Los personajes son totalmente de Stephenie Meyer... y para mi desgracia no me pertenecen ni un poquito.
RECOMENDACIÓN!
Mientras leen el capitulo, cuando aparezcan las letras negras escuchen la canción "Me vuelves a Herir" de De Saloon
Este Two-Shot esta dedicado a mis Fans favoritas... MARI ROMERO y CINDY HERRERA! Chicas gracias por su apoyo, en verdad no pensé jamás que tendría fans... Son las mejores!
Me vuelves a Herir
Parte I
"Edward:
Esto es realmente difícil para mí, pero ya no puedo más con esto.
Me he cansado de ser ignorada, maltratada y humillada hasta que te cansaras. Yo no me merezco todas las cosas que me has hecho, pero porque te amaba más que a mi propia vida he soportado más de lo humanamente posible. Parte de esto también es culpa mía… yo fui la que aguantaba cada uno de tus desplantes y estupideces, jamás le puse un alto a todas esas cosa. Solo eso fue mi error, porque aún no encuentro el motivo para tanta humillación de tu parte.
Me voy.
Desapareceré de tu vida tal vez para siempre. Créeme cuando te digo que esto es lo mejor para mi y para ti, porque por fin podrás estar con una mujer más digna de ti y yo encontraré la paz que tanto necesito.
Sé que no me buscarás y tampoco quiero que lo hagas, déjame ser feliz con el poco amor propio que me queda.
Sí alguna vez en verdad me amaste…
Gracias por los momentos felices que vivimos, los recordaré por siempre.
Adiós
Isabella".
Ya estaba todo listo.
Mis maletas aun lado de la puerta y el taxi llegaría en tan solo unos minutos. Con cuidado de no manchar el papel con mis lágrimas, escribí su nombre en el sobre y metí la carta que acababa de escribir para dejarla en la mesa de café a un lado de su sillón favorito.
Antes de irme quería mirar por última vez lugar donde fui feliz los últimos dos años de mi vida, aquel lugar que ambos buscamos con tanto entusiasmo y que pensé que sería el inicio de una maravillosa vida juntos, pero al parecer solamente fui yo quien siempre tuvo esa idea.
Conocí a Edward cuando recién había salido de la universidad.
Ese día junto a mis amigas salimos a celebrar nuestro título de químicas farmacéuticas, nos había costado sangre sudor y lágrimas poder terminar nuestra carrera era justa una celebración como Dios manda. Mi mejor amiga Tanya llegó junto a varios chicos, entre ellos estaba él, su mejor amigo. Destacaba entre la multitud con su porte elegante y distinguido, su sonrisa cálida y una hermosura que llegaba a doler de tanto mirar. Muchas de las chicas trataban de llamar su atención hablándole de cualquier estupidez o coqueteándole descaradamente, yo por mi lado decidí pasarlo bien con mi gente, total el chico ya tenía suficiente compañía. No pasó más de media hora cuando él se sentó a mi lado y comenzó a tratar de entablar una conversación conmigo, yo había sido la afortunada de llamar su atención aquella noche. Conocí más de sus gustos y de inmediato supe que él era el indicado.
Llámenlo amor a primera vista o como quieran, pero yo lo ame desde el segundo que descubrí su caballerosidad, su inteligencia y su ternura al enfrentar el mundo.
Después de esa noche comenzamos a pasar mucho tiempo juntos hasta que por fin nos hicimos novios. Todo siempre fue muy intenso entre nosotros, los días los vivíamos más frenéticamente que los demás, hasta que después de dos meses de noviazgo nos fuimos a vivir juntos.
Las cosas estaban tan bien entre nosotros.
Aun no comprendo que fue lo que nos pasó…
El tiempo pasaba y yo me sentía cada día más enamorada de él y Edward parecía que también.
Un año y medio viviendo juntos, las cosas no podían estar mejor. Edward comenzó un proyecto grande para poder tener su propio negocio de exportaciones, ese siempre había sido su sueño, mientras tanto yo estaba trabajando en una prestigiosa industria de medicamentos de Wilgminton, en New Jersey. Nada podía cambiar la felicidad que sentía…
De un día para otro el negocio de Edward comenzó a surgir como espuma y las reuniones de trabajo comenzaron a llenar todo su tiempo, de a poco las cenas románticas, los paseos y los detalles empezaron a desaparecer. Yo lo comprendía y trataba de esperarlo pacientemente cada noche con mi mejor sonrisa para que viera que lo estaba apoyando, a pesar de que ya no tenía tiempo para mí, pero en el fondo sabía que las cosas estaban cambiando y no sabía si para bien o para mal.
