Disclaimer: Powerpuff Girls no me pertenece. Es de autoría del maravilloso y gran Craig McCracken.
Warning: Esta pareja (Brick/Bubbles, Bubbrick, Brickubbles) es totalmente crack. Si no te gusta, no lo veas, tan simple como eso. Puede que salgan otras más.
Algunos serán one-shot's y otros; drabbles. No estoy segura de la cantidad de palabras de cada actualización.
Efervescencia.
1. Gigil: Necesidad de apretar o pellizcar algo lindo.
—¿Qué tanto me observas?
Así lo suelta la rubia con tono fastidiado. Le devuelve la mirada con esos luceros azulados, Brick sonríe con egocentrismo y no se permite la humillación de apartar la mirada al verse descubierto.
—Tienes un moco. Ahí. —dice solo para molestarla.
Pero la rubia se lo cree (tontatontatonta... igual está buena) y con un gesto con la mano, se quita el inexistente moco de la cara. Un mechón que tapa su campo visual también es retirado con parsimonia. El cobrizo la analiza detenidamente.
Se ve... extrañamente adorable.
Sus pómulos están algo ruborizados. Al parecer, le da pena sacarse un moco frente a un chico. Es el tipo de chiquilla que le da vergüenza ciertas cosas, como recibir un halago subido de tono, tomarse de la mano con algún muchacho que la invite a salir o siquiera aceptar un chocolate de uno de sus tantos admiradores.
Si hasta los besos en la mejilla la acaloran.
Brick no responde, no piensa, no siente (actua) y extiende su mano diestra hacia una de las mejillas de Afrodita de la superpoderosa, y le da un leve apretón.
Bubbles ahoga un gritito de la sorpresa. Los ojos se le crispan alrededor de la figura masculina, con duda, asombro, quizás un ligero tono de desconfianza.
—¿Por qué has hecho eso?
Él se encoge de hombros, y se mete las manos en los bolsillos (me gustas, tontatontatonta) (sigue estando buena).
—¿Necesito una razón? —y ella quiere decir que no, que nadie necesita razones y ella no es quién para pedírselas, porque no son nada, y porque sabe que a él le fascina molestarla pero
(¿cuándo me pedirás salir? estoy esperándote.)
no importa. De todas formas, Butch y Boomer también le hacen jugarretas así.
—Eres un odioso. —replica la rubia, frunciendo las cejas y soportando la risa descarada del pelirrojo. Qué ganas de partirle esa sonrisa creída con el puño, todos esos dientes perfectos y blancos. Destrozarle los labios.
Claro que sí. Sobre todo eso último. De un precioso puñetazo.
—Lo dice la más tierna de todas las niñitas.
—¿Qué has dicho?
Brick recae en sus propias palabras. Se le arrebolan las mejillas.
—Eso no es cierto. ¡Mentirosa, mentirosa! —comienza a cantar, más para acallar los reclamos de la chica (y cubrir su vergüenza) que por hacerle otra de sus bromas pesadas. El cantito se extiende, y el pelirrojo decide que es hora de marcharse. Bubbles lo observa con esos luceros que tan críticos que tiene, que todo lo notan pero nada ven.
Ay, si ella supiera.
En una fracción de segundos, Brick se agacha (la rubia está sentada) y le dedica apenas un beso en el pómulo, que adquiere un tono carmesí tras el contacto. El líder de los Rowdyruff se ríe a carcajadas, y huye rápidamente de allí antes de que la de ojos azules decida llamar a sus hermanas, ellas sí le dan miedo.
La rubia no. Ella es demasiado adorable para causar algo que no sea ternura, y ganas incontrables de molestarla.
the end.
¡Exijo un mundo en donde haya más Bubbrick/Brickubbles!
Las parejas mezcladas del fandom de las PPG son preciosas. ¿Cómo es que nadie está escribiendo sobre ellas? ¡Injusticia!
