Buenos días, tardes, noches ¿Qué tal?
Autora: Pues aquí estoy otra vez con mi segundo fic que esta vez va a ser por capítulos (a ver como se me da =_=), espero que lo disfrutéis tanto como yo escribiéndolo ^^
Voz en off: Pero si poco más y tiras el ordenador por la ventana ¿De que disfrute hablas?
Autora: Cállate ò.ó, ¿No te ha salido un pareado? o.ô
Voz en off: creo que sí.
Descargo de responsabilidad: Hetalia y sus personajes no nos pertenecen, son propiedad de su creador.
¡Advertencia! Palabra inventada (sí, como lo oyes)
«Hoy no es mi día»
En un parque dejado de la mano de Dios, sentado en un banco de madera podrida por el paso del tiempo, se encontraba un irreconocible Antonio.
Sus vaqueros, que al salir de casa presentaban un color azul deslumbrante, ahora apenas llegaban a mostrar un tono gris apagado solo roto por las manchas de barro húmedo que le llegaban hasta la rodilla, en sus playeras compactos trozos de tierra fresca ocupaban el lugar donde deberían estar las suelas y sus calcetines ahora mostraban un calido color chocolate salpicado de pequeñas manchas verdes y trozos de hierba, su pelo tenía un tono más oscuro del habitual y al igual que el resto de sus prendas permanecía pegado a su cabeza, dejando caer pequeñas gotas de agua sobre la punta de su nariz.
La poca gente que pasaba a su lado alzaba la mirada al cielo preguntándose si había sido la lluvia quien se había ensañado con aquel pobre muchacho, pero pronto salían de su error. Solo había que observar el camino empedrado o las praderas de hierba amarilla y rígida para darse cuenta de que hacía mucho tiempo que la madre naturaleza no regaba estos jardines, y por lo que parecía los jardineros tampoco.
Permanecía con los ojos cerrados, ignorando los leves temblores que las rachas de viento le producían. No es que hiciese frío, pero la ropa empapada no ayudaba a mantener el calor.
Cualquiera diría que aquel chico de ojos hierba estaba realizando grandes esfuerzos por no echarse a llorar.
Se habrían equivocado.
Pues en su interior Antonio estaba haciendo algo que solía realizar con mayor frecuencia de la que sus compañeros naciones creían. Analizar la situación.
Poco a poco, casi dejándose arrastrar, fue sumergiéndose en los recuerdos de ese extraño y fatigoso día…
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Se levantó por décima vez aquella noche y posó sus pies descalzos sobre el suelo de madera pulida que crujió levemente bajo su peso. Con un pequeño impulso se puso en pie. Sus ojos entrecerrados por el sueño desfilaron por la habitación hasta visualizar el pomo de una puerta, lo agarro con mano torpe apoyando todo su peso en la puerta que ágilmente giró sobre sus goznes. El pasillo oscuro se habría ante él como si de las fauces de un lobo se tratase, esperando para devorarle y arrastrarle a la más infinita oscuridad.
Se dejó engullir.
Vagó soñoliento por aquella casa que conocía al dedillo. Con la cabeza gacha y la mente en otra parte fue esquivando los muebles que, como icebergs perdidos en un profundo océano, aparecían a su paso esperando ver quién de ellos era capaz de burlar al mapa mental que el español tenía grabado a fuego en su mente. Ninguno lo consiguió.
Llegó a la cocina. La luz se encendió con un ligero parpadeo y la estancia quedo iluminada por una luz blanquecina que hizo retirarse a las sombras a sus rincones oscuros, esperando impacientes el momento de volver a inundar la sala.
Antonio se apoyo en la mesa aun adormilado y se pasó la mano por el pelo despeinado, inmediatamente los mechones más rebeldes se enredaron en sus dedos produciéndole una mueca de dolor. Aquella noche se estaba haciendo terriblemente larga.
Utilizando toda su voluntad y sin reprimir un bostezo se separó de la mesa y se acerco al frutero que reposaba en la encimera. En él, una familia de plátanos descansaba placidamente ajena a lo que estaba a punto de suceder. Alargó el brazo y con mano maestra separó al plátano más grande y maduro del resto de su familia.
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Sabía que ese día llegaría, siempre lo había sabido, pero ya era un plátano adulto y como solía decir su padre "más vale que te coman maduro que, que te tiren podrido" y así iba a ser. Se despidió de su familia, que le lanzaba miradas de orgullo y sonrisas que le deseaban lo mejor. Vio como el suelo se movía bajo sus pies, se fijó en que se dirigían a la salida, de nuevo al oscuro pasillo. Se detuvieron ya en el umbral de la puerta, justo en la frontera en que luz y oscuridad se mezclaban y abrazaban como una pareja de amantes. Sintió un escalofrió y a duras penas reprimió un gemido, odiaba admitirlo, pero adoraba como esa mano cálida recorría su piel, aunque supiese lo que vendría después.
