Disclaimer: Los personajes de Card Captor Sakura no me pertenecen a mi, si no a las CLAMP. A excepción de otros originales mios.

Planeo terminar esta historia antes del 14 de febrero, así que actualizaré bastante rápido! Espero la disfruten

Y le enviaré un chocolate a cada uno que me deje un review de ahora en adelante (?

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Capítulo uno: San Valentín

- La historia de San Valentín se remonta en la Roma del siglo III, en el que se prohibía el matrimonio entre los soldados ya que se creía que los hombres solteros rendían más en el campo de batalla que los hombres casados porque no estaban emocionalmente ligados a sus familias. Es en estas circunstancias cuando surge la figura de San Valentín, un sacerdote que ante tal injusticia decide casar a las parejas a escondidas de los ojos romanos. Una vez que fue aprehendido, el Emperador le retó a que le devolviera la vista a una de sus hijas que había nacido ciega. Mientras lo hacía, el sacerdote se enamoró de ella perdidamente. Pero aún así fue mandado a ejecutar, y por eso, la noche anterior le escribió una carta a su amada; dando origen a las cartas de amor y la poesía típica. El sacerdote fue ejecutado el 14 de febrero. Desde entonces, este día ha pasado a ser un emblema para los enamorados, principalmente para aquellos que deben librarse de grandes obstáculos para concretar su infinito amor que…

-Qué idiota…

Ante el murmullo, la profesora bajó el libro frente a su cara e hizo detenerse a la alumna que estaba leyendo en ese momento. Paseó su vista por el resto de la clase, y cuando encontró su objetivo, entrecerró los ojos. El aludido se hizo el desentendido y una sonrisa ladina surcó el rostro de la profesora. Dejando el libro a un lado, caminó con aire elegante hasta el banco de su alumno favorito.

-¿Alguna opinión que desees compartir, Ichiro?

Ichiro Hasuke, se tensó en su lugar y giró el rostro lentamente hacia la profesora. El resto de sus compañeros solo pudieron suspirar con resignación y pena ante la suerte del chico. ¿A quién se le ocurría decir algo así en la clase de la profesora Mizuki, sabiendo que era una romántica tradicionalista sin remedio? Y eso que aún estaba soltera.

-No, no, profesora- Negó con efusividad.

-¿Ah no?- Los ojos de la pelirroja se afilaron sobre él- Creí haberte escuchado decir algo… extraño.

Ichiro tragó saliva con cada célula de su cuerpo temblando. Para su salvación, el timbre sonó avisando que comenzaba el receso para almorzar. La profesora se giró en el acto hasta su escritorio.

-Bueno chicos, recuerden que en la cafetería van a estar pegados los volantes para el baile de San Valentín. Tal vez alguno quiera ayudar por puntos extras- Ante eso fulminó a Ichiro con la mirada- Nos vemos el jueves- Le sonrió afablemente a toda la clase y salió del salón con su sonrisa y gracia característica. Falsos, obviamente.

Ichiro dejó salir hasta el último vestigio de aire de sus pulmones mientras se deshacía sobre su silla.

-Creí que iba a morir…-Susurró para sí mismo, pero todos lo oyeron y comenzaron a reír.

-¡Serás idiota, Hasuke! Decir eso en la clase de la profesora Mizuki ¿no tienes cerebro? Encima mientras leíamos sobre San Valentín…

-Tranquila, Meiling…-Intentó calmar Rika a su desaforada amiga.

-¡Pensé que nos echaría la bronca a toda la clase!

-¡Hubieras leído más fuerte, y mejor, y ella no habría oído nada!

-¿Estás diciendo que es mi culpa?

Rika miró al par sin saber exactamente qué hacer, viendo que se ofuscaban en su discusión. Pero pronto todos dejaron de prestarles atención, así que suspiró y volvió junto a Naoko.

-La profesora Mizuki sí que puede dar miedo a veces ¿no crees?- Preguntó Tomoyo con diversión en su voz.

