Prologo
Habían pasado 100 años desde el último torneo de shamanes. Edmund caminaba resignado por la costa, las olas se quebraban en sus pies descalzos mojando su pantalón. Pero no le importaba.
Había empezado desde pequeño con su entrenamiento de shaman, sabía que tendría que legar lo que aprendiera a su generación. Nada más se esperaba de él. Pero cuando las noticias llego a sus oídos fue más de lo que jamás pudo soñar. El caos había explotado en esos últimos cien años, guerras civiles, crisis económicas y pandemias habían sido algunos de los sucesos del último siglo. El hombre había destruido completamente cualquier balance entre el mundo físico y espiritual.
En una emergencia nunca antes vista, el rey de los shamanes llamo a un torneo extraordinario, sus intenciones eran claras, encontrar a los cuatro shamanes más poderosos, cuatro guerreros, con los cuales Hao Asakura contaría para restablecer el equilibrio destruido por la humanidad.
Y aquello había sido una enorme sorpresa para Edmund O´Brien. Su familia era un clan pequeño con un legado casi nulo en las artes espirituales. Sus antepasados se dedicaban a la magia y al espiritismo de forma modesta, se los consideraba descendientes de antiguos druidas, pequeños curanderos de pueblos rurales e ingenuos. Pero todo cambio en el último torneo de shamanes, cuando Wallas O´Brien decidió participar por ser el shaman King. Fracaso en la primera ronda, sin embargo, volvió a su tierra dispuesto a formar a sus próximos descendientes. Anhelaba que dentro de 500 años, un O´Brien pudiese participar dignamente en el siguiente torneo. Wallas había sido su abuelo paterno y recordaba bien las lecciones que este le otorgaba cuando era pequeño, siendo quizás la parte histórica la que el joven más apreciaba. En su bolso cargaba un lápiz, este era su objeto de posesión, su oráculo virtual y un libro escrito manualmente por su abuelo, en donde describía con detalla a los importantes clanes y las potencias shamanicas de aquel último torneo.
-Deberías denunciar el robo-Alego serio su espíritu acompañante, un antiguo guerrero celta.
-Sera peor-Hablo resignado.
Esa misma tarde le habían robado la billetera. No era demasiado lo que tenía. Pero pretendía vivir el próximo futuro cercano con ello.
Se sentía completamente fuera de lugar en aquella enorme y activa ciudad. La gente no era educada y no entendía su idioma. A veces se planteaba si aquello había sido una buena idea o no.
Diviso un conjunto de palmeras algo alejadas de la gente que, pese a la alta hora de la noche que se encontraban, aún estaban en la playa bebiendo, bailando y divirtiéndose. Tomó asiento debajo de una de ellas para tomar una pequeña linterna y comenzar a re leer una vez más su libro.
-¿No sería buena idea que te relaciones con alguien?-Hablo inseguro su espíritu-Todos los shamanes están formando grupos.
De mala gana se mordió el labio, efectivamente habían sido un grupo de cuatro shamanes los que le habían robado su dinero.
-Nada indica vaya a ser por grupos-Se quejó para seguir leyendo-Aunque en la segunda parte del torneo anterior…
-Si me permites opinar-Hablo respetuoso-Lo obvio seria formar equipos.
Más lo ignoro una vez más para continuar leyendo. En voz alta repetía una y otra vez las palabras para que se archivaran en su memoria. Aquel libro de historia seria su aliado en aquella batalla. Planeaba vencer aquella batalla con su inteligencia, cada cual tenía sus cualidades y debían tener la suficiente astucia para sacarle el provecho a sea cual sea.
Leyó y leyó sin escuchar las suplicas de su espíritu hasta que Edmund cayó sumergido en un profundo sueño.
Arturo lo conocía demasiado bien y temía profundamente que aquello que él creía su fortaleza le juegue en contra. Debía estar atento por él y conocer al enemigo. Y fueron horas las que le tomo decidir por hacerlo. Y así fue como marcho a buscar al contrincante.
Cuando Edmund despertó se sintió exaltado, la arena cubrió su rostro entero y una mano cubrió su boca, para dejar sus gritos completamente ahogados. Podía sentir el filo del metal que le rozaba la garganta y con la fuerza que aquel cuerpo que no podía ver lo oprimía contra el suelo.
-Te vas a quedar callado-Le hablo con seriedad-De verdad no tengo ganas de ensuciarme.
Y con su espada comenzó a cortar lentamente el cuello de la víctima, la arena comenzó a teñirse de rojo y los gritos comenzaron a sentirse. Tenía su mano dentro de su boca, le mordía intentando liberarse, pero era en vano. Se tomó su tiempo en hacer el trabajo.
Cuando Arturo volvió encontró la cabeza de Edmund colocada al lado de dos cocos que se encontraban tirados. Miro exaltado a su alrededor y no encontró nada. Impactado volvió a mirar la imagen. Encontraría al responsable y lo haría pagar por aquello.
Notas:
Bueno, hace muchisimos años que no me paso por este sitio... que cosa, ¿Eh? Bueno, para ser honesta andaba media alejada del fandom, o sea, me he dedicado a escribir mis historias originales y el año pasado como magia vino esta idea a mi cabeza y acabo transformándose en mi proyecto principal, ja, las ironías de la vida, ¿No?
Así que, no me conocen, no los conozco, estamos en igualdad de condiciones, espero poder disfrutar con sus trabajos y sobre todo que ustedes sientan tanto agrado por esta historia como la siento yo cada vez que la escribo. La cual no es tanta como me gustaría, jajaja.
Aviso importante: Esta historia esta basada en el fandom, respeto los cánones, pero trato de no meterme demasiado con ellos, limitan un poco... prefiero hacer una fusión entre los míos y los tuyos y todo eso, jeje...
