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"Nunca comprometerme, siquiera a las puertas del Armagedón"
Proyecto guardián
Por: Himp
Prologo
Conspiraciones, Bandas, angustia adolescente…
Con la llegada del año 2000 la humanidad celebraba el fin del caótico siglo XX. Un progreso increíble en la metalurgia, electrónica y mecánica, dieron a la ultima década del siglo un avance fenomenal, robots tripulados, potentes maquinas industriales que prometían una segunda revolución tecnológica, los "Cybots". A finales de 1999 diversos fabricantes exhibían sus nuevos modelos para el público, una fiebre de mega proyectos se apoderó del mundo, era la hora de dejar atrás el siglo de las guerras y avanzar a pasos agigantados al siglo de la utopía.
El día 13 de septiembre del año 2000 todo se derrumbó como un castillo de naipes. Un asteroide de dimensiones desconocidas impactó en la Antártida, destruyendo el medio ambiente y sacando al planeta de su eje de rotación, trastocando el clima, mientras la destrucción avanzaba sobre los despreocupados habitantes.
Los océanos se elevaron sobre los cien metros de altura, aniquilando a la mitad de la población instantáneamente. La tragedia en verdad, tenía otro fondo… Que muy pocos, exceptuando a los responsables conocería nunca. Una expedición científica había descubierto la primera forma de vida alienígena, Adam, la criatura bautizada igual al primer hombre, reposaba en una esfera cristalina protegido de los elementos inclementes, la secuencia de los hechos es un completo misterio hasta el día de hoy. La única superviviente de la expedición solo declaro una cosa: "Él despertó"
El periodo de caos siguiente llevo al mundo a una depresión y terror inconcebible, billones de personas preparadas desaparecieron, trastocando el equilibrio de la sociedad, las hambrunas y guerras, casi llevan el mundo a una segunda edad oscura. Para evitar esto, la ONU se levantó como el poder supremo, militarmente hablando, incluso los EEUU se vieron obligados a tratar con el nuevo núcleo de poder geopolítico. Una vez asegurada una tenue paz global. La amenaza extraterrestre bautizada como ángeles se convirtió en la prioridad, la supervivencia de la especie humana requeriría sacrificio y hazañas científicas de alto nivel.
Mientras tanto, los gobiernos acordaron financiar un arma capaz de frenar tal amenaza, los Evangelion: maquinas que imitaban el funcionamiento de aquel alienígena y que esperaban tener la capacidad de derrotar a los invasores siguientes.
Con el fin de llevar a cabo esta empresa, se creo Gethrim una agencia científica de desarrollo, localizada en el interior de Japón y encima de ella se edificaría una ciudad fortificada, Tokio-3. Con gente moviendo los hilos del poder, se le dio a esta agencia mayor poder político que al propio gobierno local dentro de su territorio.
Era obvio el secreto a voces, no quedaba mucho tiempo para el devenir de una nueva lucha. Los hombres empuñarían sus armas contra los mensajeros de Dios, y no planeaban depender de una agencia tan sospechosa como Nerv y sus misteriosos benefactores...
El reloj sigue avanzando lentamente al apocalipsis, quince años y contando.
7 de agosto del año 2014, el día no era muy diferente a otros en la vida de Shinji Ikari, vivía desde muy joven en una ciudad rural al sur de Osaka, realmente pequeña una primaria/secundaria en la misma edificación y poca gente joven para convivir hacían de este lugar un autentico pueblo perdido.
No todo era tan malo, la banda de la escuela era el entretenimiento más cercano para alguien tan tímido y recluido como él. Sus profesores le habían dicho que tenía talento en el chelo y por eso le había dedicado algo más de esfuerzo… en realidad era a lo único que le dedicaba un esfuerzo mayor que a respirar, un poco de autoestima le venia bien aunque no quisiera admitirlo.
En realidad era una fuente de contacto humano mayor a la habitual, su guardia un anciano profesor que desdeñaba muchas cosas de la tecnología moderna llamándole superfluas, no tenia mucho para entretener a alguien joven y que normalmente seria curioso, apenas una vieja radio y muchos estantes llenos de libros.
Y el profesor en si mismo no actuaba como un padre o un abuelo, era más una labor de vigilancia que otra cosa. Por eso cuando el director un hombre afable y de apariencia regordeta les informo que tendrían una importante visita de la capital, impulso a Shinji a interpretar en la mejor de sus capacidades, con una energía reservada a desmembrar monstruos espaciales —emparentados con Godzilla, una interpretación bastante buena, para un músico no educado…
"Bueno pero no impresionante."
Rubí había observado con aire de interés la demostración de la banda, no eran más que un grupo de adolescentes desafinados con ínfulas de artistas, sacando un par de ellos con alguna oportunidad seria, venia siguiendo un encargo, localizar a Shinji Ikari…
La primera impresión fue: plana, no era alguien que resaltaba y que buscaba activamente como permanecer al fondo de la escena, era alguien intangible, que no llamaba la atención, en definitiva tan poca cosa que ella no voltearía en la calle para mirarle dos veces.
Pero, era el hijo de Gendo Ikari y de la creadora de los Evangelion Yui Ikari; su jefe deseaba algo con él, así que mantendría la jugarreta hasta descubrir lo que era requerido…
— ¿Qué le pareció la presentación señorita "Tanaka"?