Podrías ocultar el fuego que quemo, mi sonrisa
Y podrías convertir este sueño abrumador, con mentiras
Y es así como cambia tu vida
Y si es así, se termina la mía
Las semanas pasaron y las cenas de negocios comenzaron a ser más frecuentes…
-Bella, sabes ¿dónde está mi camisa? – pregunto mientras preparaba la cena para nosotros
-¿Saldrás de nuevo? – pregunté anonadada asomándome por nuestra habitación
-Sí – respondió fríamente – Ya la encontré
-Pero… Edward… hoy es nuestro aniversario – le recordé mientras los ojos me comenzaban a picar
-¿Y? – respondió como si no hubiese sido importante
-Pensé que… - paso a mi lado sin mirarme siquiera
-Por Dios Bella, pasamos todo el día juntos, no te basta con eso – respondió irónicamente – no me molestes, ya estoy atrasado.
Y así como si nada, se fue sin siquiera despedirse
Nunca había sido tan duro conmigo, siempre me decía que yo estaba antes que cualquier cosa en su vida.
Desde ese día las cosas comenzaron a cambiar. Empezó a ser hiriente con sus comentarios como por ejemplo "Sabes estas un poco fea, porque no te arreglas como las demás", "Me da vergüenza que te vean conmigo, mírate eres toda una fracasada" o mi preferida "debí buscar a alguien mejor que tú". Cada palabra suya era un latigazo para romper de apoco mi corazón, pero me mantuve firme a su lado. Yo le amaba y nada me separaría de él ni siquiera sus palabras y sus actos
Y me vuelves a herir y me haces tan mal
Y ya no sé qué sentir, si todo es oscuridad
Y tú me dices ya no que todo el tiempo se fue
Que el corazón se durmió con el recuerdo de amor
Y ya no puedes seguir
-Sabes Edward quiero que me digas la verdad de una maldita vez – le grité mientras él llegaba pasada las dos de la madrugada.
Ya estaba cansada de ver cómo me mentía. Yo como tonta esperándolo y él estaba con otras, las fotos de las revistas sociales no mentían.
-No seas tonta – se rió – sabes que jamás te mentiría – se estaba acercando para abrazarme pero me aleje lo más que pude - ¿qué pasa?
-¿Qué PASA?, te diré que pasa – respire profundamente antes de comenzar a gritar nuevamente – no soy tan estúpida como crees. Me has estado mintiendo desde hace meses y yo como tonta pensaba que me estaban mintiendo los demás menos tú. Pero mira – le lance la revista en la cara – como quieres que crea que vas solo a todas esas cenas, si aquí hay fotografías de que siempre vas acompañado.
-Bella… no es lo…
-No es lo que parece – me reí ante la ironía – llevas meses diciéndome lo mismo. "Amor, es que una de mis socias se tropezó y cayó sobre mí y manchó mi camisa con labial" – imite patéticamente su voz – Dios como soy tan ciega. Seguramente todo este tiempo te has estado acostando con todas esas zorras y yo aquí haciendo el papel de la novia estúpida.
No podía creer que él me estuviese haciendo esto.
-En verdad no me crees – dijo segurísimo de sus palabras - ¿crees que estoy con otras? – me miró duramente – entonces no te importará que me valla a revolcar con cuantas se me antoje – dijo tomando su chaqueta – y puedo apostar que cualquiera de ellas será mejor que tú – finalizó mirándome con desprecio saliendo de casa.
Podrías olvidar la fe que te entregue, pero no mis heridas
Podrías ocultar el frío que dejo, tu partida
Esa fue la primera vez que se fue de casa, no volvió hasta después de tres semanas. Siempre se iba después de una discusión
Nunca me pidió una disculpa, ni siquiera hizo alguna alusión a la discusión que tuvimos, volvió como si nada hubiese pasado. Pero como tonta lo deje pasar, pensando que no se repetiría, que me amaba y que solo fue un arranque de rabia por mi desconfianza, así que hice lo que pude por remediar la situación.
Nada sirvió, estaba más distante y frío que antes, llegaba a casa más tarde de lo normal, borracho y envuelto con perfume de mujer.
Sabía que lo estaba perdiendo de a poco, él ya no era mi Edward, el chico dulce y cariñoso que me enamoro a penas lo conocí. Ahora era un tipo frío, irónico, sarcástico, petulante e hiriente con cada acción.
Cada día sentía que la vida estaba cambiando y de a poco la maravillosa vida que tenía se estaba desmoronando, me estaba muriendo poco a poco en vida.
Y es así como cambia tu vida
Y si es así se termina la mía
-Amiga ¿qué paso? – me preguntó Tanya mientras la abrazaba al llegar a su casa.
Estaba mal… me costaba respirar. Las lágrimas caían de mis ojos sin que pudiera frenarlas, sentía que me dolía el corazón, que se me partía el alma.
Tanya me guio hasta la sala y se sentó a mi lado acariciando suavemente mi espalda, tratando de que le hablara o que me calmara de alguna forma, pero no podía… las imágenes eran demasiado dolorosas como para poder tranquilizarme siquiera un segundo. Las horas pasaban y mi amiga me consoló incondicionalmente, hasta que deje de sollozar aunque las lágrimas seguían cayendo por mi rostro.
