Cuando me besas

Por Ruby P. Black

El tiempo se detiene, y la calidez lo llena todo, no hay espacio ni para una pequeña brisa cuando él la sujeta de los hombros y ella se pone de puntitas de pie porque no tiene otra forma de alcanzarlo.

Entonces él la abarca más y no está segura de donde termina cada uno, pero tampoco quiere averiguarlo.

Finn es torpe, casi la mayor parte del tiempo. No es algo que le moleste particularmente. Es parte de su atractivo y le causa cosquillas en las orejas y en el vientre. Como si eso fuera suficiente para casarse.

Y lo es. Porque nunca amó a nadie como ama a Finn, ni jamás amará a nadie de esa forma. Tanto que duele cuando están lejos o él se enoja. Sin embargo, ese grandote de sonrisa ladeada se enoja pocas veces. Ella es quien tiende a ser la reina del drama y arruinarlo todo, justo cuando el mundo se vuelve perfecto.

− "Te amo" – le susurra sólo porque puede mientras se recuestan en la cama que todavía sigue siendo infantil aunque Rachel ha crecido muchos metros en madurez. Lo mira directo a los ojos como diciéndole "Es cierto lo que te digo, créeme"

Y Hudson le devuelve la mirada con todo su porte de niño pequeño mientras le acaricia la barbilla y se inclina a besarla nuevamente. Jamás se cansará de hacerlo, parece y ella no se está quejando, para nada. Le gustaría quedarse encerrada allí con él por toda la eternidad pero luego, ya no se casarían y tantos preparativos habrían sido en vano. Puede llegar a darle un ataque de histeria si tira todo por la borda ahora.

No precisamente por todo lo que ha costado hacer tantas cosas. Sino porque no desea otra cosa que no sea estar con él. Bueno, tal vez si hay algo más.

− "¿Estás segura Rachel?" – dice él con ese tonito que pone cuando quiere estar serio pero la nariz de ella le hace cosquillas en el cuello y las manos femeninas le acarician los brazos.

− "¿Mmm?"

− "Espera" – la aleja un poco y la observa nuevamente con esa seriedad – "¿Estás segura que quieres casarte conmigo y no ir a New York?"

La pregunta le hace un hueco y él lo sabe. Porque se han quedado mirando sin decir nada por unos minutos. Ella siente que puede llorar allí mismo porque se ha criado caprichosa y le gustaría tenerlo todo. Pero hace poco ha descubierto que él abarca demasiado en su vida, y que por nada del mundo querría dejarlo ir. Finn se ha convertido en su ancla y ella quiere sujetarse a ello. Nadar puede ser muy peligroso…

No, no está lista sin él.

− "Claro que estoy segura" – sonríe con esa seguridad que mueve montañas y se abalanza sobre el castaño para besarlo. Le acaricia los labios y aunque lo siente poner distancia poco a poco, también lo siente dejarse llevar. Es que Finn tampoco se puede resistir a sus besos.

No se puede resistir a ella.

Ni a verla feliz. A veces sólo desea que sonría, y eso ya ilumina sus mañanas. Hasta él, que es un tipo y no uno muy inteligente, se puede dar cuenta de eso y admitirlo. Admitirlo sólo lo lleva un paso más adelante en su gran camino a la madurez.

La besa con ansiedad pero sabe que su cabeza no ha dejado de pensar y tiene que tomar decisiones.

Rachel permanece ajena, inmersa en ese beso, en esa nube en la que flota cuando él la besa.

Fin

Bueno espero que haya gustado, es el primer fic de ellos dos que hago. Lo tenia planeado hace bastante y tengo varios ahí dando vueltas esperando ser desempolvados de mi imaginación.

Les mando un abrazo grande. Como siempre los invito a pasarse por mi face o mandarme un mensaje o review para lo que sea, ya sea necesiten una ayuda o recomendar algún fic.

Nos leemos.