Corazón de Cerro caminaba por la nada, le habían dicho sobre que la patrulla necesitaba de su presencia cerca de los limites de su clan, mas específicamente, con los Dos Patas, cerca del CortaTroncos.

Una vez allí, el comenzó a mirar su alrededor, no veía nada, ni nadie. Posiblemente le habían engañado.

Decidió irse, avergonzado por caer en un truco tan fácil de vislumbrar. Camino de vuelta, con el rabo entre las patas y los orejas agachadas.

Ojala no tenga que verse las caras con aquellos que le practican tan simple treta.

Pero como es obvio, era imposible no encontrarse con estos guerreros, los cuales no pudieron dejar de pavonearse de haber logrado hacerle perder tiempo a el guerrero mas viejo.

Por lo menos, mañana es otro día y con un sol mas radiante.