Capitulo 1: NyoPrusica

Un sábado cualquiera en la casa de Alemania por la mañana.

El rubio de ojos azules llamado Alemania se levanta de su cama, sorprendido de no ver al italiano menor en su cama como de costumbre.

-Es cierto, hoy dormía en su casa- decía el chico mientras se levantaba. Mira el reloj y viendo que son las ocho decide salir a correr como hace todos los días.

Al volver a casa descubre que su hermano aún no ha despertado, algo normal ya que ayer también estuvo de fiesta con Francia y España por lo que no despertaría a menos que tuviera hambre.

-Haré algo de desayuno para ver si se despierta- el alemán se dispuso a cocinar sus preciadas salchichas. Cuando ya se disponía a comerlas escuchó una puerta abrirse y cerrarse en el piso de arriba seguido de unos pasos veloces hacia la cocina.

-West west. Tengo hambre ¿hiciste el desayuno para el awesome yo?- una voz algo más aguda a la que solía ser de su hermano gritaba.

-¿Fuisteis al karaoke ayer?- preguntó el alemán sin quitar ojo del periódico en el momento que su hermano aparecía por la cocina.

-No ¿Por qué?

-Por…-el rubio alzo la vista y vio a una mujer de largo cabello blanco y ojos rojos solo llevaba una camisa de hombre la cual le quedaba grande y unos calzoncillos de pollitos- aaaaaah.

-Kesesese. ¿Qué pasa west?- reía la mujer.

-Tu voz, t-tu cuerpo- tartamudeaba el menor- TÚ EN GENERAL.

-Lo sé soy impresionante- se estiraba la chica.

Alemania agarró a su hermano y tiró del hacia el espejo más cercano.

-Mírate- le ordenó.

-Oh dios mío. Soy una mujer…- el, o mejor dicho, la prusiana tocó su cuerpo como comprobando si era de veras esta su forma- soy una mujer…

-Hermano, ¿de veras no lo habías notado?

-Claro que no West. Ayer no estaba así…- la prusiana se quedo parada un segundo pensativa- la verdad es que estoy muy bien Kesesese da igual si soy chico o chica- se giró a su hermano algo avergonzado ante los movimientos obscenos de su ahora hermana- sal fuera un segundo que quiero ver mi grandioso cuerpo un segundo- dijo la chica sacando a su hermano del baño.

-¿Tu cuerpo? Oh no hagas eso- el macho comprendió lo que la albina quería- eres asqueroso.

-Kesesese que inocente eres a veces- decía Gilbert desde el baño- ¿podrías traerme algo para tapar mi femenino cuerpo?

-No creo que haya nada de mujer en la casa- suspiró el avergonzado oji-azul.

-Tú ve a buscar…Oh dios soy asombrosamente hermoso, bueno hermosa.

El alemán sacudió la cabeza y busco por los armarios de la casa algo de mujer, y como él decía no hay nada de mujer. En ese momento, recordó que cerca había una tienda con ropa de mujer…aunque también podía pedírsela a Hungría.

-West- gritó Gilbert- para de buscar y llamemos a Francis.

-¿Por qué deberíamos llamarlo?

-Seguro que tiene ropa para mí.

-Si, pero ¿no has pensado que si ese pervertido francés te ve como una mujer, te va a intentar dar "amour"?

-Rayos, es cierto- ambos siguieron pensando cuando sonó el teléfono a lo que Ludwig lo cogió.

-Si, soy yo. Dime Francis- hablando del rey de Roma- ¿Cómo? Repite eso- la prusiana acercó su oreja y el alemán puso el auricular entre ambos para que escucharan al francés.

-Es horrible- lloriqueaba Francia- he perdido mi torre Eiffel.

-¿Te has vuelto mujer?- preguntó el alemán.

-No. Solo que ahora parezco un muñeco para niñas. Tengo toda "la zona de abajo" como Ken en novio de Barbie…

-Buajajajaja-rió la albina.

-¿Quién se está riendo de mi desgracia? Eres tú Gil, ¿verdad?

-Si soy yo.

-¿Qué le pasa a tu voz? Esta muy aguda.

-Me he despertado hoy con cuerpo de mujer y… ¿hola?- la chica intentó escuchar al francés pero…-hijo de puta, me ha colgado- y la mujer hizo lo mismo pero con violencia.

-Ósea que, Francis está…sin "eso" y tú, eres ahora una mujer…-Alemania intentó buscar alguna razón lógica para toda esta locura, en ese instante llamaron a la puerta.

Aquí termina el primer capítulo de esta loca historia, espero que os haya gustado. ¿Ruegos? ¿Sugerencias? ¿Continuación? ¿Muerte a la autora?