Nota: Para 10muses, tabla Pecados Capitales con Hannah Abbott. Se supone que todo debe ser femslash pero simplemente abrí el documento y... salió esto. Patético.
Las parejas van a cambiar en cada viñeta o drabble, no tengo fijo todavía.
Y la pareja en esta viñeta es... Hanna&Ginny.
De ellas
#1.Ira
Gruñe.
No, no es normal ver a Hannah Abbott enfurecida pero ¿lo que le pasa es normal? Cualquiera con dos dedos de frente sabe perfectamente bien la respuesta: no. No es normal. Tampoco está bien, y los Hufflepuff son buenos pero desde el primer roce lo mandó todo a la mierda y la inocencia se fue a tomar viento cuando la falda subió con una risita.
Sí. Le gustan las chicas. Las adora. Perdidamente.
Sobre todo las pelirrojas de sonrisas pícaras, que tienen dueño y por tanto están prohibidas.
Lo prohibido excita. La sensación de peligro vuelve tu sangre caliente y la sonrisa traviesa se forma en tu boca antes de poder pensar.
Ginny Weasley está prohibida y Hannah está segura de que la pelirroja vive para hacer que aflore su lado oscuro. El prohibido. El que los Hufflepuff ocultan con sonrisas inocentes.
La inocencia se le fue en el Campo de Quidditch. Se le va otra vez cuando Ginny le guiña un ojo o cuando le acaricia la cintura, y sube, sube mucho...
Pero con Hermione baja.
Sí, como lo oyes. Baja. Esa pelo de estropajo que es Granger no tiene derecho a que Ginny le meta mano en la biblioteca.
Las ha visto. Ha visto a Ginny sonreír así y a Granger soltar una risita tonta.
Já. Ni que fuera tan bonita. Quizá ha cambiado un poco pero sigue siendo fea. Sí, cruel y seca.
- Fea. Horrible. Sabelotodo insufrible. Gryffindor de pacotilla. Llorona. De tobillos delgados y pecho plano – y murmura. Maldice.
Maldice contra Hermione Granger y la mano escurridiza de Ginny Weasley. No, la pelirroja es de ella. Sí, de ella.
La furia la corrompe. Sí, la corrompe. Tiene ganas de morder algo, de patear a Granger y de gritar a los cuatro vientos que maldita sea y joder, ¡Ginny Weasley es suya! Suya.
Suya. Suya. ¡Sólo suya! Le pertenece. Mil y un veces, le pertenece.
Murmura otra vez contra esa. Y no se lo cree. Ginny. Su Ginny. Sabe que no han acordado nada y sólo son encuentros fortuitos, candentes, sensuales, de movimientos lentos y sinuosos y sonrisas gatunas, de suspiros en el oído y de manos resbalosas... pero algo debe haber, maldita sea.
No puede creer que Ginny Weasley sólo meta mano a toda la que pueda.
No, su Ginny no es así. Que va, jamás. ¿O si?
- Hey, Hannah, ¿vas conmigo al armario de escobas?
Se voltea. Sonríe. La furia corrompiéndola. Sí, si puede. Ginny está prohibida y sabe lo que eso provoca. En todas las que toca, lo sabe. Y ahora está ahí, mirándole con esa carita pícara y la falda un poco más corta.
Rayos, sí que es sexy.
- No. Vete con Granger.
Y se da la vuelta y se va, muy digna. ¡Já, como si ella fuera una segunda opción