— ¿Señorita Tanaka?
Rubí se dio cuenta que el hombre le miraba fijamente.
—Me disculpo, me deje llevar por el momento —. Ella sonrió seductoramente y cruzo las piernas lentamente para acentuar el efecto. Una manera muy eficaz de cerrar una conversación con un hombre.
Ella prosiguió sin dejarle tiempo de responder.
—Localicé un prospecto interesante, llevaré el video y la grabación a la academia, en un par de días obtendremos una respuesta.
—A finales de la semana regresaré para informarle de los resultados, si los consideramos positivos, entrevistaremos ese mismo día a los posibles candidatos.
—Es una buena noticia ¿sabe? La mayoría de ellos son buenos muchachos, y una oportunidad como esta es algo que merecen.
Rubí asintió, a pesar del tedio que sentía el director de la banda era tolerable para sus estándares… No obstante el director de la escuela, un pequeño hombre desagradable, resultaba un incordio serio a tratar, ambicioso saltaba como un conejo antes cantidades de dinero pequeñas, era obvio que estaba en la escuela por los beneficios de ser empleado publico que por vocación.
¡Señorita Tanaka! —exclamó— ¿Qué tal la demostración de la orquesta?
—Banda —interpuso el director de la banda.
El hombre arrugó la frente en molestia, pero no dijo nada, se limito a sonreír e ignorar al profesor.
—Espero que este en disposición de hablar en mi oficina sobre aquella propuesta.
—Ah, sí, las donaciones. Director no se preocupe, tendrá su dinero esperando al final de la semana. Los donativos servirán perfectamente en las actividades culturales de la escuela. ¿No es así?
—Por supuesto señora, es mi mayor interés que los jóvenes aprendan lo mejor posible —. Repuso de una manera inusualmente enérgica.
Rubí abandonó la escuela, era un lugar caliente, sin aire acondicionado y con gente estúpida revoloteando a su alrededor. Necesitaría un buen coñac para relajarse y un masaje anti estrés, luego llamaría al jefe, tenía tiempo para llegar a su hotel en Osaka.
—Señorita Rubí — dijo una voz monótona— encontré la información requerida del domicilio del blanco.
—Informe.
—La residencia del blanco no cuenta con micrófonos, vigilancia humana o señales electrónicas anormales, la edificación parece inusualmente carente de artefactos eléctricos y no hay otro tipo de onda circulando que las de radio. Tampoco existen actividades satelitales.
—Extraño.
—… De algunos rumores que corren entre la población unos hombres vestidos de negro en un sedan sin placas vienen una vez por año, la fecha más reciente de visita fue la semana pasada.
—Perfecto —dijo, mientras se quitaba la peluca oscura y la máscara de látex que cubría su rostro.
Shinji quien terminaba sus deberes en la escuela hacía una lista de los quehaceres para el resto del día, necesitaba adquirir unos víveres para cena de la noche, fregar los pisos y preparar la vianda para su maestro, ya que partía en la mañana a cobrar el cheque de su manutención en Osaka.
Le esperaba una jornada larga y aburrida como amo de casa, palabra "amo" nunca mejor dicha, lavar, planchar, cocinar, fregar, sacudir el polvo, sacar la basura... todos eran parte de sus deberes. Por lo menos su viaje a la tienda de víveres traía algo bueno para su atribulada alma. Pastelillos rellenos, era lo único que Shinji calificaba como "bueno" en su rutina.
Tras una charla con la dependienta, una muchacha de apariencia simpática, se dispuso a trabajar. Era obvio que él tenia gusto de ella, y que ella lo sabia, pero lo descarto como una halagadora atracción adolescente normal. Lo peor del caso, Shinji sabía que ella sabía, que él sabía…
Era la clase de cosa deprimente en su vida diaria, la primera vez que una muchacha se acerco en el jardín de niños, le dio un beso en la mejilla y luego lo batió a una pulpa sangrienta con los cubos de letras formando la palabra "baka", la siguiente vez fue en tercer grado, había tardado casi todo el año escolar en pedir a una chica para compartir el almuerzo, para su desgracia el día que reunió toda la valentía requerida, eh, bueno ella estaba de mal humor porque alguien atropello a su gatito… su cara termino recibiendo todo el peso de una lonchera metálica con la insignia Decepticon. Le dijeron que ella se disculpo con él y que se sentía mal por ello, lamentablemente estar inconsciente en el hospital no ayudo en esa declaración.
Luego de eso el ánimo de buscar compañía en otras personas cayó a cero, nunca fue popular o se sentía cómodo con los grupos o tribus escolares, eso le hizo más letárgico con la gente de los alrededores, alejarse y no sufrir era lo único que le aseguraba algo de paz.
"Ilusionarte con una chica mayor… eso es tonto Shinji… más que pensar que mereces el afecto"
El final del día no le presento novedad alguna, y la cena transcurrió sin incidentes, su tutor solo intercambio algunas preguntas de la presentación con el reclutador de talentos, y luego comenzó a hablar de las oportunidades perdidas en lugares como este…
Shinji no hizo caso, retirándose a dormir al poco tiempo, con algo de suerte el sentimiento de abandono y vergüenza que sentía actualmente, menguaría para la mañana. Detestaba sentirse de esa manera, esa energía que recorría su cuerpo cuando se estaba confiado y seguro de si mismo, terminaba lastimándole.