-Es muy raro verla de esa forma ¿se sentirá bien?

-Seguro que sí, Sakura- Se encogió de hombros para quitarle importancia- ¿Almorzamos afuera?

La castaña solo asintió mientras era arrastrada por su amiga. Al pasar junto a Meiling e Ichiro, suspiró. Ese par nunca cambiaría.

La profesora Kaho Mizuki enseñaba literatura a los de segundo año de la secundaria Seijo. Era alguien muy amable y encantador, según Sakura, pero si decías algo mínimamente en contra del amor, la poesía y el vivieron felices para siempre, pasabas a estar en su lista negra hasta nuevo aviso. Tomoyo había dicho una vez que posiblemente se debiera a que ella aún esperaba a su verdadero amor como en los cuentos. Y la profesora no era vieja, no pasaba los veintiséis años, pero era la única profesora soltera del colegio. Irónico.

-¿Vienes a mi casa después de clases?

-Seguro, la tarea para mañana la hice el fin de semana, y si hubiera, dudo mucho que la haría igualmente.

Sakura se rió de sí misma. La única tarea que no había hecho era la de matemática, y no pensaba hacerla. Le pediría ayuda mañana a Tomoyo, sí señor. Para eso eran mejores amigas ¿no?

Se volteó hacia la amatista para decírselo, pero cuando vio esas estrellas en los ojos de su amiga, la miró con temor y se alejó unos centímetros de ella. Estaban sentadas en un banco del patio del colegio.

-¿Qué? ¿Qué sucede?

-Esta tarde podré tomarte tus medidas, y empezar tu vestido para el baile Sakura. ¡Es muy emocionante!

La castaña giró el rostro hacia un lado para ocultar su cara de terror y hastío. Esas sesiones con Tomoyo solían ser muy vergonzosas para ella. Se preguntó si ese día no le tocaba la cena y así volver temprano a casa.

-Pero si me tomaste unas la semana pasada…-Le habló, pero la otra parecía estar en una nube imaginando vaya a saber uno qué cosas sobre ropa y ella- Además… este año no pienso ir al baile, Tomoyo. Ya te lo había dicho…

Tomoyo regresó a la tierra en ese instante y la miró un poco desanimada. Sakura creyó que incluso lloraría y levantó una ceja.

-¿Es por lo de Yukito?

Su cara enrojeció.

-¡No, no es por eso!- Desvió la vista- Sólo no tengo ganas de ir… lo de él fue hace meses ¿por qué aún estaría mal?

-¿Por que fue tu amor platónico toda tu infancia?

Sakura sintió como si una roca cayese sobre su cabeza y deseó fulminar a su amiga con la mirada, pero sabía que ella solo estaba preocupada.

-No es por eso… bueno, solo en parte- Se encogió de hombros.

-Oigan ¿por qué no me esperaron? Que malas son…-Meiling interrumpió a Tomoyo dejándola con la palabra en la boca, y les reprochó con enfado.

-Creímos que te divertías con Ichiro, Mei- Tomoyo sintió un escalofrío cuando recibió la mirada de la chica directo hacia ella.

-No menciones a ese tipo.

Sin más, suspiró y tomó asiento junto a sus amigas. Se decidieron a empezar a comer sus almuerzos de una buena vez, pero antes de abrirlos Naoko, Rika y Chijaru se les sumaron. Ahora parecían estar en un picnic, lo único bueno a tener que comer en el colegio.

-Los de la clase D se cruzaron con la profesora Mizuki cuando salió del salón, y dicen que una de ellas se asustó tanto con la expresión de la profesora que huyó corriendo-Contó Naoko antes de meterse una salchicha a la boca.

Todas se quedaron calladas imaginando la escena y un enorme; suerte, fue dirigido mentalmente a todos los alumnos de la clase D, que tenían a Kaho Mizuki en la siguiente hora.

-Ichiro debería reprimir sus impulsos de murmurar cosas en clase- Sentenció Chijaru cruzada de brazos.

