Bueno, hola aquí.

De nuevo yo subiendo esta historia.

Es un especial para esta época, navidad por que amo diciembre por que hay luces tintineantes , vacaciones, COMIDA, mi cumpleaños el 29, COMIDA, regalos y COMIDA.

En fin espero que les guste. Como siempre con mucho cariño y amor.

Dejen un RW si les gustó y sino también.


Capítulo I.

Dos semanas antes de la Navidad mi hermana menor me tiene apurado, corro de aquí a allá sin detenerme un segundo. Si me preguntan, odio la Navidad. Es una pantalla que sólo dura un mes. Todos compran cosas maricas para sus amigos, familia, novios, incluso para sus perros. En lo que a mi respecta tengo pocos amigos, dos para ser exactos, mi hermano mayor, y Jasper, mi amigo de la carrera y mi socio.

Este año estamos mas apurados que el anterior, como ya dije, mi pequeña hermana me tiene agarrado de todas partes para preparar la Navidad en casa este año. Ella no está ni siquiera en este país, pero si la conocieran le tendrían el mismo miedo que yo a ella. En fin, este año ella llega de su año de estudio de la universidad de Suiza. Yo no estudio, y el dinero lo gano con solo pestañear. Mi empresa de construcción es la mas grande de los Estados Unidos de América, la más prestigiosa, y bien, Jasper, Emmett y yo la manejamos para que la calidad de nuestro trabajo siga en aumento, y se mantenga en los estándares de calidad de cualquier cliente con demasiado dinero que pueda comprar nuestros servicios.

Mamá, Esme, piensa que el trabajo me consume más de lo debido. Y puede que tenga razón, pero eso no es algo que interese, al fin yo no tengo por quien preocuparme más que por mi mismo. Jasper y yo siempre estamos en la oficina dirigiendo la empresa y ordenando papeleo y asuntos legales. Emmett trabaja duro pero también le dedica tiempo a su esposa Rosalie (hermana gemela de Jasper y mi mejor amiga de la universidad), y a su pequeño Emerson.

—Cullen aquí— contesto cuando suena mi teléfono dentro de mi bolsillo.

—Edward— chilla Alice desde el otro lado de la línea.— Hermanito, ¿Cómo estás?.

—Bien, Alice.— respondo. Ella como siempre está efusiva. Quiere algo y lo sé por la forma en que me habla, sé que es raro pero reconozco la voz de "quiero algo", "estoy enojada", "te odio", bla bla... Ella parlotea un millón de cosas que yo a penas entiendo.

—¿Me estás escuchando?— grita por la línea y yo asiento tontamente.

—Sí— respondo después de rodar mis ojos por mi estupidez. Las calles de Chicago están congeladas por ser el maravilloso invierno en el cual nieva y todos salimos a hacer angelitos de Nieve, Wii. Nótese mi sarcasmo por favor.

—Entonces, Bella también quiere cocinar en cuanto lleguemos pero necesitas avisarle a mi mamá...—espera. ¿Bella?, ¿Quién es Bella?

—¿Quién es Bella?— pregunto haciendo caso omiso de su demás cháchara.

—Ugh, Edward. De todo lo que te he dicho por más de media hora ¿Que has escuchado?.— pregunta y yo no respondo. Tengo dos opciones, la primera es la que espero que pase, que ella me cuelgue, sería maravilloso, la segunda que ella me de un sermón de una hora más por teléfono, otra hora más cuando ella llegue a casa y lo que resta de la Navidad. Obviamente ella elige la segunda.

—Escucha, maldito hermano sordo. Bella es mi mejor amiga aquí en Suecia y viaja para pasar la Navidad con nosotros. — chilla Alice con alegría. Esa noticia alegra mis ánimos.

—Alice, ¿le has dicho eso a mamá?— le pregunto y entonces ella cuelga. ¡Al fin!.

Cuando llego a casa de mis padres, después del atascadero de carros por la nieve, bajo de mi Audi R8 negro, mi bebé, y aprieto el botón de seguridad después de tomar mi IPad, y mi celular de la base del auto.

Mamá me recibe con su usual sonrisa ladina y una taza de chocolate caliente.

—Edward, hijo, ¿Cómo estás?.

—Bien, mamá.

—¿Cómo va el trabajo?— pregunta poniendo un poco de pan de frutas secas frente a mi. Odio el pan de frutas secas, es navideño, pero amo a mi madre y sé que el rechazarlo la haría sentir mal. Así que muerdo un poco y trajo instantáneamente sin saborearlo.

—Bien.— respondo.— llevo un poco a casa.— le informo sorbiendo de mi taza de chocolate.

—Ay, Edward, deberías descansar un poco del trabajo y salir por ahí— empieza mi madre con la misma cantaleta de siempre. Ruedo los ojos internamente.

—No, Madre. Es mi trabajo con lo que vivo, y me mantengo, ¿Y si yo no hago quién?

—Pueden turnarse tu hermano, Jasper y tu. O puedes delegar trabajos, Edward.

—Como sea. Solo vengo a decirte que Alice llamó y llega en un par de días, y no sé si ella te lo mencionó pero viene con su amiga Balla, o algo.

—Bella.

—Eso. Ahora me voy.— le digo. Beso su mejilla y conduzco a casa.