Los personajes de Saint Seiya desgraciadamente no me pertenecen, pero las acciones que llevan acabo en este fic siii muajaja =)
Advertencia: Angst extremo, mundo alterno, sangre al por mayor.
Prologo.
En el año 314, con plena autorización de Constantino I, la Iglesia cristiana empezó a atacar a los paganos, condenando y prohibiendo el culto a la diosa Artemisa. Muchos templos paganos fueron destruidos por las hordas cristianas y sus sacerdotes fueron asesinados. Entre el año 315 y el siglo VI miles de creyentes paganos fueron asesinados. Entre 316 y 326 se proclaman una serie de disposiciones que favorecen al cristianismo frente a la religión tradicional (prohibición de las auspicia, la magia y los sacrificios privados, exención fiscal a los clérigos cristianos, se otorga jurisdicción a los obispos...).[]
Durante esta época, empiezan a ver asesinatos entre los sacerdotes cristianos, empezándose a correr el rumo de bestias, capaces de alcanzar la velocidad de un haz de luz, los cuales bebían la sangre de los cristianos. Muchos de estos sacerdotes decían que era cosa del demonio, entre los paganos sobrevivientes se decía que estos eran el odio en forma humana de la diosa Artemisa sobre la tierra de infieles. Lo cierto era que los pocos que sobrevivían a los ataques, describían a seres parecidos a un humano, con piel tan blanca y tan fría como la de un muerto, con grandes colmillos, de mirada fría e imperturbable, crueles y malvados, el mal hecho forma.
También se decía que solamente salían de noche, por lo que se pensaba que ellos eran la personificación de la cólera de la diosa luna. Entre la gente estos seres se empezaron a llamar Arteamis o hijos de la luna.
***
Estos seres empezaron a propagarse, por lo que para el año 421 ya eran una especie tan grande como la de los humanos. Por este año nacieron los licántropos, empezando la primera guerra vampírica.
Se dice que los vampiros eran comandados por Sage y su hermano Hakurei, diciéndose que estos habían sido los padres de los vampiros. Nadie sabía cómo o cuando habían llegado, pero se tenía el pleno conocimiento que ellos habían sido los primeros, por lo que eran los fundadores de la estirpe vampírica.
Por su parte los primeros licántropos y dirigentes de estos eran los gemelos Aspros y Defteros los cuales se decía eran violentos, sanguinarios y mucho más temibles que los vampiros, excepto claro que ellos aun eran humanos la mayor parte del tiempo. Quizás haya sido por este motivo que ambos cayeron en desgracia, ya que uno se enamoro del vampiro más bello y más temible de todos, Asmita Virgoles. Esto origino conflicto entre ambos, haciendo que en una de esas peleas Defteros matara a su hermano Aspros, haciendo que los licántropos que apoyaban a Aspros se levantaran en armas contra sus propios hermanos.
Esto aventajo a los vampiros asegurándoles la victoria. Defteros fue asesinado tiempo después por la mano del mismo Asmita, se dice que después de ese hecho él desapareció. Incluso algunos dicen que en realidad Asmita si amo a Defteros y que aun pena su amor. Desde entonces los licántropos fueron esclavizados y usados con fines de servidumbre.
La guerra contra los licántropos duro casi 800 años, dejando un número grande de bajas en el lado de los vampiros, por lo que se empezó a re poblar. Todo indicaba que esto iba a parar los conflictos, pero paso lo que más teme una raza, ellos empezaron a pelear entre sí.
Fue más o menos por el año de 1240 cuando Hakurei, empezó a sentir aversión por como su raza destruía a los humanos. Siendo que estos se parecían mucho a ellos, además de que Constantino llevaba siglos, muerto. Sage por el contrario se mostraba negativo hacia las ideas de su hermano. Entonces, nació el primero de la raza de los mestizos, Su nombre era Sísifo, con él empezarían los conflictos entre los dos hermanos.
***
Un hombre caminaba con pasos largos y elegantes por los largos pasillos de la enorme construcción. Sabia a que habia sido convocado, le producía un poco de hastió el tener que dar explicaciones de sus actos, pero si no lo hacía causaría un problema aun más grande.
