¡Y este es el quinto de este día uh-uh!
Bueno, como sea.
¡Nos leemos abajo!
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Estudiar.
A Blossom le encanta estudiar, le encanta si además estudia con Brick.
Le dice lecciones enteras a Brick solo para ver cómo arruga su frente y busca los inexistentes errores en lo que ella le va diciendo.
Oh, a ella realmente le gustan esas arrugas.
A Brick le encanta tomarle la lección a Blossom.
Escucha lecciones enteras de la boca de Blosssom y no se cansa nunca, le encanta ver cómo esos labios finos y rosas entonan cada sílaba como si fuese una canción.
Oh, sí, a él le encanta ver esos labios.
A ambos les gustan los dulces, por lo que terminar un exámen con buena nota es solo una excusa para irse a comer dulces a la pastelería más próxima.
Por supuesto que invitan a su compañero.
Por supuesto que el compañero acepta gustoso.
Y me apuesto a mis calcetines que no es solo para comer dulces.
Quizás comparten un beso, o dos, quién sabe.
Quizás se toman de las manos cuando van a la pastelería.
Quizás se abrazan al despedirse.
Qué raro que ninguno lo note.
Se acuestan y sueñan, Blossom con arrugas y Brick con labios, por supuesto ¿qué iban a soñar si no? ¿A que tiene sentido que sueñen esas cosas?
Pero ellos no se quieren.
¡Qué dices chiquilla! ¿Que ellos se gustan? No-no, ellos no se quieren ni se gustan.
Vaya tontería.
Pero les gusta besarse, abrazarse y tomarse de las manos.
Eso no lo hacen las parejas, no-no.
Aunque la verdad es que cuando sus hermanos les preguntan:
- ¿Por qué os gusta tanto estudiar? Os la pasais estudiando juntos todo el día.
Ellos se encogen de hombros, en realidad no lo saben.
Por que seguro segurísimo que no es por que se quieren.
¿O quizás sí?
Fin.
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Lucero Gómez al teclado:
Este va a ser mi última historia, se me acaba de agotar la inspiración.
Bueno, me ha dado tiempo a hacer cinco historias, eso está bien.
Un beso.
Lucero Gómez.
