz alta pero hubo detalles que se le habían pasado por alto ya que no se trataba de un caso que había ocurrido en su país y desconocía el territorio extranjero, pero el moreno no parecía tener ese problema, es mas el castaño supuso que el simplemente hizo la pregunta en voz alta solo por el hecho de contradecir al moreno, es que aquel hombre parecía estar tan seguro de lo que decía, tanta seguridad ponía nervioso a Light-. Si se tratase de un menor de edad entonces no podrían ingresar a dicha ciudad sin antes ser detenido por la policía para registrar los papeles del auto y el permiso de conducir, el incendio sucedió en una ciudad calma y mas específicamente si te fijaras en un mapa –Light percibió la agresión en la voz del moreno y de una manera chocante, aquel parecía solo estar hablándole a él y queriéndole hacer ver sus errores-. Verías que justo en la entrada de dicha ciudad, la única entrada por donde se puede ingresar de cualquiera de los alrededores, está el cuartel de policía, por tal siempre hay una persona que pide identificación a los conductores, por eso creo que la idea de que se tratara de una persona de los alrededores de la ciudad queda completamente descartada, aunque de tener dudas la policía podría dirigirse a todas las estaciones que proveen servicio de gasolina de los alrededores y cuestionarles si hubo alguien que el día miércoles o anteriores gasto dinero suficiente en gasolina que permitiera trasladarlo hasta esa ciudad ida y vuelta justo antes del horario en que ocurrió el incendio. Pero no creo que fuera necesario ya que lo mas probable fuere que se tratara de una persona que habitara la misma ciudad en donde ocurrió el hecho.

¿De donde demonios había salido este tipo? No era japonés, eso era extremadamente obvio para Light, sus redondos y enormes ojos negros le delataban. Tenía pinta de occidental obviamente, pero manejaba a la perfección el idioma japonés… Es que el castaño nunca lo había visto en su vida en la misma clase que él y… era tan… tan… le costaba admitirlo, fue como una patada en el estómago para Light pero aquel tipo definitivamente era tan… inteligente. ¿De donde había salido? ¿sería estudiante de intercambio?

-¿Usted dijo que el incendio según los bomberos había comenzado en la habitación de los padres, no es asi? –el profesor asistió-. ¿Las habitaciones tenían barrotes? ¿Hay alguna manera de saberlo?

-Una vecina atestiguó que efectivamente, las ventanas y puertas tenían barrotes gruesos e inquebrantables.

-Mmm… ahí hay un error ¿no lo cree? –dijo posando su dedo sobre su labio inferior-. Usted anteriormente dijo que el lugar era extremadamente calmo, pero la familia tenía barrotes en puertas y ventanas.

Todos rieron ante esa declaración, hasta el profesor, pero no Light y de ni modo Mikami.

-Si, puede ser –sonrió el profesor no se supo si pareció avergonzado ya que solo había echo un movimiento de agachar la cabeza. Light no supo porque pero empezó a detestar a ese tipo que tanta seguridad tenia, ¡hasta había hecho un chiste en plena clase y en medio de un caso! ¿Quién carajos se creía que era?

-Profesor, ¿las puertas y ventanas de la casa siempre permanecían cerradas o cabía la posibilidad de que alguna estuviera abierta en algún momento en que la familia no se encontrara en casa? –el hecho de estar tanto tiempo escuchando esa voz ronca le estaba sacando de quicio, mejor lo dejaba de lado unos momentos, ya no quería soportar esa ronca voz.

-Buena pregunta, señor Yagami –el profesor volvió a sonreírle como en cada clase-. La familia nunca dejaba puertas ni ventanas abiertas cuando se iba, y cuando dormían bajaban las persianas de todas las ventanas que sumado a los barrotes era imposible que alguien entrara, lo mismo para las puertas.

