Tú caminabas a tu hogar tras un agotador día de trabajo en tu estudio del centro, tuviste la brillante idea de dejar el carro en casa, eras diseñadora de vestuario y en estos momentos estas creando lo que será tu nueva línea de ropa, claro no eres la mejor en estos momentos, pero de a poco estas comenzando a avanzar contra las grandes, chanel, dolce & gabbana, entre otros. Vives en una cómoda casa frente a los jardines del palacio de Versalles, sí tienes muy buena situación económica, no como al inicio…
Demorabas unos 30 minutos desde Paris a tu casa en tren, dejabas el auto en la estación cada vez que ibas, así te ahorrabas unos 15 más caminando a tu casa, ¿Qué flojera no?. Estaba lloviendo a cantaros, apenas veías por donde ibas, llegaste corriendo rápido a tu casa y por un motivo totalmente fuera de lugar en tu camino tropezaste y caíste de lleno al suelo haciéndote un pequeño magullón en tu rodilla, estabas a unos 3mts de tu casa, miraste hacia atrás y viste a EL, si ÉL causante de tu caída, un hombre rubio tirado en el suelo en plena lluvia, te levantaste rápido y observaste al chico, por un momento pensaste en dejarlo tirado ahí, pero no se veía bien, lo moviste un poco y no reaccionaba, lo diste vuelta (ya que estaba boca abajo) y viste que estaba sangrando su hombro, lo tomaste con todas las fuerzas que te permitías, y claro te diste cuenta de algo horroroso, espantoso, abominable, tu hermosos zapatos de taco alto se habían roto con el golpe, enojadísima te los sacaste ambos, los tiraste por la reja a tu casa y ahora si tomaste al hombre a rastras, descalza ensuciándote con barro tus pies, una sensación no muy agradable si le sumas la intensa lluvia que caía sobre ti.
Entraste a tu casa con el hombre a rastras, a penas ya que era mucho más alto que tú que medias unos 1,60 el hombre fácilmente te pasaba por unos 10 cm. Él aún seguía sangrando, lo dejaste en el suelo, corriendo cerrando todas las puertas (yendo por tus ahora rotos zapatos) y a buscar el botiquín para curar al chico, entre tanto ajetreo escuchaste un grito ahogado, al parecer tomo conciencia de sí mismo, fuiste donde estaba él, apoyado en el sillón sujetando la herida que tenía con un inmenso dolor, te observo de arriba abajo y sonrió levemente. Tú tomaste todos los medicamentos, le pediste que se sacara la polera y este lo hizo, la herida era bastante grande pero no profunda, estaba infectada, ahora es cuando te sirve el detestable curso de enfermería que tomaste antes de dedicarte a lo que te apasionaba. Limpiaste toda su herida, parecía que le dolía bastante, claro que le dolía si tenías que quitar todo lo infectado y después limpiar. Terminaste y él muy inconsciente se desmayó otra vez, lo secaste y le sacaste los pantalones, estaba todo empapado, su ropa la tiraste a lavar y después a secar, mientras tú te bañabas y cambiabas ropa, hacías la cena. Tapaste al chico y encendiste la calefacción de la casa, estaba comenzando a helar, pronto nevaría.
-Madame, ¿Dónde estoy?
-Valla… porfin despertaste- pusiste un plato con sopa frente a él en la mesita de centro, también el tuyo- come un poco, necesitas energías para curarte. ¿Cual es tu nombre?
-Francis Bonnefoy, estoy en Alemania ¿cierto?
-No…-dijiste pesadamente- estas en Francia, ¿qué te sucedió?
-No lo sé preciosa, solo recuerdo a Inglaterra y los demás, peleando…una luz apareció, pero no recuerdo más.- ¿preciosa? Ok… esto es raro.
-Inglaterra?- preguntaste extrañada.
-Lo siento, Arthur…- se sentó en el sillón mirando tu sopa de pollo.- ¿tendrías un teléfono que pueda utilizar? Quizás pueda contactarme con alguien para que venga a buscarme.
-Claro- le entregaste tu teléfono y comenzó a marcar número tras número, suspiro y se rindió.
-Que extraño…-hizo una mueca- no contestan incluso gil.
-Nadie contesta, ¿cierto?
- para desgracia mía sí, pensé que podían venir…preciosa- apareció un aura encantadora a su alrededor, como si rosas estuviesen a su alrededor- ¿podría quedarme aquí? Por lo menos hasta que pueda volver a mi hogar- en ese momento el hombre se dio cuenta que estaba netamente con una manta sobre él, te sonrojaste tenía muy buen cuerpo, te dio una sonrisa lasciva mirando tu cuerpo.