—Es interesante ¿quién diría que posee talento para la música? —Dijo un hombre de forma pausada, mientras analizaba la grabación.
Rubí permanecía en silencio, generalmente el jefe rara vez se mostraba de tan buen humor. Pero era fácil captar la justicia poética del asunto, el chico tenía habilidad con el chelo, puliéndola cuidadosamente llegaría muy lejos pero esta no era su meta.
Finalmente se detuvo la grabación.
—Recuerda que necesitáremos un perfil psicológico parcial, y averiguar si conserva lazos con su padre, no debe presentar problema alguno convencerlo de unirse.
—Señor…
—Ven cuando termines, tendré una asignación esperando.
Con eso la transmisión se cortó. Él estaba a punto de acabar la guerra interna en el consorcio, con los primeros guardianes en funcionamiento se desató una pelea entre los socios por la selección de los pilotos, quien eligiera a los pilotos tendría la mayor control y esto podría causar fracturas que se probarían catastróficas para el proyecto.
Rubí fue a descansar, tenía ante si una semana larga con la máscara de látex y una peluca incómoda.
Habían pasado cuatro días desde la primera visita de la reclutadora a la escuela, que en un lugar como este era una fuente enorme de chismes, los muchachos hablaban de la hermosa maestra y del afortunado que iría con ella, más que hablar del futuro de fama y fortuna de quien fuera seleccionado, las muchachas, estaban indignadas por los comentarios de los chicos y buscaban una actitud reprobable en la belleza de la ciudad.
Shinji, hacía lo que mejor se le daba, ignorar todo a su alrededor, él estaba en su fase depresiva emanando enormes cantidades de angustia adolescente, no lo elegirían para una prestigiosa escuela de música, no lo merecía, existía gente con más talento, ganas y que se lo han ganado a pulso, él no tenia valor alguno…
La diatriba interna fue cortada en seco cuando resonó la voz del director en el altavoz "¡Se solicita a Shinji Ikari en la dirección, acudir inmediatamente!"
¿Por qué yo? —Tartamudeó aterrado, no hizo nada malo.
—Vaya inmediatamente por favor.
La marcha a la dirección era sombría, el pánico que sentía ante la llamada sin sentido alguno era tan grande que se olvido a culparse a si mismo por esto. La secretaria le dio una sonrisa amable, a la que Shinji solo se sonrojo, mientras llegaba a la puerta escucho la voz del maestro de música y de una mujer, le era familiar.
—Ikari Shinji, sea bienvenido —. El director y la mujer miraron la cara de circunstancia del muchacho— O, no se preocupe, no es por nada malo, ella es la señorita Tanaka.
—Buenos días señora Tanaka —. Mascullo Shinji.
"Trata de evitar el contacto humano y es socialmente inepto, ¿existirá alguna enfermedad latente?" Rubí asintió dentro del disfraz, dibujo una cálida sonrisa mientras extendía su mano para darle un apretón.
Estudiando la reacción del niño obtuvo algunas respuestas, él apretón era tembloroso y retiró la mano tan pronto pudo.
—Oh, lo siento mucho señor Ikari, he estado viajando mucho a occidente, es difícil recordar las costumbres locales —dijo ella pareciendo inocente—Mi nombre es Kitani Tanaka, vengo del conservatorio de Tokio-2.
—Ningún problema señora —. Murmuró mientras fijo su mirada en el escote prominente de la mujer, el profesor de la banda contenía la risa.
—Como podrás imaginar, te hemos seleccionado para que entres a nuestra academia en Tokio-2, vivirás como becado.
—Tome asiento por favor joven Ikari, les dejaremos solos para la entrevista.
—Pero yo.
—Tienes talento chico, solo necesitas la guía adecuada y podemos ofrecértela.
Shinji no dijo nada, no tenía la fuerza o las ganas de contradecir a la mujer.
—Necesitaré que llenes unas formas, hablar con la familia y hacer una entrevista.
—No tengo familia—. Dijo él—solo un tutor.
—Lo lamento, no quería traer malos recuerdos.
—No importa, yo no estoy seguro de aceptar, yo…
—Comencemos con la entrevista señor Ikari —. Rubí no le dejaba tiempo para escabullirse.
Aunque pareciera que duró por días no tardo más de media hora la "entrevista" era un interrogatorio disfrazado, muchas preguntas no estaban relacionados con los niveles académicos o la parte musical, pero Shinji no contaba con una forma de negarse a responder.
El sonido de la puerta relevó a Shinji, estaba completamente agotado por responder tantas preguntas, esa mujer era capaz de extraer todo lo que deseaba de él, y el hecho de que no pudiera quitar la vista de sus piernas o el escote no le ayudo mucho. No se involucro en la charla siguiente sobre permisos, su tutor y transferencia académica, todo eran murmullos demasiado lejanos a sus intereses.
Al menos, lo peor ya había pasado. Su profesor le dio una sonrisa amable, mientras limpiaba el sudor que le empapaba la frente con un pañuelo.
