Prologo: El Huevo


Lluvia, una espesa y violenta ventisca azotaba aquel atardecer en aquel vasto lugar verde. Un silencio aterrador provenía desde todas partes de la jungla, un silencio adolorido y lleno de dolor. Una época oscura se vivía en el reinado de Tha'lla, el reinado de las aves del amazonas.

Un noveno, ave con rayas rectas en el cuerpo del color Cian, dedicada al servicio de los nueve dioses hijos de la selva, huía de su lugar de adoración, que ahora está lleno de seres llenos de odio.

-"¿Dónde se metió?" – ladro uno de ellos

-"no debe de andar lejos" – menciono otro – "los Novenos no suelen apartarse de sus árboles blancos"

Pero esta era una ocasión especial, aquel ave tenía toda la razón, los Novenos hacen un juramento ante los dioses, un juramento inquebrantable que les impide alejarse de su árbol blanco, o quitarse su pintura ceremonial. Ambos pecados eran castigados con la muerte ya que era una falta de respeto a los nueve, algo que era contrario a las órdenes divinas.

Pero ¿Qué es realmente lo divino? ¿Qué sería lo más importante para los dioses? ¿Unas rayas pintorescas en sus plumas? ¿Un árbol que tiene más significado que utilidad? ¿o la esperanza de toda una dinastía divina que podría salvar el reino?

La respuesta era clara… debía hacer no lo que los viejos novenos le obligan, si no que realizar lo que realmente era importante para los dioses, algo que supera sus reglas dibujadas en el bosque blanco.

Escondido detrás de un árbol, aprovecha la lluvia para quitarse la pintura ceremonial de color cian, y como no lo había hecho en años, voló en dirección a un lugar lejano, muy lejos de su árbol blanco.

Todo había sido un desastre, muchas aves habían perdido su vida, y todo por un terrible tirano que por poco destruye todo lo que el reino de Tha'lla significa ¿Por qué? ¿Qué fue lo que paso? ¿Por qué los dioses permitieron tal calamidad?

Ya no importa, el Noveno observaba con horror las aguas grises, un cruce del rio negro con el rio blanco, que más bien debería llamarse el rio rojo por la sangre que llenaba el agua, o el rio podrido por los cientos de cadáveres que allí se quedaban en el fondo, era tal la peste que ni los cocodrilos o las pirañas ni siquiera algún carroñero hambriento se atrevería a alimentarse. El rio gris era un lugar maldito, tanto por las aves como de las serpientes, tanto como de panteras como de monos.

El noveno escucho voces, varias, decidió esconderse donde nadie lo buscaría, en una pequeña embarcación humana a medio hundir, que todavía tenía los cadáveres humanos podridos. La peste no lo detuvo, era mejor aguantar que poner en riesgo la esperanza.

No podía arriesgarse, no podía atravesar el rio gris para escapar, muy arriesgado, muchas patrullas rebeldes que recorren el rio. Debía pasar por el dominio de aguas perdidas… atravesarlo era una idea peligrosa, aquel dominio no era para ir de paseo, muchos fantasmas del pasado, mucha energía negativa y una terrible acumulación de odio… no había manera de encontrar realistas, pero tampoco rebeldes… era una buena opción aun considerando los riesgos de encontrarse con algo peor que enemigos del Kha'lla.

No vacilo, fue de inmediato y con mucho cuidado, sin usar el rio como guía, solo queda ir al sureste hasta toparse con el rio negro. Después de unas horas comenzó a sentirse cansado, había escapado de la selva blanca para estar perdido en alguna maldita parte del dominio de las aguas perdidas… sin mencionar que debido a su vida de noveno, el volar por horas no era algo muy sencillo.

Se posó en un árbol, respiro aunque de pronto vio algo que lo espanto, no estaba solo.

A la distancia, podía ver una roca de leyenda, la vieja sede del abandonado dominio de las aguas perdidas, Pico de sangre. Lugar conocido por ser sede de los rituales más terroríficos del reino, no por nada en aquel lugar se habían originado los peores males jamás conocidos, y pensar que queda tan cerca de la selva blanca. Incluso la visita del ultimo Kha'lla a este sitio hace algún tiempo fue lo que ocasionó todo.

Pero, lo que realmente llamo la atención, eran nueve aves, todas distintas sin embargo tenían el plumaje pintado de manera uniforme, un profundo negro en todas sus plumas, con manchas rojas por todas partes, se encontraban haciendo una clase de ritual en justo enfrente de la aterradora roca.

El noveno se escondió, una parte de él sabía que debía huir lo más lejos de allí, entendía que se había colocado en una peligrosísima posición, mucho peor que toparse con mil rebeldes. Porque no solo ponía en riesgo la esperanza, sino que también podía significar su perdición.

El ritual parecía más que obvio, muy típico entre los novenos de selva blanca, pero este de alguna manera era muy aterrador, se debe quizás a que estos adoraban una imagen del dios equivocado. El ritual no fue largo, y después de unas miradas frías, todos los participantes se retiraron en nueve direcciones distintas.