El castaño sintió como volvía a fallar, pero unos ojos negros estaban destrozándolo con su mirada a lo lejos y sabía que eran los de él. Pero, tal vez su pregunta no estuvo tan errada porque eso dejaría en claro que…

-De ser así todo comprueba mi teoría –habló nuevamente el moreno con las manos entrelazadas cual si fueran candados mezclando su blancura con la oscuridad del fondo del aula universitario-. El hecho de que el incendio ocurriera en una habitación, más precisamente la de los padres y habiendo barrotes y estando las persianas bajas da indicios claros de que es imposible que el incendio lo provocaran desde afuera de la casa, necesariamente debió ser provocado desde adentro, y sabiendo que el homicida probablemente, no… seguramente está en dicha ciudad y como ellos siempre cerraban las puertas y ventanas al dormir y salir entonces la persona que pudo haber provocado el incendio necesariamente debió tener una llave de la casa. Aunque de ser así la persona que conservara las llaves debió de haberlas arrojado para que no le culparan si es que la policía llega a dicha hipótesis.

Lo mismo que había pensado Light, pero saliendo de los labios de aquel de ojos inmensos, lo cual le dio escalofríos al castaño.

-¿Tenían casera? ¿Alguien que limpiara su casa o alguien que tuviera permitido ingresar al lugar y conservara las llaves de dicha? –volvió a insistir el moreno.

-No, no tenían empleada doméstica –sentenció el profesor, que ahora sonreía muy enternecedoramente, como si el caso estuviera a tan solo centímetros de ser develado.

-Entonces debió de haber sido un vecino o un familiar muy cercano a las víctimas, que acostumbrara ingresar a la casa de éstas con naturalidad mientras ellas no estuvieran y por ello ningún testigo que fue a atestiguar lo notó de manera extraña y por esa misma razón fue que no le comentaron de ello a la policía –sentenció Light que esta vez había sido mas rápido que el moreno para presentar la primera teoría de un posible homicidio. Con ello finalmente tendrían sospechosos: quienes ingresaran a la casa de la familia con naturalidad y sin despertar sospechas por lo muy común que era. Tal vez hubiera sido un incendio premeditado pero el culpable definitivamente se encontraba en el mismo lugar que las víctimas.

El profesor hecho un vistazo al gigantesco reloj blanco que colgaba por sobre la pizarra verde.

-Bien, ceo que es demasiado por hoy, ¿no lo creen? –dijo sonriendo, jamás dejaba de hacerlo-. Pueden ir a casa a descansar un poco, alumnos. Recuerden que dejo las fotocopias del trabajo practico en la fotocopiadora de enfrente, deben de entregármelo si o si ¿quedó claro? Será una de las notas mas importantes del año por lo tanto les pido que le pongan mucho esmero –Light sabía que de aquella nota dependerían sus calificaciones en dicha materia asique estaba mas que predispuesto a hacer un excelente trabajo y sacarse la nota mas alta que todos, como siempre le hacía-. Los grupos serán de a dos –el castaño sonrió, Mikami también, siempre había hecho trabajos individuales aunque se tratara de grupales ya que las teorías y maneras de pensar de las demás personas se distanciaba mucho de la manera de pensar del castaño y siempre acababan discutiendo ya que a Light no le convencía el punto de vista de los otros ni a los otros les convencía el punto de vista de Light, pero si él siempre sacaba las mejores calificaciones en los exámenes ¿no era mas que obvio que sus teorías eran las correctas? En uno de aquellos días conoció a Mikami, un tipo normal que acostumbraba decirle que "si" a todo lo que dijera Light, bastante extraño pero así era y mas que un trabajo entre los dos era Light el que pensaba y Mikami el que escribía, y así había sido siempre, por lo tanto entre ambos se complotaban perfectamente-. Pero esta vez, alumnos míos, seré yo quien elija quien hará grupo con quien.

-¿Qué?

-¿QUÉ?

Mikami y Light se miraron, "oh no" pensó el castaño para sus adentros, el maldito viejo regordete sonreía, ¡los separarían! Y lo peor de todo era que seguramente lo pondría con alguna de esas chicas insoportables que se la pasan hablando de moda, ropa, maquillaje y que jamás ponen atención en clase y que para colmo, buscaban seducirlo de una manera demasiado explícita, y todo eso junto encajaba con una única persona… ¡Por favor, que no me ponga con Misa Amane, por favor! Pensaba el japonés para sus adentros.

-A los grupos los armaré en casa y se los dictaré el lunes –dijo finalmente tomando su maletín y dirigiéndose hacia la puerta-. Hasta luego, alumnos.