—Ven, debemos hablar.
Shinji le siguió tímidamente, por los pasillos a la azotea, lo siguiente que le dijo cambiaria su vida para siempre.
—En mis veinte años en la enseñanza, eres el primero que tiene una oportunidad seria de triunfar.
Cuando no obtuvo respuesta alguna prosiguió.
—No te obligare a ir o algo similar, pero deseo que pienses, tienes talento y podrías aprovecharlo para algo bueno, no dejes que tu propia inseguridad trunque una oportunidad tan única, hay veces en la vida que solo existe un camino. Adelante.
—Pero…
—No quiero que creas en mí, no deseo que creas en ti…
¡Tienes que creer en ti! —. Dijo mientras levanta el brazo y apuntaba con el dedo al sol.
Shinji observaba como la luz del sol en la calva del maestro formaba un reflejo brillante y una nube en forma de calavera surcaba el cielo.
¡Para llegar a los cielos debes derrotar al poder!
¿Fue lo elocuente de aquel discurso? ¿O fue la nube en forma de calavera? Ese discurso sin sentido alguno del momento se imprimió en la joven mente de Shinji, que en los meses siguientes desataría una lucha sin cuartel en su corazón, todo lo que es épico y gar contra la depresión, la angustia y los deseos de esconderse bajo una escalera mientras el mundo se cae a pedazos.
Esa noche la cena fue menos tensa de lo habitual, la incredulidad de que él era elegido para una escuela prestigiosa era tan improbable que su tutor solo permaneció con la boca abierta durante la comida. Quizá hablarían en la mañana.
A la mañana siguiente, Shinji se había preparado lo mejor que podía, un baño agradable y ordenar la sala de estar para las visitas, su tutor aun parecía sorprendido por lo que le dijo anoche, pero no le dijo nada despectivo, es mas, sus ojos mostraban un brillo picaresco casi de orgullo, Shinji se decía a si mismo que no era posible.
Su mayor temor era que simplemente se negara a firmarle los permisos, su padre le dio su custodia legal completa cuando le transfirió acá, además siendo ese el caso, al dejarle ir, perdería a su sirviente. No es que deseara ir, pero la curiosidad era mayor a sus temores.
Era un poco más de las 9:00 de la mañana, tras lavar los platos del desayuno, escuchó el ruido inconfundible de un automóvil aparcando en el porche de la casa. Su sensei se acomodó algo la camisa y ocultó el periódico dentro de un cajón, sintiendo un nudo en la garganta Shinji hizo un gesto señalando que el abriría la puerta.
—Buenos días señor Ikari —. Saludó amablemente la señorita Tanaka, después de que abriese la puerta, terminando con una reverencia.
Shinji, estaba tan nervioso y aterrado como siempre que estuviera en las cercanías de la mujer.
—Buen día a usted también —. Shinji ejecutó otra reverencia algo más exagerada a causa de la confusión.
Tanaka hizo un gesto de asentimiento al tiempo de quitarse los zapatos, dada la disposición de la entrada, aquí seguían las costumbres tradicionales aunque fueron demolidas en su mayoría tras el segundo impacto.
Otra cosa que veía era el hogar particularmente desprovisto de tecnología, apenas un viejo toca discos de vinilo, una radio y la instalación eléctrica normal, no negaba que contaba con bastante material de lectura, estanterías repletas de libros, grandes y pequeños rodeaban las paredes con cierto orden, Rubí sospechaba que gran parte de la incompetencia social de Shinji Ikari se debía en gran parte a una vida tan aislada como esta. Escoger una fachada de reclutadora musical, mostraba nuevamente ser la elección correcta.
¿Desea té o café señorita?— Preguntó el anciano de manera respetuosa.
—Té por favor.
Shinji miraba el intercambio extrañado, su sensei solo mostraba tanta emoción para criticar lo decadente del mundo y cuando salía a reunirse con los otros ancianos de la ciudad, y la señorita Tanaka, ella solo emitía un aura de control y autosuficiencia que no había visto nunca antes en ninguna persona conocida.
Pasado los primeros minutos de la reunión donde transcurrieron las presentaciones habituales y siguieron las rutinas sociales establecidas en estos casos, alabar la casa del invitado, decir que la bebida era deliciosa y finalmente descubrir que deseaba el invitado en la residencia.
—Espero que Shinji le informara apropiadamente a que he venido.
—Sí, él hizo, pero deseo escuchar la propuesta de su parte.
Eso era directo, Rubí estaba pensando que tenía el anciano en mente, ¿negar de lleno la petición? Sí ese era el caso seguro esperaría que ella terminara la exposición para echarla amablemente del hogar, bien siempre hay recursos que ella podría mover.
—Shinji, ¿puedes subir a tú habitación? —. Pidió el profesor al poco tiempo.
La temperatura pareció bajar unos cuantos grados mientras Shinji terminaba su tasa de té.
—Claro.
Mientras subía no resistió la tentación de dar un vistazo final. Él ya estaba convencido de lo infructuoso de hablar con su sensei, en parte lo sentía por la señorita Tanaka, un trabajo como el suyo debe ser: difícil, eligiendo a la gente adecuada para cumplir las metas o simplemente a los que desearan la oportunidad.