Suspiro, recordó sus clases de geografía y recordó la ubicación exacta del pico de sangre, si bajaba directamente hacia el sur se encontraría con el rio negro, y que lo llevaría a su destino.

Emprendió vuelo hacia el sur, sin embargo una ráfaga negra se interpondría en su camino

-"detente allí, Noveno" – dijo el ave con las plumas pintadas de negro y rojo

El noveno se asustó, se había quitado su pintura ceremonial y aun así esta ave lo reconoció, seguramente se habían conocido antes, pero el noveno no podía reconocer a la misteriosa ave, estaba tan oscuro que ni siquiera pudo descifrar si era una cacatúa o un guacamayo. Lo único que tenía claro eran sus ojos amenazantes y aterradores.

-"¿noveno? ¿Yo?" – dijo tratando de vacilar a su amenazante – "creo que estas confundido, si fuera un noveno estaría en mi árbol, con mis plegarias y mis plumas pintadas"

-"¿acaso no es una prohibición divina el que un noveno pueda mentir?" – Dijo la sombra – "aunque no es una falta tan grave como quitarse la pintura sagrada o abandonar su árbol blanco… no engañas a nadie, te quitaste la pintura pero aun te queda en las plumas de la cola"

El noveno reviso su cola y efectivamente todavía le quedaba un poco de su pintura ceremonial, un descuido bastante tonto.

-"si no me equivoco esos pecados se pagan con la muerte, noveno" – la sombra comenzó a acercarse – "con gusto podría llevar esa sentencia… yo personalmente te odio"

-"¿yo personalmente?" – Pensó el noveno – "entonces si me conoce ¿pero quién es? ¿Por qué me odia?"

El noveno tenía miedo, todo ser vivo que se enfrenta a la muerte tiene derecho a tener miedo, pero lo que más pensaba era en el misterio que tenía frente a sus ojos.

-"sin embargo… podría hacer una excepción" – menciono la sombra con una sonrisa macabra – "podría dejarte ir, si me entregas lo que tienes allí"

El noveno se paralizo ¿Cómo lo supo? Aunque en realidad eso ya no importaba, lo que realmente importaba era cumplir con su deber.

-"me temo que eso no sucederá" – dijo desafiante el noveno

-"creo que no lo entiendes… era un acto de misericordia el dejarte ir, pero voy a obtener ese huevo y asesinarte de todos modos"

-"¿Qué te hace pensar que dejare que te lo lleves así nada más?" – el noveno se colocó en posición desafiante, listo para el combate, a lo que la sombra se rio a carcajadas

-"¿un sacerdote que pasa toda su vida al servicio de los dioses va a enfrentarme en combate?" – La sombra se posiciono mostrando sus garras – "tú eres un debilucho que no tiene la fuerza para enfrentarme"

La sombra, con una gran velocidad, se abalanzó sobre el noveno, quien reacciono moviéndose hacia un lado evitando el ataque de la sombra, quien cayó en un arbusto lleno de espinas, el Noveno no perdió tiempo y se lanzó con mucha fuerza sobre la sombra que yacía en el arbusto, enredándose más y más clavándose con un sinfín de espinas por todo el cuerpo.

-"tienes razón" – dijo el noveno – "en selva blanca nos enseñan todo sobre los dioses, y sus creaciones y cómo podemos usar la naturaleza para nuestra ventaja"

-"¡maldito!" – exclamo la sombra, quien hizo un gran esfuerzo por lanzar un zarpazo al torso del noveno, hiriéndolo

El noveno, con su herida en el pecho, tomo el huevo y voló con mucha velocidad hacia el sur, mientras que la sombra comenzaba a gritar, gritaba como ninguna otra ave de la selva lo hacía, era un grito endemoniado y aterrador, seguramente un grito maldito.

Ya faltaba poco, se podía escuchar el rio, por lo que le faltaba poco. Sin embargo a lo lejos diviso una aterradora sombra, similar a la que se enfrentó hace unos momentos. Fue hacia el oeste y se topó con otras dos sombras más, lo mismo sucedió cuando trato de ir al este.

De pronto vio como del norte se acercaban otras tres sombras, entre ellas se encontraba esa ave que dejo en el arbusto de espinas. Estaba completamente rodeado por un total de nueve aves.

Completamente rodeado, las opciones que le quedaban eran pocas. Solo le quedaba arriesgarse.

En una maniobra desesperada, lanzo el huevo hacia el sur, fue entonces que la sombra que se encontraba en esa dirección fue rápidamente a atrapar el huevo, cuando lo hizo el noveno golpeo duramente con su pico el abdomen de la sombra, arrebatándole el huevo y de paso dejar el camino libre hacia el rio. Rápidamente voló, mientras miraba de reojo que las ocho sombras estaban detrás de él. La lluvia hacía para todos que el vuelo fuera complicado además la tormenta hizo que el rio estuviera fuera de control, el agua corría muy rápidamente.

No le quedo de otra, aguanto la respiración y se lanzó al rio, dejando a las sombras desconcertadas.