-¿Estas mejor? – preguntó con precaución. Negué tragando el nudo de mi garganta - ¿qué paso?... nunca te había visto así de alterada.
-Ví a… Ed… Edward… besándose con su secretaría – ante la imagen mental del momento justo en que los vi en su oficina mientras se devoraban.
-¡¿Qué? – gritó – no puede ser… debes estar equivocada – murmuró
-No… yo sé lo que vi – susurré – Esa Charlotte siempre estuvo detrás de él… ES UNA ZORRA! – grité mientras me levantaba violentamente para caminar furiosa por la pequeña sala – y sabes que es lo peor de todo – pregunté – es que sabía que algo estaba mal… ellos pasaban demasiado tiempo juntos – comencé a llorar nuevamente
-Belly, tranquila… - nuevamente me abrazo – Dios, no puedo creer que sea tan idiota
-Cambio tanto – sollocé aferrándome a ella – desde que creció su negocio yo deje de importar. Me trata mal, me humilla cada vez que puede, frente a sus amigos, a su familia, hasta me ha dejado por semanas con la pobre excusa de que lo ahogo siendo que jamás le he puesto trabas. Me deje humillar solo para que él cumpliera sus sueños.
Mi amiga me miraba horrorizada
-Desde cuando ha pasado eso – susurró mientras su móvil sonaba
-Desde que empezaron las dichosas cenas – miró su móvil y su cara se transformó
-Es Edward
-Por favor… no le digas que estoy aquí. No estoy preparada para verlo aún – sollocé
-Está bien, pero esto no se puede quedar así – Se alejó para que él no me escuchara
Después de ese día me quede con Tanya un par de semanas. Jamás me llamó ni me busco y eso me llevó a tomar la decisión de encararlo y terminar con esta farsa de una vez. No quería ser más herida, ya no podía vivir con los recuerdos de un hombre que ya no estaba junto a mí.
Era tiempo de volver a retomar un poco de dignidad.
Y me vueles a herir y me haces tan mal
Y ya no sé qué sentir, si todo es oscuridad
Y tú me dices ya no que todo el tiempo se fue
El corazón se durmió con el recuerdo de amor
Respiré profundamente antes de abrir la puerta del que consideraba mi hogar, mi puerto seguro.
Sentado en la sala estaba él, tan normal como siempre comiendo mientras veía la televisión. No se había dado cuenta de mi llegada por lo que pude examinarlo mejor desde la distancia y definitivamente no me gustó nada lo que vi.
Sus rasgos no eran dulces ni suaves, eran duros y fríos; sus ojos no brillaban como cuando estaba feliz y satisfecho consigo mismo. El definitivamente ya no era mi Edward pero estaba segura de darle una oportunidad. Todos nos la merecíamos y estaba segura que con mi amor lograría mejorar las cosas.
-Buenas noches – me hice notar. Él me miró indiferente, como si nos hubiésemos visto hace unas horas
-Hola – ese fue su seco saludo
-¿No me vas a preguntar dónde estaba? – respondí caminando hacia él
-¿Para qué? – se encogió de hombros – poco me importa donde hallas estado
En ese momento sentí que me desmoronaba en mi interior. Ya nada tenía sentido si yo ya no le importaba.
-Entonces porque estás aquí aún – le grité mientras apagaba la televisión
-Porque es fácil, estás para atenderme y tenerme la ropa limpia – eso terminó de matar la poca fe que me quedaba de salvar esta relación – además este departamento es mío, la que tendría que largarse serías tú.
-Solo para eso estoy aquí - susurré mientras me iba a buscar mis cosas para largarme de aquí
-¿Dónde vas? – me siguió gritándome
Antes de irme debía saber algo importante… algo fundamental
-¿Me amas? – le pregunté mirándolo a los ojos
-No – se veía tan seguro de sí mismo
-¿Qué? – susurré antes de que una lágrima cayera por mi mejilla
-¿Acaso eres sorda? – me miró con burla – YA NO TE AMO – gritó antes de salir del departamento azotando la puerta.
Y eso fue todo… ya no tenía nada que hacer allí.
Y yo te quise a morir y ya gritas ya no
Por qué están fácil tu adiós y tan difícil mi amor
Que no te puede entender
Todo había pasado tan rápido. Anoche mismo comencé a hacer mi maleta y ya estaba lista para partir a tratar de recuperar lo que quedará de mi vida.
Eché un último vistazo al que fue mi hogar. Esperaba que en la nueva vida que me esperaba no me volvieran a herir como esta vez.
Y me vuelves a herir…
Me vuelves a herir
Me vuelves a herir
Me vuelves a herir
Odie a este Edward tan malo!... Pero chicas, todo tiene su razón de ser.
¿qué les pareció?, espero sus opiniones!
besos!