Esto era terrible, ahora debía soportar las críticas y comentarios de alguien mas que tuviera opinión propia al contrario de Mikami. No, definitivamente hablaría con el profesor para ver si cabía la posibilidad de que lo hiciera solo. No podía ajustar sus horarios a los de otra persona y eso le incomodaría de sobremanera, asique era preferible hacerlo solito, de todas maneras eso no arruinaría el trabajo ni lo dejaría en otro lugar que no fuera elmejor de la clase ya que el coeficiente le daba para mucho y aun mas.

Salieron del aula caminando al mismo ritmo, sumidos en sus propios pensamientos.

-Oye, te queda muy bien esa blusa… -habia oído decir a Mikami, que lo miraba desde hacia vaya uno a saber cuantos minutos.

-Oh… ¿esta?... gracias, me la regaló mi madre en mi cumpleaños pasado, me queda algo grande –se atrevió a decir el castaño sonrojado, como si no supiera qué decir, ¿era él o desde hacía un tiempo había notado algo raro en Mikami para consigo?

-Oh no, Light, te queda perfecta –sentenció el moreno, lo cual puso aun más nervioso al castaño que ya comenzaba a ojear hacia todas las direcciones. Esto se estaba tornando algo incómodo y las manos comenzaban a sudarle… Mikami relativamente le estaba… No, no, serían ideas suyas, nada mas. El castaño se decidió a calmarse, se estaba poniendo paranoico.

-Gracias Mikami –sentenció Light por el halago del moreno y de ahí en mas ya no volvieron a hablar, cada uno pensando en lo suyo, aunque de todas maneras continuaban caminando al pie del otro. De repente el japonés divisó la figura de un pelinegro a lo lejos, era el mismo que hubo de enfrentarlo cara a cara en el aula hacia unos minutos. Se encontraba parado frente a una motocicleta bastante grande, el castaño no sabía demasiado de ellas pero por la forma y las curvas del rodado supuso que se trataba de una Kawasaki último modelo, en partes negra (en las ruedas, el asiento y los espejos tal cual el manubrio) pero en las demás partes tenía un color verde avispón. Era una motocicleta gigantesca y atractiva, de esas que engatusan a las mujeres.

-Oye Light, ¿me parece a mi o ese tipo se esta desnudando frente a toda la acera?

El pelinegro de a lo lejos se quitaba la camiseta blanca que llevaba con fastidio, el castaño pudo divisar que no se lo hubiera imaginado en aquel delgado cuerpo blanquecino, sobre todo porque el pelinegro no daba impresión de ello pero ahora que lo pensaba… grandes tatuajes posaban en la espalda y brazos del occidental, figuras de dragones completamente negros y con rostros aterradores se dejaban al descubierto en su blanca piel. Había sacado una musculosa blanca de su mochila y se la había puesto como si nada, guardando esta vez la polera blanca, al parecer no tenía ni un mínimo de vergüenza de hacerlo en público. Llevaba un cigarro en la boca, y ahora con la musculosa puesta se podían apreciar mejor los tatuajes en sus brazos. Arrojó el cigarro a la calle y se colocó la mochila en la espalda. De una fuerte patada sobre la palanca de arranque encendió la motocicleta, puso los cambios y prácticamente se fue volando, dejando a todos los que estaban allí con un sonido ensordecedor en los oídos de la velocidad que había tomado.

Loco… podría matarse a esa velocidad, ¡y ni siquiera llevaba casco! Que estúpido…pensó el castaño para sus adentros, que continuaba caminando al son de Mikami, de repente el pelinegro habló.

-Light, ¿te parece si… salimos a tomar algo en la noche? –se atrevió a decir a un castaño que continuaba pensando en la idiotez de aquel occidental, "todos los europeos y americanos eran iguales, pretendían demostrar agresividad o libertad y acababan matándose, ¿Por qué no podían aprender más de los orientales y ser personas pacificas que no necesitan hacerse ver para aumentar el ego? Malditos tontos".

-Ah, disculpa, Mikami. ¿Qué dijiste? Lo siento estaba… pensando…

-Esta bien Light –sonrió el moreno que por alguna extraña sensación se había puesto algo colorado en su rostro blanco-. Te preguntaba si hoy en la noche querrías…

-Oh, lo siento Mikami, es mi celular. ¿Aguardarías un momento, por favor?

