Pequeños detalles

Por Nochedeinvierno13


Disclaimer: Todo el universo de Harry Potter pertenece a J. K. Rowling.

Este fic participa del "Amigo Invisible 2014" del Foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".

Para: Kristy SR.

Petición: "Un Sirius/Remus. Solo pido que no sea algo triste y deprimente. Es decir, que no sea hablando de lo mucho que Remus echa de menos a Sirius o de lo mal que lo pasa en su muerte, etc. No me importa si está ambientada en Hogwarts o después de ella. Puede ser romántico pero, nada cursi, por favor. Y nada de Mpreg, por si acaso".

Nota de la autora: Como no me decidía por qué historia escribir, decidí hacer una serie de drabbles independientes uno de otros. Tratando de que no sean cursi, pero no puedo prometer nada porque soy romántica. ¡Espero que te gusten guapa!


I

De ronquidos y camisas suaves

Remus acostumbra despertar dos horas antes de que la primera clase del día comience para cerciorarse de que va a llegar puntual.

Se levanta lentamente de la cama y se pasa una mano por el rostro para alejar cualquier rastro de sueño que pueda quedarle. Se dirige a su baúl donde los elfos domésticos deben haber dejado su camisa limpia para iniciar una nueva jornada escolar. Agarra el cuello con sus manos y tira de la tela pero un peso extra le impide hacerse con la prenda. Empuja lo que sea que está sobre su camisa, escucha un quejido y un puñetazo en medio de su antebrazo.

—¿Sirius? —pregunta extrañado al divisar una mata de cabello castaño oscuro y un rostro de mejilla pálidas—. ¿Qué se supone que estás haciendo encima de mi camisa?

Como respuesta recibe otro quejido por parte de Sirius quien se encoge aún más en posición fetal y le da la espalda.

—Quiero dormir, Lunático. Los ronquidos de Peter y de James no me han dejado dormir en toda la maldita noche. Sus ronquidos deben sentirse desde Hogsmeade. Entonces me vine a dormir sobre tu camisa.

Remus rueda los ojos con cansancio. Sabe que James y Peter tienen el récord de ronquidos más molestos de todo Hogwarts y de toda Inglaterra. Aunque extrañamente, nunca le han molestado. Quizás es porque tiene el sueño demasiado pesado como para despertarse.

—¿Por qué encima de mi camisa?

—Porque es suave, caliente y huele a ti.

La respuesta de Sirius es inesperada o tal vez, no del todo. Una sonrisa apenas perceptible se forma en los labios de Remus y él pasa uno de sus brazos alrededor del torso de Sirius. Le obliga a incorporarse, apoyarse en su cuerpo y caminar hasta su cama donde coloca un hechizo que aísla el resto del sonido de la habitación para que Sirius pueda dormir más cómodo hasta que sea la hora de desayunar..

—Espero que con eso no te refieras a que huelo mal.

—Tú sabes a lo que me refiero, Lunático.

Y vaya si Remus sabe a lo qué se refiere.