Pasión y condena

Introducción.

¡Hola mi amor!, Isabella Swan saludo primero y se acercó a aquel hombre lanzándose a sus brazos, sellando el encuentro con un beso tan profundo que dejaría a cualquiera sin aliento y deseando mas, las manos de él siguieron un viaje peligroso desde el centro de su espalda, hasta su hermoso trasero, evidenciando la intima relación que había entre ellos, sin importarles que en ese momento se encontraban en medio de un prestigioso restaurante, rodeado de miradas ocultando el morbo del bochornoso espectáculo que estaban dando.

Cuando por fin termino el espectáculo sexual, se sentaron dispuestos a cenar como dos buenos amantes, pero si ellos pensaban que sería una velada romántica, estaban muy equivocados, pues desde el fondo del restaurante en una mesa alguien los observaba con infinito odio en su mirada, una mirada que de contener balas, habría matado a Isabella sin ningún tipo de consideraciones.

Y así será, Isabella Swan a partir de ese momento deseara estar muerta por haberse atrevido a engañar al poderoso Edward Cullen, un millonario despiadado en los negocios, pero letal con las traiciones.

Capitulo 1

Primer encuentro

(Un año antes)

-Vamos Isabella tu puedes hacerte cargo de esa cena, solo serán 30 personas, has manejado eventos con más de 500 invitados, ¿que son para ti 20 personas nada mas?, -es que no se me hace justo-, rebatía ella, -este fin de semana era mío Johan, tu sabes bien cuanto llevaba planeando estas mini vacaciones- ¡por favor, por favor, por favor!, suplicaba Johan, tu sabes bien cuanto tiempo llevo enamorado de ese modelo que esta para chuparse los dedos, y hoy aceptó pasar este fin de semana ¡conmigo! Entiendes ¡conmigo! Estoy alucinado.

-ok, ok, ok, no tienes que alocarte tanto, lo hare pero no creas que esto se repetirá muy seguido Johan, merezco tomarme un fin de semana y nada impedirá que sea el próximo fin ok-

¡Lo que tu digas mi amor!,

había ganado su gran amigo de la infancia, desde un principio sabía bien que tenia perdida la batalla, el entusiasmo de Johan era más que contagioso, y nada le costaba atrasar una semana su escapada la playa, para hacerlo feliz.

-Bien como ya sabes la cena será en la mansión Cullen en uno de los jardines, te recomiendo que lleves 5 meseros para que te sientas más relajada, ya todo está ordenado paras las decoraciones del jardín además de que a ti se te da muy bien organizar las fiestas, y tendrás la ayuda de Alice no tendrás que salir de la cocina, así que relájate ok, ni siquiera habrá tanto jaleo, ni siquiera hay un motivo propio para esa cena, al parecer es solo el gusto de reunir a la familia y algunos amigos en fin ya sabes cómo se maneja el circulo social de los millonarios, ellos no necesitan un motivo en especial para intentar deshacerse de unos billetes y si nos toca a nosotros tomar esos billetes que no quieren pues mucho mejor no-

Johan era el mejor amigo de Isabella desde la infancia, desde muy joven se había declarado gay y por supuesto que tanto Alice hermana de Isabella y ella lo habían apoyado siempre, mas cuando su familia decidió darle la espalda, lastimándolo profundamente, se convirtieron en una especie de tres mosqueteros que se les veía juntos a donde quiera que iban.

Compartían departamento en uno de los edificios más exclusivo de Seattle, tanto Isabella como Johan habían estudiado juntos gastronomía, y habían triunfado terminando la carrera con un trabajo asegurado en el mercado de los cruceros, lo que les dio nombre experiencia, y dinero suficiente para comenzar su propio negocio, Alice por su parte tenía un don con organizar los eventos, teniendo una maestría en comunicación del mundo empresarial se le daba bien socializar y amenizar cualquier evento y como ella misma decía siempre, mientras más grande sea el evento mejor será el resultado.

Esa noche todo iba perfecto en el jardín, Isabella tenía un sub chef apoyándola, por lo que se sentía muy relajada, y estaba muy feliz preparando los postres que darían paso al final de su trabajo, Alice había entrado un par de veces a la cocina para contarle lo agradables que era esa familia, y que casi se pone a llorar cuando el hijo mayor de los señores Cullen había llegado, haciendo que la señora Cullen madre de este, se arrojara a sus brazos llorando, al parecer llevaba cerca de dos años lejos de la familia, y su llegada a la fiesta había sorprendido a todos revolucionándola por completo.

-Necesito un par de aspirinas-, le dijo Edward a su madre, Esmme estuvo a punto de levantarse pero él se lo impidió diciéndole que el mismo iría a buscarlas, sabía que ese tipo de medicamentos estaba en uno de los cajones de la cocina, así que se levanto de la mesa y se dirigió hacia ahí.

Había mucho jaleo con meseros entrando y saliendo pero logro escabullirse sin ser notado y la vio por primera vez, despertando un deseo instantáneo del que se dio cuenta inmediatamente al notar lo abultado de sus pantalones, se escondió tras uno de los muros de la cocina y la observo con detenimiento, era hermosa, cualquiera podía notar eso, no muy alta cuando mucho 1.60 cm, de pelo color caoba anudado en una trenza y piel tan blanca y cremosa, parecía una diosa incluso ataviada en ese uniforme de chef, la observó decorar los platos donde se servía el postre con una pasión y entrega que demostraba el entusiasmo que sentía por su profesión.

Ella aun no lo sabía pero muy pronto dejaría de usar su pasión en la cocina, para dedicarlo por entero sobre el cuerpo de Edward Cullen, ella seria para él y no había nada ni nadie que pudiera evitarlo, lo que él deseaba siempre lo conseguía, no por nada era el despiadado Edward Cullen, un hombre que jamás se detenía ante nada para conseguir lo que deseaba.