-Claro –dijo el moreno algo desilusionado pero para que Light no lo notara había volteado su rostro hacia otra dirección mientras el castaño caminaba lejos de él para poder conversar a solas.

-Habla Light, ¿Quién habla? –dijo con tono serio.

-Yo…

Oh no, esa voz… pensó el japonés mientras con desgano pasaba la mano desocupada sobre su rostro, estirándolo de manera estresante hasta llegar a sus cabellos.

-¿Qué quieres Misa?

-¿Cómo que qué quiero? ¿Cuándo nos vamos a ver? Prometiste una cita conmigo y no has cumplido como caballero Light… ¿Es que no te parezco atractiva? ¿Ya no me quieres?

Nunca te quise. Esas palabras eran mejor pensarlas pero jamás repetirlas y mucho menos en voz alta.

-Claro que si Misa, pero he estado ocupado y…

-¡Que no me vaya a enterar, Light Yagami, que estas viéndote con Takada a escondidas de Misa!

-¿De que estas hablando, mujer? ¡Jamás me vi con Takada a escondidas ni mucho menos, ella no me atrae, esos son delirios tuyos! Solo conversamos un par de veces y ya me saltas con esto ¡No puedo creer lo que estas diciendo!

-No lo creo de ti pero si lo creo de ella, es capaz de querer devorarte incluso a sabiendas que estás conmigo. Pues bien, entonces invítame a salir esta noche porque por lo que veo ya no te sientas conmigo en la universidad y hoy ni siquiera me echaste una miradita, te la pasaste con Mikami... AAAhhhh… ¿con que eso era no? ¡Mikami! Lo sabía, lo sabía…

-¿QUEEÉ? –la expresión de Light no podía ser de mayor sorpresa, estaba deleitado ¿Cómo podía acusarlo de semejante aberración?-. Tú estás demente.

Decidió no hablar mas y colgar el teléfono mientras la voz de Misa se oía a lo lejos del móvil.

-¡Light! ¡Light! ¿Me estas escuchando? ¡Light!

Apagó completamente el celular, y como si Misa fuera clarividente y hubiera adivinado las intenciones de Takada, la morena estaba ahí, justamente hablando con Mikami como si estuviera persiguiéndolo… otra vez…

Dios me libre, este día será largo

Intentó hacerse el tonto y continuar caminando sin que los otros dos que parecían estar en una interesante conversación, se dieran cuenta que faltaba su presencia. Caminó de puntillas por aquel pavimento.

-Ah, hola Light, ¿Cómo estás? –había saludado Takada mientras él hacía un intento obvio de escabullirse-. Se acercó al castaño y le plantó un beso en la mejilla que, mas que mejilla fue prácticamente a centímetros de los labios de Light. Mikami se había percatado de ese detalle y abrió los ojos espantado-. Te extrañé –dijo con una voz aniñada la mujer morena que no había corrido ni un milímetro sus labios de la cercanía que tenia con los de Light. El japonés permaneció de piedra, siquiera se había movido, sus mejillas sonrosadas lo decían todo, estaba estático.

De repente sintió como Takada se corría con brusquedad gracias a un empujón de Mikami que logra por poco arrojarla de lleno al pavimento. Pero logró levantarse haciendo bastante esfuerzo.

-Bueno, bueno… -había dicho Mikami mientras Takada le echaba una mirada asesina-. Light, estábamos hablando con Takada acerca de esta noche, se inaugura un nuevo club de baile y estábamos platicando si te gustaría ir con nosotros, la pasaras muy bien y experimentan con bebidas exóticas, frutas y…

-Ah… no tomo alcohol, Mikami, creí que lo sabías bien.

-Si bueno, pero… también hay una pista para bailar y…

-No me gusta bailar, Takada –ok, estaba quedando como un verdadero antisocial amargado pero es que, le gustaban otras cosas. La muchedumbre excitada y toda sudada actuando como en el mundo animal abalanzándose hacia cualquier cosa que caminara para poder frotar, el alboroto de hormonas que sufrían sus cuerpos: el estrógeno y la testosterona al máximo enloqueciendo a los adolescentes, la música a todo volumen reventándote los oídos, el alcohol que no ayudaba más bien empeoraba, el humo del cigarro que acababa haciéndote irritar los ojos y para colmo las personas ya sudadas de tanto bailar que te pegaban la transpiración cuando se tropezaban con algo arrojado en el piso y se caían encima de ti. No, nada de eso era prometedor para el castaño.

