1: SIMPLE COMIENZO
Hinata Hyuga se alisaba su largo cabello enfrente de su tocador.
Una canción de los noventas al fondo y escuchar a su hermana quejarse de que tiene sueño al lado de su cuarto es su mañana diaria. Hace una media sonrisa cuando escucha la ducha encenderse exactamente a las 7:15 am.
A sus diecisiete años era hermosa, sus ojos perla heredaros por parte de su padre y ese cabello negro azulado por parte de su madre que contrasta con su piel pálida la hacen perfecta. Es muy bajita, pero peligrosa.
Aunque ella no lo sepa en este momento.
Tiene un perfecto cuerpo escondido bajo esas ropas holgadas que son el doble de su talla.
«Simple comodidad» decía ella cada vez que le preguntaban que ocultaba bajo esas faldas horribles.
Es feliz con su vida, no se queja de nada; tiene una muy buena estabilidad económica y, sobre todo, el amor incondicional de su familia.
Que tonta era.
La puerta de abre dejando ve una esbelta figura con traje de vestir. Hinata le sonríe a su Madre, mientras que Hana, sorpresivamente, saca un collar de su espalda.
La Hyuga, en segundos, se da cuenta que ese collar pertenece a su familia, tras años y años de regalárselo al Nieto que más ha destacado en la Escuela o en la Empresa familiar.
Hinata lo mira incrédula. Por un momento pensó que era su cumpleaños o una fecha muy importante para su familia, porque el collar se da en fechas "importantes", pero no era eso.
—Es un obsequio—dice Hana, yendo hacia Hinata. Con amabilidad y con mucho afecto, Hana, se lo coloca en el cuello y deposita sus suaves manos en los hombros de su hija mayor y añade:—tu padre te lo manda de su viaje con los Abuelos. Eres la Hyuga que más ha destacado este año.
—¿Y Neji?
Hinata se voltea para ver a su Madre, tenía que preguntárselo. Jamás pensó en ganar este collar, no con su primo a la cabeza.
Hana sonríe y le acaricia su cabello.
—Neji, tu primo, sacó un cinco en una clase de lenguaje Ruso.
Hinata niega con la cabeza a la vez que hace una media sonrisa; sabía que esa materia seria la perdición de Neji. Incluso, una vez, Neji Hyuga le pidió ayuda a Hinata, pero era tan malo que daba pena ajena.
—Gracias—dice ella, tocando ese collar como si se tratase de un diamante y no de una baratija sin sentido—. Es muy hermoso... y gracias por su apoyo.
—No más que tú—expone Hana—, tú eres más hermosa. Y no hay nada que agradecer, eres una Hyuga y eso hacen los Hyuga. Apoyarse en todo.
Hinata se sonroja.
—Gracias...
Hinata cierra sus ojos por lo que acaba dedecir. Hana niega con la cabeza, le da un beso en la mejilla y sale de la habitación;dejando a una Hinata sin palabras y confundida.
...
El instituto queda a diez minutos del hogar de Hinata.
Camina sola, sin ningún amigo o alguien que la acompañase. Todas sus mañanas, prácticamente, eran iguales: alistarse para la escuela, desayunar, salir de su casa y caminar pensando en que encargaran de tarea los Profesores y, por último, entrar al Instituto sin llamar la atención... pero esta mañana es diferente.
El ajetreo del Instituto Cowe la sorprendió cuando llegó a la entrada. Muchas chicas gritaban y cuchicheaban en bolita en toda la entrada. Hinata las mira como si fuesen unas locas y colocando mejor sus libros en su pecho. Sube las escaleras y llega al pasillo principal. Camina hacia su casillero y, muy claramente, observó a su mejor amiga en la esquina con unos grandes auriculares en su cabeza. Tarareaba y movía su cabeza de un lado a otro a la vez que movía sus caderas.
Luna alza sus brazos cuando ve a la pequeña Hyuga y le hace señas de que se acerque rápido.
Eso solo significa una sola cosa: chisme y del bueno.
Hinata hace una media sonrisa y camina un poco más deprisa; y cuando está a punto de llegar con su única mejor amiga, una gran manada de chicas salen corriendo hacia el patio trasero, empujando, gritando y, una que otra, llorando de alegría al ver su celular.
Hinata niega con la cabeza y con el pensamiento de "locas" en su cabeza.
—¿Qué pasa?—Pregunta Hinata.
Luna suelta un suspiro.
—Chico nuevo—responde.
Hinata, de nuevo, niega con la cabeza; coloca su clave de seguridad en el mini—candado de su casillero y saca los Libros que le corresponden para sus siguientes clases.
No entendía a las chicas de su Escuela, definitivamente, no era normal no entenderlas. Solo buscan chicos, fiesta y alcohol.
Y ella solo busca acabar su carrera e irse a otro lado, como a Estados Unidos o Grecia.
—No sé por qué hacen tanto escándalo—repone Hinata—, solo es un chico.
—¿Ya lo viste?
