Summary: Linzin AU. Jun y Jinora están dispuestas a hacerle una broma a sus padres. Triste que Lin Beifong sea una maestra en el arte del sentido sísmico.
Disclaimer: LoK no me pertenece. De pertenecerme Pema estaría muerta y habría Linzin, Linumi y Kyalin. (Estoy enferma, lo sé).
N/A: Linzin es taaaaaaaan angst-ish. Por eso decidí hacer un AU en el que son felices con cuatro hijos y un futuro Rohan. (Jun es de mi autoría. Con el físico de Jun-Lee y con la pèrsonalidad de Raika, ambas de TRoL).
No es por hacerme publicidad (xD) pero si les gusta el Linzin o el Linumi, pueden pasarse por mi fic The Reality of Life, solo que está en ingles.
Enjoy! Galletitas para los que les guste leer sobre el Gaang Jr.
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Su mirada ansiosa se fijó en el rostro de su madre. Estaba dormida, con el ceño fruncido por el estrés que había sufrido durante toda su jornada de trabajo. Jinora frunció sus labios, para luego formarlos en una ligera sonrisa al imaginar una pequeña travesura. Le hizo señas a su hermana menor, Jun, hasta que recordó que no podría verla. Soltándo una risa silenciosa se acercó al marco de la puerta donde su hermana esperaba.
—Vamos —susurró Jinora.
En otra ocasión le habría tendido la mano para guiarla, pero su hermana, aun con sus siete años, era una experta con su sentido sísmico. Y si eso no bastaba, detestaba ser ayudada. La niña ciega sonrió macabramente. acercándose a la cama. Los cuerpos de sus padres estaban tendidos a lo largo, víctimas del sueño y el cansancio.
Jun ladeó su sonrisa, y su vista ciega y lechosa se desvió hasta donde las vibraciones ubicaban a su hermana mayor. Aquellas sonrisas siempre lograban alegrar a su madre, Lin. Según ella le recordaba a su desaparecida madre. Jinora habría amado parecerse a ella; aunque sea un poco.
—¿Recuerdas el plan, cabeza de aire?
Los labios de Jinora volvieron a fruncirse ante el apodo, pero recordó que ella era el cerebro del plan y no quería pelear con ella; al menos no tanto como solían hacerlo. Asintió distraidamente, observando con dificultad por la oscuridad de la habitación.
—Sí, sí. Los asustamos con aire control y después tu te encargas de undir la cama —recitó la maestra aire con molestia. Habían repasado el plan cerca de una docena de veces—. Lo tengo bajo control.
De los labios de Jun salió un bufido exasperado.
—La última vez que tenías algo "bajo control" —parodió la maestra tiera. haciendo comillas con los dedos—, mamá nos obligó a lavar los inodoros de los baños de la estación por una semana.
—Y fue cruel. Además, el castigo terminó a los dos días.
—Gracias a papá. gran genio.
El cuerpo de Tenzin se removió de lado a lado, incomodo por la charla. Jinora suspiró, preparando su cuerpo en la posición básica de aire control. Al sentir el movimiento de sus pies, Jun hizo lo mismo, dando por terminada la discusión. Pero un pequeño movimiento no le había agradado.
Su cabeza se ladeó, intentando adivinar de donde provenía tal vibración. Sus ojos se entrecerraron involuntariamente. Sus cejas se fruncieron, mientras que con su sentido sísmico intentaba saber de dónde venía. A pesar de que aprender aquella habilidad era fácil por su ceguera, aun no era una experta. Cuando Jinora comenzó a formar la rafaga de aire, de sus labios sólo salieron dos palabras:
—Oh no.
Jinora observó aterrorizada como el cuerpo de su madre, la mujer más intimidante que podía existir en todo el mundo, se levantó con una mueca de enojo. EL brusco movimiento incomodó a Tenzin, mas no se levantó.
Ambas tragaron en seco- Y Jun lamentó no haber afilado sus sentidos.
—Sólo les diré algo —gruñó la maestra metal—; ¿Qué dije que les haría cuando rompieran la regla de despertarme sin necesidad?
Sus dos hijas mayores ríeron nerviosamente.
—¿Qué debíamos decir lo siente? —dijo Jun con una sonrisa socarrona, que escondía el miedo que tenía.
El rostro de la Jefa de Policía se tornó rojo. Y no por un sonrojo.
—¡Que yo les rompería la pierna!
La dos salieron corriendo a la habitación de Ikki, mientras su madre les lanzaba rocas como posesa.
Y Tenzin no se despertó.