-Anda Light, no tienes que bailar, si quieres puedes quedarte en la barra bebiendo algo que no tiene porqué ser alcohol –había dicho Mikami, en sus ojos podía verse que realmente deseaba que el castaño los acompañara.

-Es que… no sé… Todos apretados y sudados, y falta el aire, no me…

-No, Light, si es un lugar bastante grande, y no faltara el aire, podemos pedir a los hombres que vigilan que abran las ventanillas y puedes quedarte sentado cerca de una. ¡Anda, por favor! Hoy es viernes y mañana no tenemos universidad y podemos dormir hasta tarde -¿Acaso Takada le estaba suplicando? Dios mio, esa situación realmente estaba alertando a Light, no sabia como actuar, si continuaba desistiendo ambos morenos continuarían insistiendo hasta que el castaño acabara por decir que si y es que… Light no podía decirles que no, tenia deficiencia para eso, era como si no pudiera planteárseles de frente y expresar lo que realmente él quería.

¡Carajo…!

-Pfff… -resopló agotado, obviamente la idea no le agradaba en absoluto pero desistió-. Bien, hagámoslo. Solo déjenme avisarle a Misa.

Estaba a punto de tomar su celular y comunicarle a la rubia que se encontrarían en la noche los cuatro.

-¡No, Misa no! –había "casi" gritado el moreno en modo de orden. Light se lo quedó mirando algo extrañado, se suponía que él y Misa "andaban", era inconcebible imaginar que si iba a una bailanta debía hacerlo con su… pos así decirlo… "semi-novia".

-Es que, quiero que seamos todos amigos y nos divirtamos, además si esta Misa entonces tu y ella se irán los dos juntos quien sabe a dónde y nos dejaran solos a Takada y a mí y nos aburriremos.

-Oh.. okey, esta bien –otra vez ese estúpido complejo de no poder decir que "no". Light definitivamente debía arreglar eso.

-¿Entonces, a qué hora nos encontramos? –preguntó Takada emocionada por la noticia.

-¿Les parece a la medianoche en mi apartamento? De ahí vamos a la bailanta –había dicho Mikami con una sonrisa que adornada todo su rostro. Definitivamente esa noche intentaría acercarse más de lo normal a Light… pero Takada pensaba exactamente igual.

-Bien, ahí nos vemos entonces –Light se acomodó la mochila en su espalda y caminó hacia su casa, en donde no encontró a absolutamente nadie.

Se dirigió hacia el refrigerador y tomó unas alitas de pollo hechas probablemente en la fritería, sabían deliciosas. Iba a subir a su cuarto cuando vio una nota sobre la mesa de la cocina.

"Light, tu hermana y yo fuimos de compras al centro, volvemos en una hora. Mama"

Y papá trabaja en el departamento hasta tarde, tendría la casa para el solo por unos minutos. Genial, no quería oír a nadie, mucho menos a su madre quejándose porque se le pasaba la sal en la comida o a su hermana llorando como desquiciada porque no entendía la tarea ya que se había pasado toda la explicación del profesor por haber estado mirando al nuevo alumno que venía de Alemania y que ya se había enamorado perdidamente de él… Pufff.

Y he aquí, sin nada que hacer encerrado en su cuarto con su netbook. Había puesto un poco de música de ambiente, relajadora. Respiró profundo mientras pensaba con qué entretenerse. Las tareas estaban todas echas y… ya que, entremos al chat. La verdad que cada dos por tres encontraba algún degenerado/a o personas agresivas que más bien te insultaban pero, tal vez encontraría algo que le hiciera pasar las horas. Además allí predominaba el anonimato lo cual era perfecto para el castaño.

Era increíble que existieran ventanas de "adolescentes de 15" "menores de 20". Cualquier degenerado podría colarse en ellas y evadir a los niños… ¿Cómo era posible que los padres…? Digo, ¿estos niños no tienen cerebro?

Que va, ellos deben saber donde se meten y sus padres deberían avisarles.

