1._ Holly, el Kirlia Macho
Mi nombre es Holly, y soy un Kirlia, un Kirlia macho, si se lo preguntaban. Nací en la guardería pokemon, dado que el entrenador de mis padres me dejó con los dueños. No conocí a mis padres, pero nunca me sentí mal por eso. Es común entre los pokemon.
Me parece que tenía apenas unos cinco meses cuando los abuelos me entregaron a una niña que conocían. Parecía ser una buena persona, por cómo me la describían.
Creo que recién me fijé en ella cuando me tomó en brazos y me levantó para verme bien. Era una dulce niña, no tendría más de doce años. Llevaba el pelo negro arreglado en una bonita trenza, adornada con corazones y estrellitas de plástico, y su cara denotaba una mezcla de inocencia y energía que me dejó mudo. Me miró por todos lados, con cierta emoción.
-Así que este es un Ralts- mencionó- pobrecita, te vez muy frágil.
Yo simplemente sonreí al oírla equivocarse. No me molestó, mucha gente me había confundido con una hembra en veces anteriores. Quise indicarle su error, pero ella ya miraba hacia otro lado, más precisamente hacia el abuelo, con la emoción de la infancia en su cara.
-¡La quiero a ella!- exclamó, y luego me miró- ¿Quisieras ser mi amiga, Holly?
Yo me sorprendí. Que me trataran de señorita era algo que podía dejar pasar, pero que me bautizaran con un nombre de mujer era algo completamente distinto.
-Creo que te equivocas- le indiqué- Verás, soy macho. Dudo que "Holly" sea una forma correcta de llamarme.
Pero ella solo se me quedó mirando con cierta confusión, luego me palpó la cabeza como si fuese un sucio Poochyena y me sonrió con ternura.
-Hablas chistoso, Holly. Estás un poco chica para pensar en machos, pero ya te conseguiré uno.
-No, espera. Lo que digo es serio- intenté razonar con ella, pero de un momento a otro me encontré en sus brazos, mientras ella salía por la puerta de la guardería y me llevaba hacia su casa.
Durante los días siguientes intenté convencerla, pero me fue inútil. No sé si fue por fuerza de voluntad o porque le falta un tornillo, pero mi ama se empecinó en tratarme como hembra. Por alguna razón, también sus padres se creyeron el cuento, así que nunca pude hacerla cambiar mi nombre. Al parecer hay que darse la lata de ir a hablar con un viejo en cierta ciudad, y la idea le pareció demasiado trabajo.
Desde ese día han pasado poco más de cuatro años. Liatris, mi ama, intentó salir de viaje para convertirse en la campeona de la región a los catorce, pero no logramos conseguir muchas medallas antes de rendirnos. Sin embargo, durante nuestros viajes evolucioné a Kirlia. Y heme aquí, soy Holly, el Kirlia macho, aunque mi ama piensa lo contrario.
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Kirlia, el pokemon Sensorio:
-Altura: 0,8 m
-Peso: 20,2 kg
-Grupo huevo: Amorfo
-Género: Igual proporción entre machos y hembras
Nota importante: Quiero aclarar que los pokemon en este mundo podrán hablar perfectamente. A quienes les guste imaginarse a los pokemon en forma gijinka (humanoide) pueden hacerlo, no creo que haya problema. Solo seré estricto con las alturas, pesos y grupos huevo (o sea, los datos que vaya poniendo en las fichas)
