Capítulo 1.

Edward POV

"En una fría y lluviosa noche en Londres, sentado frente a mi portátil, revisando mis correos para ver si por fin había alguna novedad, alguna cita, tras los varios currículums que había mandado en las últimas semanas.

Hoy había regresado después de un largo, aburrido y tedioso día de trabajo, como siempre. Estaba ansioso por encontrar ese trabajo con el que siempre había soñado y por el cual había estudiado con tanto ahínco los últimos 7 años de mi vida. Esforzándome día tras día para obtener las mejores notas en la carrera y la maestría, de comercio internacional, y como resultado a todo ese esfuerzo, ganándome el primer lugar en mi generación, pero eso no había sido suficiente para poder tener un buen puesto, es por eso que seguía con la tarea de seguir buscando y ya no únicamente en mi ciudad natal, sino que estaba dispuesto a irme a cualquier parte del mundo donde realmente valoraran mi esfuerzo.

Buscando en internet fue como di, con una empresa internacional muy importante, me metí en la pagina averiguando, todo lo referente a la compañía y sus empleados, directivos etc. Ahí fue donde encontré a la chica de mis sueños, fue amor a primera vista, su nombre es Isabella Swan y ella era una persona de suma importancia dentro de dicha empresa. Por lo tanto sin pensarlo mucho, mandé mis datos, buscando una oportunidad."

Ed o Eddy como cariñosamente lo llamaban sus familiares y amigos, tiene 27 años, alto, de complexión delgada, ojos grises, cabello castaño claro, facciones finas, en pocas palabras muy guapo y sexy. No era un hijo ejemplar, pero si un buen hijo, buen hermano y gran amigo. También excelente estudiante, pero un poco destrampado cuando de divertirse se trataba.

Muy cotizado entre las chicas, aunque él nunca había tenido novia, pues nunca había conocido el verdadero amor, si había tenido bastantes 'amigas con derecho' en su lista.

Un buen día por la noche pensó en ir a platicar con su hermana Alice, ha comentarle algo que lo preocupaba.

-Alice, estas ocupada?- tocó en la puerta de su habitación.

-Eddy, para ti nunca estoy ocupada, pasa.- él entro lentamente, pensando en que estaría interrumpiendo en algo a su hermana.- qué pasa? Hermanito.- ella se encontraba sentada leyendo un libro, lo dejo a un lado para poder prestarle toda su atención a su querido hermano.

-Solo quería saludarte.- sonrió tímidamente.

-Saludarme a estas horas de la noche, que no es un poco tarde para eso?- los dos rieron.

-Sí, ya sé que es un poco tarde, de verdad no interrumpo nada?- le hizo una seña con la mano para que se sentara junto a ella en la cama.

-Haber ya, suelta lo que quieres decirme sin tantos rodeos.-

-Bueno, es que me siento mal, muy frustrado, ya estoy cansado de no encontrar un buen trabajo, - y de repente ella lo paro alzando una mano y poniéndole los dedos en los labios de él.

-Haber, haber, detente, alguien te ha reclamado algo. Acaso papá o mamá te han exigido ayuda económica?-

-No.- estaba tan deprimido que no pensaba con claridad. Hasta que escucho aquello que su hermana le intentaba hacer entender.

-Entonces?- él la miraba sorprendido pues parecía un poco molesta.

-Papá y mamá son buenos y sé que serían incapaces de reclamarme algo, pero yo no me siento realizado profesionalmente.-

-Eddy.- se acercó a él y lo abrazó.- no te desesperes, ya llegara el momento, tú eres un buen chico con excelentes notas y ya habrá alguien que valore eso, Ten paciencia. Tienes un futuro por delante.- le regalo una tierna sonrisa.

-Eso espero.- le dio un beso y salió del cuarto para dirigirse al suyo. Se recostó y pensó que a partir de ese momento pensaría positivamente.

Él era muy dedicado y estudioso en todo lo que a su profesión de refería, siempre averiguando lo último, leyendo y buscando en revistas de negocios e internet. Conocía a la gente más destacada de ese medio, él admirada a muchos de ellos y así fue como se entero de Isabella Swan, quien era una chica joven y muy hermosa pero también muy inteligente y con muchísima experiencia a pesar de su corta edad, 26 años. Había visto su fotografía en varias de las revistas que él acostumbraba leer, donde hablaban de ella como la eminencia de las relaciones de comercio internacional. El admiraba mucho su tenacidad y profesionalismo, a pesar de no conocerla personalmente.

