El calor comenzaba a disminuir. Las nubes cubrían el cielo, dejando entrever saltones rayos del sol que aún se mantenía imponente en el cielo. Pero que estaba a poco tiempo de dejar su puesto y dar paso a la noche. El ajetreo de una ciudad en un día normal llenaba el ambiente. Sonidos de automóviles con personas luchando por llegar lo más pronto posible a su destino. Lo olores característicos de gases, motores, basura que invaden el aire no resultaban una novedad. Dentro del cuadro de un día normal, una chica de cabellos castaños rebeldes, se regañaba interiormente el haberse distraído leyendo y que se le hiciera tarde para ir a la universidad.

La tarde estaba cayendo cada vez más rápida y pronto la noche reinaría. Seguía regañándose mientras caminaba, a gran velocidad, hasta llegar a la parada del autobús. No eran horas de estar tomando el transporte público, pero ella había gastado su dinero en el libro que la había distraído todo el día. Ella nunca se arrepentiría de esa inversión, aun cuando su mejor amiga y compañera de piso le hubiera dicho que fue imprudente el quedarse sin dinero a mitad de semana. Sabía que lo era, no había medido las consecuencias, ella era una chica responsable y centrada, pero ante todo amante de la lectura. En la mañana había pasado frente a la librería mientras compraba algunas cosas para la universidad y el libro estaba colocado allí, como llamándola, había detenido sus pasos mirando directamente la portada. Dominada por un impulso que aún no entendía, había entrado, comprado el libro sin importar quedarse sin dinero. Y ahora no podía dejar de leerlo, sacarlo de su mente. Estaba totalmente enganchada con la historia. El mundo exterior se le desdibujaba para mostrar el universo de su libro.

Estaba sentada esperando el transporte pensando en la parte del libro donde se había quedado y conteniendo el impulso de abrir su bolso, sacarlo y ponerse a leer allí mismo. Hasta que una voz le saco de sus pensamientos, era baja, melodiosa y elegante

-llevas mucho tiempo esperando el transporte?

Miro hacia la persona que le había hablado, ella ni siquiera había notado que alguien se había sentado a su lado. Una chica rubia, de unos ojos azules que le resultaba hipnotizantes y hermosos, la miraban fijamente, con una sonrisa asomándose por la comisura de unos labios finos, con impresión de suaves y dulces. Salió del trance provocado por la sorpresa y el deslumbramiento

-no mucho, unos 10 minutos

Respondió serenamente y sonriendo a su compañera, ella le sonrió en respuesta y por algún motivo desconocido su corazón comenzó a latir rápidamente. Se removió un poco incomoda y aparto la mirada. Hermione se golpeó mentalmente, ella sabía, gracias a que varias personas se lo habían dicho, cosa que no hacía falta, el hecho que fuera un libro abierto cuando alguien le gustaba. La hacía sentir avergonzada, pero no podía controlar que sus sentimientos se filtraran por su mirada. Jugo nerviosamente con su celular. Intentaba controlar el deseo de mirar a la chica sentada a su lado. Su corazón seguía latiendo a gran velocidad y por alguna extraña razón sentía una mirada azul penetrante sobre ella. Quizás fuera su propia mente jugando con ella. Los automóviles pasaban a gran velocidad, como si alguien los persiguiera. Los locales a cada lado estaban abiertos pero no había nadie alrededor. El mundo parecía estarle jugando una broma.

-tomas este autobús seguido?

Pregunto la voz melodiosa, se obligó a mirarla serenamente, recordando las normas de cortesía, invocando su educación.

-no mucho en realidad. Pocas veces se me hace tan tarde -Se sorprendió cuando su voz sonó dulce? Y avergonzada. Intento aclarar su garganta disimuladamente, sintiéndose a la vez, incapaz de dejar de hablarle - y tú?

La rubia sonrió, como un niño cuando se gana un dulce

-no, es la primera vez, me inscribí en un gimnasio y ya voy llegando tarde.

Hermione la miraba embobada mientras la rubia mantenía la vista fija en algún punto lejano. La mención del gimnasio hizo que la castaña bajara inconscientemente la mirada por el cuerpo de su compañera, todo en ella era delicado, con una piel que inspiraba suavidad, sus dedos picaban por comprobarlo. No necesitas para nada uno, pensó Hermione. La chica iba vestida con una franelilla azul que resaltaba sus ojos, sus manos jugando con una pulsera plateada, llevaba un pantalón deportivo negro con unas botas que alternaba colores vivos, azul, verde, amarillo. su cuerpo estaba evidentemente en buena forma, no que Hermione se preocupara por ello ni le importará. Entonces recordó que ella no estaba allí solo admirando a una desconocida, ella tenía clase y lo había olvidado completamente. Comprobó la hora en el celular y confirmo que ella también iba tarde.

-bueno, al parecer somos dos las que vamos tarde. El autobús no debería tardar en pasar. -respondió enviándole un mensaje de texto a su amiga "estoy esperando el transporte, nada que pasa".

