Nota de A.= Bueno, antes que nada. Buenos Días. O Tardes o lo que sea en el país que estén y a la hora que lo lean. Tengo esta historia que desde hace días me viene rondando en la cabeza y decidí darle una oportunidad. No soy escritora, ni dedico mi vida a Fanfiction, pero esto es diferente. Quiero hacerlo. Por cierto, no conozco a Lea Michele, ni a Cory Monteith, ni a ninguno otro de los personajes que acá menciono. Sin nada más que decir, gracias por embarcarse en este viaje conmigo.

Prologo:

La chica acababa de terminar sus escenas, había sido una jornada agotadora, aún no entendía como no terminaba muerta después de cada día de filmación. Tal vez sus deseos de sobresalir en el mundo de la fama eran mas grandes que ese intenso dolor físico que venia sintiendo desde los últimos días. Porque no solo era agotamiento mental y muscular, esto había repercutido en un inmejorable dolor de cabeza que la venia aquejando desde hacía un par de semanas.

Trato de sonreír, al fin y al cabo ella interpretaba a la protagonista, y lo que menos quería hacer era preocupar al equipo que la acompañaba, tanto del set, como a sus compañeros de rodaje, y como bien decían por ahí, si la reina estaba mal, los subordinados igual. Pero la verdad le era imposible, no soportaba más el constante tamborileo de su cabeza. Quería irse de ahí lo más pronto posible. Estar sola y descansar, tal vez una buena película le disminuiría el malestar que venia sintiendo. Y con intentar mostrarse tranquila, lo único que logro fue una mueca graciosa que no significaba realmente nada.

¡Hey! Lea, ¿Te encuentras bien?—pregunto Mark al tiempo que se acercaba a ella, él la venia observando desde hacia un rato y notaba como ahora estaba mas apagada, muy distante de la personalidad jovial y encendida de la morena—Tienes una cara que no dice nada bueno de tu estado ¿Qué te sucede?.

No es nada, Mark —agito la mano, tratando de restarle importancia—solo siento un dolor de cabeza que me viene dando desde hace varios días y no lo soporto, en realidad. Suerte que mañana no tenemos que grabar, así podré descansar, hoy veré una película y tal vez me encuentre mucho mejor, ¿vale?

La cara del chico se relajo visiblemente, pensaba que tenía peores problemas con los que lidiar, pero al darse cuenta que era una simple jaqueca, se limito a sonreír y preguntar—¿Quieres que te lleve a casa? Vi que hoy no trajiste el auto, y no quiero que tomes un taxi, no sabemos que puede suceder en el camino., no vaya a ser que te desmayes y ni recuerdes tu dirección—Se mostraba serio, pero con el tono en que hablaba era obvio que solo intentaba bromear—Yo ya termine mis escenas por hoy, así que..¿Vamos?—le extendió el brazo, para que ella lo tomara en forma de gancho y así retirarse del lugar. Él también estaba cansado.

Lea engancho el brazo con el de su compañero y asintió con la cabeza—Creo que no puedo resistirme a que un caballero me lleve a casa en un bello corcel, Puck—expreso haciendo referencia al papel que interpretaba el muchacho en la serie.

Empezaron a caminar hasta el auto del joven, aún entre risas y bromas. No fue hasta el momento en que subieron, se abrocharon el cinturón y partieron hasta ser un lejano punto en el horizonte. No fue hasta ese momento que el chico que aún se encontraba en el set ultimando los detalles de una escena, les quito la mirada de encima. Estatura más alta de la común, con una sonrisa encantadora y unos ojos sinceros, Cory Monteith.