Hasta que por fin un buen día, descubrió algo que "Dynamic Corporation" buscaba personas con cierto perfil para un gran proyecto, él pensó que tenía ese perfil, por lo que se decidió acudir a dicha empresa, tenían una filial en Londres pero la matriz se encontraba en California, por lo que no hubo mayor problema en acudir, pero le dijeron que donde estaban contratando era en Estados Unidos pero que podía mandar sus papeles vía internet. Mandó sus datos por e-mail, esperando ansioso por alguna respuesta y cuál sería su sorpresa que le pedían que se comunicara con la srita. Angela Weber, Directora de proyectos de "Dynamic Corporation".

Y así lo hizo se comunico con Angela quien le pidió que se reuniera con ella en un mes, pues ella saldría de viaje pero le interesaba mucho poder conocerlo ya que sus altas notas hablaban muy bien de él, por lo cual tendría que viajar para encontrarse con ella. En esa misma plática se entero de que Isabella estaría en dicho proyecto, le emociono muchísimo, su sueño podría llegar a hacerse realidad, porque desde que la vio por primera vez se enamoró de ella.

Pero más que el proyecto en sí, fue Isabella, lo que lo motivaba, él quería conocerla, él había visto su foto, independientemente del curriculum tan impresionante, su belleza fue lo que lo cautivó e hizo que decidiera dejar todo y marcharse al otro lado del mundo en busca de esa oportunidad. El conocerla y encontrar trabajo. En las siguientes noches sin proponérselo soñaba con que muy pronto podría conocerla personalmente.

Después de comunicarse con Angela, empezó a aclarar su mente, "es la oportunidad de mi vida y no la voy a desaprovechar".

Llego la hora de hablar con sus padres.

-Papá, mamá, puedo hablar con ustedes, un momento.- les llamó desde las escaleras, iba bajando de su cuarto hacia la sala donde estaba su padre leyendo el periódico y su madre estaba en la cocina, terminando los detalles del menú del siguiente día. Era una familia medianamente acomodada, no eran ricos, pero se podían dar ciertos lujos.

-En un momento estoy contigo,- dijo su madre, él mientras se sentó en un sillón enfrente de su padre, el cual lo miró extrañado. Cuando en ese momento llegó la mamá y se sentó al lado de su marido, mirando con una sonrisa a su hijo.

-Listo hijo, que es lo que nos vas a decir.-

Edward, los miraba nervioso, no se imaginaba cómo reaccionarían al enterarse de lo que les iba a decir. Sabía que les causaría un gran dolor, pero sentía que era lo que tenía que hacer.

-Bueno, realmente no sé cómo decirles esto, pero lo tengo que hacer. Me voy de Londres, encontré por internet, trabajo y creo que por fin he encontrado lo que tanto he buscado- ellos se giraron para mirarse muy sorprendidos- lo malo es que tengo que viajar a Estados Unidos. Todavía no es seguro de que me acepten, pero estoy seguro que lo lograre. Ustedes mejor que nadie saben lo difícil que ha sido este tiempo, consiguiendo trabajos que la verdad no me llenaban, pero este es diferente y quiero intentarlo.- su madre lo miraba tan sorprendida, que contuvo la respiración por unos instantes, hasta que volvió a tomar aire.

-Hijo- tomo la palabra su padre – estás seguro que eso es lo que quieres?- preguntó tomando la mano de su esposa que para ese momento se le habían llenado de lágrimas sus ojos.

-Si papá, estoy seguro, y en caso de que no lo consiga en esa empresa, buscaré en otra ahí mismo, tengo varias opciones.- contesto muy seguro de sí mismo, se acercó a su madre y la abrazó y le dijo.- Mamá, por favor no estés triste, piensa que eso me ayudara a madurar y podrás descansar de este hijo que tantos dolores de cabeza te ha dado.- le sonrío dándole optimismo.

-Eddy, no quisiera que te fueras pero, respeto tu decisión, te deseo la mejor de las suertes, lo que más desean los padres es ver realizados a sus hijos, y me alegro por ti de veras.- le dijo sonriéndole y acariciándole la mejilla.

Ellos sabían mejor que nadie, lo que tanto anhelaba Edward y no había podido encontrar en Londres, por lo cual aceptaron y apoyaron tristemente, no lo detendrían, ellos serían incapaces de cortarle las alas de esa forma a su único hijo varón. Para sus padres los sueños de Edward eran inalcanzables, y no porque fueran pesimistas sino porque él había sido desde niño muy soñador, pero lo veían con tal seguridad que no lo detendrían. Solo así llegara a ser un adulto de bien, y responsable algún día de su propia familia. Pues era lo que más deseaban, verlo realizado en todos los aspectos.