-A propósito de eso ¿alguien sabe por qué dijo tal cosa?- Preguntó Tomoyo curiosa.

-Hace un momento me dijo que le había parecido estúpido que el sacerdote no hubiese usado la carta del enamoramiento sobre la hija del emperador, para que ella interviniese por él y no lo mataran- Se encogió de hombros Naoko sin prestar demasiada atención.

-Es una forma de verlo, pero le quitaría todo lo romántico y sería otra historia más de manipulación de los romanos ¿no?- Naoko y Tomoyo asintieron ante lo dicho por Rika.

-Puede ser…- Susurró Meiling- Pero puedo entender el punto de vista de Hasuke- Todas se giraron a mirarla sorprendidas. Sonrojada frunció el ceño- ¿Qué? No es mi culpa que el amor esté tan sobrevalorado hoy en día. Díganme, ¿han sabido actualmente de alguien que haya vivido felizmente enamorado toda la vida de la misma persona?

Todas lo pensaron, pero ninguna pudo decir nada. Sakura estuvo tentada a decir algo sobre sus padres, pero su mamá había fallecido cuando ella tenía cinco años, y aunque su padre aún guardase su recuerdo con tanto amor, suponía que no contaba. Miró a Tomoyo; ella nunca conoció a su padre. Los de Rika estaban separados, sabía que los de Naoko peleaban las veinticuatro horas del día, y Chijaru vivía con su abuela. De quien no sabía nada era de la misma Meiling que había hecho la pregunta, pero ya se lo imaginaba.

-¿Ven? Todos hablan de San Valentín, del amor eterno y puro, de las parejas felices, pero miren a su alrededor- Señaló el restó del patio- ¿Ven a alguna pareja comiendo juntos en este momento? Nadie deja a sus amigos en el receso para ir con su "amada"- Hizo comillas con los dedos- El amor no es más que un sustantivo abstracto.

Las palabras de Meiling le parecieron duras, pero por alguna razón estaba algo de acuerdo con ella. Suspiró y siguió comiendo. Pronto la charla se reanudó sobre otras trivialidades que no oyó del todo.

Mientras tomaba de su jugo de naranja, miró hacia atrás de donde estaba sentada la chica Li y lo que vio le hizo levantar una ceja. Varios metros atrás estaba Ichiro con una expresión que le hacía pensar que bien, o había visto un fantasma, o había tenido una extraña epifanía. Negó con la cabeza ¿epifanía? ¿De dónde sacó eso?

Cuando sus ojos hicieron contacto, Ichiro giró sobre sus talones y se marchó a toda prisa de allí. Sakura inclinó la cabeza en un gesto de no entender nada, de nada.

-¿De verdad no vas a ir, Sakura?- Escuchó de repente que le preguntaba Rika con interés. Negó con la cabeza restándole importancia.

-Bien, si Sakura no irá, yo tampoco tengo por qué ir obligadamente- La apoyó Meiling con una sonrisa y una mano sobre su hombro.

-Oigan…

-La verdad yo tampoco tenía precisamente ganas de ir…-Susurró Chijaru con duda en la voz.

-¿Tú tampoco Chijaru?

-Pensándolo bien, sería una buena forma para ahorrar gastos innecesarios

-Pero Rika…-Susurró Tomoyo con lágrimas en los ojos. A medida que sus amigas desistían de la invitación al baile, su alma iba escapándosele sin poder evitarlo.

-¿Por qué no hacemos una pijamada ese día o algo así? Podríamos ver una película de terror- Ante la idea de Naoko, todas asintieron menos Sakura y Tomoyo. Sakura por que no le apetecía para nada tener pesadillas los siguientes cinco años, y Tomoyo…

-Pero si ninguna va…-Su voz era de absoluto sufrimiento- ¿A quién le voy a hacer los vestidos?

El resto la miró con cara de pena, pero seguras de su decisión de no asistir al baile de San Valentín.