—Bien esto le traerá grandes…
Antes de cerrar la puerta de su habitación dio un vistazo al reloj en la pared, el ruido de sus piezas se filtraba aun con la puerta cerrada, y la conversación era menos que un susurro casi inaudible, la espera se convertiría en una autentica tortura.
Lo que transcurrió luego de que Shinji se retirara entró para él por buen tiempo en la categoría de misterios sin resolver, pasada algo más de una hora, Shinji escucho a su sensei llamarle, sorprendiéndole con los papeles de la transferencia firmados, como era por el periodo de un año para el curso inicial no veía mayor problemas.
¡Increíble! Aceptó inscribirme.
Sonriendo de oreja a oreja, Shinji ojeaba con fruición los folletos, era extraño, la timidez natural tan característica en él, se perdió desde anoche en las profundidades de su mente, era tan distinto a los lugares donde había estado antes y, quizá pudiera relacionarse con la gente sin salir lastimado.
Vamos Shinji —dijo una voz burlona en su cabeza—. No eres digno de todo esto, fracasaras y serás enviado acá nuevamente, te echaran igual que tu padre lo hizo antes.
La Señorita Tanaka le había guiñado el ojo luego de darle los folletos, le dijo que vendría a buscarle en un par de días cuando acabara los trámites en la escuela. Nuevamente habían decidido por él, restregándole en la cara que su opinión no tenía validez.
—Shinji tienes tiempo de despedirte de tus amigos, aprovéchalo bien.
Ella era agradable con él, al punto de sentirse avergonzado consigo mismo por sospechar de ella y temerle. Era una equivocación muy humana de su parte, sospechar de los extraños y las ofertas demasiado buenas, eso lo aprendería al abandonar el pueblo, se consolaría con el hecho de que había tenido razón con sus sospechas.
Mucho más adelante se enteraría por la misma Rubí, que su sensei prácticamente le vendió por prebendas de su beca de estudios, un hecho indigno que daño su autoestima. Tan indignante como descubrir que la manutención que su padre mandaba era el equivalente de un salario básico…
El sótano parecía anormalmente desordenado, los robots constructores trabajaban ininterrumpidamente, mientras que su única residente humana terminaba las inspecciones dentro de uno de los armazones mecánicos, o por lo menos, eso decía su plan de trabajo.
— ¿Es verdad que la junta directiva nos mandará al primer piloto? —La pregunta rebotó como un eco suave desde un recoveco metálico.
Maki se acercó con cautela al pozo donde las grúas manipulaban las piezas pre ensambladas del robot, acomodándolas con la misma facilidad con la cual un niño armaba una figura con bloques de plástico.
—Sí, no estoy de acuerdo con el—. Respondió neutral.
— ¿Algo mal con sus expedientes?
—No hay expedientes.
— ¿Mercenario? —Preguntó nuevamente sin mostrar mayor curiosidad, aunque podía ser escuchada con mayor claridad, era una mujer joven.
—Es un niño —. Tomando el silencio como otra duda siguió adelante—Shinji Ikari, edad 13 años, elegido por sus conexiones familiares.
—Bueno, ya sabemos como piensa la gente rica Maki, aunque no reconozco el apellido, ¿de quién es hijo?
—Gendo Ikari —. Dijo con voz afilada, aun no sabía que pensaban los jefes, pero este movimiento era claramente una provocación y conocía estos tontos juegos de poder, ellos deseaban restregar su producto en la cara de Ikari. La pregunta era si estaban listos a afrontar las consecuencias de sus jugarretas.
Unas botas que goteaban grasa emergieron de un agujero, pero no salió nada más, varios gemidos de esfuerzo se escucharon hasta que dejó de moverse.
— ¡Estoy atorada —lloriqueo—, sácame por favor!
—Está bien —. Le dijo Maki aceptando de malas, la idea de ensuciarse las manos— ¡Aquí vamos!
Con un jalón saco el cuerpo de la chica del agujero donde estaba atrapada, con la mala suerte de caerse de espaldas en una enorme mancha de aceite.
—Gracias Maki —. Suspiró alegre la muchacha mientras se levantaba— Estas llena de grasa, lo siento.
—Ningún problema — Mientras se levantaba recordó el motivo de su visita— ¿Dijiste que tenias algo para mostrarme?
Nanvel abrió los ojos en confusión, de pronto una sonrisa cruzó por su cara llenándola de una alegría exaltada.
—Ven, tengo el análisis de la fuente de poder, es demasiado eficiente, incluso para lo que esperábamos —. Le informó— Con esto no tendremos restricciones en algunos de los mecanismos que inventé.
Shinji empacó sus pocas pertenencias al día siguiente, toda la ropa y el chelo no ocupaban más que un par de maletas, claro que hay compras que deben ser hechas para cuando llegue a Tokio-2, como los nuevos uniformes que utilizaría en el recinto y algunos materiales extras. Se sentía como en un sueño, estaba tan asombrado con el cambio intempestivo de vida que se abría ante él, en poco menos de una semana.
La información y los manejos indiscretos del director le convirtieron en una especie de celebridad local o por lo menos dentro de la escuela, las muchachas que no volteaban para darle la hora se hicieron realmente amistosas, igual los muchachos preguntando sobre la misteriosa profesora y que tan cercana era su amistad.
