01» Caso Perdido


1998
Hora desconocida.
Lugar desconocido.

Recuerdo que mi hermano mayor me pedía que me tapara los ojos y me cubriera los oídos, mientras él me abrasaba fuerte. Pero sin duda podía oír como mi padre golpeaba a mi madre…los gritos…las súplicas…
Después, un fuerte ruido y mi primer impulso fue abrí los ojos. Los policías llegaban y se llevaban a mi papá, unos de blanco se llevaban a mi mamá, y unos sujetos de traje nos tomaban a nosotros y nos llevaban en una camioneta, quien sabe a dónde, mientras gritaba "¡Mamá! ¡Mamá!"
Claro. Terminamos en un orfanato no muy bueno donde nos iba un poco bien…aunque no había muchos niños con los cuáles jugar.
Él tenía dieciséis años, y yo solo seis cuando pasó esto…y tan solo dos años después, él salió del orfanato, a trabajar y hacer sus estudios inmediatamente, mientras que me abandonó.
Nunca supe de él, solo que se graduó con honores de bachiller, y nada más. Diez años más tarde, me tocó a mí hacer lo mismo a mis dieciocho años. Me gradué rápidamente con un examen veloz para pasar bachiller, y tuve que decidirme a que entrar…
Nunca fui bueno con las prácticas "físicas". Se me daban mejor los libros, y sin dificultad podría haber sido un maestro, un arquitecto, un científico, cualquier cosa. Pero a final de cuentas, por el examen de orientación vocacional, terminé en una carrera que no me imaginaba para nada.
A los veinte me convertí en un abogado con honores. Me llovieron propuestas para distintos bufetes, pero decidí ir a uno…y fue el destino. El bufete de abogados Grossberg & Co…

-¡EEEEEHEEEEEEEEEEEEMMMMMMMMM! –al entrar, pude oír a alguien aclararse la garganta tan fuertemente. -¡Vaya, pero si es nuestro nuevo abogado! Goodman si no me equivoco.
-Usted…bueno, para estar en ésta oficina, y llevar puesto la insignia de abogados, debe de ser el señor Marvin Grossberg.
-¡Ho, excelente observación! Pero ser abogado requiere más que observar. –Me contestaba de manera alzada.
-Soy abogado, no crítico de arte señor Grossberg. –dije un poco fríamente, pero con el afán de sonar intimidante.
-Esto…yo…ehh… -Logré atinar en el blanco. Lograr mi objetivo.
-¡Haha, descuide señor Grossberg! –Dije entonces más alegre –Solo lo estaba probando. Pero creo que o usted es débil en ciertas situaciones, o en verdad-
-¡Hoo, pues tu eres intimidante hasta ciertos puntos! –Me dijo de cierta forma, admirándome para luego bajar su cabeza y decirme en voz baja... -…pero no lo vuelvas a hacer aquí en la oficina. Te lo pido.

Pensaba en un principio que no tenía sentido, pero al final le seguí la corriente, y a continuación entraban cuatro personajes diferentes. De derecha a izquierda: Un sujeto moreno de cabellera alborotada, chaleco anís con negro, con una camisa roja. Otro de piel clara, de camisa verde oscuro con chaleco negro, de cabellera ondulada larga hasta los hombros. Había uno más que vestía de pantalón y chaleco oscuro, camisa azul, corbata oscura, de piel aperlada, cabello corto y peinado hacia atrás. La última persona era una joven menor que él, de cabellera lacia castaña, piel clara, usando un traje con falda formal gris oscuro a franjas blancas y una camisa blanca, con un collar extraño y una bufanda de seda amarilla.

-Vaya, ya era hora… -decía Grossberg. –Joven Goodman, ellos serán tus compañeros. –señalando desde el joven moreno de la derecha. –Él es Diego Armando, uno de los más experimentados abogados en el bufete, junto a Robert Hammond. Mi abogado estrella… -ahora apuntaba al sujeto de camisa verde oscura. Pero se saltó rápido entonces al chico de camisa azul que parecía de mi edad. –Él es Jake Morgan. Si bien lo entiendo, él es un año menor que tú…y bueno, no tiene tanto tiempo en los juicios, pero ya debutó. Así que tiene un poco más de experiencia que tú en esto. –y con esto, el chico dio una risilla confiada, mirándome prepotentemente. –Y la joven es Mia Fey. Una joven abogada que ya debutó...como asistente de Diego. ¡Aun así, esperamos pronto verla en acción como toda una abogada!

Terminando las presentaciones, ella se inclinó un poco, mientras me veía.

-B-bueno…-tartamudeé un momento. -¡Soy Ian Goodman, un gusto conocerlos! –hablé fuertemente y con algo de vergüenza.

Mientras que Diego y Robert se avergonzaban, Jake se aguantaba una fuerte risa. Pero a contraste de ellos, Mia regresaba el saludo con una sonrisa y dando una inclinación leve, cosa que hizo parar al trío.

-¡Bueno, ya se conocen! ¡Ahora deben de entrar en asuntos!
-Di-disculpe… ¿Qué dijo? –Pregunté con nerviosismo al señor Grossberg.
-¡Oh cierto, yo lo haré con gusto señor Grossberg! –dijo el joven de ropas azules.
-¡Bien, prepárense para el caso de mañana! ¡Tienen mucho que hacer! –dijo con alegría, mientras los demás se iban.
-Más bien que no lo eches a perder, ¿entendido? –dijo con una sonrisa mientras que con un cabeceo se dirigía a Mia.
-¿Qué rayos traes? –pregunté con curiosidad.
-Mira niño: Tú y yo somos muy distintos. Yo ya debuté y sé cómo se manejan los juicios. Tú, por otro lado, solo saliste con la experiencia que te dan en la escuela de leyes. Éste es otro mundo, y es uno al que debes de ajustarte o salir.

Empujándome un poco y dándome los papeles del caso, Jake se retiró con una sonrisa, mientras que yo me sentaba en uno de los escritorios disponibles en la oficina, para poder revisar todo lo que sería visto.

-Oye niño. –habló Robert Hammond, sentándose sobre el escritorio y sonriendo un poco. -¿Quieres un consejo para principiantes?

Me interesó su idea, por lo cual asentí y me acerqué.

-Has lo que sea necesario para obtener un veredicto de "No Culpable".

Con una mirada confusa, se acercó más y susurró.

-Que alegue locura…que sea en defensa propia…tú sabes. –dijo él, mientras se alejaba, ya que Jake volvía en dirección hacia mí. –Tenlo en mente.

Mientras que él se despedía con una sonrisa, Jake lo miraba con confusión, sin detener su marcha hacia mí.

Las cosas se ponían interesantes por un lado, y por otro se ponían mal para mí…
Pero si no hubiese sido así, muchas cosas no hubiesen pasado…y me hubiera arrepentido de eso…
De una cosa si estaba seguro: ése consejo que me dio Hammond me sería útil algún día.