Hakurei entro a una estancia enorme, iluminada de antorchas, decorada de un vivo color carmesí. Varias sillas eran ocupadas por sus hijos, su hermano estaba al centro en una silla junto con otra vacía, claramente la suya. Se sentó a lado de su hermano, el cual le dedico una mirada cargada de irritación y se dispuso a hablar.
-El motivo de esta reunión es claramente la acción que cometiste Hakurei-comento un hombre de largos cabellos lilas y ojos color amatista. Su hermano le miro con determinación y con gesto despreocupado se retiro el cabello de la frente.
-Creo que sé el motivo Sage ¿Pero que tiene este de malo?-pregunto Hakurei en forma cínica, haciendo que la irritación de su hermano creciera.
-¿Quieres saber que tiene de malo? ¡Lo malo que tiene es que acabas de crear a una aberración! ¡Eso es lo que tiene de malo!-dijo efusivamente el oji amatista, parándose de la silla y acercando su cara a la de su hermano mirando a directo en los ojos verdes de Hakurei.
-Yo no lo veo como una aberración Sage, él al igual que todos son mis hijos-cuando el oji verde termino su discurso, se empezaron a oír varios reclamos de parte de los presente. Sage levanto una mano para acallar los cuchicheos.
-Tienes que matarlo-dijo con tono peligroso y con las cejas fruncidas-nadie está de acuerdo con lo hiciste, estas creando algo diferente a nosotros, no puede ser-comento mientras se ponía las manos a la espalda.
-No lo matare, no me pidas que mate a uno de mis hijos-reclamo Hakurei con voz calma, pero con mirada fiera.
-Si no lo matas tu, lo matare yo-replico Sage con frialdad-no permitiré que contamines nuestra sangre y nuestro linaje-dijo el peli lila con convicción regresando a su lugar.
-Pero piénsalo Sage, sería una nueva raza mejorada. Ello sienten lo que nosotros no. Ellos pueden estar en día, nosotros no. Ellos pueden vida normal con los humanos, ya que tiene la capacidad de tomar un poco de sangre y saciarse, no como nosotros que necesitas minino lo de un cuerpo-explico el oji verde a todos los presente, Sage habia fruncido aun mas las cejas y miraba de forma irritada a su hermano.
-No, no y no es una monstruosidad lo que estás haciendo Hakurei, combinar nuestra sangre con… ¡con humanos! ¡Ja eso jamás!-dijo Sage levantándose, al mismo tiempo que su hermano. Ahora estaban frente a frente, era una batalla amatista contra verde. Hakurei que tenia cabellos largos y morado intenso miraba a su hermano dolido. Por su parte Sage le miro con rabia, era una estupidez lo que hacia.
-Entonces no hay nada más que hablar Sage, yo no matare a mi hijo. Así que supongo que es hora de seguir caminos diferentes-replico Hakurei con voz seria. Sage abrió los ojos tanto como sus orbitas se lo permitían.
-¡¿Que estás diciendo?! ¡¿Separarnos?! ¡¿Es que acaso quieres dividir nuestra familia?! ¡Lo que no pudieron en 800 años los licántropos, tu lo estas proponiendo en dos minutos y por unos insignificantes humanos! ¡¿Es que te volviste loco?!-grito exasperado Sage, en un arranque de ira. Los vampiros a diferencia de los humanos, solo podían tener un sentimiento a la vez y no era muy frecuente que lo tuviera. Por lo que cuando sentían algo era muy difícil que lo controlaran.
-¡No me eh vuelto loco, pero es que estoy harto de que los matemos como animales! ¡Ellos son iguales a nosotros, es mas nosotros fuimos humanos antes de ser vampiros!-contraataco Hakurei igual de enérgico que Sage.
-¡Pero no es lo mismo! ¡Ellos nos ven como animales también! ¡¿Acaso también a ellos les dirás el discurso de que somos iguales?! ¡Eh ¿Se los dirás?! ¡No, claro que no, porque primero te los comerías! ¡¿No es así?!-pregunto Sage con cólera mal disimulada. Toda la estancia se había inundado de los gritos de ambos líderes, ninguno de los presente se atrevía a detenerlos, por miedo a las represarías.