-Lo que acaba pasar por tu mente suprímelo ahora mismo antes de que te deje donde te encontré, tu ropa está en la secadora-lo miraste amenazadoramente como una reina a un siervo, no te gustaba para nada lo que estaba pasando, él pego un pequeño salto cambiando drásticamente su forma de ser.
-No pensé nada, en serio- mentia y lo sabias bien, te llamo la secadora, le entregaste su ropa, no llevaba nada consigo.- bueno…- decía mientras se vestia- ¿Cómo te llamas? Y ¿en dónde estamos?
-Soy _(tn) y diseño vestuario, estamos en Versalles, el palacio está a unas cuadras- dijiste aburrida de decirlo tantas veces en el dia, por lo menos la primera parte.-Respecto a lo que habias preguntado antes….- lo habias pensado bastante, respecto a si se podía quedar en casa mientras resolvia su asunto…- tienes 3 condiciones, debes cocinar, lavar, limpiar la casa mientras no estoy; segundo, mi habitación es sagrada al igual que el estudio del 2do piso, y por ultimo debes pagar mis zapatos.- el hombre quedo de una pieza con lo que dijiste, claro era un sí.
-y ¿Cuánto valen esos zapatos? – se los mostraste, eran los Prada que habías roto con tú caída, el hombre los vio, sabía bien que eran Prada y suspiro pesadamente, sabía que valían mucho.
-No lo sé, me los regalo Miuccia Prada[1], pero son bastante caros, le preguntare mañana cuanto cuestan-el hombre se masajeaba las sienes pensando que hacer- bueno…¿aceptas las condiciones para quedarte?
-Claro, no hay problema mon chéri – Francis comenzó a verse mareado- puedo probar la sopa, sino como volveré a desmayarme- asentiste para que comenzara a comer, tu hiciste lo mismo. Estuvieron conversando hasta las 12 de la noche, te contó su historia y lo que había pasado, bastante extraño la verdad pero de cierta forma le creías, no parecía mentir y además estaba bastante afligido, estaba en una reunión del g8 y nombro algo de los países, como si existieran las representaciones de ellos, eso no lo creíste, pero de igual manera lo escuchaste la cosa es que de la nada llegó aquí y no recordaba mucho. Él se quedó a dormir en el sillón, mañana le dejarías una habitación para él mientras se queda, mañana vendrán unos y unas modelos a probarse tu colección, así que debes ordenar todo incluido el estudio. Ambos fueron a dormir, eran las 6 de la mañana y despertaste de golpe, un ruido abajo corriste rápido pero no había nada, solo Francis que dormía, lo miraste unos segundos, pero solamente dormía, comenzaste a recorrer la casa mientras, seguían los ruidos, tomaste un cuchillo carnicero que tenías, sentiste que algo estaba detrás de ti, volteaste rápido.
-_(tn) ¿estás bien?- te dijo un tanto asustado por tu reacción el rubio, al cual estabas por cortarle el cuello sino hubiese tomado tu mano.
-Si… si, si- dijiste nerviosa- es que escuche que algo estaba abajo, sentiste que algo subió al segundo piso- mis moldes- corriste rápido al segundo piso, Francis corría tras de ti y de un momento a otro se adelantó y llegó antes, sentiste unos golpes y que alguien caía al piso.
Claro que querían tus moldes, Francis tenia consigo un tubo negro donde guardan planos y un hombre tirado en el suelo inconsciente, tomaste el tubo y lo revisaste, estaban todos toda la línea nueva estaba ahí, suspiraste aliviada a que volviera a tus manos y no le hubiese pasado nada, mientras el francés tomo al hombre y lo ató con unas tiras de tela que estaban por ahí tiradas en el estudio.
-Wow, menos más que estaba para detenerlo, sola te hubiese hecho añicos preciosa- se acercó a ti- ¿Estas bien?- levanto tu barbilla y miro tus ojos, se comenzó a acercar, más, más, estaban a punto de rozar sus labios.
-Ni! Se te ocurra idiota!- le lanzaste una patada y lo mandaste lejos- ¡!a mí no me juegas con tus encantos de macho!
-jajaja por lo menos lo intente- te miraba riéndose de ti.
- Estúpido- hiciste un puchero, llamaste a la policía para desacerté del ladrón y que descubrieran de parte de quien venía, seguramente de Fin, si él debe ser, siempre está intentando copiar tu ropa, que no le da vergüenza, él era tú socio antes de que… olvídenlo.
Te desasiste del tipo, pero no podías dormir así que te pusiste a hacer el aseo del estudio, mientras Francia baja y volvía con el desayuno, hizo unos crepes de fruta y dos capuchinos con vainilla, estaban endemoniadamente ricos.
-¿Qué haces para cocinar tan rico?- decías mientras te comías el segundo crepe que te había traído.
