No tenían mucho tiempo...Luego Luffy tendría que volver a sus nakama's y él volver al ejercito revolucionario.
Ahora no eran más chicos, tenían sus vidas y sus obligaciones...Por eso mismo los pocos instantes que estaban juntos aprovechaban al máximo.
Aunque...
-...A-ah...Lu-Luh...
Tenía las manos atadas de modo no humano por las manos de goma de su... "Hermanito". Atrapado sin poder moverse, sumiso a la loca lengua que subía y bajaba de su hombría. Estaba en lo más alto del paraíso, aunque estaba cometiendo el pecado más horrible del infierno.
Era su hermanito! Su pequeño y dulce hermano menor! Y aún así se dejo llevar por la lujuria, por la pasión...Y ahora ambos estaban atrapados en este juego sucio en los pocos instante que estaban juntos.
Su cuerpo se retorcía y embestía contra aquella boca tan sublime, el menor lo estaba volviendo loco! Incluso si pidiera ahora mismo los más grandes secretos de la revolución le regalaría de buena gana. Buena fortuna que Luffy no era así.
Subía, bajaba, lamia...POR TODAS LAS AKUMA NO MI! Dónde su hermano había aprendido a ser así de bueno con la lengua?!
Este pensamiento lo desquiciaba... En qué se había metido Luffy, su dulce y inocente Luh, en estos 12 años?
Pero, en realidad, no tenía coraje de preguntar...La ignorancia podría ser una bendición.
Cuando el menor mordicó la cabeza de su miembro todos esos pensamientos se fueran por la ventana! Arqueó su espalda con gusto, tocando el mismo cielo, más rápido, más fuerte, más, MÁS-MÁS.
-LUFFY! - Berró cuando se vino.
Esta tenía que ser la mejor mamada de su vida...
Pero no acababa ahí...Después de tal escena el pequeño pirata estaba a sonreír con su logro, se deslizo sobre su hermano hasta que estaban a escasos centímetros de la boca del otro aún lamiendo la esperma en su cara.
- Te ha gustado?
- Demasiado.
-Que bien! Me gusta complacerte - Y lo beso, a Sabo le dio igual que probaba su proprio esperma...Le sonaba aún más sensual.
Pero lo mejor siempre era el final, cuando se separaban y el futuro rey de los piratas le sonreía.
- Te amo Hermano! - Y le abrazaba con un calor que ni siquiera la Mera Mera no Mi podría competir.
Le abrazaba también, oliendo su aroma, emborrachándose con él.
Sí, eso era lo más importante, no el sexo o la calentura, por que...Aunque sean hermanos... Se amaban y eso era lo más importante.
- Yo también te amo...Así que...Es mi turno, no es así Luh~?
Espero que les haya gustado.
