Nada será como antes

Capítulo I: Un encuentro casual

Caminaba apresuradamente por los pasillos de su nueva escuela. Era su primer día de clases y estaba bastante nerviosa. A su alrededor podía observar numerosos casilleros, uno al lado de otro, y lo que también había notado al entrar al colegio, es que el edificio, además de ser inmenso, contaba con gran cantidad de escaleras, y lo primero que se le vino a la mente, con esa primera impresión, fue que no le sería muy difícil perderse, así que debía tener cuidado.

Los alumnos iban y venía, la mayoría en pequeños grupos, y a simple vista daban la impresión de conocerse y llevarse muy bien. Pero ninguno parecía fijarse en ella. Aunque ya estaba acostumbrada a ser la chica nueva, nunca lograba adaptarse por completo a la situación. Sin embargo, esta vez sería distinto, su madre le había prometido que no se mudarían por lo menos hasta su graduación, para la cual faltaban dos años.

Pensando en los últimos dos años de su secundaria que tenía por delante, en los cambios que pensaba realizar consigo misma para poder adaptarse, en cómo serían sus días en aquella escuela, iba tan entretenida que al doblar por una esquina que daba a otro gran pasillo chocó con un chico, provocando que todos sus libros cayeran al suelo.

-Oh, perdona- exclamó él –No te vi- agregó y luego comenzó a recoger los libros de la joven.

-No hay problema- contestó ella antes de agacharse para ayudarlo.

Al terminar de recogerlos sus miradas se cruzaron un momento, pero en seguida él se incorporó y le tendió la mano para ayudarla a levantarse.

-Gracias- dijo la chica luego de soltarlo, mirando a aquel joven que la había ayudado y parecía tan agradable a simple vista. Se trataba de un chico rubio, con el pelo lacio, peinado hacia un costado, de ojos claros, y con una sonrisa que a muchas les parecería encantadora. Tenía algo especial, que a la joven le causaba cierta curiosidad, aunque no podía descubrir de qué se trataba.

-De nada- contestó él con una sonrisa de lado; -Eres nueva¿cierto?, no recuerdo haberte visto antes por aquí- le dijo luego de observarla unos instantes, era muy difícil que él no conociera a alguien, aunque sea de vista sabía quién era quién en aquella escuela, a la que asistía desde el primer año de su secundaria. Por lo que dedujo que aquella linda chica con la que estaba hablando era nueva, de otra manera no podía ser que no la haya conocido tiempo antes.

-Sí, lo soy, de hecho eres la primera persona con la que hablo- contestó dejando de lado su timidez, que muchas veces la caracterizaba, y más cuando hablaba con alguien a quien no conocía. Pero esta vez sentía que la situación era distinta.

-Ya verás que te harás amigos fácilmente, todos son muy amables aquí en East High, sólo es cuestión de conocerlos.- dijo manteniendo su sonrisa- No me has dicho tu nombre, o sí?- agregó con su típico tono amable.

-No, no lo hice. Me llamo Gabriella¿y tú?- contestó mientras apartaba un mechón de su largo pelo oscuro de la cara, que caía en ondas y en ocasiones le molestaba sobre los ojos.

-Soy Troy- dijo pero no pudo seguir hablando, porque un grupo de chicas pasó por aquel pasillo y lo saludó con gran emoción, para luego cuchichear entre ellas algo exaltadas, a lo que sólo él contestó con un gesto de su mano.

-Vaya, parece que eres muy popular aquí- comentó desviando su mirada del chico, para observar como las chicas se alejaban, llevándose sus gritos de emoción.

-No lo creas- contestó tratando de restarle importancia al asunto. No era para nada presumido, y lo que menos quería en aquel momento era quedar como tal frente a una chica que recién lo conocía. –¿Y ya encontraste tu casillero?- le preguntó para desviar el tema, aparte de que sino se había dirigido a él todavía, le encantaría poder acompañarla, para que de paso conozca un poco más el colegio.

-No, según lo que me dijo el director es el número 221, pero no tengo idea de dónde es- contestó recordando su entrevista con el Director del colegio que había tenido días atrás, pero le había dado tantas indicaciones y dicho tantas cosas sobre la escuela que no recordaba en lo absoluto dónde se encontraban los casilleros pertenecientes a los de su curso.

-¿221?- preguntó él un tanto asombrado –Es al lado del mío, el 220- explicó.

-¡Qué casualidad!-

-Sí!, ven vamos- dijo colocando su mano en la espalda de Gabriella para guiarla hacia el lado contrario del pasillo. Y así comenzaron a caminar por la escuela mientras charlaban. El trayecto fue muy distinto que el anterior, ya que ahora muchos se fijaban en ellos, y la mayoría saludaba a Troy, especialmente las chicas.

-¿Y por qué te cambiaste aquí?- preguntó el chico con curiosidad, posando su mirada en la joven.

-Por el trabajo de mi mamá, siempre la están trasladando y debo cambiarme de colegio bastante seguido- explicó ella- Aunque esta vez me quedaré aquí por lo menos hasta mi graduación- agregó en un tono más animado.

-¡Eso es bueno!- exclamó Troy.

-Sí, lo es- contestó con una sonrisa.

-Aquí están- dijo el joven luego de dar unos pocos pasos, señalando dos casilleros uno al lado de otro, con dos grandes inscripciones: "220" y "221".

-Gracias- dijo mientras abría el de ella y comenzaba a guardar algunos libros, salvo aquellos que necesitaría para su primera clase, para la cuál faltaba muy poco.

Troy abrió su casillero en aquel mismo instante para sacar dos libros, y al hacerlo, Gabriella pudo ver que en su puerta tenía pegado, entre otras cosas, un cartel que decía "Wildscats" en grandes letras rojas, junto con una fotografía del equipo de basquetball de East High, en la cual se encontraba él en el centro.

-Veo que eres parte del equipo- comenzó al observar aquella foto, cerrando su casillero. –Y que eres el capitán- agregó al acercarse a la fotografía y notar que Troy se encontraba en ella con la cinta de capitán en su brazo.

-Oh, sí- contestó el joven percatándose de ese detalle, la foto pegada en su casillero, -Y mi padre es el entrenador- agregó como al pasar, no quería darle mucha relevancia a aquel asunto, ya que no quería sonar presumido ni nada por el estilo.

-Dos puestos que no deben ser nada fáciles-

-Créeme que no te equivocas-

Y la charla hubiera seguido sino hubiera sido por el timbre, que sonó en ese momento, sobresaltándolos un poco, y haciéndolos notar que debían dirigirse a su primera clase.

Esto es el primer capítulo. Por favor si lo leen dejen reviews, así puedo seguirla ). Es mi primer fanfic! Soy muy nueva en esto, asi que su opinión es importante! n.n