Encuentros cercanos.

Capítulo 1: Tiempos desesperados, medidas desesperadas.

Había sido un largo, difícil y agonizante día.

Konoha era famoso por sus veranos calurosamente dolorosos, y Sakura había elegido, en su falta de sabiduría infinita, posponer la búsqueda de apartamento hasta última hora. En retrospectiva, esta no había sido su mejor idea.

Bueno, ella realmente estaba pagando por esta vez. Hasta ahora, había visitado ocho complejos de apartamentos diferentes, sólo para que le dijeran que no había absolutamente ningún puesto vacante.

Me lo merezco por poner esta mierda, pensó con enojo, quitando otro edificio de su lista.

Se había metido en la universidad de Konoha con una beca completa. Estudiaría medicina, como siempre había querido. Sus familiares en Suna estaban felices por ella, y ella se sentía orgullosa de sí misma. Tanta fue la alegría, que no leyó su carta de aceptación en su totalidad.

En concreto, la parte inferior de la carta, declaraba que, debido a la influencia inesperadamente alta de estudiantes nuevos a la universidad, no había suficientes dormitorios en el campus para dar cabida a todos.

Por lo tanto, Sakura disfrutó de su verano con sus amigos, riendo y bromeando, y no fue hasta la primera semana de agosto que se dio cuenta de que tenía que encontrar su propio apartamento.

Al parecer, sin embargo, ella no era la única, ya que cientos de estudiantes de primer año se encontraron luchando para encontrar compañeros de habitación y apartamentos cerca del campus. Sakura se presentó con dos problemas en esa área:

Ella era la única de sus amigas que asistiría a aquella universidad, y no conocía a ninguno de sus compañeros de clase en el futuro, por lo tanto no tenía absolutamente nadie con quien quedarse.

Y ella no tenía licencia. No podía conducir. Lo que significaba que dondequiera que ella escogiera vivir, tendría que estar a poca distancia de la escuela.

Había nueve complejos de apartamentos que se adaptaban tanto a su rango de precio –barato– y los requisitos de proximidad. El único problema era que, ocho de los nueve estaban completamente llenos, y cuando caminaba por las ardientes calles de Konoha hasta el noveno, estaba desesperada, y tenía casi ninguna esperanza de éxito.

La próxima vez, lees la letra pequeña, estúpida idiota, se reprendió mentalmente por enésima vez, tocando el timbre fuera del edificio. ¡No solo dejas de leer en "Felicitaciones"!, sigues leyendo y te aprendes todos los detalles, así no te dan de mierda ni te dejan atrás sin hogar.

–Apartamentos aldea de la hoja, ¿en qué puedo ayudarle? –la fría voz sonó por el intercomunicador.

–Hola, soy Sakura Haruno –Contestó Sakura regresando al micrófono, tratando de no sonar tan prolija como se sentía después de esa mañana insoportable–. Llamé antes para preguntar acerca de una vacante potencial.

Las palabras sonaron prácticamente en sus propios oídos, y ella casi se estremeció al pensar en la forma en que mentiría, aun así, tendría que mantener su temperamento bajo control y esperar que tuvieran un estúpido apartamento de sobra para ella.

–Ah, sí, bienvenida Señora Haruno. Entre por favor a la oficina del dueño. El señor Hatake estará con usted en breve.

La puerta sonó, y se abrió ella misma hacia adelante. Rápidamente, Sakura se pasó los dedos por su cabello y se limpió el rímel corrido en las comisuras de sus ojos para restaurar una apariencia de serenidad. Entró sin mucha esperanza en absoluto para su futuro.

El edificio era agradable. Simple, pero limpio. La pintura de las parecían nuevas, olían a nuevas, un bonito color tostado neutral, y las alfombras eran de color borgoña rico. Se encaminó por el pasillo hacia la puerta marcada "Propietario", y el nombre de "Kakashi Hatake" estampada en oro debajo. Después de tocar la puerta, entró.

El propietario no estaba presente, pero para su sorpresa, había alguien más sentado frente al escritorio, con los dedos enroscados debajo de la barbilla. Era un chico con el cabello negro desordenado y ojos oscuros, más o menos de su edad. Él la miró con una ceja levantada cuando ella abrió la puerta.

Hola guapo, pensó instantáneamente, impresionada por su actitud arrogante y su perfecta estructura ósea.

–Oh, lo siento –dijo ella–, ellos me dijeron que fuera a la oficina para esperar al señor Hatake, no me di cuenta de que otra persona ya estaba aquí.

