Disclaimer: Len y Rin no son de mi propiedad, le pertenecen a Yamaha Corporation y a Crypton Future Media.
BENEFICIOSO ACCIDENTE
Lo vi nada más llegar al parque. Era el único niño que había jugando a hacer castillos de arena con su cubo. Los demás pequeños jugaban al fútbol en otra zona. Era rubio, y sus ojos azules eran preciosos, y me encandilaron tanto que me quedé sentada en el banco más cercano. De pronto se levantó, cogió el cubo y salió corriendo al otro lado de la zona de arena para coger más, pero tropezó y cayó, golpeándose la rodilla contra un montículo más duro que el resto. Empezó a llorar mientras se le abría una herida y una gotita de sangre empezaba a caer. Me levanté corriendo y llegué hasta el niño, arrodillándome a su lado y abrazándole.
—No llores, cielo, espera, que te voy a limpiar eso —le dije, cariñosamente. Saqué un algodón de mi bolsa-botiquín, que solía llevar conmigo, y le froté suavemente, limpiándole la sangre y la arena que se le había pegado. Después le puse agua oxigenada. Él seguía llorando, así que le abracé con ternura.
—Me duele...snif, snif... —sollozó.
—Tranquilo, se te pasará pronto. ¿Cómo te llamas?
Me miró con los ojos llenos de lágrimas. Era adorable verle con esa carita. Me respondió:
—Len...¿y tú?
—Soy Rin Kagamine. ¿Qué haces jugando solo?
Se frotó las lágrimas con la manga y puso cara triste.
—Me entretengo...como no tengo amigos...
Miré a los chicos que jugaban al fútbol y vi que todos tenían cara de pícaro. No me gustaron.
—Un niño no debería estar solo. ¿Quieres que juguemos juntos?
La cara de Len se llenó de alegría y sonrió. Después me pidió:
—¿Me ayudas a terminar mi castillo de arena? Te haré mi reina en agradecimiento por haberme curado.
Yo accedí encantada, y Len me llevó, tironeándome de la mano, a donde estaba el castillo a medio terminar. Me sentía feliz por haberle hecho feliz a él. La sonrisa que ahora lucía en su cara le convertía en el niño más lindo del mundo.