-Es que soy chef- dijo sornamente con gran orgullo, al parecer le gustaba mucho
-Eres buenísimo, ¿no quieres trabajar en un restaurant? Hay uno cerca al que voy siempre y necesitan gente, al parecer el jefe de la cocina renuncio y no han podido encontrar a uno.
-Sería buena idea, así pagaría rápido tus zapatos…mm… lo pensaré ¿sí? Tengo que ver si alguna de las personas que conozco están en esta ciudad, o no se… algo que pueda ayudarme, todo es diferente aquí, pero no importa jijiji, oye _(tn) ¿tienes novio?- el ambiente se puso tenso.
-eso… no importa- tomaste los platos y tazas, comenzaste a caminar a las escaleras
-Que hermoso vestido- había uno en un maniquí- pero que lastima… esta sin terminar…- dijo esto dándose cuenta que estaba cubierto por polvo, se dio cuenta ahí habían dos mesas de trabajo, la tuya y otra… llena de polvo con instrumentos tirados- la persona que lo estaba haciendo era un genio.
-Lo era…- dijiste esto último para comenzar a bajar por las escaleras.
La mañana pasó rápido y llegaron los modelos, Ray y Amelie, tu preferida ella, Ray era odioso, lo dejabas ir netamente por la conexión que guardabas con él. Ambos entraron un poco extrañados, era la primera vez que iban a tu casa. Francis estaba haciendo el almuerzo mientras provabas la ropa.
-¡Hey!_(tn) ¿es que tan rápido olvidaste a mi hermano? Y te metes con el primero que llega a tu casa- dijo furioso Ray, le diste una cachetada muy fuerte.
-La próxima vez que insinúes eso no vuelves a trabajar para mí, ¿escuchaste?
-Si señora.
-Sube al estudio, ahí se te bajaran los humos
Tras eso Ray no volvió a decir palabra, subió y bajo rápido- Lo siento, no pensé que aún… lo siento…- decía muy apenado por lo que había hecho.
-Tranquilo, no importa- respondiste con un dolor en el pecho que no podías quitar, pero unas palabras te quitaron de tu estado.
-Está listo el almuerzo, ¿Por qué no vienen y se sientan?- todos hicieron caso, pero Francis llamo tu atención- estas pálida…¿estás bien?
-Sí, solo es que estoy agotada por lo de la mañana- fuiste a comer, pero sus manos te detuvieron.
-Se que no es por eso preciosa.
-en serio, no es nada de qué preocuparse, estaré bien.- fuiste a comer ya habías hecho todo y tus modelos se habían ido, solo quedaron Francis y tú.
Pasaron unas cuantas semanas cuando aquello ocurrió, estabas muy triste, estabas llorando en tu cuarto, Francis golpeo la puerta, no le respondiste, entro de igual manera.
-_(tn) ¿Por qué lloras?- estabas sin estarlo, viste a otra persona en vez de Francis, lo abrazaste y lo besaste, él no hizo rechazo alguno ante tus movimientos, comenzó a pasar sus manos por debajo de tus ropas, sentías calor…. Pero reaccionaste antes de que hicieras algo estúpido, te alejaste y tomaste distancia de Francis.
-Te confundí con otra persona, lo siento- dijiste como una estatua, no tenías expresión alguna, te vestiste y saliste, te fuiste sin rumbo hasta un bar que conocías, se te hizo tarde y volviste a pie. Entraste a tu casa y Francis estaba esperándote, como si una madre se tratase, estabas muy borracha, con suerte podías con tus piernas. Estuviste a punto de caer…él te agarró y te miró triste, te dejó en tu cama. Te estabas quedando dormida… mientras escuchabas en un susurro…no volverá a pasar… nunca más nombraron el tema y Francis se puso distante de ti, aunque seguía molestándote a veces, pero no era lo mismo.
El tiempo transcurrió rápido habían pasado alrededor de dos meses desde que conociste a Francis, pero no encontraban ninguna pista de sus conocidos u alguna otra cosa, te estabas comenzando a asustar, pensabas que era algo que solamente estaba en su cabeza y estuviera loco, pero… alguien tan cariñoso no podría estarlo… ya lo hubieses notado, de cualquier modo lo seguirías ayudando no era mala persona, no te pasaba a llevar solo… que a veces salía… y no sabías de él, te preocupabas sin sentido, él podía estar con quien quisiera ¿cierto? No sentías nada por él, solo un poco de cariño. Llegaba a casa con chupones, que escondía entre su ropa, me dejaba la comida servida y la demás en la nevera, y salía a su trabajo de medio tiempo, después iba a buscar a sus conocidos, todo esto mientras yo estaba trabajando en mi taller, faltaban 3 semanas para el día en donde mostrarías tu nueva colección en Paris.
