Bien, antes de empezar, me gustaría aclarar algunos puntos de esta historia:
En primera, tanto Yandere Simulator como Doki Doki Literature Club pertenecen a YandereDev y a Dan Salvato respectivamente, yo solo tomé prestados a los personajes para esta historia.
En segunda, este es un universo alterno, así que no esperen que las personalidades de los personajes sean exactamente las mismas.
Y ahora, comencemos.
Si había algo que caracterizaba a Ayano Aishi era, literalmente, ser una perra sin sentimientos. Desde niña no había sido capaz de sentir ninguna clase de emoción, ni ira, ni tristeza o alegría y mucho menos empatía.
El día de hoy no era tan diferente, incluso aunque fuera su primer día en la prestigiosa Akademi High School. En definitiva la vida le valía un pepino, y eso seguiría igual por el resto de sus días.
O eso pensaba…
Como siempre, la madre de Ayano, Ryoba, estaba más preocupada por su marido que por su hija, y el padre, temiendo por su vida, también le hacía más caso a su esposa. Esto sumado a una alarma que Ayano olvidó poner era la combinación perfecta para que nuestra yandere favorita terminara corriendo como loca desquiciada hacia la escuela intentando evitar que se le hiciera más tarde.
No era como si a ella le importara tres hectáreas de cacahuate llegar a tarde, pero cuando eso pasaba, a ella le tocaba tragarse un sermón molesto cada vez.
Fue entonces cuando pasó, ocurrió en cámara lenta. El chico más guapo que había visto en toda su vida se atravesó en su camino saliendo de la nada de una esquina provocando que ambos se cayeran alv.
Ayano vio estrellas girando alrededor de su cabeza hasta que una voz la trajo de vuelta a la realidad.
̶ Perdona, no miraba por donde iba – Le dijo el chico –déjame ayudarte –
El chico le tendió la mano ayudándola a reincorporarse.
Ayano aceptó gustosa la invitación del joven mientras le ocurría algo que jamás le había pasado en toda su desdichada existencia. Su corazón latía fuertemente, sus manos temblaban, le costaba respirar y sus mejillas estaban sonrojadas. Por primera vez estaba sintiendo, pero ¿Qué exactamente?
Al no obtener respuesta de la joven, el chico habló: –Mi nombre es… ̶
̶ ¡Taro! ̶
Una chica con cabello naranja atado en dos coletas y calcetas rosas con lunares mató el momento de la peor forma posible. El sentimiento hasta entonces agradable en el pecho de Ayano se transformó inmediatamente en unas ganas incontrolables de asesinar a la chica que acababa de llegar.
̶ O-Osana – El chico sonaba un poco nervioso.
̶ ¡Otra vez te has ido sin mí! ¡Siempre me dejas esperando! ¡Y yo que me molestó todas las mañanas en ir a buscarte! ̶
̶ Nadie te pidió que lo hicieras ̶ susurró de forma apenas audible el joven.
̶ ¿¡Qué dijiste!? ̶
̶ Nada, vámonos ̶ eso, evade los problemas con la tsundere.
Ambos se fueron alejando del sitio del incidente ignorando a Ayano. Ésta solo estuvo de observadora durante la "conversación" del par, impotente por observar como la zorra de lunares, nombre denominado por Ayano, alejaba al objeto que provocaba sus emociones.
No obstante, antes de que ambos desaparecieran por la distancia. Taro volvió su vista atrás y le regaló a Ayano una sonrisa encantadora.
Fue entonces cuando ella lo supo; aquello que su madre le había dicho hace mucho tiempo, por fin lo entendía. Ese chico la había arreglado, la había hecho sentir. Él era su senpai, y ella estaba perdidamente enamorada de él, aparentemente.
Y entonces tuvo que ir corriendo a la escuela porque ya se le había hecho más tarde.
¿¡Es que nadie piensa en la escuela!? ¡Siempre pasa lo mismo con estos adolescentes! ¡Siempre son rosas, amor y hormonas alteradas! Muy bonito todo ¿¡Pero nadie piensa en la escuela!?