Levanto la vista hacia su compañera, sus miradas se conectaron y la rubia sonrió

-tu hacia dónde vas? -pregunto, y Hermione se admitió que le encantaba la voz de su compañera, quería seguir escuchándola todo el tiempo posible

-a la universidad, debería haberme ido antes pero me distraje leyendo y ahora mi mejor amiga me matara, bueno, exagero, pero si se molestara

-y que estudias?

-derecho. Ya estoy por terminar. -la sorpresa cruzo el rostro de la rubia, y Hermione sonrió, siempre ocurrida lo mismo- sí, aunque no lo creas, 18 años y estoy acabando mi carrera como abogada, todos quedan con esa expresión- dijo rodando los ojos y la rubia sonrió divertida,

-tienes que admitir que te ves bastante joven y lo estás, como para estar culminando una carrera universitaria, debes ser una chica muy inteligente

-casi hablas como si fueras una persona mayor, no debes tener más de 23 años -comento Hermione, se sentía en confianza con esa extraña, no podía evitar querer saber más de ella, y al parecer su compañera tenia las mismas intenciones

-21 en realidad, pero me gradué hace poco, y yo pensaba que me había graduado demasiado joven

-acabas de descubrir que tienes consuelo - Hermione no podía dejar de sonreír, y comenzaba a sentir otro nivel de vergüenza al ser aún más transparente de lo que ya era, la rubia no parecía notarlo o fingía no hacerlo,

-eso veo, y como es que llegaste tan joven a la universidad, creo que legalmente hay una edad para cada año escolar -la rubia la miraba con evidente interés, como si sus palabras fueran de vital importancia, no había dejado de jugar con su pulsera en ningún momento,

- yo estaba inscrita en el colegio de mi pueblo, cuando estaba en la escuela hubo problemas con una maestra, y como mi madre es maestra en otra comunidad, termino llevándome a su escuela saltándome de grado, claro que me hicieron una prueba toda tonta para saber si estaba preparada, pero era puro formalismo.

-yo pienso que tu madre vio tu potencial perdiéndose ese año y por ello te cambio a un colegio donde si aprenderías

-una conclusión bastante profunda cuando ni siquiera nos conocemos -a este punto se estaba mirando fijamente, el transporte pudo haber paso y ellas ni lo habrían notado, estaban sonriendo,

-puedo reconocer una chica inteligente cuando la veo, además alguien que se distrae leyendo, es alguien con potencial

-te gusta leer? -la sonrisa de la rubia se amplió gratamente

-soy una amante de la lectura -y la sonrisa de Hermione también se engrando, compitiendo solo con la del gato de Alicia en el país de las maravillas

-comprobemos si es verdad- dijo la castaña sonriendo con suficiencia

-quieres decir que me probaras a ver si de verdad leo? -comento la rubia evidentemente divertida

-bueno, si conoces al menos tres autores de los que te mencionare, pasas la prueba-

-esto será interesante

-J.K Rowling

-es una broma, quien no ha leído sus libros -se rió la rubia, y Hermione casi sufre un paro cardíaco, el sonido era tan hermoso que dolía, sonrió algo nerviosa a su compañera

-bueno, mi primo no los ha leído y es "fans de la saga" nunca he entendido su lógica

- no es fans si no los lee

-según él, le basta con ver las películas y siempre está ocupado

-insisto no es fans de la saga si no los lee,

-es lo que yo le digo, además está en el colegio, no puede no tener tiempo, pero bueno -ambas están sonriendo, un extraño velo de confianza las había cubierto -así que, cuál es tu libro favorito? -pregunto Hermione

-eso es difícil de decidir, hay tantos, podría decir que orgullo y prejuicio, o tomates verdes fritos, la sombra del viento de verdad me engancho, es difícil decidirme -comento la rubia pensativa, Hermione se puso aún más nerviosa, conocía perfectamente los libros, estaban dentro de sus favoritos, que la rubia conociera el de "tomates verdes fritos" la hacía tener un sentimiento raro en su estómago, invocó un poco de concentración a su cuerpo,

-mmm en realidad es si difícil decidirse, aunque tengo una inclinación innata por Paulo Coelho, Veronika decide morir es mi favorito suyo.-la rubia la miro fijamente, sonriendo

-Coelho es, muy Arjona desde cierto punto de vista- y Hermione no pudo evitar la carcajada que le sigo a esa declaración, era una forma divertida de referirse a su autor favorito, la rubia miraba con una sonrisa divertida en los labios

-eso es un, no te gusta

-claro que me gusta, solo que siempre me ha parecido así

-es una buen punto de comparación, no lo había pensando

-nunca esta demás otro punto de vista

-no, nunca- y se ambas quedaron mirándose fijamente a los ojos, en algún momento el tema de los libros había quedado olvidado, la espera del transporte paso a no importarles nada, incluso el por qué lo estaban esperando se había desaparecido de su mente.

