Disclaimer: Los personajes utilizados aquí son propiedad de Trey Parker y Matt Stone :3

Notas/Aclaraciones: Mi primer fic de este claim. Jamás pensé escribir sobre South Park, pero la inspiración me ha ganado hoy.

Advertencias: Si no te gusta el Cartyle, no leer~

Es un drabble, nada serio por el momento.. Pero de verdad me gustaría hacer algo más largo de estos dos.


Ni hoy ni nunca

-¿Qué haces? –Preguntó Kyle al sentir la mano curiosa de Cartman acariciar una de sus piernas.

-¿A qué te refieres? Yo no estoy haciendo nada… -Eric respondió ante la inevitable pregunta que su judío favorito le hacía. No serviría de nada.

Habían pasado ya ocho años desde que eran amigos. Stan y Kenny se quejaban de las constantes peleas que ellos tenían en cada oportunidad que Cartman encontraba para agredir al pelirrojo. Ya fuera por su religión o por el placer de joderlo, él disfrutaba plenamente de cada momento en el que Kyle era presa de la furia por culpa de sus burlas racistas. Era lo más genial que podía hacer, molestar al judío.

-¡Hijo de puta! – Gritó Kyle cuando sintió la cercanía del otro chico- ¿Qué tramas? ¿Ahora resulta que eres un marica?

Quién sabe. Mentira o no, Cartman se lo tomó muy a pecho, lo suficiente como para que se alejara de su amigo.

Aprovechó la ausencia de sus demás compañeros, ellos llegarían más tarde para ver una película. Sin embargo, su plan no había funcionado, a pesar de que la mayoría de ellos tenía éxito seguro, según él.

Suspiró con algo de decepción. Kyle seguía sentado en el sofá, estaba estupefacto por la reacción de ese gordo. ¿Era verdad? Supuso que sí al no recibir ningún insulto de parte suya por haberle llamado "marica".

Por suerte, Eric se percató de ello pronto y no tardó en devolvérsela.

-Cállate judío. Sólo quería probar si TÚ eras el marica –Argumentó- Después de todo, se dice en la escuela que Clyde te lo metió en el baño de chicos, y que lo disfrutaste mucho.

Rió. El otro le lanzó una mirada fulminante. Se marchó de la casa no sin antes enseñarle el dedo de en medio.

Eric Catman amaba molestar a Kyle, ese era su pasatiempo favorito. Sin importar esos sentimientos gay que se hacían cada vez más fuertes conforme el tiempo lo apremiaba. Su orgullo era fuerte, lo suficiente como para llevarse el secreto de su amor por ese judío a la tumba. Claro, los insultos y las bromas seguirían valiendo la pena.