Él meneó la cabeza divertido en las insinuaciones de una porrista de relaciones; shotadeliciosas.
—Nada de lo que piensan —. Repetía en cada oportunidad.
Pasó en silencio por la dirección, la secretaria se disculpo por la boca floja de su director, parecía sincera en la cuestión. Sin duda las presiones a las que debía atender día con día en su trabajo se veía duplicadas por la incompetencia de su jefe.
—No importa, realmente solo estoy confundido con la atención.
—Al menos lo peor ya paso —. Luego de interrumpirse unos instantes prosiguió—. Mañana solo recordaras esto con humor.
Shinji se hecho la mochila al hombro antes de salir, ya no tenía más clases y la despedida con el maestro de la banda escolar resulto bastante emotiva, un par de fuertes abrazos de oso, unas lagrimas y un discurso alabando el poder del Gattai, y la comunión espiritual con la energía espiral que atraviesa los corazones de los hombres y se une con la tierra. Tan inspirador como pocas cosas, pero era imposible conocer si tenía algo que ver con su caso.
—Shinji, mi último gran consejo es—dijo con voz serena que impregnaba sus palabras con una gran sabiduría—: Utiliza siempre un condón y a los 14 es legal el sexo en Japón. ¡Qué el poder te proteja!
Sí. Cuando un depredador llega a la edad madura, para cazar por si mismo debe buscar sus propias tierras de cacería con un harem para reproducirse y matar a la cría de otros machos, claro, hablaba con Shinji Ikari, cuya forma de ser era más cercana a un venado que a la de un león. Un "Solo escapa hasta que no escuches nada" hubiera representado un consejo útil en su forma mas autentica.
—Esta bien sensei, lo haré—. Respondió en un corto suspiro de vergüenza, era otro de esos comentarios que no venían al caso y a estas alturas Shinji se preguntaba de donde ese hombre sacaba tantas ideas locas.
—Otra frase sin sentido del momento.
— ¿Dijiste algo Shinji?
—Nada.
Agradecido por lo menos, los desvaríos de su profesor le levantaron los ánimos, mientras el reloj corría ¿su madre estaría orgullosa de este logro? ¿Su padre estaría orgulloso de este logro? Quizás le desestimarían como un chico vanidoso y superficial por tener una inclinación "artística".
Seguro terminaría diciéndome niño estropeado.
Con ese pensamiento amargo, Shinji dejó por última vez el edificio de la escuela.
Rubí, ya había terminado su tarea asignada, aseguró a Ikari para el consorcio y solo estaría en manos de "Diamante negro" convencerle de su labor vital como salvador de la humanidad y toda esa charlatanería, a pesar de que Maki estaba en el grupo de los chicos buenos, la conocía como una manipuladora de primera, desde sus inicios en la policía metropolitana de Tokio-2 y su fase como grupo de operaciones especiales de Japón durante las guerras post impacto.
—Un grupo de personas que individualmente serían fracasados o criminales, transformados en una fuerza respetable —. Se dijo en un lapso desconocido de respeto por su rival.
Sirviéndose otra copa de coñac, Rubí abrió el maletín metálico que le había mandado el jefe a principios de la noche, papeles de adopción completos de Shinji Ikari, una aprobación gubernamental y un acta de emancipación, todo lo necesario para quitarlo permanentemente de las manos de su padre y, el "brain pill" un set de lavado cerebral portátil, un inductor virtual que estimula los nervios A-10 y un coctel consistente de alucinógenos y suero de la verdad. El anciano no sobreviviría al procedimiento, pero tampoco tendrían motivo para dejarle vivir, un cambio de corazón siempre representa incordios.
—Un cambio de corazón en un mundo donde la inocencia puede ser vendida al mejor postor.
Apagando las luces, Rubí agradeció a los dioses que después de mañana no tendría que usar la piel de la "señorita Tanaka" en mucho tiempo.
Eran algo más de las 7:00 de la mañana cuando la señora Tanaka, vino por Shinji, sin mayor ceremonia o despedida él abordo el carro en el asiento trasero y abandono su viejo pueblo. Gran parte de su vida había estado en este agujero rural en medio de la nada, pero estaba asustado, abandonada su único refugio por un lugar extraño muy lejos de su casa, sus miedos también contaban con otra fuente contradictoria, estaba feliz por abandonar el pueblo.
Sumido en la diatriba, Shinji pasó la mayor parte del día en el asiento trasero, solo se detuvieron para comer en el trayecto y de ahí conducirían hasta entrada la noche en Tokio-2.
—Bien yo me bajo en este punto Ikari —. La voz de la señora Tanaka, sonaba tan cortante como una navaja, se encontraban en medio de la nada, era de noche y ciertamente una luna llena brillante en el cielo solo aumentaba lo aterrador del asunto.
— ¡Espere!
—No tienes de que preocuparte —. Dijo ella agarrando un espray de color negro de la guantera—. ¡Dulces sueños!
Muy pronto la oscuridad se apoderó de la mente de Shinji, un olor dulce y un flash blanco era todo lo que recordaría…
¿En donde estoy? —Una luz brillante de halógeno que le cegaba la vista, era todo lo que él podría reconocer—. Es un techo desconocido…
¿Acaso es un sueño?
