Introducción

La introducción de toda esta historia está al comienzo de mi fic "La hobbit y el rey Enano" del que éste es la secuela :)

Bueno, como ya dije allá, mi personaje es femBilbo y yo le puse el nombre de Belladonna que es el nombre real de la madre de Bilbo :), así que así bauticé a mi protagonista y el corazón de Thorin :)


Capítulo I

Los cuervos llevaron las noticias por todos los reinos de la Tierra Media. Las noticias de los extraordinarios acontecimientos en Erebor y la Montaña Solitaria, las noticias de un nuevo reino y de una boda.

En la montaña, después de haber cerrado el pacto en paz, la codicia por el tesoro hizo que una multitud de gente entrara agitadamente al recién abierto reino Enano, que los once compañeros de Thorin de su compañía se molestaron mucho por aquella descortesía. Todos estaban muy molestos, pero tanto Thorin como Thráin decidieron ignorar por completo la repartición del tesoro de los Enanos y no ver más a Thranduil puesto que ceder al pacto fue una decisión muy difícil y muy dolorosa. Dejaron todo ese trabajo a Gandalf, Balin y Glóin; ellos mientras tenían otras cosas más importantes que atender, como por ejemplo llevar a Dís a ver a Kili que estaba convaleciente.

Todos querían conocer a la Enana que sería reina, y Thráin estaba tan emocionado por eso que se olvidó del tesoro con rapidez. Era en realidad una rareza que el amor hubiera ablandado a Thorin Escudo de Roble de aquella manera. Aquel Enano había heredado la difícil personalidad de su padre, pues Thráin era igual de duro y había sido un padre muy estricto con sus hijos varones, de la misma manera que Thorin lo fue con sus sobrinos.

Como toda cultura patriarcal, eran los varones los más importantes y los que dominaban todo, teniendo las mujeres muy poca potestad y presencia, pero adentro del corazón de aquellos Enanos, eran las mujeres las más valiosas, aunque no lo dijeran nunca. Pero lo demostraban, porque una mujer Enana era una reliquia que atesoraban como si fuera la Piedra del Arca.

Esa futura reina era sin duda la Piedra del Arca ahora para Thorin.

Se supo, por cierto, que la invaluable Piedra estaba a salvo, pero nada más. Entonces todo el interés de los Enanos se centraba en esa fémina que había logrado la hazaña de enamorar al rey que tenía enorme fama de despreciar cosas indignas de un Enano de su raza y posición como lo eran expresar las emociones, bobadas como el amor y demás fruslerías femeninas, y que pretendía dominar a todo el mundo, y más a las mujeres, a su antojo. Sí, así era Thorin antes de conocer a Belladonna Bolsón. Bastante que peleó Dís con él por esto, y porque se burlaba de sus remilgos de niña. Pero Thorin en realidad era muy fanfarrón y quería más a Dís que a los Enanos varones, y muy adentro la Enana tenía siempre las de ganar porque era una Enana de mucha personalidad, es sólo que él como buen macho duro y orgulloso nunca lo reconoció. Eso cambió, una mujer lo había puesto en su lugar bien puesto abriéndole los ojos, ahora Thorin llevó a su hermana por todo Erebor para que se reuniera con el hijo que ella había dejado bajo su tutela, una tutela de guerra donde ella como mujer no tenía mucha potestad, pero ahora le dejaba todo el derecho de educar a sus dos hijos como ella quisiera.

Thráin pasó cien años horribles, torturado por el Nigromante, y de hecho, nunca volvería a ser el mismo de antes. Dís debía encargarse de él de ahora en adelante, pues una parte del Enano había muerto en Dol Guldur. Pero Thráin aún recordaba mucho de su pasado y tenía cosas que hablar con Thorin, muchas cosas que ahora le pesaban. Había hecho de él un ser de piedra, incapaz de demostrar una emoción. Pero ahora el nuevo reino les traía a todos una nueva filosofía de no vivir exclusivamente para la guerra, siempre luchando y ocultando sus emociones… Había aceptado la decisión de Thorin porque él mismo había cometido el error de dejar a su esposa a un lado para ocuparse de asuntos de varones y de la guerra, y ahora le pesaba mucho que por eso nunca pudo disfrutar más de la maravillosa compañía de su mujer, y sus hijos como una cálida familia.

Thráin nunca le haya dicho a su esposa lo mucho que la quería.

No quería que eso mismo le pasara a Thorin. Si su hijo había encontrado una mujer para él y había cambio de opinión al respecto, lo que ya de por sí era algo extraordinario, pues él lo apoyaría para que no callara lo que sentía y disfrutara más tiempo de algo que es en realidad lo más hermoso, no reinar ni ganar batallas.

Los recuerdos abrumaron al anciano a medida que visitaban los antiguos recintos llenos de ruina y muerte, pero la valerosa Dís y su hijo Fili le dieron los ánimos suficientes para seguir adelante. Encontraron la cámara de los enfermos y solamente Kili estaba allí con los ojos muy abiertos viendo llegar a aquel grupo de gente que al fin le traían noticias.

La emoción impidió que la Enana se acercara a su hijo que estaba vulnerable e inválido: ella nada podía hacer para evitar eso, nada podía hacer pues su hijo varón debía estar a la tutela de los varones de la familia y así debía ser.

-¡Mamá!- gritó Kili estallando en lágrimas pues reconoció enseguida a su madre y la Enana corrió hacia él. A todas éstas Thorin nervioso se preguntaba dónde estaba Belladonna.

Aprovechando que su padre y su hermana estaban distraídos con Kili y Fili en la cámara de los heridos, el rey Enano pregunta inquieto a Ori:

-¿Dónde está, Ori? ¿Tú la has visto?-

-No, señor, yo… Estábamos afuera todos. Ella debe estar por ahí, o en el cuarto donde dormíamos-

-Sí, debe estar allí. No puede caminar mucho- pensó Thorin –Oh, por Durin ¿Cómo voy a decirle a mi padre de ella?-

-Bueno… podríamos ponerle una barba falsa y nadie distinguirá que no es una Enana- opinó Ori y Thorin le lanzó una mirada tal que el Enano prefirió callarse la boca.


¿Dónde estaba Belladonna Bolsón?

La hobbit había estado viendo todos los acontecimientos desde un rincón detrás de las Puertas Principales. No dejó a Thorin solo ni un momento mientras se resolvía tan conflictiva situación, y se sintió muy intimidada por los ejércitos, por todos los Enanos que llegaban pues jamás había presenciado una batalla. Belladonna tenía buena vista, adivinó que el padre de Thorin había aparecido y allí desde lejos vio todo lo que ella debía enfrentar ahora.

Y la hobbit se escondió. Se escondió temerosa en un agujero sintiéndose demasiado pequeña para un mundo que ya era demasiado grande para ella.