Luna se quita sus Auriculares y se los aguarda en su mochila.
—No—dice Hinata, como si fuese obvio—, acabo de llegar.
Hinata cierra el casillero, se hace un lado su cabello y mira a su amiga.
—Además...—continua:—no me importa.
Luna la ve con los ojos abiertos
—¡Pero si el chico esta como para comérselo!—Chilla Luna—, eres muy rara, Hinata.
—Lo sé.
Hinata hace una sonrisa y Luna también la hace, pero ella rueda los ojos y empieza a seguir a su amiga a su primera clase que es Ingles. Luna no para de hablar del chico nuevo, le dice a Hinata que lo sigue en Instagram y Facebook. Que ha averiguado un poco de él, prácticamente tiene su vida estudiada como si de su palma se tratara. Hinata la mira de reojo y piensa que tener a Luna como enemiga y no amiga será muy malo.
Cuando Hinata llega a su salón correspondiente se despide de Luna con un abrazo y diciéndole una canción que escuchó ayer en la radio, pero Hinata no sabe el nombre y le dice a Luna que averigüe para que su hora libre se vaya de inmediato.
Luna asintió y empezó a buscar en internet.
—¡¿Cómo dices que iba la letra?!—Le grita Luna, con el celular en lo alto y con una ceja alzada.
Hinata se sonrojo en medio del pasillo y pudo ver de reojo que los chicos escondían sus risotadas.
—¡¿Work, Work?!
Hinata llega hasta su asiento, que esta al fondo de toda la clase, y asiente para después hacerle señas de que se marche. Luna levanta el pulgar derecho sin mirarla siquiera.
—¡Creo que es de...! ¡Ya se! ¡Work, work, work! –Luna frunce el ceño cuando ve quien la canta—. ¡Hinata, esa canción es mole...!
Luna se calla cuando ve a la Maestra entrar y observándola con detenimiento. Hace una media sonrisa que no engaña a nadie y se para derecha.
—Señorita, Onisee, ¿ahora le toco conmigo?
Luna pasa su peso de un pie a otro.
—No, Maestra, estoy con mi amiga... —la maestra Colette niega con la cabeza, reprendiéndola, y tomando el pomo de la puerta desinteresadamente—. ¿Debería irme, cierto?
—Si...—asiente—, eso sería lo correcto.
Luna hace una mueca, ve de reojo a Hinata y ella tiene sus manos en su boca para no reírse; Luna niega con la cabeza y desaparece.
Hinata, cuando se da cuenta de lo que acaba de hacer, hace mueca y se lleva su mano a su frente.
—No me la sacare de encima en todo el día...—murmura.
La Maestra Colette Holbien se dirige hacia su escritorio, se sienta y con un movimiento de mano audaz hace que todos los alumnos del salón cierren sus libros y guarden sus celulares en su mochila.
—Hoy hablaremos de los pronombres—dice, y se levanta para después sacar un marcador azul de su cajón. Coloca la fecha en la esquina del pizarrón y continua:— no los confundamos con...
Golpes en la puerta la interrumpen por completo. Ella suelta un suspiro, abre la puerta y se aclara la garganta.
Hinata pudo ver un papel amarillo en sus manos. La Maestra Holbien se coloca en el medio y dice:
—Jóvenes, hoy tienen un nuevo compañero de clase.
Le hace señas al chico para que entre y añade:
—Por favor, presentante ante la clase.
—Naruto Uzumaki.
Hinata abre los ojos cuando lo ve. Agacha su cabeza para no mirarlo de nuevo y empieza a jugar con su libro. Reconoce ese nombre, el problema es que no sabe de dónde exactamente.
—Bueno, Naruto, bienvenido y siéntate en donde quieras.
Hinata paso saliva con dificultad y deja su libro en paz cuando rompe una hoja. Ese nombre la pone incomoda. Puede sentir, muy claramente, que alguien la mira. El problema es que no sabe quién es.
—¿Está ocupado?
Pero Hinata no sabe que le están hablando a ella. Escucha varias risitas y levanta la cabeza para saber por el motivo de aquellas risas.
En su intento de buscar al presunto chica o chico que ha causado las risas se topa con unos ojos azules.
Ella es el motivo.
—No—responde ella, atropelladamente y tomando fuertemente su libro. Nunca había hablado con un chico, solo con su primo Neji, pero eso fue hace mucho. Antes de que él partiera a Japón a estudiar con su Novia.
El chico asiente. Hinata solo lo mira, no podía quitarle la vista de encima. El chico sonríe y eleva una rubia ceja, esperando algo.
—¿Qué?—. Hinata se abstuvo de llevarse las manos a la cara.
Más risillas por parte de sus compañeros. Hinata se sonrojo a no más poder.
—¿Me puedo sentar?—Pregunta el chico—, es la única banca disponible.
Hinata asiente, se levanta y se odio así misma por oler esa fragancia de hombre. Se sienta como un Robot y en toda la clase pudo sentir esa mirada azul, mirándola y acariciándola sin acercarse.