Shinji levantó la vista, asustado, ese sueño. La señorita Tanaka le estaba llevando a un conservatorio en tokio-2. Apoyando su cuerpo en el respaldo de la camilla, dio un recorrido rápido en el cuarto, sus cosas estaban en una esquina y su camisa.
Por lo menos conservo puestos mis pantalones.
Oyó el ruido de la puerta abrirse, y vio como la cabeza de un hombre se asomaba por el espacio.
—Oye chico ¿estas despierto? Tenemos el desayuno listo en la cocina, bien es casi medio día, pero te servirá bien.
El hombre sonrió mientras hizo una seña, Shinji cabeceo en respuesta, estaba muy hambriento, y las nauseas que sentía al moverse eran una mala indicación.
Se sentía preocupado y lleno de preguntas, incluso podría asegurar que esta gente no le lastimaría, pero él no era el mejor juez de carácter del mundo. Por eso estaba en esta situación en primer lugar, tomando un poco de agua antes de abandonar el cuarto, siguió al hombre tal y como le habían pedido.
—Señor.
—Eh, no me digas señor, me hace sentir viejo. Mi nombre es Yuji, puedes llamarme así chico.
—Sí, señor Yuji.
El lugar no era un hospital propiamente dicho, parecía una enfermería cualquiera de una fábrica de algo… Los largos pasillos de concreto le llevaron a una zona con unas mesas de cafetería y una mesa central llena de bandejas con bocadillos.
—Come todo lo que quieras, así pasaran rápido los efectos del gas verde.
¿Gas verde? —preguntó Shinji.
—Sí un somnífero que puede causar alucinaciones menores.
—Eso explica ese sueño con el camello púrpura que me preguntaba ¿why so serious?
—Inhalaste mucho gas, te recomiendo probar la bandeja con postres, en verdad la necesitas —le dijo él mientras le daba un codazo cómplice—. ¿Sí sabes a lo que me refiero?
—Creo.
—Ok, cuando termines, te llevaré de paseo, tienes algunas preguntas y nosotros también. Ahora voy por mí merienda.
Shinji asintió cuando le preguntaron si estaba listo, el trayecto cubrió un tipo de hangar con unos camiones enormes, los más grandes que pudieran existir o que alguna vez imagino que podrían existir, unos robots trabajadores apilados en un estante y lo que parecía ser un conejo mecánico… Algo le hizo no preguntar qué era esa cosa.
El viaje se extendió a una zona de sótanos claustrofóbicos cuyos pasillos estaban inusualmente provistos de gente, Yuji le hablaba de las muchachas lindas que trabajaban aquí, y de cuantas mujeres hermosas recorrían las calles de Tokio-2…
Finalmente llegaron a una sala repleta de brazos robóticos que pendían del techo, trabajando sin descanso alguno. Al fondo reposaba una cabeza enorme, y a su derecha, una especie de robot gigante que tenía un cuerno prominente y una gema verde en el pecho. Mientras caminaba en esa dirección, podía ver en las plataformas inferiores como unas correas transportadoras movilizaban lo que parecían ser engranajes, y barriles de algo.
—Es bueno ver que esta despierto joven Ikari —. Dijo una mujer que había aparecido a su lado sin previo aviso.
—Mí nombre es Maki Kawasaki, es un placer.
—Yo soy Shinji Ikari señora, ¿puede decirme que me paso? ¿Por qué estoy aquí?
—Ayer, nos informaron que buscaríamos a un "empleado prometedor", nos dieron una dirección en la carretera para un transbordo, lamentablemente solo te encontramos a ti, dormido en el asiento trasero de un vehículo.
—Como puede comprender, tengo algunas preguntas que deseo hacerle. ¿Cómo llegó hasta aquí?
—Una reclutadora para una academia de música en Tokio-2, me seleccionaron la semana pasada. Ayer me vino a buscar y bueno… terminé aquí.
—Entiendo —dijo ella— Llamaremos a tu casa y revisaremos los papeles, nuestro trabajo es vital para la supervivencia de la humanidad, pero no pienso apoyar un rapto, va demasiado lejos en lo que a mi refiere.
— ¿Sé refiere usted al robot gigante?
—Sí.
La expresión de la mujer no mostraba ninguna condolencia para el muchacho, aunque fuera todo lo contrario. Sus jefes le engañaron con una falsa promesa, torcieron las leyes y probablemente sobornaron a unos cuantos al promocionar esta locura. Demonios, es que la presencia de un adolescente no es vital para el funcionamiento del prototipo, es el mundo real, no una serie de mechas donde están limitados a manejar pilotos hormonales y tarados, era solo mercadeo y tanto como le doliera admitirlo, tener al hijo del jefe de la competencia en tu bando pondría la opinión publica a tu lado, la jugada en si mismo representaba una cantidad de riesgos inaceptables, como la disciplina requerida en batalla o si poseía talento real para la conducción de un robot o era un incapaz, variables importantes a la hora de tomar el puesto de líder.