Mientras el narrador anterior termina de quejarse, pasaremos a contar lo que sucedía paralelamente en otra ciudad de la tierra del sol naciente.
En algún lugar de Akihibara, una chica de cabello castaño y ojos verdes se levantaba perezosamente de la cama. Su nombre es Monika, una chica atlética, inteligente y hermosa.
Su día fue un tanto distinto al de Ayano, principalmente por el hecho de que ella sí se había levantado temprano y podía tomarse las cosas con calma.
Se puso su uniforme, se hizo su típica coleta alta con un moño blanco para posteriormente, desayunar con su familia.
La familia de Monika estaba conformada por cuatro personas: su madre, Yuna, una persona cariñosa, pero bastante aterradora cuando se lo proponía, su padre, Kaito, un hombre tranquilo y reservado, y finalmente su hermana menor Miya, una niña de diez años muy curiosa y enérgica.
La gente solía decir que Miya era la copia exacta de su hermana mayor, con excepción de sus ojos azules. Miya tenía el cabello de su madre y los ojos de su padre, mientras que Monika tenía el cabello de su madre y ojos verdes que no sabía exactamente de dónde sacó, después de todo, no sabía de la existencia de parientes de sus padres. Aunque no es como si importara mucho de todas maneras.
En fin, Monika desayunó rápidamente y se fue a la escuela (Timeskips vergas).
En el camino se encontró con Sayori, su amiga de la secundaria. Una chica enérgica y sonriente que por dentro se quería matar, y Monika lo sabía, no obstante, Sayori se negaba a recibir su ayuda.
̶ ¡Hey! Moniiii ̶
̶ Hola, Sayori ̶
̶ ¡Oye, adivina qué! ̶
̶ ¿Qué sucede? ̶
̶ ¡He encontrado un nuevo miembro para el club! ̶
Monika era la presidente del club de literatura desde que comenzó el año escolar, su último año escolar. El año pasado era una de las líderes del club de debate, pero debido a la falta de temas que argumentar, el club se volvió tedioso y renegó. No era nada gratificante estar sólo debatiendo acerca de publicidad y organización de eventos escolares, así que creo su propio club, uno que de verdad disfrutara.
El problema era que no mucha gente se interesaba en eso, por lo que encontrar nuevos miembros era todo un reto sobre todo si una de sus metas era hacer crecer el club antes de graduarse.
̶ ¿En serio eso? Eso es genial, Sayori ̶ Monika sonrió para inmediatamente después ponerse seria ̶ ¿Te encuentras bien hoy, Sayori? ̶
̶ Vamos, Moni, te he dicho varias veces que no debes preocuparte por eso ̶
̶ ¿Estás segura? ̶
Sayori detuvo su andar para mirar a un gato subido a un muro. Dicha acción no pasó desapercibida para Monika quien se paró para esperar a Sayori.
̶ Hey, no arruines el momento ¡Hoy habrá un nuevo miembro en el club! ¡Es suficiente razón para alegrarse! ¡Así que no te preocupes por mí! ̶
̶ Sayori ̶ susurró la más alta.
̶ En fin ̶ Sayori reanudó la marcha ̶ ¡Debemos apresurarnos o llegaremos tarde! ̶
Dicho esto, la jovencita se echó a correr.
̶ Oye, espera ¡Sayori! ¡Todavía es temprano! ̶ Y así sin más, Monika corrió tras ella.
Y el narrador se alegró de que alguien se preocupara por la escuela.
Y bien, hasta aquí dejo el primer capítulo de esta historia que se me ocurrió mientras estaba aburrida en clase, como siempre.
Antes de que comiencen a alabarme/insultarme (lo que prefieran, que aguanto vara) déjenme decirles que, sí, he cambiado, tal vez de forma bestial, algunas de las personalidades de los personajes. Pero, esto es para que el contexto sea un poco más manejable para el tipo de proyecto que quiero hacer.
En fin, ahora, si quieren criticar, comentar o saludar a su mamá, supondré que ya saben dónde hacerlo.
Sin más que decir, Barandilla Show se despide.