-¡No claro que no! ¡Yo si puedo contralar mis impulsos Sage!-se defendió el peli morado, bufo molesto y camino hacia la puerta-¡No hay más que discutir, me voy con mis hijo e hijas y fin de la discusión!-dijo saliendo de la habitación junto con la mitad de los presentes. Sage se sentó bufando en su silla, se puso una mano en los ojos y ahí quedo recargado.
-¿Se encuentra bien padre?-pregunto un joven de cabellos cortos y grises. Tenía unos impresionantes ojos color azules, era alto y bien parecido.
-Sí, gracias Manigoldo. Por favor manda a llamar a todos tus hermanos y hermanas-dijo Sage acomodándose en su silla.
-Si padre-dijo el joven saliendo apresuradamente de la estancia.
***
Así los dos grupos se dividieron, los antes hermanos eran mas como enemigos. Durante algunos años todo fue en paz, hasta que los semi vampiros empezaron a defender a los humanos de los vampiros. Esto en empezó a generar conflictos entre uno y otro bando. Hasta que llego el hecho definitivo que desataría la guerra.
***
El día en que la guerra empezó, ese día como siempre los vampiros salieron a cazar. En su camino, como siempre encontraron a los mestizos tratando de defender la villa en donde se iban a alimentar. El conflicto empezó como siempre, excepto por lo que pasaría a continuación.
-Estoy cansado de que estos malditos mestizos no dejen de molestar- dijo un hombre con largos cabellos azules como la noche y ojos color turquesa.
-Sí, lo sé ¿Pero qué podemos hacer? Sage nos ha dicho que no podíamos matar a ninguno. Ya que hay hermanos en sus filas-comento Manigoldo con voz trémula-Solo nos queda replegarlos para poder comer-termino en forma colérica el peligris
-¡Esto es una mierda!-dijo el hombre nuevamente-deberíamos acabarlos a todos-sugirió con voz amenazante.
-Sabes que no lo podemos hacerlo Kardia, y menos tú- dijo Manigoldo mirándole de lado- Tú, junto con Albafika son la clave para la derrota o la victoria en caso de una guerra-comento Manigoldo pensativo.
Kardia miro a Manigoldo con una sonrisa cruel en su cara. El junto con Albafika por alguna razón que nadie se sabía explicar, tenían la sangre plagada de veneno. A diferencia de Dengel hijo de Hakurei que podía crear hielo con su aliento, ellos podían convertir su sangre en una arma peligrosa y potencialmente mortal. Hasta ahorita eran los únicos con su poder, aun no habían convertido a nadie, por lo que no sabían si el poder se transmitiría.
Manigoldo que aun miraba de reojo a Kardia, se percato que uno del bando de los mestizos, caía en un charco de sangre. Abrió los ojos enormes cuando supo de quien se trataba. Corrió hacia el herido, arrodillándose frente a él. Su pecho había sido perforado por algo que jamás había visto.
Era el hijo de Hakurei, Atla, el más joven y el más parecido a él. Cuando los mestizos vieron a Manigoldo con un Atla muerto, pensaron de inmediato que el había sido el causante de su muerte.
-¡Lo mataste!-grito un vampiro enorme de complexión robusta y cara amable. Tenía los ojos negros como la noche y una piel tostada. Manigoldo no dijo nada, simplemente desapareció con el chico en brazos, apareciendo frente a Hakurei.
Manigoldo dejo al chico frente a un sorprendido y dolido Hakurei. Una rabia enorme se apodero de este.
-Haz matado a mi hijo ¡Haz matado a mi hijo! ¡Eres un bastardo!-grito encolerizado antes de echársele encima. Manigoldo habilidosamente lo esquivo y lo miro sin decir nada. El peli morado miro al vacio, suspiro tristemente, y una lágrima salió de sus ojos, una lagrima llena de dolor y desepero. Los vampiros no podían llorar, y si lo hacían eran contadas ocasiones en su vida.
-Dile a Sage, a tu padre Sage. Que la guerra ha empezado-dijo con voz llena de odio-Dile que si tuve piedad por mis hermanos, que esta acabo. Esta será una guerra sangrienta-continuaba Hakurei con voz entre cortada-Y dile que pronto nos veremos las caras, y que uno tendrá que morir-finalizo. Manigoldo después de esto desapareció.
Ese día seria recordado como el inicio de una guerra violenta, larga y dolorosa…