El chico no dijo nada, simplemente apartó su vista de ella como si no hubiera hablado. Repensó su primera impresión positiva inicialmente de él, Sakura entrecerró los ojos ligeramente y sin pedirle permiso, tomó el asiento vacío a su lado para esperar al arrendador.

Si el chico estaba irritado por sus acciones, no lo expresó. En cambio, él miro a la silla vacía del propietario como si hubiera dicho algo que personalmente le ofendió, y Sakura se preguntó si estaba sentada en la presencia de algún tipo de psicópata asesino en serie.

Era incómodo.

Pasaron minutos en un silencio sofocante. Sakura furtivamente miraba de reojo al grosero-sexy chico que estaba al lado, y vio que parecía absolutamente irritado. Tal vez había estado esperando durante mucho más tiempo del que ella lo había hecho.

Al parecer, "puntualidad" no era un término en el vocabulario de Kakashi Hatake.

Idiota.

¿Cómo se atrevía a mantener a una chica esperando? Ella echaba humo en silencio, con los brazos cruzados. Era cada vez más fácil ignorar el idiota-sexy sentado a su lado, más se concentró en su mal día y este nuevo inconveniente. Toda esta mierda de hoy, todavía sigo sin hogar, y mi única esperanza decide colgarme hacia fuera para secar como el remojo de la lavandería mojada y ahora mis metáforas apestan porque estoy casada, y no tuve mi mañana tres tazas de café, así definitivamente voy a estar en estado de shock, yo creo que la privación de cafeína y…

–Ya basta.

Ella parpadeó y miró alrededor en el muchacho, que había hablado. Su voz era profunda y atractiva, pero eclipsada por su increíble arrogancia. Todavía seguía sin mirarla.

–¿El qué? –Preguntó, luchando por mantener en calma su tono.

–Respirar.

–¿Respirar?

–Hmp. Estás respirando muy fuerte. Es molesto.

Respirar. Muy. Fuerte.

–Oh. Ya veo. Pido disculpas desde el fondo de mi corazón. Ya ves, idiota –el chico levantó la vista, sorprendido al parecer, por su completo abandono de temperamento–. He tenido el peor día de mi vida. ¿De acuerdo? Este es el noveno edificio de mierda que he tenido que mirar hasta ahora, ya que al parecer, la universidad de Konoha acepta estudiantes sin tener espacio suficiente para albergar a todos, y al parecer todo el mundo tiene el memo, así que no hay absolutamente ninguna habitación en donde pueda vivir, lo que significa que voy a estar sin hogar por la universidad si esta mierda no funciona. El propietario se está demorando, mi celular está muerto, y este edificio parece ser más caro de lo que puede permitirse servir una mesa, pero mi única otra alternativa es el suicidio, por lo que si estoy respirando demasiado fuerte para ti, ¿por qué no te vas a buscar un ferrocarril oxidado y lo chupas? No me importa si te molesta.

El chico, en su haber, se veía adecuadamente ofendido. Sakura estaba un poco orgullosa de que había abarrotado tantas palabras en esa perorata sin respirar, y se habría puesto furiosa si el joven hubiese podido mantener su apatía en todas partes, pero él no pudo. Sus ojos oscuros estrecharon furiosamente y abrió la boca para decir algo, sin duda, grosero, pero fuero fueron interrumpidos por la apertura de la puerta.

–¡Ah, señor Uchiha!, no sabía que usted traería a su encantadora esposa con usted.

Tanto Sakura como su enemigo se dieron la vuelta para ver a un hombre de pie en el umbral, el cabello gris plateado, y la mayor parte de su rostro oculto por una máscara quirúrgica. Solo tenía un ojo visible, arrugado hasta presumiblemente en una sonrisa.

¿Una máscara quirúrgica? Pensó Sakura, descolocada por completo. ¿Por qué necesita eso? ¿Es esto la construcción de un campo de cultivo para la gripe porcina, tal vez? O tal vez es un laboratorio de metanfetamina, y él esta ocultando su rostro para evitar ser detectado por las agencias antinarcóticos, o…

–Espera, ¿perdón? –finalmente registró las palabras del Sr. Hatake, y miró horrorizada–. ¡Yo no soy su mujer! ¿Está loco?

Buen movimiento, idiota, pensó con furia. Este hombre es tu única esperanza de evitar dormir en la estación de metro y lo llamaste loco.

–Mi error –dijo Kakashi afablemente mientras caminaba a su alrededor y se sentó en su escritorio–. Me dijeron que tenía una reunión hoy con un señor… Sasuke Uchiha, si mi información es correcta.

El chico al lado de Sakura asintió una vez, secamente. Su nombre era Sasuke ¿eh? Bonito nombre.

Idiota.

