El winx club no me pertenece.

En los largos y anchos pasillos de Fuente Roja, retratos de héroes viejos y profesores miraban a cada uno que pasaba por aquí. Con viejas moquetas rojas cubriendo el suelo de mármol, se hacía más cómodo el paso. Sin ninguna cámara de seguridad, era normal que alguna chica entrara en el edificio o que algunos niños cambiaran de alcoba.

Y aquí se encontraban Riven y Helia. Caminando dirección a su alcoba. Los dos dormían en la misma habitación. Sí, un pacifista y un maestro del combate conviviendo juntos. Pero había un motivo por el que, cuando Helia lo sacaba de quicio no lo mataba. Ese motivo era su hermana. Musa.

Esa chica de hermosos ojos zafiro y pelo casi azabache. Chica con magestuosas curvas que haría a cualquier chico caer a sus pies. Todos los chicos de Fuente Roja (exceptuando a Helia) se habían fijado en ella. Pero al saber que era de este personaje, descartaban la idea de piropearla.

Del bolsillo de los levi's de el peliazabache, sacó una diminuta llave acompañada de un llavero de la figura musical semicorchea. Introdujo la llave en la oxidada cerradura, y tras varios giros, un chirrido anunció que estaba abierta. Entro primero el pacifista, tirando su mochila en el rincón en el que ellos dos solían tirarla. El otro adolescente cerró la puerta y repitió sus pasos.

-Viernes, por fin.

-Pues yo no me haría muchas ilusiones, mi hermana esta estudiando para una prueba de piano este fin de semana. No deja ni que yo vaya a casa.

-Y tú...¿tienes algún plan?

-No...Flora está visitando a sus padres. Todavía no quiero acompañarla a ese tipo de cosas.

Se hizo un silencio incomodo para ambos. Helia sacó la tetera y le introdujo agua para luego ponerla a calentar. Riven intentó encender la televisión. Pulso el botón rojo. Nada. Volvió a repetirlo varias veces. El pelilargo se dio cuenta de eso y miró por la ventana. Había una increíble tormenta.

-Riven, ya sabes que cuando hay tormenta no funciona ningún dispositivo electrónico. Ni siquiera los móviles. Así que yo me iría preparando para un largo fin de semana.

- Genial... no aparatos electrónicos, no Musa, no pasear...no diversión.

-Pasear si que puedes... pero no te lo recomiendo.- Él introdujo la bolsita de té en la taza mientras removía con la cuchara.- A parte, me tienes a mi. Yo no me voy a mover de Fuente Roja.

-A eso venía lo de no diversión.

-Ja ja... que gracioso ¿no?

-A que sí.

-¿Quieres?- Dijo enseñándole la tetera.

-No, gracias.

-Oye, si vas a estar todo el fin de semana igual...

-Vamos a jugar a un juego.

Helia miró a Riven curioso. Sus juegos prometían no ser nada divertidos. Había visto decirle eso a varios chicos cuando se fijaban en Musa. Y ese juego tampoco acababa bien. "Saw" también era una de sus películas favoritas, pero siempre que ese extraño y temible muñeco pronunciaba esas palabras, alguien tendía a salir muerto... Definitivamente esas no eran unas palabras que invitaran a escuchar más... pero él nunca aprendía. Daba igual las veces que se lo repitieran.

-¿Qué...qué tipo de juego?- Dijo casi arrepintiéndose de haberlo preguntado.

-Mañana haremos lo que yo quiera... y el domingo lo que tú decidas...

Suspiró aliviado. No se le parecía a ninguna idea que se le pudiera haber cruzado por la mente.

-Pero todo tiene que estar relacionado con el miedo o el terror.

Palideció. Eso tenía más sentido proviniendo de Riven.