Bien, escogió una ventana. Mujeres mayores de 20 años. Luego de andar con lo mismo de siempre: "¿Hola como estas? ¿De dónde eres? ¿Cuántos años tienes? ¿Qué te gusta hacer?" y todas esas preguntas obvias y aburridas, al japonés le pintó el morbo. Había visto esa ventana muchas veces pero jamás se hubiera atrevido a entrar a una de ellas, siquiera le atraía la idea. Pero ese dia, estaba con la mente mas abierta que nunca y vaya a saber uno porque. Se decidió a hacerlo, Light se pregunto cual de ellas "pintaba" mas: ¿"Homosexuales mayores de 20" o "Homosexuales mayores de 35"? Se decidió por la segunda opción, si bien la comunidad gay siempre le pareció un populo bastante interesante pero no por eso atractivo, es decir, le venía la curiosidad de saber ¿Qué se siente besar a otro hombre? ¿Qué se siente ser tocado por otro hombre? Jamás le confesaría a Misa, pero que hubo de pensarlo, hubo y varias veces, le causaba mucha intriga saber… A Light siempre le gustaba saber, no importaba sobre qué, pero él debía "saber". Los homosexuales veinteañeros creyó que estarían con las hormonas alborotadas y por ello se decidió por los mas adultos, tal vez ellos podrían darle la respuesta a todas esas preguntas que siempre se había hecho, claro, en lo más recóndito de su ser, nadie debía saberlo.

Bien, debía poner un nombre y no se le ocurría nada. Como estaba al tanto de que los homosexuales eran personas bastante dulces en cuanto a trato con los demás, Light decidió poner su nombre pero con la traducción al castellano: luz. Y en perfil puso: "busco conversar".

Esperó pocos minutos hasta que la pantalla empezó a explotar con nuevas ventanas que se abrían frente a él indicando que varias personas del otro lado pretendían "darle una conversación". Y volvían a aparecer los típicos "hola, como estas, de donde eres, cuántos años tienes, que te gusta hacer". Light rodaba los ojos pudiendo imaginarse toda la conversación con aquellas personas.

-Hola –había varias personas intentando comunicarse con él pero algunos perfiles asustaban: "busco niño rico", "quiero una noche apasionada" y tales cuestiones que hacían sonreír a Light. Pero esta persona le había llamado la atención porque en su perfil no había puesto absolutamente nada y como nombre tenía una simple: L.

-Hola, ¿como estas? –respondió el castaño al saludo del hombre que estuviera detrás.

-Bien, ¿y tu?

-Bien, bien –típica pregunta, que cliché mas molesto, pensó el japonés.

-¿De donde eres, Luz?

¿Debería decirle? ¿Sería apropiado? Bien, con hacerlo no tenía nada que ganar ni perder, de todas formas quien estuviera detrás no sabía nada de él.

-Japón, ¿y tu?

-Luz… me gusta, aunque no es tu verdadero nombre –dijo L, no había respondido a su pregunta-. Lo estas utilizando en su traducción al castellano y las personas de habla castellana acostumbran utilizar esa palabra como nombre para las mujeres, no para los hombres.

-Bueno, tu simplemente te haces llamar L.

-Cierto, supongo que no puedo reprocharte nada, ¿verdad? También estoy en Japón.

-¿Estas? ¿Pero eres japonés?

-Vivo aquí actualmente pero no soy de aquí.

-¿Y de donde eres realmente?

-Solo te diré que soy europeo, no me gusta dar mucha información en este tipo de páginas.

No supo porque pero al castaño le ofendió esa respuesta, él si le había dicho de que país era, ¿Qué podía ser tan importante como para no decir en que país nació, era necesario ser tan precavido? Ni siquiera se conocían.

Light estuvo a punto de cerrar la ventana y acabar con la conversación pero L le volvió a hablar.

-¿Qué edad tienes?

-Veintiuno –respondió el japonés con algo de desgano.

-Pero esta es una página para mayores de 35.

-Lo sé.

-¿Y por qué estás aquí?

-Tenía curiosidad y decidí entrar.

-Entonces no eres homosexual, solo eres curioso. Está bien, yo también soy bastante, muy curioso –dijo L en una manera que el castaño creyó: se refería a otro tipo de curiosidad.

-Entonces tampoco eres homosexual.