–Entonces, ¿quién es usted, señorita? –Kakashi le preguntó amablemente.

–Mi nombre es Sakura Haruno –contestó ella, dándole la mano como acto de presentación–. Lo siento por la confusión, llamé antes y la recepcionista me dijo que viniera a preguntar por un apartamento abierto.

–Ah –dijo Kakashi, abriendo su computador portátil y escribiendo algo que Sakura no pudo ver. Su solitario ojo visible se movía por toda la pantalla, haciéndoles entender que estaba leyendo–. Bueno, hay buenas y malas noticias, chicos.

Mierda, pensó Sakura, mirando a Sasuke para encontrar que él estaba mirando justo hacia ella.

–Tenemos disponibilidad aquí en la aldea de la hoja.

¡Bien!, pensó la chica.

–Pero sólo un apartamento, por desgracia.

Mierda, otra vez.

–Me lo llevo –dijo Sasuke en breve.

–¡Espera un minuto! –Sakura espetó indignada–. ¡Lo tomaré yo! ¿Por qué tienes que ser tú?

–Yo estaba aquí primero, loca –dijo entre dientes.

–¡Soy una chica, potencial asesino en serie! –replicó ella, furiosa–. ¿Qué pasó con la caballerosidad?

–Si se me permite –interrumpió Kakashi, mirando notablemente imperturbable, el ciclón de conflicto que preparaban sus dos clientes–. El apartamento que tenemos disponible tiene dos dormitorios. No es raro compartirlo, como compañeros de cuarto.

Hubo un instante de silencio.

–De ninguna manera –replicó Sasuke.

–¡Prefiero estar sin hogar! –Gruñó Sakura.

Kakashi suspiró y cerró su laptop.

–Me temo que podría ser su única opción en este momento, señorita Haruno –dijo–. Verá, aldea de la hoja está pensada principalmente para los estudiantes. Estoy en lo correcto al suponer que ambos irán a la universidad de Konoha actualmente, o, asistirán en el otoño. –no era una pregunta.

Sakura asintió irritada, lo mismo hizo Sasuke. Diablos, el único estudiante de Konoha que conocía hasta el momento era un imbécil total.

–Entonces, es posible que tengan problemas con la búsqueda. Últimamente, las posibilidades sólo se encuentran en los complejos de apartamentos y condominios, además del centro del campus, y son mucho más caros.

–¿Por qué no puedes dármelo a mí y dejas que ella se valla a la mierda? –Refunfuñó Sasuke.

Sakura echaba chispas.

–La caballerosidad no ha muerto, Sasuke –dijo Kakashi a la ligera–. ¿Qué tal si les muestro el apartamento antes de tomar una decisión?

Sakura miró a Sasuke, y Sasuke la miró a ella. Ambos se pusieron de pie con Kakashi, y lo siguieron por el pasillo y por fuera.

Aldea de la hoja era un complejo bastante grande, formado por cuatro edificios con veinte apartamentos cada uno. Kakashi les condujo hasta el último edificio, que, Sakura se dio cuenta de deleite, era justo al lado de la piscina.

El alojamiento junto con Sasuke estaba tornándose menos y menos repugnante cuanto más se enamoraba de la zona.

Él tenía las manos metidas en los bolsillos mientras caminaban, cociéndose en su propia ira. Ella pensó que ese bello rostro se perdía en una personalidad tan rancia. Kakashi abrió el edificio C y los llevó dentro.

Apartamento C-17 estaba en la primera planta, justo al final del pasillo. Kakashi abrió la puerta para ellos, y los invitó a su interior.

–Bueno, aquí está –dijo. Sakura supuso que en ese momento, Kakashi estaba sonriendo–. ¿Por qué no echan un vistazo?

A Sakura le encantó de inmediato. Era pequeño, sencillo, limpio y brillante, las habitaciones estaban pintadas de blanco utilitario, y cada una de las destacadas ventanas dejaba entrar mucha luz. Había dos dormitorios de igual tamaño, dos baños, una sala de estar con un buen tamaño y una cocina terminada.

Que ofrezca dos dormitorios por sí misma, fue un problema.

A juzgar por la expresión de la cara de Sasuke, parecía que estaba pensando lo mismo. Él la miró con recelo, como si estuviera a su tamaño, para ver el grado de compatibilidad que podrían ser como compañeros de cuarto. Al menos, así es como ella lo estaba mirando.

–Entonces, ¿Qué será, niños? –preguntó Kakashi, una vez que estaban todos reunidos en la sala de estar vacía–. Tengo una gran cantidad de estudiantes que están detrás de ustedes esperando alojarse aquí, así que les sugiero que tomen una decisión rápidamente.