Solo le quedaban tres semanas para arreglar los últimos detalles para su partida. Ya había comprado su boleto, sencillo obviamente pues no tenía una fecha segura para el regreso. Mientras se acercaba la fecha, buscó por internet un lugar para vivir, encontró departamentos para rentar, se puso en contacto con algunos hasta que por fin consiguió donde llegar. Era un departamento muy pequeño pues era lo que podía pagar en ese momento pues tendría que cuidar muy bien el poco dinero que traía consigo.

Cuando ya tenía casi todo listo para su partida, pensó que ya era tiempo de decirle a sus amigos también, él había sido muy cuidadoso en lo que refería a su partida por lo cual no había comentado con ellos de sus planes, así que por fin una noche, aprovechó para darles la noticia en el lugar de siempre. Un bar que frecuentaban. Al escucharlo hablar algunos se alegraron por él, pero las amigas, no, ellas no querían que se fuera, casi todas estaban o creían estar enamoradas de Edward. Así que hubo más de una con carita triste.

Una en especial, una chica llamada Kate, ella intentaba tener algo más serio con Edward pero él no pensaba lo mismo, así que mientras que para ella esa noticia le cayó como balde de agua fría, a él le sirvió para poner distancia entre ellos, y así quitársela de encima, porque por más que le decía que entre ellos lo único que existía era amistad ella no quitaba el dedo del renglón, insistía e insistía. Lo alejo un poco del grupo para poder hablar a solas con él.

-Ed, no quiero que te vayas, qué va a pasar con nosotros? por cuánto tiempo te irás?- se le acercaba muy sugerentemente, acariciándole el pecho por encima de su playera, lo estaba poniendo un poco nervioso, y lo único que él quería era seguir con sus amigos y disfrutar el resto de la noche.

-Kate, me tengo que ir, no sé cuanto tiempo estaré fuera o si pronto regresare, la verdad no tengo la menor idea, - él le sonreía, pero ella le hacía un puchero y le abrazó con fuerza, parecía que no tenía intensión de soltarlo nunca. Cuando de pronto llegó alguien que interrumpió aquel momento. Al ver lo incomodo que se veía Edward su amigo Sam de la infancia, llegó para salvarlo.

-Hey, Ed, que calladito te lo tenías, por qué no nos habías dicho nada?- Sam iba llegando al lugar y se acababa de enterar de la noticia, su mejor amigo parecía tan sorprendido como todos los demás.

-Sam, que bueno que llegaste, pensé que no me podría despedir de ti amigo.- se dieron un fuerte abrazo, dándose unas fuertes palmadas en la espalda. Luego se volteo para saludar a la chica.

-Hola Kate.- se saludaron apenas rozando las mejillas.

-Que tal Sam.- contesto ella sin ganas, más bien molesta por la interrupción.

-Kate, me disculpas un momento tengo algo muy importante que hablar con Sam. - Ella casi lo fulminó con la mirada y resignada regreso con los demás.

-Jjajaja, Ed, oye que es eso de que te vas? -

-Pues si no te hubieras ido de gira artística, lo sabrías desde el principio.- los dos reían sus bromas- por cierto cuéntame cómo te fue en la gira?-

-Bien, muy bien, la verdad un poco cansado pero no me quejo, los lugares en los que nos presentamos un poco locos y la gente muy prendida.- tomaba cada quien su cerveza, mientras se ponían al día.- Y tú cuéntame, qué es lo que te traes?-

-Pues, nada que me voy.- Edward lo miraba satisfecho Sam estaba intrigado por esa mirada.

-Pero cómo?, por qué?—

-Recuerdas que te platique hace tiempo de una chica que es muy exitosa y muy guapa.-

-Si… pero no me digas que es por ella?-

-Algo así, - Él seguía con esa sonrisa tonta.- Solicitan profesionistas en la empresa donde ella trabaja, y yo mandé mis datos, y quieren verme la próxima semana.—

-Oye, pero ya lo pensaste bien?- le dio un pequeño golpe en el hombro, - no crees que es muy precipitado el que dejes todo por una chica, estás loco? o qué te pasa?-

-Estoy decidido. Ya tengo todo listo, incluso ya tengo un departamento donde llegar en Los Ángeles.-

-De verdad, me dejas pasmado, no lo puedo creer.-

-Sam, eres mi amigo de toda la vida, sabes que nunca me había enamorado, nunca…-

-….oye, oye, pero te estás escuchando, realmente crees que estas enamorado, pero si ni siquiera la conoces, como puedes decir eso?-

-Si…, sé que no la conozco, pero tengo la certeza de que lo hare.-

-De verdad, que estás loco, que diablos te trastorno de esa manera?-

-El amor, amigo, el amor—

Después de aquel dialogo con su amigo, se dirigieron con el resto del grupo disfrutando de sus últimos momentos, en Londres.