Hermione estaba allí, perdida en la mirada de una desconocida, no sabía ni su nombre y aun así no podía dejar de sentir una extraña confianza en el aire, no podía dejar de sentir, las mariposas en su estómago, los ojos azules la hacían perder todo intento de pensamiento real. Un azul tan hermoso, cuán difícil debería ser encontrar ese mismo tono en algún otro lugar, ella quería apreciarlos todo el tiempo, perderse en ellos siempre. Entonces su teléfono celular no encontró mejor momento para sonar, amabas se removieron incómodas en el asiento, no habían notado que se habían inclinado la una hacia la otra inconscientemente, el rostro de Hermione adquirió un violento tono rojizo, mientras que el de la rubia apenas había un leve rubor en sus mejillas, Hermione la envidio, ella desearía no ser tan evidente, tomo su celular, su amiga llamando, suspiro

-"sigo esperando, no ha pasado nada"

"Te dije que no gastaras el dinero, la profesora termino temprano la clase, ya no le veo el motivo que vengas, a mi aun me queda una materia, nos vemos en casa"

"Okey, nos vemos"

Colgó y noto que tenía dos mensajes de texto sin leer, en que momento habían llegado, estaba haciendo tiempo para no tener que mirar a la rubia, o al menos para controlar sus emociones, respiro profundamente

-supongo que ya me perdí la clase. -comento intentando sonar casual

-yo comienzo a pensar que ningún autobús pasa a esta hora

-en realidad si lo hacen, solo que por algún motivo desconocido no paso hoy

-el universo metiendo su mano -Hermione levanto la mirada hacia su compañera, quien le sonríe de una manera indescifrable, y sintió algo extraño con el comentario, definitivamente estaba perdiendo la cabeza

-quizás. Ya debería irme, en verdad oscureció bastante -la noche había caído sobre ellas, y Hermione a penas lo notaba, se golpeó mentalmente, era peligroso caminar hacia su casa a estar horas, aun cuando deseara quedarse hablando eternamente con esa chica desconocida, no podía jugar con su seguridad

-tienes razón, también debería irme, no es seguro andar caminando a estas horas por este lugar-

-no, la noche es casa para cierto tipo de gente -Hermione tenía un sentimiento de decepción en su pecho,

Ella no quería despedirse, pero se sentía demasiado tímida para pedirle su número de teléfono, incluso saber su nombre, se sintió tonta, no era la primera vez que le ocurría, bloquearse cuando alguien en realidad le gustaba, no quería que esta conversación quedara como muchas que había tenido con desconocidos, como de esos amores que duran un instante, conversaciones con extraños que se quedan grabadas en su mente aun cuando esas personas la olvidaran, ella no olvidaba. Hoy, quería menos que nunca olvidar, pero a veces la vida te presenta estos momentos de toma o deja, en los que debes pensar rápidamente y arriesgarte a que las consecuencias sean positivas. Se levantó con un leve sentimiento de tristeza, la rubia hizo lo mismo, no había notado que también su compañera se había sumido en sus pensamientos, la chica mostró una sonrisa tan deslumbrante que las ultimas neuronas vivas de Hermione habían muerto felices, su cerebro dejo de funcionar completamente

-Fleur Delacour -dijo la rubia extendiendo su mano, Hermione la estrecho en automático, pero en el instante que sus manos hicieron contacto una electricidad recorrió su cuerpo, la piel de la rubia era definitivamente suave, no tenía punto de comparación a esa suavidad,

-Hermione Granger- dijo esta con un hilo de voz, seguía completamente aturdida por las sensaciones que le provocaba esa chica,

-un placer conversar contigo, espero verte algún otro día, Hermione- dijo la rubia, su nombre entre esos labios finos sonaba como un canto a los dioses

-el placer es todo mío- Hermione noto que aun tenia agarrada la mano de la chica y la soltó suavemente, lentamente, la rubia le sonrió deslumbrantemente por última vez antes de cruzar la calle y alejarse, Hermione se quedó mirando embobada como la chica desaparecía entre las calles antes que ella misma hiciera su recorrido por el lado contrario, dio media vuelta y se dirigió a su propia casa.

No es raro encontrarse conversando con extraños en los autobuses, paradas, bancos, en las calles, siempre están esas conversaciones que se pierden en el viento con personas que nunca volverás a ver, pero que te dejan un sentimiento de alegría en el alma, por primera vez en su vida, Hermione no quería que esa conversación quedara en el aire, ella no olvidaba, pero entendía que nunca volvía a ver a esas personas, eran amores del momentos, que duran lo que dura la conversación, que dejan huellas en ella, pero hasta ahí. Hoy por el contrario, quería que no solo dejara huella, ella quería nunca olvidar el momento, que se repitiera, ella quería saber más de esa chica de ojos azules que la había deslumbrado. Se golpeó mentalmente su timidez, pudo haberle pedido su número, correo o alguna red social. Esperaba que el destino volviera a meter su mano, aunque estaba segura que la vida solo te daba una oportunidad. Y ella la había perdido. Aun así, se sentía de una extraña manera, feliz.

Mis disculpas por la falta de ortografía y redacción. La practica hace al maestro y esa es mi intención al escribir, mejorar.

Espero que les haya gustado...