–No lo vas a vender a mí solo, ¿verdad? –cuestionó Sasuke, su tono fue pulsante con fastidio.

–O a mi –intervino Sakura.

Kakashi rió entre dientes.

–Tienen razón. Así que, ¿tenemos un trato? ¿O será que ambos asistirán a la universidad sin hogar?

Sakura sabía que ella odiaba a Sasuke Uchiha. Lo aborrecía, en realidad. De su actitud engreída, su cara hermosa, con su cuerpo asesino, a sus músculos... ella se detuvo ahí.

Pero esto era sobre su futuro.

Y Kakashi tenía razón: no había manera de que pudiera permitirse un apartamento en el campus. Demonios, ni siquiera podía permitirse este apartamento, no sin un compañero de cuarto. Y ella no conocía a nadie en Konoha, además de este chico enojado con la cara demasiado hermosa.

–Acepto, si aceptas –declaró Sakura finalmente, sintiendo que ese chico podría ser aún más terco que ella.

Sasuke la miró de arriba abajo con ojos sospechosos antes de doblar sus brazos en señal de rendición.

–Hmp –estuvo de acuerdo.

–¡Excelente! –Expresó Kakashi alegremente–. ¡Bienvenidos a la villa de la hoja, luego, chicos! Si vienen conmigo, tendré que ambos firmen sus vidas a mí… Quiero decir, firmar sus contratos de arrendamiento… y podemos hablar de movimientos en las fechas.

Sakura no se perdió el resbalón de la lengua de Kakashi, y si la mirada de indignación en el rostro de Sasuke era un indicio, él tampoco. Lo siguieron de C-17, de vuelta al edificio de los propietarios, donde Kakashi golpeó a ambos con un contrato de arrendamiento de cuarenta páginas llenas de jerga legal. Sakura apenas podía descifrar.

Ella obtuvo la clara sensación que estaba firmando su alma al diablo, pero demonios, su educación estaba en juego.

No puedo creer que estoy haciendo estoy ahora mismo, pensó, mientras se rubricó cada sección individualmente con broche de oro de su pluma. Mudarme con un chico extraño… un idiota, en realidad… lo conocí literalmente hace veinte minutos. Papá por favor, no me dispares. Sasuke por favor, no me dispares.

Si Sasuke era un asesino en serie –y ella sospechaba que podría ser–, entonces ella estaba haciendo a sí misma el objetivo más fácil posible. Lo miró con recelo de reojo, observando como él garabateaba su nombre en cada línea de su contrato de arrendamiento, y decidió invertir en una cerradura muy buena para la puerta de su dormitorio.

Si quería matarla, ella no se lo iba a hacer fácil.

La firma tuvo más tiempo que la proyección que tuvo. Cuando Sakura terminó, su mano era pequeña y le dolía la mano en su cartera para sacar su chequera y ceder su depósito de seguridad, y lo que quedaba de su cordura. Sasuke hizo lo mismo, y para su agradable sorpresa, entre ellos dos, el alquiler no sería tan terrible.

De hecho, siempre y cuando Sasuke haga su pago a tiempo cada mes, y no tratara de masacrarla en su sueño, realmente podrían cumplir ese contrato.

–¡Muy bien! –habló Kakashi, mirando por encima sus contratos de arrendamiento con su único ojo arrugado hacia arriba–. Todo parece estar en orden. Aquí están sus llaves. Una copia para cada uno de ustedes. Su buzón está en la sala de correo, C-17. Son bienvenidos a moverse en cualquier momento entre ahora y el final del mes. ¿Alguna pregunta?

Sakura negó con la cabeza. Lo mismo hizo Sasuke.

–¡Perfecto!, ha sido un placer, chicos. ¡Bienvenidos a la aldea de la hoja!

Bueno, mierda. Sakura miró a su nuevo compañero de habitación, que estaba mirando a la alfombra como si estuviera dispuesto a estallar en llamas.

Al menos tenía un hogar.

¿Qué diablos acabo de hacer?


Hola!

antes que nada, ESTA HISTORIA NO ES MÍA. PERTENECE A JinnySkeans (LA PUEDEN ENCONTRAR EN MIS FAVORITOS)

TENGO SU AUTORIZACIÓN PARA TRADUCIR LA HISTORIA.

Apenas leí este fic, me enamoré, es super divertido, y el romance es lindo *-* Disculpen si no entienden algunas partes, no me resultó fácil traducirlo D: pero hice mi mayor esfuerzo.

Repito: ESTA HISTORIA PERTENECE A JinnySkeans.

GRACIAS POR SU ATENCIÓN.

SAYONARA! :3