Conocerse
Era un día frío, como cualquier otro día en Inglaterra. La estación de King's Cross estaba abarrotada de niños acompañados por sus padres y mascotas. Como siempre las lechuzas eran las favoritas por los nuevos alumnos. El revisor de la estación una vez más se preguntó que diablos hacían tantos niños aquel día, el 1 de Septiembre. Hope Miller estaba tan nerviosa como ansiosa por conocer todos los secretos de Hogwarts, su padre le había hablado tanto de él, de sus pasadizos, de el bosque, sus profesores y sobretodo… del lago. El gran lago, allí donde maravillosas criaturas vivían. Hope sentía especial interés en el pero es normal debido a su… "condición", la cual había heredado de su madre ya fallecida. Su madre, una mujer de gran carácter y belleza se casó con John, el padre de Hope, una vez acabada la guerra de Hogwarts. Ella fue asesinada por un grupo de servidores de Voldemort y debido a ello John tuvo que esconder a Hope para que no sufriese el mismo trágico final. Vivieron en España varios años pero ahora que Hope tenía 15 años y podía controlar sus poderes decidió regresar. Mcgonagall aceptó hacerse cargo de su protección durante los años que Hope viviese bajo su techo. Así fue como acabaron en aquella estación de tren.
Hope, una joven de cabello largo color castaño y ojos marrones verdosos desprendía un aurea especial que hacía que todos la mirasen y se sintiesen atraídos. Aquella era su condición, la que había heredado de su madre y que nadie alcanzaba a conocer, bueno, nadie menos su padre. No era una veela como muchos creían, era algo diferente, algo más hipnótico que la convertía en la enemiga de cualquier veela. Su padre, John, un hombre delgaducho y cuya cara reflejaba el miedo que vivía por su hija, era un tipo tímido y no muy guapo del cual no muchos se fiaban. Nadie se pudo creer que una mujer tan guapa como la madre de Hope se hubiese casado con él pero así fue, sin engaños ella le escogió a él.
-¿Seguro que estas lista? Si quieres podemos esperar otro año más- Dijo John con gran tristeza.
-No papa, quiero ir, ya estoy harta de esconderme. Mama lo hubiese querido…
-Está bien, si es lo que quieres hija, ten mucho cuidado y recuerda que te queremos. Si ocurre algo no tienes mas que decírselo a la directora, ella estará encantada de ayudarte- Acto seguido le dio un beso en la frente y vio como su hija subía al tren.
-Adiós papa, yo también os quiero- Soltó un beso al aire, agarró con fuerza su medallón y se adentró en el tren.
El tren comenzó a moverse, los pasillos estaban vacíos pero los vagones no. Tardó unos cuantos minutos en encontrar un vagón medio vacío, en él se encontraba un chico de ojos grises, cabello rubio y bastante pálido, casi enfermizo pero que en él quedaba francamente bien.
-Hola, ¿te importa si me siento? Es que el resto están llenos-preguntó Hope con algo de miedo.
-Claro, porque no. Que daño podría hacerme una chica tan inofensiva a un sucio traidor como yo.
-¿Traidor? ¿A que te refieres?
-Já-contesto él con un tono cortante-No te hagas la mosquita muerta, ¿A que has venido? ¿A embrujarme o algo parecido?
-Yo no sé de que me hablas si ni siquiera te conozco.
- Qué no me conoces, bien, pues esta es mi identidad, mi padre es Draco Malfoy, y yo, Scorpious Malfoy, no merezco la atención de nadie.
- ¿Draco Malfoy? He oído lo que hizo, pero a mi me da igual lo que hiciese tu padre, eso no tiene nada que ver contigo.
- ¿De verdad crees así?- preguntó Scorpious con una expresión de incredulidad en su cara. Nunca nadie le había exculpado del pasado de su padre.
-Por supuesto.
-Vaya, no muchos piensan igual… ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Hope Miller.
-No me suenas.
-Soy nueva, Mcgonagall ha aceptado que curse el quinto año aun sin haber asistido a ningún colegio de magia porque mi padre mi padre me ha estado dando clases hasta ahora- respondió Hope con una gran sonrisa en su cara.
Scorpious asintió, había algo en ella hipnótico pero no alcanzaba a descubrir que era, no paró de mirarla hasta que una figura de cabello color fuego y ojos azules irrumpió en el vagón.
-Lo siento, es que están echando petardos por el pasillo y no puedo llegar a mi vagón sin que me ataquen, ¿Os importa si me quedó unos minutos?- Dijo Rose. Cuando se dio la vuelta miro primero Hope y por último a Scorpious, cuando lo hizo su cara se volvió roja y su expresión cambió por completo. Pero en ella no mostraba miedo ni asco, mostraba vergüenza, como si Scorpious tuviera algún efecto en ella.
Hope se percató de ello y decidió romper el silencio que se había formado.
-Claro que si, tranquila no molestas. Me llamo Hope ¿Y tú?.
-Ro..Ro..Rose Weasley…-se aclaró la voz e intentó ocultar su vergüenza- Encantada, nunca te había visto ¿es que eres nueva?
-Si aunque cursare quinto.
-Vaya, como yo. Estarás nerviosa por saber a que casa perteneces, yo soy una Ravenclaw, al primera Weasley que lo es.
-Si la verdad es que si, pero espera un momento ¿has dicho Weasley? Eres la hija de Hermione y Ron, ¿verdad?
-Si- esa pregunta la incomodo aun más y su cara se volvió casi del mismo color que su pelo.
-He oído maravillas de ellos- miro de reojo a Scorpious, se había olvidado de que estaba ahí. Rápidamente le dio un giro a la situación- Y de algo parecido estaba hablando con Scorpious, de como nuestros padres no tienen nada que ver con como somos y no por ello se nos ha de atribuir su pasado, ¿No crees?