-Eso no puedo asegurarlo, ya te dije que soy muy curioso. Dime, ¿has estado con un hombre?

-No aunque… lo he pensado a veces.

-¿Con alguien en particular?

-No, en realidad no me gusta nadie ni de mi entorno ni de ningún lado.

-¿Y alguna vez te ha gustado alguien?

-No lo creo, jamás me he enamorado.

-Supongo que es normal, solo tienes 21 años.

-¿Y tú cuántos años tienes? –preguntó el castaño.

-26

-¡¿26?! –escribió Light como si no se lo hubiera imaginado-. Me obligas a hacerte la misma pregunta que me hiciste tu a mi.

-Ya te lo dije: soy muy curioso.

-Hum… ¿Has estado con un hombre? –preguntó el castaño.

-Sí, amor.

¿Amor? ¿Le había dicho amor? ¡Qué abalanzado era! ¿Quién le había dado permiso para…? Que va, le seguiría el juego un rato mas.

-¿Con cuántos?

-Solo algunos, amor.

-¿Y te gustó? ¿Has tenido sexo con mujeres?

-Con ambos, cielo. Y ambos me gustaron.

Vaya, ese tipo parecía tener "cancha" en algo que él siquiera era principiante.

-¿Y cual te gustó mas? –la curiosidad de Light lo estaba atrapando.

-No podría elegir, amor, ambos me gustan mucho y ambos tienen lo suyo.

-¿Cómo por ejemplo?

-Las mujeres se dejan llevar y son excitantes y delicadas. Los hombres, aunque no lo aparenten, son muy sensibles en ciertas partes y muy dulces… emocionalmente hablando.

-¿Has tenido una relación amorosa con hombres y mujeres?

-Si amor, pero no acabaron bien.

-¿Por qué no?

-Solo no acabaron bien y punto. ¿Si? No me gusta hablar del tema.

Light se lo pensó dos veces antes de responder, pero la conversación le venía gustando bastante, L era… agradable a pesar de que hubiera estado con ambos… sexos.

-¿Qué te gusta hacer?

-Me gustan las motocicletas, los tatuajes… La música clásica y la poesía.

-Vaya, que combinación mas… rara.

-¿Te parece? –decía L.

-Pues, es extraño: te gustan las motocicletas y la poesía, los tatuajes y la música clásica. Es como mezclar agua con aceite XD –había escrito Light.

-¿XD? ¿De qué te ríes?

-No, no me reí… es que… ¿te ofendiste? Disculpa si dije algo inapropiado enserio que no me reí de eso es que… -el castaño se había puesto algo nervioso, ¿se había ofendido de veras? Estaban teniendo una conversación bastante entretenida a ojo de Light y ya la había cagado.

-JAJAJA. No te lo tomes tan a pecho amor, te estaba bromeando. Eres muy dulce, ¿sabes?

-¿Tu crees? Mmm… yo no lo creo.

-¿Por qué no?

-Porque todos me dicen que no lo soy.

-Tal vez "todos" no te conocen demasiado bien, por lo que veo.

-Si… puede ser –dijo Light con la cabeza gacha, por un ínfimo segundo se había sentido vacío-. Oye, ¿y de los hombres con los que estuviste, eran la mayoría mayores de 35?

-Si amor, me gustan maduros al igual que las mujeres, las prefiero maduras, pero si se me acerca un niño dulce como tú, no lo pensaría dos veces.

Light se quedó estático, su rostro había tomado un color carmesí intenso, comenzó a sentir calor en el estómago. Era la primera vez que alguien se le declaraba de una manera tan sexual y tan desvergonzada utilizando al mismo tiempo una manera tan dulce para expresarlo. Y había logrado sonrojarlo solo utilizando las palabras, nada de contacto directo.

-Debo irme –dijo L.

-Oh, espera ¿te volveré a encontrar aquí? –pero al escribir eso, L ya se había desconectado y no pudo recibir el mensaje de Light.

¡Mierda! Dijo el castaño mientras veía como otras personas pretendían hablar con él pero L se había esfumado. Decidió abandonar la página y miró el reloj, en la cocina ya se escuchaba movimiento por lo que su madre y su hermana ya habían vuelto de hacer las compras. Su padre estaría por llegar, ya era hora de la cena. Y faltaba poco para que fuera la medianoche.