—Shinji, aunque no lo creas, esperamos tu llegada para una labor importante —. Dijo categóricamente—, pero no teníamos nada que ver con la forma en que te trajeron, si estas dispuesto a dejar tus sospechas de lado, podríamos hablar en serio, si decides irte lo comprenderemos y serás altamente recompensado por las molestias causadas.
Dando un paso atrás, Shinji aceptó escucharlo, ella irradiaba autoridad, ahora que la veía podría escrutarla. Vestía ropas de ejecutiva, una falda larga y una chaqueta negra con algunas medallas que no podía identificar, zapatos altos. También llevaba gafas y el cabello corto le daba una apariencia de mujer mayor, aunque creía que podría estar en sus treinta, era bastante linda del tipo ejecutiva.
—Ella, es realmente seria, no fijes tan alto la vista —. Yuji le había dicho mientras se reía de su propia broma.
— ¡Nada como eso señor!
—Jeje, admito que tienes buen gusto, nos llevaremos bien.
Shinji no dijo nada, no podía ganar, ahora que se rezagaba ver que Yuji era bastante alto para un hombre japonés un metro ochenta o más, la señora Kawasaki era unos diez o veinte centímetros más baja, era claro quien era el mas chico del cuarto.
Les siguió a un área de descanso en el sótano una mesa en el centro con una laptop y unos bancos de madera, detrás de ellos reposaban otro robot, uno mucho más pequeño y de apariencia atemorizante, similar a un diablo.
Tomando asiento en unos bancos Shinji se preparó lo mejor que pudo, lo que descubrió cuando la señora Kawasaki comenzó su exposición, le daría una vuelta completa a su mundo.
—Ya, debes saber que es el segundo impacto, lo que no sabes, es que no fue un asteroide, fue un ser vivo quien lo ocasionó.
Una expresión de horror se formó en el rostro de Shinji durante el siguiente par de horas, la sorpresa era apabullante, poco a poco muchas piezas comenzaron a encajar en un cuadro del que posiblemente hubiese elegido no ver en otro momento o lugar.
— ¿Estos seres llamados ángeles? ¿Planean invadir la tierra en el siguiente año y estos robots están hechos para derrotarles?
—Correcto.
—Y, ¿hay otra agencia planeando luchar con ellos?
—Correcto.
— ¿Mí padre trabaja en esa agencia Nerv?
—Correcto.
—Es complicado.
—Bastante —respondió ella de forma simpática—. Demasiado difícil de creer, pero la realidad siempre supera a la ficción.
— ¿Por qué debo pilotear? No soy nada especial o tengo alguna capacidad de manejar equipos electrónicos, ni se encender un Dvd, menos un arma gigante.
Tan inseguro como expresaban los informes.
Casi con tristeza Maki se puso en movimiento, la corporación le deseaba como piloto, pero ella no le mentiría sobre el motivo real, crearle falsas expectativas de ser un elegido, resultaría en tragedia a la larga, la sinceridad sin aditivos solo debe usarse en oportunidades como esta.
—Mi gente desea tenerte como piloto por tu linaje, no eres diferente de otros muchachos de catorce años, como estará pasando por tu mente es un juego político para ellos.
—Entiendo —. Respondió Shinji de manera plana y sin vida, era obvio que el golpe le afecto enormemente.
—Ahora, mi meta es la salvar a la humanidad. Puedes unirte a este grupo de trabajo y hacer algo importante para ti mismo, para demostrarles a mis jefes que eran unos imbéciles malcriados y para tratar con tu padre.
La mención de su padre trajo a flote las memorias del momento en que le abandono y la idea de mostrarle que no era un "sin valor" le gustaba, pero la señora Kawasaki parecía absolutamente seria en su punto, exigirían mucho de él como persona y quizá fallaría, una falla que puede terminar con todo.
— ¿Por qué he de salvar a un mundo que nunca me ha ofrecido nada?
Yuji pareció indignado e iba a decir algo cuando le interrumpieron.
—El afecto de tus padres es una lotería, el amor: tienes que salir a buscarlo, rara vez toca a la puerta y la justicia se tiene que trabajar.
—Te doy una oportunidad de muchas que tendrás a lo largo de tu vida.
¿Si no rindo como se espera de mi?
—Te reemplazaremos, al igual que con cualquier otro empleado que no rinda, al igual que si mueres en acción, siempre buscaré tener un reemplazo disponible en todo momento, aquí trabajarías con deberes y derechos, no puedo permitir a alguien malcriado en un plan de esta envergadura.
—Es justo.
Shinji dio un largo suspiro, estaba cansado, apenado y humillado. Sin embargo cada palabra tenía peso en él, esperaban que piloteara y ganara, eso haría, en lo mejor de su capacidad… si es que existía alguna capacidad en él.
—Yo acepto.
Notas de autor
Lo de siempre, la idea me comenzó a rondar hace unas semanas, de ¿qué si Nerv tuviera una compañía rival? Este es el producto, agradezco al Observador y al Señor Cataplasmo quienes me betearon este calambre cerebral llamado "Proyecto Guardián"
En el siguiente capitulo: Sachiel atacará la ciudad de Tokio-3, pero no hay piloto de repuesto, mientras el pánico se apodera de Nerv, las JSSDF aceptan la ayuda de un misterioso benefactor.