Y, en efecto, no se hizo esperar. La mano dejó de recorrer su piel para posarse en su sombrerito y tirar fuertemente, se oyó un desgarrón y pudo ver como su delicado traje amarillo caía al suelo dejando al descubierto su clara piel.
«Llegó el momento» pensó resignado. Respiró hondo para calmar el latido de su plataniesco corazón e intento imaginarse que se sentiría al ser devorado, quizás no fuera algo tan desagradable.
Antonio dio un paso al frente y apagó la luz de la cocina. Las sombras salieron de sus escondrijos dispuestas a recuperar lo que por derecho era suyo, en pocos segundos todo se volvió negro, lo único que se oía eran los pasos de Antonio de regreso a su habitación.
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Estaba amaneciendo. El pitido estridente del despertador se oía por toda la casa. Antonio abrió lentamente los ojos y a los pocos segundos el infernal aparato dejaba de pitar y salía volando por la ventana que, por suerte, estaba abierta. Se incorporó lentamente.
Estaba a punto de vestirse cuando llamaron a la puerta.
«Quién será» Pensó adivinando la hora que era, no solía recibir visitas tan temprano.
Dejó lo que estaba haciendo y se encaminó a la entrada aún en pijama y con el pecho descubierto. Llamaron aún otro par de veces antes de que Antonio abriera la puerta.
«Baya, el que quiera que sea debe estar impaciente» Pensó mientras buscaba sus llaves.
Un ligero click y la puerta se abrió lentamente. Frente a él apareció la penúltima persona a la que esperaba ver frente a su casa a esas horas (la última habría sido Inglaterra disfrazado de hada y con una tarta de chocolate en la mano)
«Aunque si hubiera sido Inglaterra al menos habría sido divertido» Tenía una mueca extraña en la cara, a medio camino entre una sonrisa y una expresión de asco, sus ojos estaban muy abiertos y con la ceja derecha sutilmente levantada.
Es decir, que su cara era un poema.
Aunque el otro no se quedaba atrás. Frente a él y mirándolo con enfado se encontraba ni más ni menos que su presidente del gobierno, osease su jefe. Llevaba puesto un chándal demasiado insinuante para el gusto del ibérico, una cinta naranja ceñida a la frente y unas playeras blancas y negras nuevecitas con las que intentaba desesperadamente no pisar al perrito que lo rodeaba frenético. Tenía la cara roja por lo que el español esperaba fuera esfuerzo.
Fue entonces cuando se fijó en su cabeza. Un tremendo chichón del tamaño y color de un tomate la coronaba y parecía palpitar levemente. Desvió la mirada hacia su mano y descubrió en ella una figura que le resultaba tremendamente familiar.
Tragó saliva inconscientemente.
– ¿Te parece divertido lanzar cosas por la ventana?– Antonio no respondió, no había nada que responder, era una pregunta retórica.
Se produjo un incomodo silencio.
– ¿No me vas a invitar a entrar?– Otra pregunta retórica. Se hizo a un lado para dejar pasar al presidente y su perrito hiperactivo.
Les ofreció un vaso de agua, que fue rechazado a la par que le pedía (ordenaba) que se sentase en el sofá. El presi tomó aire y así empezó un discurso que se alargaría durante varias horas…
Para cuando su presi acabo la regañina y decidió irse Antonio estaba agotado, tanto física como mentalmente (sobretodo este último). Sentía el cerebro hecho papilla y la boca pastosa, fue entonces cuando recordó que no había desayunado. Se levanto del sofá donde poco a poco se había ido enterrando camino de preparase un buen desayuno.
Quién sabe, quizás eso le hiciese recobrar las fuerzas.
Autora: Bueno ¿Qué os ha parecido? No esta mal para ser mi segundo fic, creo que voy mejorando =D
Voz en off: ¿Te has fijado en que siempre acabas nombrando a Inglaterra en tus fics?
Autora: Cierto, debería escribir un fic con Inglaterra ¿Qué te parecería uno de piratas? *w*
Voz en off: Me parecería que antes deberías acabar este ò.ó
Autora: T-T Nadie me deja expresar mi talento creativo (se va a llorar a una esquina)
Voz en off: (suspira) En fin, esperamos que os halla gustado y que sigáis leyendo, los reviews nos animan a actualizar más rápido ^^
PD: Este es mi primer fic por capítulos así que es probable que tarde en actualizar, quería poner también el día de Alemania, si alguien tiene algún consejo que darme será bien recibido. Los reviews (si hay -.-) serán contestados en el próximo capitulo.
Chao (^.^)/