-Light, a cenar –chilló su madre desde la planta baja. Él no tenía demasiado apetito pero debía comer aunque sea algo sino el alcohol choca de lleno en uno (no por experiencia propia, sino por haberlo visto antes en Misa), y él sabía que una vez en la inauguración del nuevo bar, aunque no bebiera regularmente, algún daiquiri le invitarían sus "amigos" Takada y Mikami.

Bajó las escaleras y la mesa ya estaba lista. El plato principal era pollo hervido, su familia acostumbraba cenar de manera bastante liviana para así dormir "bien".

-Hija, siéntate, por favor –dijo la madre mientras recibía al padre con un abrazo.

-Hola papa –saludó Light sentándose en frente de la mesa. Mientras comían se aventuró a largar la "noticia"-. Esta noche iré a la inauguración de un nuevo bar.

-¿Bar? A ti no te gustan esos lugares –dijo la pequeña hermana mientras metía en su boca un gran trozo de pollo.

-Sayu, corta mas pequeño, te ahogarás –dijo el padre-. ¿Irás solo Light?

-A decir verdad no, papá. Fue idea de unos compañeros de la universidad, no es que vaya porque quiera, pero quien sabe, tal vez sea divertido.

-Bueno, no debes ir si no quieres –volvio a decir el padre.

-Oh no, cariño. Que vaya. Se la pasa estudiando y ser el mejor de la clase debe serle estresante. Esta bien que quiera despejarse un poco. Y estoy feliz de que empiece a interactuar con los demás adolescentes.

-Es mayor de edad, puede hacer lo que quiera –sentencio el padre y con ello continuaron cenando sin hablar del tema.

Ya eran las diez p.m, abrió el closet sin saber qué ponerse, ¿algo elegante? ¿O algo fresco y natural? De vestir elegante cual un traje daría la impresión de ser "excesivo", de vestir natural dejaría al habla que tal vez debió arreglarse más…

Que va, luego de una ducha Light cogió una camisa negra de seda muy suave al tacto. Echó fijador y gel en su cabello que daba la impresión de estar continuamente mojado y le daba un aire de frescura, echó en su cuello un delicioso perfume ácido, extremadamente varonil. Adornó su cuello con una cadenita de oro muy fina y el pantalón que escogió era igualmente negro que la camisa pero no tan elegante, lo zapatos obviamente: negros y lustrados.

Tomó la mochila que usualmente llevaba a la universidad, sacó el móvil de uno de los bolsillos y lo encendió, se percató de que lo había apagado esa tarde para no continuar hablando con Misa. Lo encendió.

-¿QUEEÉ? –exclamó al ver aquello. ¡47 llamadas perdidas de Misa!

Apagó el móvil de inmediato antes de que llovieran más y mas llamadas de la rubia. Ya eran las 11:30 p.m. asique Takada y Mikami estarían en el apartamento del moreno. Se decidió a ir hasta allí con su nuevo automóvil, el cual le compró su padre el día de su cumpleaños número 20, hacía poco había aprendido a conducir y prácticamente aun estaba aprendiendo.

Tocó timbre y abrió un muy bien vestido Mikami, para variar: también había escogido negro como color de atuendo, y a lo lejos se encontraba Takada con una bebida alcohólica en la mano, que sorpresivamente también había escogido negro, al parecer sus gustos estaban más interconectados que lo que Light creía.

Mikami se quedó viendo unos segundos al castaño, observándolo, taladrándolo con la mirada. ¡Light se veía guapísimo! Mikami se derretía frente a él.

-¿Qué pasa? –preguntó el castaño sacándolo de sus cavales al moreno el cual reaccionó de repente intentando no ser tan obvio, aunque algo en la mirada de Light le confirmó que sí lo había sido… y demasiado.

-Oh, nada, disculpa es que recordé que mi abuela me había regalado una cadenita igual a esa de pequeño –diablos, eso fue ingenioso pero dudó que el castaño le hubiera creido, no era para nada tonto.

-Oh, gracias –de repente Takada empuja a Mikami apartándolo de la puerta para estar frente al japonés.

-Te ves guapísimo Light –le dijo con una sonrisa de oreja a oreja, percibiendo como el moreno la miraba con rencor.

Si, esa noche sería larga… muy larga...