-Hey Francis- le decía mientras llegaba después de haber estado toda la noche fuera, con un nuevo chupón en su cuello.
-Dime _(tn) ¿sucede algo?- dijo extrañado, era muy temprano y tu te levantabas tarde.
-Podrías decirme cuando no vas a llegar, es que me preocupo de que te pase algo, además que no sabemos que paso con tus amigos y me preocupa- dijiste un tanto avergonzada y molesta con él.
-Pensé que no te molestaba, solo cocinaba para ti y las demás cosas que hago en casa, de igual manera lo hare para que no te preocupes- te miró serio- las personas que veo no valen la pena, sabes que lo que hago es por placer, al igual que tus modelos.
-Claro… placer le dices ahora… si ahogas el hecho de que ya no tienes a alguien a quien amaste y ya no está, e intentas encontrar alguien que llene eso- te miro enojado, habías dado en el clavo.
-¡¿Qué vas a saber tú?! ¡Siquiera me conoces para decir esas cosas!
-Parece que te conozco más de lo que piensas Francis, yo solo te estoy advirtiendo, si sigues haciendo eso terminaras sufriendo.- te dolió lo que te había dicho, eso de que solo cocinaba para ti, lo tomabas como parte de tu familia, en verdad no tenías a nadie más y en verdad dolía.
-Como si tú supieses que es vivir cientos de años y perder a quien te importa, verla morir incinerada, ¿Cómo si fuese fácil? Dime… ¿alguna vez has perdido a alguien?- te dijo enfadado, pensando que no responderías nada, lo miraste triste y tomaste tu chaqueta, le diste la espalda.
-Sí, no pensé que eras de esta forma. Mi pareja murió en mis brazos tras un accidente, yo conducía. No llegaré esta noche- saliste, el rubio quedo plasmado en el suelo, no pensaba que le dirías eso, se mordía la lengua por lo que había dicho, te siguió pero… tú ya habías tomado tu auto y andado hacia algún lugar. Estabas por llegar donde estaba él, Ethan sí su tumba estaba frente a ti, no sabías como habías llegado simplemente estabas ahí tirada en el suelo llorando sobre el pasto, te dolía el hecho de que el hombre que habías ayudado, tú no significaras nada, nada más que la persona que lo recibió y le dio una cama caliente en donde estar.
Sí también sabias que era acostarse con quien sea buscando el calor ajeno que nunca recuperarías, lo hiciste durante años matándote y restregando en recuerdos que jamás podrán volver a ser y ahora que comenzabas a salir adelante con tu línea, vuelve el recuerdo y te golpea y zamarrea tirándote al suelo, para llorar en su tumba otra vez. Te calmaste un poco, te despediste de Ethan tu compañero, la persona que siempre amaras, abrazaste su cruz y te fuiste, era ya tarde alrededor de las 5, estuviste toda la mañana en su tumba. Tomaste el auto y fuiste al centro, entraste a un restaurant y almorzaste, de eso pasaste a un bar conocido.
-Hola lud.- saludaste al cantinero, alto y fornido que tenías al frente, era nuevo, llego hace unos 3 meses.
-Hallo _(tn)¿qué te sirvo hoy?
-¿Qué es lo más fuerte que tienes?
Bebiste hasta ya entrada la noche, le contaste todo a lud, lo escucho todo con atención la muerte de tu pareja, lo que te dijo el francés, sí lo querías y estaba empezando a doler cada vez que salía por las noches, querías ser tu quien pasara la noche con él… pero hasta que no dejara su estúpido juego no dejarías que te tocara con sus sucias manos tras haber tocado a muchas, jugando con ellas. Estabas llorando, lud te consolaba, abrieron la puerta del bar, un rubio jadeante y cansado, sudando, era Francis.
-_(tn) por fin te encuentro- Ludwing lo miro sorprendido a la vez que enojado por lo que te estaba haciendo- …Alemania…- escuchaste su voz.
-Lud dame la cuenta, me voy a ir- el alemán te dio la cuenta y pasaste tu tarjeta bancaria
-_(tn) yo no sabía nada, no debí haber hecho todo eso- te decía arrepentido, el alemán furioso con él.
-No es necesario nada de ello, fui suficientemente estúpida y enamorarme de nuevo, no volverá a suceder. Cuando encuentres a tus amigos ve con ellos, yo… estaré bien sola…- decías a punto de romper en llanto, te fuiste y dejaste el auto ahí, caminaste a tu casa
-Acabas de perder a una mujer que dentro de todas con las que has pasado tus noches, era quien buscabas.- le dijo el alemán enojado, pero Francis sabía que tenía razón.
-Aún no la pierdo…
-Acabas de hacerlo- Fulmino Ludwing las esperanzas que tenía.
[1] Actual diseñadora de Prada.
**Continuará**
