¡Hola! sinceramente no se que decir, y... ¿qué? se supone que debería decir algo? como sea... Sólo decir que es mi primer fic y que aún no está acabado. Espero que realmente les agrade.

Creo que a estás alturas ya todos han de haber leído el sexto libro... aún así cumplo con informar que esté fic contiene SPOILERS. Y de sobra está decir que todos los personajes (a excepción de un par) le pertenecen a JK Rowling.

ummmm... Bueno, creo que eso era todo... Sin más demora, aquí les dejo el primer capítulo... dudas, criticas, sugerencias, por favor ¡háganlas llegar!

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CAPITULO I.

Atrás queda la niñez... Adiós Dursleys

Harry se encontraba en su habitación haciendo las maletas para el viaje, iría a la boda de Bill, para luego emprender su viaje a Valle de Godric. Estaba algo inquieto, después de todo lo que había pasado en esos dos últimos años, todo lo que había sentido con la muerte de Dumbledore, la simple idea de algo tan normal como una boda pudiera existir le asustaba en cierta forma, le parecía increíble pero a la vez maravilloso... así era, la vida seguía adelante.

Vería de nuevo a sus amigos Ron, Hermione... Ginny, Oh! Ginny, cuanto la extrañaba¿habría hecho lo correcto al separarse de ella? Se sentó en la orilla de su cama dejando escapar un gran suspiro, miró a su alrededor, sin duda, no extrañaría aquel cuarto, aquella casa, la vida que había llevado allí no era para nada agradable, quizás si echaría de menos a sus tíos, después de todo eran su única familia... pero ¿Qué? en que estaba pensando ¿Echarlos de menos¿Eso quiere decir que los extrañaría?... para nada, este era el momento que había estado esperando durante años, por fin podría hacer una vida, lejos de aquellos que le habían hecho la existencia imposible... solo había vuelto esas vacaciones con los Dursleys porque así lo habría querido Dumbledore; eso parecía ser lo único que le animaba en esos día: dejar a los Dursley.

Todas las pertenencias de Harry estaban recogidas. Harry aun seguía sentado en la cama, tan solo su cuerpo permanecía allí mientras su mente vagaba... el aleteo de Hedwig que regresaba lo trajo de vuelta a la realidad, miro su reloj, eran las once menos cinco de la noche, la ventana abierta dejaba entrar una brisa calida común en los días de verano, era tiempo de partir. Cerró su baúl, tomo la jaula de Hedwig, su Baúl y su capa de invisibilidad, que nunca la dejaba desde que Dumbledore se lo había pedido. Bajó las escaleras sigilosamente, al llegar al Hall dejo caer una carta (Harry creyó necesario, al menos, dejarles una carta de despedida a la familia que, aunque miserablemente, lo había criado) en la mesita que decoraba el lugar y así se dirigió hacia la puerta. En la carta decía:

"A mis Tíos: Vernon y Petunia.

Tuve que adelantar mi viaje, imagino no les importara, al contrario, puedo estar seguro que harán una gran fiesta para celebrar, y no los culpo pues mi alegría es tanto o mas grande que la de ustedes. A pesar de todo quería agradecerles por haberme dado un techo donde vivir durante todo este tiempo. Si corremos con suerte no nos volveremos a ver jamás.

Harry."

Harry releyó su carta y noto un dejo de ironía en sus líneas, pero así la dejo.

El joven mago giro la perilla de la puerta, y así salio. Al cerrarse la puerta tras el muchos recuerdos de su niñez le venían a la mente, no podía evitar el sentir nostalgia de dejar ese lugar, a pesar del mal trato que tenia aquella familia para con el, aquella era la casa en la que se había criado; si bien habían malos recuerdos en esa casa de su niñez, también habían algunos, aunque muy pocos, recuerdos agradables; por ejemplo, recordaba cuando la invitación de Hogwarts había llegado, las miles de cartas volando por la casa y tío Vernon desesperado los llevo muy lejos de casa. En ese momento su vida cambió para bien, era un verdadero mago, de alguna manera siempre lo supo, sabía que era diferente a los demás niños. Y ni hablar de la vez que el señor Weasley había destrozado la sala de start de los Dursley. Harry no pudo contener una sonrisa al recordar todo aquello.

Pero, recordaba, también, la visita de Dumbledore el año pasado para buscarlo y llevarlo con los Weasley, como deseaba verlo nuevamente parado junto a aquel umbral para llevárselo de allí; miró a todos lados como un instinto, como un deseo de volverlo a ver, pero fue en vano, era imposible, el había muerto, esa era la cruel realidad.

Una lágrima traicionera resbaló por su mejilla.

Deslizó su mano en el bolsillo de su chaqueta y hay estaba, el medallón, el falso Horcrux que siempre le acompañaba desde la muerte de Dumbledore. Ese medallón lo llevaba a manera de recordatorio, pues constantemente le recordaba la realidad en la que estaba viviendo, sin Sirius y sin Dumbledore para apoyarlo.

Dumbledore era una de las personas que más quería en el mundo y que lo dejaba solo, solo una vez más. Era posible, primero sus padres, luego Sirius, y ahora Dumbledore, acaso una maldición envolvía a aquel joven mago (al niño que vivió ó como ya lo llamaban algunos, desde hace un año, "el Elegido") ver que todos aquellos a quienes amaba se habían ido, que habían sucumbido ante la maldad de Lord Voldemort, era doloroso y verdaderamente desesperante, por eso debía acabar con el, no dejaría que le hiciera mas daño a sus seres querido, es por eso que había hecho a un lado a Ginny, la amaba tanto que no podría exponerla ante aquel ser macabro. Tenía que conseguir los otros Horcruxes y acabar con ellos... ¿Pero donde podrían estar? Abrió el medallón y hay, una nota rezaba:

"Al señor Oscuro:

Se que moriré mucho antes de que usted lea esto, pero quiero que sepa que fui yo quien descubrió su secreto. He robado el verdadero Horcrux y tengo la intención de destruirlo en cuento pueda.

Afronto la muerte con la esperanza de que cuando encuentre su igual usted será mortal una vez más.

R.A.B"

« ¿Quien podría ser ese tal RAB?» - Se preguntaba Harry constantemente, pero no podía pensar con claridad, se sentía aturdido. Sabía que RAB era la clave para conseguir los siguientes Horcruxes, ya le preguntaría a Hermione, quien para este momento ya habría revisado todos y cada uno de los libros necesarios.

Harry caminaba por la calle oscura Privet Drive sumido en sus más profundo pensamientos. Vagó por aquella calle sin rumbo fijo durante varios minutos. Al llegar a la esquina de la siguiente cuadra se detuvo, alargó su varita y enseguida apareció el Autobús Noctámbulo, pago por un puesto y se adentro en aquel peculiar transporte.

Así el niño que vivió decía Adiós a los Dursley para dar la Bienvenida a una nueva vida… atrás quedaba toda su niñez y adelante un futuro incierto lo esperaba.


Espero y les haya gustado ¡Se les agradece comentarios!

Besos.