-Si.. si lo creo.. –la forma en que Hope sacó el tema desconcertó a Rose, Hope parecía tan segura de si misma-La verdad es que todos esperan grandes cosas de mí, de mi hermano o de mis primos y eso es…
-¿Frustrante?- soltó Scorpious de forma cortante- Seguro que te han hecho la vida imposible…
-No, ¡Mira puede que no sea la misma situación que la tuya pero ya te dije que no por ello sea feliz!- Nada más decirlo se arrepintió, Scorpious y ella tenían una relación algo extraña. Durante estos años él la ha protegido de las bromas de varios compañeros cuando sus primos no podían, pero cada vez que ella se intentaba acercar a él este huía y la hacía sentir insignificante.
Él sabía que jamás podrían ser amigos pero no por ello quería verla sufrir.
-¿Rose donde te habías metido? Te he estado buscando por todos lados...- Albus Potter acaba de entrar en el vagón- Vamos, están todos preocupados, pensábamos que te habían hecho alguna otra broma. Por cierto siento la intromisión y…-reparó en la compañía de su prima- Hola Scorpious-dijo de forma despreocupada, se había quedado engatusado mirando a aquella muchacha- Ah, me llamo Albus Potter, encantado de conocerte.
-Hope Miller, encantada- Hope jamás había visto semejantes ojos verdes, siempre le habían dicho que los suyos eran preciosos pero estos… simplemente no tenía palabras para describirlos.
-Bueno siento no poder quedarme más pero nuestros primos nos están esperando. ¿Vienes Rose?- Ofreció la mano a su prima.
-Claro…- La aceptó y con gran pesar se despidió de Hope pero no de Scorpious.
-Vaya… veo que tu relación con Rose es algo turbulenta- Dijo una vez se fueron los Weasley.
-Si bueno, no es que tengamos una relación exactamente. Nuestros padres se odian y ella… es bastante irritante.
-No creo que pienses eso, he visto como la miras, cuando se ha ido ambos estabais tristes. Si de verdad quieres ser su amiga puedes serlo, no importa nada el pasado y menos el de vuestros padre.
-¡No lo comprendes! ¡Se odian, mi padre torturo a sus padres todo los años y luego cuando pudo hacer algo por ellos no hizo nada!
-Pero era un niño…-Hope sintió algo de miedo, los ojos de Scorpious ya no eran grises sino negros.
-¡Tenía 17 años!- se hizo un silencio que duró todo el trayecto hasta que Scorpious decidió que no quería perder a la única persona que era capaz de dejar su pasado detrás- Lo siento… mira olvídalo por favor, es todo muy complicado… ¿Amigos?
-¿Amigos? Mhmm… Bueno me hará falta uno para no perderme por Hogwarts ajajaj
-Cierto ajaja- Por primera vez Scorpious rio con ganas, había hecho una amiga al fin de al cabo.
Una vez Albus y Rose salieron del vagón este por fin pudo ordenar sus ideas. ¿Qué hacia Rose con Scorpious? ¿Y quien era esa chica, Hope? ¿Por qué se había quedado tan atontado mirándola? Era hipnotizante, casi no podía ni pensar en que decir y por ello salió de esa forma del vagón.
-¿Qué hacías allí Rose?
-¡Nada!-respondió Rose un tanto avergonzada- Solo entre allí porque en los pasillos había gente usando productos Weasley.
-Rose… sabes que no puedes mentirme, soy la persona que mejor te conoce y se muy bien cuanto has intentado acercarte a Scorpious. Y antes de que te enfades conmigo que sepas que no voy a hacerte sentir culpable por ello, es más te admiro. Sabes que a mi también me da igual el pasado de nuestros padres y como tu estoy harto de esta especial atención pero… puede que Scorpious no.
-¡No es así! ¡Yo no...!
-Rose Weasley Granger
-Ahaaa, esta bien, si lo he intentado y ¡sé que él quiere lo mismo! ¿Por qué me ha estado ayudando si no?
-Puede que si pero es muy complicado y más aún con mi hermano y el tuyo por alrededor.
-Pero Hugo es un niño, no hará mucho.
-Pero James puede ser un autentico incordio cuando quiere...-Albus miró a Rose, la muchacha estaba triste y Albus no podía aguantar aquella mirada en ella-Sabes que no quiero que te hagan daño.
-Si lo sé y también se lo delicada que soy pero..
-Mira, estamos en nuestro quinto año y por primera vez hemos visto a Scorpious con alguien más que su admiradora puede que esa chica, Hope, te ayude y yo con ella.
-Gracia Albus, pero espero que este no sea un intento de ligar con ella, eh? Jajaja- Albus puso cara de sorpresa, una que muy pocas veces ponía- ¿Acaso crees que no te he visto mirarla? Estabas como hipnotizado y si te he de ser sincera… yo también. Hay algo en ella diferente a los demás.
-Vaya así que también te gustan las chicas, eh?-Dijo en tono de broma.
-¡Albus!
-Jajajaj era una broma. Yo también creo que oculta algo. Bueno mejor que quede todo lo ocurrido entre nosotros. ¿Vale?
-Vale.
Acto seguido ambos entraron en el vagón en donde se encontraban todos sus primos y hermanos.
-¿Dónde os habíais metido? ¡Os habéis perdido a James haciendo una de las suyas a uno de esos Slytherins!-Comentó Hugo.
-¡Hugo, no hables así de ellos, tu primo Albus también lo es!- Espetó Rose
-Ya, pero él en realidad es un león de corazón.