-"maldición" – dijo una de ellas – "hemos fracasado"

-"no" – respondió otra – "nadie sobreviviría a eso… dejemos que el idiota se ahogue"

-"una lástima, el huevo se perdió… pudo haber sido de gran ayuda"

-"de todas maneras presenta una gran amenaza… si lo dejábamos vivo existía la pequeña posibilidad que se rebele ante nosotros, y sería una gran amenaza para nuestros planes"

Las sombras, en medio de la oscuridad, desaparecieron.

Las aguas eran rápidas y violentas, el frio y el miedo sometían al Noveno quien era arrastrado por la fuerte corriente, apenas podía respirar unos segundos antes que se viera forzado a hundirse de nuevo. Un relámpago cayo, e ilumino por un leve momento, el rio. Fue lo suficiente para que el Noveno se diera cuenta de algo espeluznante, no era lo único que arrastraba la corriente.

Cientos y cientos de cadáveres de aves, de serpientes, de cocodrilos, y de un incontable número de animales que habían sido víctimas de las atrocidades vividas recientemente en el reino. Le aterraba al noveno ver tantos muertos a su alrededor, todos traídos por la corriente de la terrible batalla de las aguas grises. Se aferró al huevo y cerró los ojos, para no ver la pesadilla que se había vuelto realidad. Sin dejar de luchar por un poco de aire.

Todo valía la pena, porque en sus alas se encontraba la verdadera esperanza de todo un reino. Y quizás mucho más que eso. Se aferró a un tronco que flotaba en medio del rio, asi por lo menos no lucharía por no ahogarse cada cinco segundos.

Pasaron las horas, y el rio negro estaba menos violento. Fue la oportunidad del noveno para intentar llegar a tierra, lo cual fue inútil los primeros intentos, sin embargo después de esforzarse, logro llegar a tierra, y comenzó a mirar a su alrededor si era un lugar seguro

-"si, este es" – dijo mirando a su alrededor, fijándose en los árboles, en el rio con dirección al sur y fijándose en las estrellas – "si no me equivoco, estoy en el dominio primavera… estoy cerca" – se esforzó para volver a volar, le costó pero después de un rato lo logro

El resto de la noche el noveno voló hacia el sur, viajo a toda velocidad sin parar, no sabía de donde había recibido tanta energía, quizás eran los dioses que les daban fuerzas, no lo sabía realmente. La lluvia se detuvo

La noche fue eterna, pero de pronto el guacamayo se alegró al ver los primeros rayos de luz del sol, aunque también se alegró por estar tan cerca de su objetivo, la ciudad humana de Manaos.

Fue a los muelles, donde se encontraba una novena, preocupada e impaciente. Se alegró un montón al ver a su amigo aterrizar, tanto que no vacilo en abrazarlo con fuerza.

-"¡Me tenías preocupada!" – dijo la novena sollozando – "temí lo peor"

-"estuve cerca… pero aquí estoy" – respondió el Noveno – "y lo logre, logre rescatarlo"

-"no puedo creerlo, de verdad lo hiciste" – de pronto noto algo – "oh por los nueve, ¡estas herido!" – dijo espantada al ver la herida en el pecho

-"no es nada… de verdad que no" – menciono agotado, de pronto acumulo las fuerzas para ponerse serio – "los he visto, Joya, he visto a los Novenos Oscuros"

-"¿novenos oscuros?" – Se asustó – "pero si se supone que son un mito"

-"pues son una realidad… una razón más para abandonar Tha'lla lo más rápido posible, es muy peligroso que estemos tan cerca"

-"¿Estás seguro Blue?"

-"no podría estarlo más… debemos irnos cuanto antes, por el" – dijo Blue al mostrar el huevo – "debemos proteger la esperanza de Tha'lla"

-"no quiero abandonar mi hogar" – menciono ella – "y menos irme a los reinados humanos"

-"debemos hacerlo… ningún Tha'llano, ni realista ni rebelde, incluso los novenos oscuros son tan locos para ir donde viven los humanos, es loco pero sin duda nuestra opción más segura, dadas las circunstancias… ¿investigaste lo que te pedí?"

-"si lo hice… aparentemente el mundo de los humanos es mucho más grande de lo que imaginamos, no solo abarca los antiguos dominios, sino que también todo el planeta… podemos escondernos al otro lado del mundo"

-"de acuerdo… ¿entonces hacia dónde vamos?"

-"debemos ir a Rio de Janeiro"

Ambos guacamayos azules, se quitaron todo lo que tenía que ver con el reino de Tha'lla, Blue le quito la pintura ceremonial a Joya, y ambos se prepararon para un largo viaje junto al huevo que el rescato con tanto esfuerzo.

Así es como empezó su viaje, ya no serían conocidos como Noveno o Novena nunca más, si no que serían aves libres con una gran responsabilidad, la esperanza del reino de Tha'lla.


JAAAAAAAA he vuelto Niggas

se que ha pasado MUUUUUUUUUUUUUUUUCHO tiempo desde que estuve aquí, lo siento pero mi vida ha dado muchos giros, mas drásticos que otros. pero en el fondo siempre he amado FF y las historias que he escrito con mucho amor. esta es quizás mi obra maestra

los quiero Niggas, espero que me sigan queriendo después de dos años de desaparecido


FECHA: 06 de Julio del 2016